sábado, 10 de noviembre de 2018
EL CLUB DE LOS LEONES – Un pequeño informe. ¡Entérese!
¿QUE
ES EL CLUB DE LOS LEONES?
Es otra de las asociaciones que, sin ser
propiamente quizás masónicas, pueden considerarse sin embargo como uno de los
tantos movimientos que difunden por el mundo las ideas de la secta (entiéndase la
secta masónica).
La historia del Club de los Leones arranca
del año 1917, cuando el joven Melvyn Jones, estudiante de Chicago, juntó
alrededor suyo muchos chicos de su edad. La miseria rodeaba a muchos de ellos;
y las diferencias sociales estaban muy acentuadas en ellos. Entonces decidieron
realizar obras benéficas, aunque con el más riguroso anonimato, y favorecer
entre los hombres de todos los países la hermandad, la concordia y la amistad.
De modo más inmediato, reunieron algún dinero, organizaron rifas, recogieron
ropas, abrieron comedores populares, todo para los necesitados.
El grupo inicial estaba formado por dos
docenas de afiliados. En la actualidad (NOTA:
se debe tener encuenta que esta publicación tiene sus años, los datos no están actualizados),
la organización leonística cuenta con más de 12.000 clubes, distribuidos en 63
países, y con más de 600.000 miembros o leones. Solamente en América del Sur
parece que hay unos 40.000 leones. En diciembre de 1954, el vicepresidente de
los Leones internacionales, Dr. Humberto Venezuela, dejó establecida en
Argentina una filial del Club.
Se fundaron pronto otras filiales, y en
diciembre de 1957, su presidente Mr. Edward Barry visitó Argentina, acompañado
por leones internacionales y recibió en Rosario los homenajes de representantes
de los clubes leones de Uruguay, Chile y Paraguay.
La palabra Leones es una sigla y corresponde
a:
L ealtad N obleza de ideales
E ntendimiento E
sfuerzo por el progreso
O rden S ervicio al
individuo.
Armando
Tonell, en un
artículo salido en la revista Reflector, (de la Congregación del Verbo Divino)
escribe: “Los
Leones se diferencian de los rotarios en un solo detalle: las clasificaciones.
Mientras que en el Rotary cada actividad tiene un representante, en el Club de
Leones, o “Lions Internacional” se admite a
todos por igual y la selección es menos rigurosa. Por el ridículo nomenclátor
en que cataloga a sus miembros, como por sus pretensiones de salvador social,
el Club de Leones puede encasillarse muy bien entre los clubes chirles y
fanfarrones”.
¿Qué
debe pensarse de los leones?
Que sepamos, la Iglesia no ha dado todavía
ninguna directiva acerca de tales clubes, como ya lo hizo para el Rotary.
Creemos que con toda razón debe aplicársele
el Canon 684, cuyo texto repetimos: “Son
dignos de alabanza los fieles que dan su nombre a asociaciones que promueve la
Iglesia o al menos tienen su aprobación. Por el
contrario, absténgase de las sociedades secretas, condenadas, sediciosas,
sospechosas, o que buscan eludir la legítima vigilancia de la Iglesia”.
A lo menos le conviene al Leonismo este
último calificativo: sospechoso, por los motivos que apunta Armando
Tonell, en el artículo ya citado: “Si el
“Club de Leones” no pasara más allá de sus extravagancias de forma, no valdría
la pena ocuparse de él, ni para ponerlo en solfa. ¿Qué importa una máscara más,
que creyendo que todo el año es carnaval busca empeñosamente formar su
comparsa? Pero es el caso que el “Club de los
Leones” esconde bajo su careta inofensiva un fondo inaceptable desde el punto
de vista del mejoramiento social y de la elevación moral del hombre. (Que
pretende ser su finalidad).
Proclama el “Club
de Leones” la amistad, el compañerismo y la camaradería como únicos
medios para mejorar moralmente a la humanidad, de acuerdo con la enseñanza
rotaría legada por Paul Harris, fundador del Rotary.
Y Harris preconizó la prescindencia absoluta de Dios y de
todo credo religioso... Todo debe hacerse sin el auxilio de la Divinidad.
Debe obrarse Ieonísticamente. En los
tiempos de Roca y de Wilde, se decía “masónicamente”;
pero hoy, para disimular, se tapan el mandil con el mantel de la opípara mesa en
que periódicamente se reúnen “leones” y “rotarios”, y con fingida candidez, enarbolan el
banderín del indiferentismo religioso, tanto más pernicioso como la misma
guerra a la religión.
En lugar de alistarse en las filas del
Leonismo, los católicos deseosos de fomentar la caridad o de ejercerla en
provecho de los necesitados hallarán fácilmente muchas otras asociaciones “que promueve la Iglesia o al menos tienen
su aprobación” en que podrán inscribirse con mérito de su parte, sin el peligro
de caer en el indiferentismo religioso o de favorecer, aunque sea
indirectamente, los planes de la Masonería.
UNAS
FOTOS REVELADORAS.
En la
Revista “Cruzado Español” del 15-XII-1960, Fidel
Castro aparece fotografiado, une vez con el Presidente del Club de los
Leones de La Habana, Dr. Balando Fernández Patmos, en un momento del almuerzo
celebrado por dicho Club en el Salón Caribe del Hotel Hilton, y otra vez en el
almuerzo del Club Rotario de La Habana, con el Dr. Manuel Urrutia, presidente,
y varios miembros del Gabinete”.
SIN
CONTAR QUE...
Muchas otras sectas, asociaciones y sistemas
doctrinales como Acción Laica, Liga de la Enseñanza, Intelligence Service,
Friendly Societies, Young Men's Christian Association (YMCA), Liga de los
Derechos del Hombre, etc., son auxiliares y renuevos de la Masonería. . .
(Triana, Hist. de los HH. Tres Puntos).
“En Argentina existen cerca de 40 organizaciones
colaterales de la Masonería, creadas exprofeso para desarrollar su acción
profana, sin comprometerse; y otras 30 que, si bien no son fundaciones masónicas
han sido prácticamente copadas por la Masonería.
Otros
autores han denunciado la influencia de la Masonería en el espiritismo y el
teosofismo y otras prácticas esotéricas”. (Cfr. Fray Isidoro Silvestre
O.F.M. en “Masonería, su misión, sus actividades”).
“Todos los Leones no
son masones, ni mucho menos, pero todos los masones son favorables al Club de
los Leones”.
La
propaganda masónica se ha preocupado, sobre todo desde 1930, en organizarse en
las altas esferas, con el fin de alcanzar mejor en todos los terrenos sus fines
más esenciales.
Esta
propaganda no se contenta con obrar sobre los partidos políticos y por su
intermedio. Pone en obra los medios más diversos: ciertos periódicos,
asociaciones “fraternas” que ¡ha multiplicado en muchos ambientes las Ligas que
proceden más o menos directamente de ella o que ella inspira, o que son sus
aliados: Liga de los Derechos del Hombre, Liga de la Enseñanza llegada a ser
Confederación General de las Obras Laicas, Librepensamiento, Agrupaciones
racionalistas, de defensa laica, de funcionarios, de combatientes, de
compañeros de mutualistas, de enseñanza popular, etc. Ha desarrollado las obras
de Juventud, Scouts, Asociaciones deportivas. Patronatos de laicos. Colonias de
vacaciones.
Ha invitado a sus miembros a tomar lugar en
las secciones locales de las diversas obras. Ha llamado a su auxilio al teatro,
al cine, la radio, las bibliotecas populares, los volantes.
A menudo procede mediante personas
interpuestas. Recomienda a sus fieles el empaparse bien, en las Logias, en las
enseñanzas masónicas; y después, dejar el mandil y su cualidad de masón, para
bajar a la ciudad como simples ciudadanos. Que se trate de la acción parlamentaria o de cualquier
obra, la Masonería se ha de hacer sentir por todas partes, y descubrir en
ninguna”. CHARLES LEDRÉ “La Masonería”
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“El Anticristo no
se llamará así; de lo contrario no tendría adeptos. No llevará un “maillot”
rojo, y no vomitará azufre. Llegará disfrazado como el Gran Humanista; hablará
de paz y de abundancia. Protegerá la ciencia, pero tan sólo para que los
fabricantes de armas se sirvan de una maravilla de la ciencia para destruir
otra. Hablará aún, tal vez, de Cristo, y dirá de El que fué el hombre más
grande que jamás haya existido. En medio de su aparente amor a la Humanidad y
con sus enternecedoras palabras sobre la libertad y la igualdad tendrá un gran
secreto que no dirá a nadie. No creerá en Dios.
Vivimos días de Apocalipsis. . .”
Mons. Fulton Sheen
(1951).
“Tomado
de la publicación Fe integra” N° 5 (Segunda Edición)