«Del autor al lector» y dos conferencia del Dr. Héctor Hernández
Como habíamos prometido, compartimos aquí la conferencia de nuestro amigo, el Dr. Héctor Hernández acerca de la discusión «Iglesia y Estado» (para ver la conferencia, hacer clic AQUÍ).
Al mismo tiempo, inauguramos también aquí la nueva sección titulada «Del autor al lector»: un espacio en el que intentaremos difundir buenos libros a partir de breves palabras de sus hacedores.
Por
último y para quien desee aprovecharla, les dejamos la charla que el
mismo Dr. Hernández dictó para chicos de colegio acerca de «Los
principios de la política cristiana» (muy sencilla y muy concisa; vale
la pena).
Demos gracias a Dios.
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
LOS PRINCIPIOS DE LA POLÍTICA CRISTIANA
(Disertación el 20 de septiembre de 2019, Ingeniero Maschwitz)
Por Héctor H. Hernández
Para empezar les diré que los principios de la política cristiana ES el principio del bien común político.
- El bien común político. El principio y los principios
Gramaticalmente hay un error…
Pero lo que pasa es que el principio del bien común, o el principio práctico se debe perseguir el bien común encierra en sí todos los demás principios o subprincipios, que valen porque son como salidos de él.
Así
como cuando yo digo “hombre” estoy abarcando a todos los hombres, porque
es un concepto universal, en que entran Pedro, Juan y Guadalupe, así
cuando digo “hacer el bien y evitar el mal” estoy abarcando también “dar
a cada uno lo suyo”, “cumplir lo pactado”… -“devolver X pesos mañana
que recibí ayer en depósito a Pedro que me los dio”, etc.
Entonces cuando digo hacer el bien común
o algo semejante, estoy diciendo, virtualmente, “debe haber autoridad”,
porque es exigida por el bien común político. “Debe haber
subsidiariedad”…, porque es exigida por el bien común político… “Debe
haber cierta propiedad privada”… “Debe conservarse la vida de las
personas y la honra de las personas”… “Debe favorecerse el saber y el
cultivo de la belleza”. Estoy dando una serie de principios prácticos o
de normas (en este lugar principios y normas son equivalentes).
En
vez de hablar de “principios”, podemos hablar de “fines”. Hay un autor,
Messner, que habla de los “fines existenciales del hombre” para explicar
el contenido del Derecho Natural. (Les recomiendo esa obra: Ètica social, política y económica a la luz del Derecho natural; y otra que se llama La Cuestión social).
En la Ètica social incluye
como algo bueno a seguir, como un fin existencial que se debe
perseguir, algunos contenidos mencionados antes… Y, por ejemplo, este
otro; “la reproducción mediante la cohabitación y la educación de los
hijos”… Nos está mostrando, con otras palabras, lo que Santo Tomás
muestra al hablar de Las inclinaciones del hombre.
- “Principio”
Es
“aquello de lo cual algo proviene”. En el orden práctico, los fines que
perseguimos son principio de lo que hacemos. Por ejemplo, yo tenía como
objetivo o como fin dar una conferencia o dos conferencias en Ingeniero
Maschwitz; y ese fin es lo que motivó mi viaje y el trazado de la ruta
que seguí. Mi viaje proviene de mi conferencia… Mi conferencia (en
realidad dar la conferencia), fue principio o causa de mi viaje. Pero primero en el tiempo fue el viaje, y luego se logró,
temporalmente, el fin. Claro está que sin la idea del fin no hubiera
habido conferencia; entonces en mi cabeza estuvo primero el fin. (“El
fin es primero en la intención, y último en la ejecución”).
Ahora bien, el principio es la enunciación en mi cabeza del fin que se
quiere en la realidad. Dar la conferencia es el fin; “debo dar la
conferencia” sería la enunciación como principio.
- “Política”
Hay
distintas acepciones de “política”. Y cuando aparecen distintos
sentidos de una palabra es bueno distinguir para no hacerse un nudo al
razonar… y no terminar discutiendo sin entendernos o sobre cosas en que
en realidad estamos de acuerdo. Distinguimos acción y conocimiento.
Acción política: las conductas relacionadas con la polis (con el Estado).
Y esto puede ser la que refiere a la conducción de la polis (llamada política arquitectónica) o a la lucha por el poder (llamada política agonal)…
Polis es la palabra griega que designaba lo que hoy llamamos “el Estado”.
A su vez, la acción política puede ser más directamente o menos directamente política y práctica.
Esta clase que
estamos dando puede influir en los hechos de la vida política… a lo
mejor a raíz de esta conferencia hacemos una manifestación y marchamos
sobre la Municipalidad y cambiamos el gobierno… O vamos a Buenos Aires y
copamos Plaza de Mayo… O fundamos un partido… A lo mejor, dentro de
años, alguno se acuerda de esto y decide su vocación política y cambia
la Argentina… Lo más probable no es eso, claro está, ni nos proponemos
eso.
Conocimiento político. Esta conferencia no es acción política sino que refiere al conocer político… que puede ser más o menos práctico, más o menos cercano a la acción…
El
conocimiento político, que tiene distintos niveles, es en general el
referido a la política, a la polis… Hay el conocer político sociológico,
el que tienen los que hacen encuestas y el que tienen los periodistas
que “están al día” en lo que pasa, o ellos se creen que están al día, y
cuentan lo que ven o lo que les pagan para ver o que quieren ver… o hay
algunos que arriesgan su vida por decir la verdad… o lo que fuere… Pero
hay también el conocer político directivo de la acción. Práctico.
Y hay conocimientos que no son propiamente políticos pero son conocimientos teóricos que están en la base del conocimiento político que es práctico. Por
ejemplo el conocimiento de lo que es el hombre, y sus inclinaciones o
tendencias, están como en la base del conocimiento político práctico o
directivo o director… (Aristóteles decía que el político debe conocer
algo del alma del hombre).
Pensar que el
conocer político nada tiene que ver con la política práctica es un
error. O que la forma casi suprema del conocimiento político, que es la
filosofía política (la suprema es la teología, que supone la filosofía),
nada tenga que ver con la política diaria… No es realista eso. Lo
realista es ver esas influencias…
- Influencia de esa forma de conocer que es la filosofía en los cambios políticos
Si
Uds. analizan la marcha de la vida de los hombres se encontrarán con
que por ahí en una Universidad se desarrolla una idea, una doctrina, un
conocimiento, y eso se expande y muchos siglos después la vida de la
gente se explica grandemente por lo que se enseñó en la Universidad en
aquel año o siglo lejano.
Pensemos en el Comunismo. Media humanidad vivió hasta hace poco bajo el
Comunismo… o bajo una forma de comunismo… y esto no se explica sin la
figura de Lenín, que hizo la revolución rusa en 1917, pero él siguió las
ideas de Marx…, siglo XIX Y éste a su vez es hijo del Idealismo alemán…
de Hegel… Y éste a su vez… Por eso se dice que un giro importante se
dio en la historia de la cultura occidental con Descartes… y antes con
Guillermo de Occam…, siglo XIV.
- “Ni pelado ni con dos pelucas”
Pero,
“ni pelado ni con dos pelucas”…, como decía Soaje Ramos. No hay que
extremar esto que estamos diciendo. Porque a veces hay una tendencia a
explicar toda la vida social por la historia de la filosofía. Y entonces
porque fulanito dejó a su mujer que es vieja, horrible y que lo
maltrata y entonces se va a vivir con una que tiene la mitad de años y
está muy bien y lo trata de maravillas, no falta un sabiondo que dice
que todo esto obedece a un cambio en la filosofía con la decadencia
escolástica en el siglo XIV… porque Guillermo de Occam negó los
universales… Porque a raíz de eso cambió la legislación y las costumbres
y etc.. O porque el Concilio Vaticano II…
Bueno, las
razones por las cuales el tipo se fue con la otra son menos filosóficas
y, por lo menos, admitime por favor no son propias de la historia de la
filosofía… En todo caso, cierto ambiente social que facilite estas cosas
puede ser de algún modo causado porque Guillermo de Occam… pero eso no
va… Es un disparate olvidarse de las causas pasionales concretas que
influyen aquí y ahora e influenciaron siempre en la humanidad…
En esto influyen las pasiones. Una
vez me pasó en el Colegio Don Bosco de San Nicolás en que yo daba
Instrucción Cívica: se me acercan los alumnos y empiezan a cuestionar la
existencia de Dios… Entonces yo les digo: “esperen un momento”. Y sin
que ellos vieran qué escribía, puse en un papel “sexto y noveno
mandamientos”, y lo guardé… Cuando sigue el diálogo y sigue y sigue
aparece el tema del sexo… les mostré: “¿vieron lo que yo escribí”? Era
que Dios les molestaba…
Las pasiones
hacen poner los problemas, a veces, en donde no están… Y mueven a pensar
torcidamente. Lo hemos visto en la reciente batalla contra la ley del
aborto. En el fondo del abortismo está la visión hedonista de la vida,
del desarrollo libre de las pasiones, del sexo… y si del sexo viene un
chico… pues lo matamos nomás.
Lo dijo en la
madrugada del “Argentinazo”, el 9 de agosto de 2018, el senador Pino
Solanas, fundando así su voto en favor del aborto: “la mujer tiene
derecho a gozar…”. Y es la razón de fondo del que quizá es el principal
jurista abortista combatiente, Andrés Gil Domínguez, que dice que lo que
se juega aquí son “los derechos reproductivos y sexuales”… Lo de
“problema sanitario” es una pantalla sentimentaloide…
El Martín Fierro critica a nuestros políticos cuando ocultan dónde están los problemas y ponen pizarrones equivocados:
“de los
males que sufrimos// hacen gala los puebleros// pero hacen como los
teros// para esconder sus niditos:// en un lao pegan el grito// y en
otro tienen los güevos”. (I, 2131 ss.).
- Política-Estado
Ya que política viene de Estado, ¿qué es el Estado? Bueno, sigamos un poquito a Aristóteles…
Natural sociopoliticidad. Más
que un principio (hablamos más bien de principio cuando le damos a la
enunciación la forma de una orden, de un mandato, o norma, de algo
práctico como : “no matar”, “perseguir el bien común político”) esto sería un presupuesto de la política católica.
La natural sociopoliticidad sería un presupuesto antropológico pero que funda doctrinas y políticas prácticas… mandatos… (¿Recuerdan que dijimos con Aristóteles que el político debe conocer algo del alma?).
Vocación perfectiva… En el hombre hay algo que está adentro de él, una tendencia interior… a ser feliz, a completarse… a realizarse yendo hacia afuera… para alcanzar ser feliz él, adentro de él, por así decir.
El matrimonio. Dice
el maestro que hay una “necesidad” recíproca del hombre y la mujer…
para la complementación sexual y humana general, para el amor y la
generación y educación de la prole… Hombre y mujer se necesitan para
obtener lo que separadamente no podrían lograr… Pero a lo que están
llamados por un anhelo de felicidad, de completamiento…Que brota del
interior de cada uno. De la naturaleza de cada uno…
La familia… Pero
al venir los hijos viene otra asociación, que es la familia, que abarca
el matrimonio y abarca los hijos. La asociación para la vida de todos
los días… Y un conjunto de matrimonios integra el Municipio… Y un conjunto de municipios argentinos y de provincias argentinas, integra El Estado argentino…
- Organicidad y subsidiariedad
Ahora les voy a poner dos palabrejas que después les voy a explicar, organicidad y subsidiariedad.
La organicidad funda el principio de subsidiariedad. La concepción orgánica de la sociedad (que
es la explicación que venimos dando: el Estado se compone no sólo de
individuos, sino de familias, municipios, provincias… Cuidado que hay
personas muy inteligentes que sin embargo no ven esto, y ven al Estado
como si fuera sólo un conjunto de individuos. Es la concepción individualista. El Liberalismo es individualista).
Bueno, esta concepción orgánica (más bien teórica de la sociedad), fundamenta un principio práctico, la subsidiariedad, para lo cual les voy a contar una anécdota.
Cuando yo era
chico me gustaba el deporte y mi papá entonces me hizo socio del Club
Belgrano de San Nicolás, que yo necesitaba porque no tenía en mi familia
10 chicos para jugar al básquet, ni lugar para una cancha de básquet…
Pero cuando empecé a ir al Club Belgrano de ningún modo renuncié a mi familia… Siguió mi familia existiendo…
Les digo esto
porque hay toda una tendencia (hace un ratito les hablé del liberalismo,
ésta sería más bien el socialismo, aunque el liberalismo en los hechos
es o fue socializante, y aunque en esto el actual gobierno y los
liberales son socializantes, absolutistas y estatistas feroces en
materia de educación por ejemplo), que parece concebir, aunque no lo
digan así expresamente, que cuando uno “entra” en el Estado dejó de existir la familia…
Bueno, no te lo
van a decir así, pero en la práctica tienen un concepto aniquilador de
la familia. Y entonces copan el Estado y asumen la educación y quieren
dar toda la educación desde el Estado y como quiera el Estado, y los
padres de familia no tienen nada que hacer.
Y ahí tenemos la llamada ESI, Educación Sexual Inmoral, en donde, llevados por una finalidad errónea del sexo (“pinosolánica” diríamos, por lo que dijimos antes: el sexo es para el goce sin problemas) y sin respetar el pudor o reserva o vergüenza o privacidad o intimidad o recato que es exigido al sexo, pretenden corromper la sexualidad y destruir así la familia.
(Uds. tienen que aprender a ver que el desarrollo de ciertas concepciones o instituciones destruyen…
A mí me costó mucho hacerle ver a un pariente muy vivo e inteligente y
bien orientado que el llamado “matrimonio homosexual” contribuye, al
hacer ver como normal lo que es una aberración y un pecado, a destruir el verdadero matrimonio en
el alma y en la vida de la gente y en la sociedad y en la realidad. Que
“el hombre es naturalmente sociopolítico” es algo que se ve claramente
en estos temas. Las convicciones morales y las conductas de unos
influyen en otros. Algunas doctrinas o compañías son buenas y
ennoblecen, y otras son males y corrompen. Y nadie está a salvo de no
caer, porque somos todos débiles… ).
Un principio clásico de la política cristiana es el de subsidiariedad,
que deriva de la concepción orgánica del Estado y significa que las
instituciones menores no desaparecen en las mayores, que conservan su
existencia y sus competencias o poderes o jurisdicción. Que el Estado
las debe ayudar (subsidiar), pero respetarlas y dejarlas ser, existir y
resolver sus asuntos…
Hay que respetar la autoridad familiar. Debe haber una autoridad familiar… Esto es exigido por el Bien común político.
- Relatividad de “principio”
Esto de “principio” tiene algo de relativo. El principio de
la política cristiana (y del orden natural, porque lo cristiano
confirma y no deroga la naturaleza) es hacer el bien común político.
Pero un principio segundo o un principiado que deriva de éste (acá estamos aplicando algo adelantado al comienzo) es el de subsidiariedad. Ahora
bien, esas derivaciones del principio-principio que vamos poniendo, a
su vez funcionan como principio de otras verdades para la acción, de
otras normas. Por ejemplo, en un Ministerio de Defensa puede funcionar
como principio “reconstruir las fuerzas armadas”… Todo fundado en el
principio-principio… Principiado, pero que a su vez funciona como
principio…
- 9. Naturaleza
La finalidad del
matrimonio y la naturaleza del hombre y de la mujer hacen que el
matrimonio sea de un hombre con una mujer… Y la biología muestra que la
Biblia tiene razón: o se es hombre o se es mujer…
El principio práctico del bien común político exige respetar este principio secundario si se quiere o subprincipio, del matrimonio heterosexual…
(Acá Uds. van
viendo cómo, con cierto desorden pero que me va pareciendo didáctico,
aparecen y se van concretando los prometidos “principios de la política
cristiana” y sus “extensiones” o principiados…).
Esto
del matrimonio heterosexual es un principio de la política cristiana y
católica (y es natural, en el sentido de comprensible con las solas luces de la razón) y
el que lo niega no es católico. Decirse “católico” y admitir la
existencia del llamado “matrimonio homosexual” es como un tipo que va
todos los días a Misa y se declara comunista. Decirse “comunista” o
significa algo concreto o estamos en un manicomio… si va todos los días a
misa no es comunista, y si es comunista no va, o tiene un corto
circuito en la cabeza…
Hay una especie de esencia de “comunista” y de “católico”… Hay algunos filósofos que niegan las esencias o naturalezas…
Lo mismo hay que
decir de las llamadas “católicas abortistas…” (católicas argentinas por
el derecho a decidir) que son pagadas por la Internacional de la Muerte
(IPPF, “Planned Parenhood”) para propiciar la legalización del aborto. Un contrasentido tramposo…
- El profesor que negaba las esencias
Les voy a contar
un cuento no real de un profesor de San Nicolás que negaba las
esencias… Decía que no había esencias dadas y que uno se daba la esencia
que quería; no me acuerdo muy bien si decía que uno se daba a sí mismo
su esencia o que uno se la daba a los demás, o que el legislador imponía
las esencias a palos… (Perdónenme que no me acuerde pero ¿cómo
acordarme si no les estoy contando un cuento real…?).
Resulta que él,
que en clases negaba las esencias o naturalezas, fue al carnicero, que
resultó ser exalumno suyo del Nacional en Filosofía. Y el carnicero le
preguntó qué quería y él le pidió que le diera carne de vacío para el asado y entonces le dio puchero.
¡Vieran cómo se enojó porque le dio puchero en lugar de vacío! –
Pero el
carnicero le dijo que él les había enseñado en el Nacional que no había
esencias, y que uno a las cosas les ponía el nombre que quería… “Al
puchero yo le llamo vacío”…, -lo despachó sonriendo…
Hay
una esencia, por ejemplo, de “héroe de Malvinas”… Yo quisiera ser
condecorado por “el heroico valor en combate en la guerra de Malvinas”
con una medalla de oro y ponerla en mi pecho y lucirla todos los 2 de
abril, me gustaría muchísimo… pero me falta algo, por lo menos. Haber
ido a Malvinas.
No puedo hacer de un gusto o de un deseo o de un capricho un derecho.
Es como un
paralítico total que quiere integrar la Selección Mayor de fútbol… O un
mudo que quiera ser locutor-locutor… ¿ Será tan difícil entender que el
matrimonio exige, como esa madera que se llama “machimbre”, o como
cuando Ud. va al veterinario y le pide un casal de canarios, que haya
dos “cosas distintas” complementarias?
Los derechos se fundan en la verdad de las cosas, no en caprichos. Esto podría ser una especie de máxima del derecho católico.
- La complementariedad y desigualdad de varón y mujer
Y
esto nos lleva a otro punto importante. No es cuestión de que, al
admitir una igual substancial dignidad estática de varón y mujer que
pertenece a la especie humana, caigamos en al igualitarismo, que es tan pernicioso, y que es rechazado por nuestra Doctrina.
Una
periodista afamada y acreditada especialmente como “de avanzada” o como
“feminista”, que suele aprobar todas las novedades de “la Cultura de la
muerte”, que Uds. no sé si conocen, Magdalena Ruiz Guiñazú, en un
reportaje hace años dijo que las mujeres tienen un privilegio que los
hombres no pueden tener: el de dar a luz. Y así es.
Hay una igualdad de dignidad estática entre varón y mujer, pero hay una desigualdad estructural que debe hacerse servir para el logro del bien común[1]. Vamos a dar dos ejemplos para ilustrar lo que queremos decir.
Un concurso de guarderistas. Supónganse
Uds. que se hace un concurso entre Francia e Italia a ver quién trata
mejor a chicos de guarderías de tres años. En Francia resulta que eligen
para su equipo representativo a los más aptos acreditados y con
experiencia para la tarea. Pero en Italia, por el asunto de los derechos
humanos, exigen “un cupo masculino” del 50 % obligatorio de varones…
¿Quién gana el concurso?
[Acá debo decir
que la respuesta unánime del auditorio juvenil fue insólita: ¡“gana
Francia”!. – Vamos Argentina todavía… No doy los nombres de los chicos
porque el INADI es capaz de instruir un sumario si uno dice que el
concurso de guarderías lo gana el equipo integrado principalmente por
mujeres que saben de cuidar chicos de 3 años y no por varones que no…].
– Descontado que
gana el que pone a los “jugadores” más aptos para el triunfo del
equipo, para el bien común, que obviamente serán mujeres.
Campeonato de rugby. Y
pensemos, por otra parte, en un concurso distinto, por ejemplo de
rugby. Y Italia pone a los más aptos pero Francia, por el cupo de los
derechos humanos, pone el 50 % de mujeres…
Por donde surge otra “máxima”, que no sería un principio, y es que muchas veces los mentados como “derechos humanos” perjudican el bien común. Por lo tanto, no son derechos humanos en serio y hay que desconfiar de sus pregoneros.
La distinción de
aptitudes de varones y mujeres puede servir como “principio” o
“subprincipio” para una política de seguridad: eso de la igualdad de
varones y mujeres en las fuerzas policiales no favorece el bien común…
No favorece la seguridad… Y no favorece otros bienes… Pero adentrémonos
en el tema del bien común político, para lo cual será bueno empezar,
como hacía Aristóteles, por ejemplos menores.
- El bien común de la fiesta.
Pensemos
en que queremos hacer una fiesta, una buena fiesta. ¿Qué hace falta
para que haya una buena fiesta, para que la fiesta salga bien?
Bueno… por de pronto que haya un lugar adecuado. Debe haber música. Debe
haber comida y bebida. Una buena decoración. Obviamente que debe haber “fiesteros”. [Fíjense
qué cosa obvia, sin fiesteros no hay fiestsa…]. Pero, ¿no es cierto que
la fiesta se arruina si los fiesteros son unos amargos, aburridos,
egoístas, negativos…?
Debe haber, pues, un buen comportamiento de los fiesteros…
Y esto resulta ser lo principal… [Otra “máxima” de la política cristiana: el centro de la vida jurídicopolítica son las conductas. La justicia o la injusticia se dan, ante todo, en las conductas… Pero nos estamos yendo…].
- El egoísta y el solidario
Así
como un método interesante en nuestra materia es comparar las cosas con
sus opuestos (para entender lo que es el “solidarismo” damos el ejemplo
del egoísta, el ejemplo de Tomasito, ya veremos). Otro es empezar de la
cosa más visible y pequeña para irnos hacia arriba (de la fiesta nos
transportamos al Estado). Y otro es poner tipos extremos de conductas, que quizá no se den en puridad, porque somos una mezcla de ellos, como haremos con el egoísta y el solidario.
Todos saben lo que es ser egoísta. El tipo va a la fiesta, aporta lo
menos posible y se apropia lo más que puede. Vive centrado en él, en su
ombligo. ¿Hace falta que les cuente lo que es ser egoísta? Claro está
que no.
En cambio, ¿cómo
actúa el solidario? Él actúa como miembro del conjunto. Hace lo que le
conviene al conjunto. Asume los sacrificios que haya que realizar por el
bien de la buena fiesta.
Y ahora vienen varias preguntas capciosas.
14.¿El egoísta sacrifica su bien?
¿Se puede decir que el egoísta sacrifica su bien, su felicidad, su plenitud?¨
[ Acá debo decir
que a Jerónimo se le iluminaron los ojos, me encandiló y no pude ver a
los demás… A Agustina le había prohibido hablar, para que no se comiera
la cancha… Pienso que los chicos entendieron…].
– Rotundamente no; fue la respuesta [Estos chicos de San Juan de Luz son una promesa luiminosa argentina]. El bien-bien, el bien-bueno [estoy hablando mal] el bien pleno, el mejor bien… de ninguna manera se sacrifica.
Podemos decir que el bien a secas se realiza, se cumple. El
solidario es el hombre más pleno, que realiza o alcanza su bien. ¿No
sentimos como que nuestro corazón se dilata cuando hacemos el bien
pleno, que es el bien moral?
Yo pensaba que
era una frase piadosa de San Francisco pero estudiando estos temas me di
cuenta que era una verdad grande como una casa: en realidad de verdad
de verdad, es dando como uno recibe.
- El “dispasón moral”
Supongo que uds.
saben lo que es un “diapasón”. Un aparatito que Ud. lo acciona, lo
sopla por ejemplo, y le da la nota “la” correcta, y en base a ese “la”
Ud. ajusta el “la” del teclado del piano.
Bueno, en
materia moral tenemos como un diapasón que es el sentido común moral, el
hábito de los primeros principios, que nos indica lo que está bien y lo
que está mal.
Y les voy a decir que en esto no hay ningún pluralismo, porque si Ud. a la gente la acusa de “egoísta” se da cuenta de que la acusa de algo negativo,
sea o no sea egoísta. No hay pluralismo en la vida social normal sobre
estas valoraciones, cuando no intervienen las pasiones, como sucede en
la política, en reprobar por lo menos para afuera el egoísmo y alabar la
solidaridad. En ninguna participación de difuntos se dice: “Murió
fulano, que en su vida sólo se preocupó de sí mismo”. Lo mismo que si
Ud. a un gobernante ladrón lo acusa de ladrón se enoja, porque todos saben que eso es algo malo.
- ¿El bien que se alcanza en la fiesta es un bien ajeno al fiestero?
– No. La buena
fiesta es del fiestero. El fiestero alcanza la relativa felicidad o
bondad que la fiesta produce. La fiesta es suya, pero también
suya-de-otros, mejor dicho… es “nuestra”. De un nosotros.
- Traslado al tema del bien común y del bien común político
- a) El bien común político no es ajeno. Precisamente, y no hay error de tipeo, el bien común es común. Si el bien común no es de todos no es bien común. El bien común político de la Argentina es la felicidad de todos los argentinos. En una economía en la que hay un tercio de argentinos pobres no hay bien común. Una economía en que unos se enriquecen y ajustan sus ganancias y otros soportan como pueden no respeta el bien común político.
- b) Ante esto los liberalismos conciben en general al Estado no como una organización al servicio de todos en conjunto, sino al servicio del egoísmo individual de cada uno. En la actividad económica, por ejemplo, el principio será que cada uno persiga libremente sus fines. V. en seguida el ejemplo de Tomasito.
- c) Y los socialismos (sean marxistas, sean nacionalsocialistas, sea de los políticos modernos masificados) tienden a absorber al hombre en el Estado, no respetando sus verdaderos derechos y la entidad personal.
- El cuento de Tomasito
Es otro cuento que no sucedió.
Tomasito es un
chico (mejor dicho: no es un chico) que vive en San Nicolás pero vino de
afuera, y un día vino y me dijo: “Héctor, me puse de novio”. – “¡Te
felicito, Tomasito! Gran cosa es el noviazgo”. Otro día viene y me dice:
“Fijamos fecha de casamiento”. Y yo exultante lo felicito, le hago la
apología del matrimonio… pero lo veo tristón, como que no estuviera en
proporción con lo que sucedía. Hasta que un día viene y me dice “mi
mujer está embarazada”… Y yo redoblé mis entusiasmos y mi diccionario
para elogiarlo y el tipo como si nada…
Entonces le
pregunté: ¿por qué estás triste cuando te felicito porque te pones de
novio, cuando te casás, cuando sos padre? Y él me confesó: “Porque a
cada uno de esos pasos pierdo libertad”…
Entonces le
avisé a la familia, fui al Hospital San Felipe y al Santuario, hice una
Junta de médicos y de sabios para que estudiaran qué enfermedad padecía
Tomasito. Se reunieron y el dictamen fue: “Liberalismo”…
Pero se curó.
El liberalismo no defiende al libertad, sino que defiende la libertad como principio. Y
la libertad, no entendida como el dominio del propio acto frente a los
bienes elegibles, sino como la ausencia de lazos… Es claro que el
liberalismo, – a ver si me entienden porque es difícil- al defender la libertad como principio no defiende la libertad concreta de la gente concreta. Si el principio de los hombres en sociedad no es hacer el bien común político y sacrificar su libertad de lazos por la perfección en la libertad de perfección (disculpen
que repita) y si el gobernante es coherente y se guía por su libertad…
Tenemos que aguantar que haga cualquier cosa en nombre de la libertad…
En la realidad de los hechos, si las sociedades liberales funcionan, es porque aplican algunos principios no liberales que la sostienen.
Pero sigamos con las preguntas capciosas…
- ¿El bien común político argentino es entonces mío?
Es mío en el sentido de que no es ajeno a mí. No es el bien de un monstruo ajeno a mí. No es fin del Estado como un monstruo ajeno a mí, disculpen la repetición. Pero es mío como partícipe que soy yo del conjunto. Es bien de nosotros… ya te dije. El bien de una comunidad…
- El Estado y el Bien Común político
Para
Aristóteles, y para el Catolicismo (porque nuestra Religión no niega el
derecho natural sino al contrario, se edifica sobre él), el Estado es un
grandísimo bien perfectivo del hombre.
El Estado es
humano, porque está integrado por hombres y busca la plenitud de todos
sus integrantes. El Estado, por eso, tiene “derechos humanos”.
Claro está que
el gobernante puede gobernar mal e instrumentar al Estado para su
beneficio, por ejemplo, y en ese caso pierde el derecho a ser obedecido,
pierde autoridad, y hasta se puede justificar echarlo a patadas.
Pero el Estado
es un bien tan grande que, en la medida en que haya “algo de Estado”,
algo de orden… ya hay algo de justicia, de seguridad.
Tantos que, enseña Santo Tomás, en ciertos casos hay que obedecer las órdenes injustas, para evitar el escándalo y el desorden. Cosa que no se da cuando el gobernante manda hacer algo intrínsecamente malo o contra la ley natural y divina.
Cuando Bélgica,
en guerra con Alemania, fue ocupada por ésta en la primera guerra
mundial (no hay nada en cuestión del nazismo aquí), el Arzobispo Primado
de Bélgica lanzó una pastoral enseñando esta doctrina, o aplicando este
criterio de la bondad del Estado, de este modo (resumo por mi cuenta y
riesgo): Hay que obedecerle al gobernante ocupante usurpador que detenta
efectivamente el poder (es decir el enemigo detestado que invadió su
país), en todo lo que no contravenga la ley natural y divina y en todo
lo que no implique consentir la injusticia de la usurpación. Si dicta
normas sobre la circulación en las calles, o sobre los mercados, etc.,
ha de ser obedecido porque en eso está implicado el bien común político.
A mi criterio,
en un caso así, no debiera ser obedecido, no sólo en medidas contra el
orden natural y divino, sino tampoco aceptando que el usurpador cambie
la bandera de Bélgica o la Constitución de Bélgica… aunque los artículos
de esa constitución que no fueran contra el bien común político sí
debieran ser acatados…
- El principio del bien común político pide preocuparse por la Argentina y salvar la Argentina
Tenemos hoy en la Argentina, como dijimos, 1/3 de pobres…
No
tenemos fuerzas armadas, mientras nuestros vecinos se arman cada día
más. No hay Estado en el mundo, dada la naturaleza humana tal como es,
que no haya tenido fuerzas armadas. Desde Malvinas se ha acatado la
decisión de los Superpoderosos de que Argentina no las tenga. Si una
primera función de las fuerzas armadas es poder amenazar para que no se
produzca un ataque, es probable que eso acelere guerras y derrotas o
concesiones indignas…
No
tenemos sistema penal. Sepan Uds. que cuando Uds. ven que un tipo roba y
sale en libertad; otro mata y sale en libertad, cuando casi nunca se
condena, todo esto obedece a un sistema, el
Garantoabolicionismo que, so pretexto de las garantías, quiere que no
exista castigo para los delincuentes ni protección a las víctimas ni
reeducación por el derecho penal para los delincuentes.
Estamos sometidos a la usura… Hay una sentencia judicial incuestionada
que demuestra que la moderna deuda externa argentina en gran parte fue
un fraude… que es falsa. Que no existe. Que no se sabe adónde fue el
dinero, salvo el enriquecimiento de sus gestores. Además, se probó que el dinero no era necesario. Ni
cuánto entró, si entró. Que dinero que entró a un interés se represtaba
al mismo prestamista a un interés más bajo… Es decir que salía… Además,
se sabe que nunca se va a poder pagar…
Hay
un Exterminio en curso… El Estado de Salta mata 3 o 4 chiquitos por
semana… Se matan miles… Aborto quirúrgico… Aborto pastillero…
No hay banderas en las calles…El patriotismo decrece.
No
tenemos Universidad… Les cuento el caso de un profesor que vivía aquí en
el Gran Buenos Aires, joven filósofo importante, con mujer y tres
hijos… Tenía que viajar a La Plata, a Buenos Aires, al Gran Buenos
Aires, a no sé dónde… siempre a la carrera… para dar clases. No le
alcanzaba para mantener la familia o le alcanzaba apenas… Y no podía
estudiar con tanta movida… En Chile le pagan a los profesores yh
consiguió un full time , tiene horario de 9 a 17 horas y su escritorio y biblioteca provistos, y el resto lo dedica, con un buen sueldo, a la familia.
- Ante la realidad apliquemos los principios
El bien común político, la felicidad de los argentinos, es el principio, el gran mandato. De ese principio surgen los principios derivados. Y habrá que encontrar los medios para alcanzar los fines enunciados en los principios.
Tenemos 1/3 de pobres… – Bueno: El principio político cristiano aquí en la economía es el mandato: combatir la pobreza YA. Y para combatir la pobreza hay que combatir las causas de la pobreza.
No tenemos fuerzas armadas. – El principio político del orden natural y católico es el mandato de tenerlas… Y arbitrar los medios… ya…
No tenemos sistema penal. – El mandato político católico dice que hay que tener sistema penal… Castigar el delito. Defender a la gente…Gracias a esto hay gente que se podrá redimir.
Estamos sometidos a la usura… – El principio político católico
manda revisar la deuda y pagar sólo lo real y pagar en la medida en que
se cubran los gastos que son prioritarios. No se puede pagar a costa
“del hambre y la sed de los argentinos”, como dijo un presidente que lo
quiero porque defendía el principio de la enseñanza religiosa a muerte,
pero aquí… Lo dijo en el mismo momento en que reconocía que los
ferrocarriles ingleses nos estaban estafando, haciendo figurar gastos
para obtener la ganancia prometida del 7 %, que además incluía el regalo de una legua a cada lado de la vía desde Rosario a Córdoba… Se
pagará con lo que sobre después de los gastos prioritarios… que
incluyen que la Argentina mantenga un nivel decoroso de vida y que
progrese…
Hay un Exterminio en curso…
matan gente con total impunidad… Mata el Estado, matan los jueces,
quieren matar los legisladores, sometidos a los poderes internacionales.
Se matan miles… Aborto quirúrgico… Aborto farmacológico con el
Bisoprostol…. – El principio político católico dice
combatir al aborto y poner presos a los aborteros y a los jueces y a los
legisladores aborteros…Basta de matar inocentes… Volver a repetir el
Argentinazo, del 8 y 9 de agosto de 2018, pero avanzar… porque ahí se
paró la ley… El Partido de Herodes quiere la ley… van por más… van por
todo… Nosotros nos oponemos con todo, a todo esto.
No hay banderas en las calles… – El principio político católico dice embanderar el país…
No tenemos Universidad… – El principio político católico dice
refundarla, en su espíritu, en su estructura, en los medios… y no
consentir la destrucción y la hipocresía… Y no decir que tenemos
Universidad si la misma no paga a los profesores…
- Una objeción: Ud. se olvidó de lo más importante que es la religión, porque habló de bien común político y la religión es distinta de la política.
No.
Nosotros tenemos en nuestro Derecho Tradicional, desde siempre, el
mandato de proteger y conservar la Santa Religión Católica que fundó la
Argentina.
En el Preámbulo
nuestros representantes invocan la protección de Dios, fuente de toda
razón y justicia. El artículo 2 manda sostener el Catolicismo, y esto
implica el sostener económicamente en serio y adoptar en lo substancial
la moral católica: unión moral, se le llama.
Alberdi decía
que para educar a los argentinos hacía falta la Religión Católica. Y
Vélez Sársfield enseñaba que la religión era el asunto más importante de
la política.
Los
mejores juristas, como Bidart Campos y Ricardo Bach de Chazal, sostienen
que en virtud de la unión moral significa la inconstitucionalidad de
toda norma que ataque la moral católica.
El bien común político es la felicidad de los argentinos en esta tierra. Y ella no se logra sin la Religión.
De modo que lo más importante del bien común político, por lo tanto de la política, es Dios.
- Por qué defendemos la Cristiandad
Una cosa es el Cristianismo y otra la Cristiandad.
La Cristiandad
no existe sin Cristianismo; pero puede haber este último sin
cristiandad, como sucede, por ejemplo, en Japón y China.
Cristiandad es el orden social informado por el Cristianismo. Hay
cristiandad cuando está la Religión en las leyes. Hay cristiandad
cuando los nombres de las calles, como aquí en este barrio de Ingeniero
Maschwitz, llevan nombres de santos. Hay cristiandad cuando hay justicia
social. Hay cristiandad cuando se respeta el domingo como el día del
Señor.
Defendemos la Cristiandad porque es el orden querido por Dios… El documento principal sobre el tema es la encíclica Quas Primas, del Papa Pío XI, que establece la festividad de Cristo Rey. Y esto está ratificado por el Catecismo de la Iglesia Católica, art. 2.105.
La defendemos porque lo manda el Derecho.
- Razones para todos y no sólo para los católicos
Pero también la defendemos porque es nuestro modo de ser. Venimos del Cristianismo y la Iglesia fundó la Argentina…
La defendemos
por agradecimiento… Cuando en 1994 se reformaron artículos religiosos de
la Constitución el periodista judío Manfred Schonfeld se opuso en el
diario La Prensa invocando que si los no católicos debemos
pagar con esos artículos que privilegian a la Iglesia, resulta muy
barato por lo que todos los argentinos le debemos a ella.
La defendemos para mantener nuestro modo de ser y nuestra independencia político-económica: el nuevo orden mundial quiere inventar e imponernos una nueva religión (lean chicos al P. Sanahuja).
La defendemos, es decir defendemos la Argentina Católica, porque sin Dios no hay moral y se destruye el orden natural.
La defendemos
para defender nuestra idiosincrasia. El Presidente Roosevelt visitando
la Argentina le dijo al perito Moreno que mientras Argentina sea
católica “no la podremos dominar”. Por eso, como decía el P. Castellani,
nos regalan biblias y fomentan entre nosotros el protestantismo. “Nos
regalan biblias y nos roban los bienes”.
Pero volvamos al bien común político, el principio de los principios de la política católica, con una definición.
- Definición criolla de los derechos humanos y del principio del bien común político
“Es el gaucho en su orfandà
De la fortuna el desecho
Porque naides toma a pecho
El defender a su raza
Debe el gaucho tener casa
Escuela, iglesia y derechos”. (Martín Fierro, II, 4823 ss.).
¡Vamos Argentina todavía!
Héctor H. Hernández
20 de septiembre de 2019
[1]
Llamo “dignidad estática” a la que todo hombre tiene por el hecho de
ser hombre, es decir por tener naturaleza humana. “Estática” porque la
tiene con independencia de lo que haga. Pero al actuar con su voluntad
libre puede caer en la “indignidad dinámica”. Por digno que el hombre
sea se vuelve indigno por el pecado.