Paradigma del guerrero norteño, símbolo de nuestra Gendarmería y héroe encumbrado de la señorial Salta
Genio militar y político comprometido con la causa americana, su figura
-que en otras latitudes generaría películas épicas por sus hazañas sin
igual- merece ser recuperada para todo el país como símbolo de entrega.
Por Pablo A. Vázquez
La Prensa - Política
23 de septiembre de 2019
Paradigma del guerrero norteño, símbolo de nuestra Gendarmería y héroe encumbrado en la cima de la señorial Salta, el general Güemes -a él me refiero- guarda aún muchas aristas para su estudio y divulgación fuera de los límites salteños.
Nacido el 7 de febrero de 1785 en Salta, aún sigue siendo un patriota
desconocido para las jóvenes generaciones fuera del territorio norte de
nuestro país.
Vicente Sierra, en el tomo VI de "Historia de la Argentina" (1965)
afirmó: "Martín Miguel Juan de Mata de Güemes, hijo de quien fuera
comisario de guerra y ministro general de la Real Hacienda de la
provincia de Salta, y de una hija del general Martín miguel de
Goyenechea, nacida en Jujuy, fue militar de carrera, la que abrazó a los
catorce años sentando plaza de cadete en la compañía del regimiento
fijo de Buenos Aires, destacada en Salta, el 13 de febrero de 1799. Con
él pasó en 1801 a Buenos Aires y más tarde a Montevideo, actuando
gloriosamente en las jornadas de la Reconquista y la Defensa, por lo que
fue graduado alférez del fijo y con despacho de teniente de milicias
pasó en 1808 a su ciudad natal, donde se incorporó a la guarnición
local".
Los sucesos de 1810 lo encuentran comprometido con la causa patriota, al
punto de ofrecer un plan para defenderse de los realistas que
amenazaban atacar desde Potosí, en la actual Bolivia. "He ahí la primera
manifestación del genio de este conductor de multitudes gauchas: cuando
los demás piensan en reunir recursos y en organizar milicias, él
comprende que en su tierra nativa la guerra principal tiene que librase
en campo abierto, a la descubierta" -señaló Jorge Newton, en su
biografía del prócer de 1967-. "Que tiene que ser una guerra de
recursos, al propio tiempo que de acciones realizadas con tanta rapidez
como audacia".
LA BRAVURA SALTEÑA
Su impulso posibilitó el triunfo patriota de Suipacha. Tensiones mediante, se retiró del ejército, pero la Junta lo reincorporó, uniéndose a las tropas que retrocedían luego del fracaso de Huaqui. Tras dejar Belgrano el mando de las tropas del Norte a San Martín, confió éste en Güemes para, como teniente coronel, defendiera su región. Los éxitos se multiplicaron, al punto que el futuro Libertador lo reconoció como comandante general de la vanguardia y le otorgó el Título de "Benemérito de la Patria", tal como señaló el citado Sierra.
LA BRAVURA SALTEÑA
Su impulso posibilitó el triunfo patriota de Suipacha. Tensiones mediante, se retiró del ejército, pero la Junta lo reincorporó, uniéndose a las tropas que retrocedían luego del fracaso de Huaqui. Tras dejar Belgrano el mando de las tropas del Norte a San Martín, confió éste en Güemes para, como teniente coronel, defendiera su región. Los éxitos se multiplicaron, al punto que el futuro Libertador lo reconoció como comandante general de la vanguardia y le otorgó el Título de "Benemérito de la Patria", tal como señaló el citado Sierra.
El Comandante de Gauchos, nombrado por el Cabildo salteño, el triunfador
del Puesto del Marqués, del 14 de abril de 1815, futuro gobernador de
Salta, nombrado por el cabildo y el pueblo en su conjunto el 6 de mayo
del mismo año y creador, bajo protesta porteña, de la División Infernal
de Gauchos de Línea, fue un caudillo de raigambre popular.
Con Los Infernales al frente, junto a los pueblos del Norte, la Guerra
Gaucha fue total. La bravura salteña, unida al coraje jujeño y de los
pueblos del Alto Perú, fue tan férreo al punto de hacer fracasar los
planes de los realistas. La frase del general español Valdés no fue en
vano: "!A este pueblo no lo conquistaremos nunca!".
El Pacto de los Cerrillos con Rondeau permitió, junto con su espada, la
concreción efectiva del Congreso en Tucumán, quien declaró nuestra
Independencia.
El sentido social del caudillo se evidenció en el Fuero Gaucho.
Comunicado a Pueyrredón el 27 de abril de 1818, fue aprobado por el
Director Supremo, confirmando éste el goce del fuero militar a sus
milicias gauchas. Los gauchos salteños pudieron acceder a su tierra, a
costa del patriciado local, con la posterior tensión de dichos sectores
afectado en sus intereses.
San Martín confió en Güemes como ariete para su plan libertador, al
punto de esperar de él un avance militar sobre el Perú. Conflictos
internos y externos trocaron los deseos de Don José y de Don Martín
Miguel. El final acechaba.
"Güemes se encontraba en la noche del 7 de junio de 1821 en su casa de
la actual calle Caseros al 760, -relató Luis Colmenares en su biografía
de 1987, editado por el Senado de la Nación, sobre el insigne americano-
atendiendo asuntos de gobierno, cuando se enteró que fuerzas realistas
habían ocupado la ciudad. De inmediato trató de abandonar la plaza.
Montó a caballo seguido de su escolta y llegó a la actual calle
Balcarce, por donde siguió hasta la hoy avenida Belgrano".
Lo vivencial del relato del autor, que a uno lo transporta a las calles
salteñas del hoy tiene un fatal correlato: "Aquí lo esperaba un grupo
realista que no pudo impedir que Güemes y su gente salvara el obstáculo y
siguiera hacia el Este, pero una bala de las descargas efectuadas le
penetró por el coxis, hiriéndolo mortalmente. La herida no impidió al
prócer seguir a caballo en dirección al cuartel del Chamical. Güemes fue
conducido hasta una cañada inaccesible para quien no conociera la zona,
llamada Cañada de la Orqueta. Allí murió el 17 de junio de 1821 pero
-destacando su grandeza hasta en su propio holocausto- no sin antes
jurar el oficial que tomó el mando de su fuerza, coronel Jorge Enrique
Vidt, que seguiría combatiendo a los realistas hasta vencer".
"El cuerpo de Güemes -reseñó Colmenares- recibió sepultura en la Capilla
del Chamical, de donde al año siguiente fue conducido a la Antigua
Catedral de salta. En oportunidad de la construcción del actual Templo
de los salteños, fue trasladado al mausoleo de la familia Güemes en el
Cementerio de la Santa Cruz. En 1918, al erigirse el Panteón de las
Glorias del Norte, en la Catedral de Salta, fue solemnemente trasladado a
este panteón, donde hoy es venerado".
Finalmente, Alicia Poderti, en su "Martín Miguel de Güemes y su plan
geo- político" (2005), sentenció del patriota salteño: "Para Güemes el
ideal patriótico estaba concebido como un plan geo-político integral.
Este diseño se articulaba a un proceso que convocaba a los distintos
sectores sociales con el fin de realizar el proyecto de una libertad
común para los países sudamericanos. Güemes hizo de la causa de la
Independencia la empresa de las masas movilizadas de la gran Sudamérica,
enfrentado a los godos, a los porteños y a la oposición de las
provincias del norte. Cuando desaparece físicamente también se esfuma
ese objetivo primordial. El triunfo del puerto cercena la posibilidad de
un trazado económico y político regional... Se suceden las virulentas
guerras entre federales y unitarios, con su fase condenatoria hacia
muchos de los ideólogos de la emancipación".
POLITICO Y MILITAR
POLITICO Y MILITAR
Genio militar y político comprometido con la causa americana, su figura
-que en otras latitudes generaría películas épicas por sus hazañas sin
igual- merece ser recuperada, más allá de su Salta natal, para todo el
país como símbolo de entrega, con el calor del sentir popular, ante la
adversidad de la lucha por una patria liberada e integrada con las
naciones hermanas de la región.
Publicado 2 hours ago por Centro de Estudios Salta