miércoles, 30 de octubre de 2019
El Vaticano promueve la idolatría - Alejandro Sosa Laprida
28/10/2019
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Francisco asiste con recogimiento al
culto de la “Pachamama” en el
Vaticano
El 4 de octubre, en el marco de la
promoción del Sínodo Amazónico, que se desarrolló del 6 al 27 de octubre en
Roma, fundado en el manido pretexto “ecológico” -recordemos que el lema bergogliano
favorito es “salvaguardar nuestra casa
común”, porque de “salvar el alma”,
ni noticia- e instrumentalizando, como de costumbre, al Poverello de Asís, Francisco organizó una ceremonia religiosa de
carácter sincrético -en la que se mezclaron rituales indígenas con oraciones
cristianas- en los jardines vaticanos.[1]
Durante dicha ceremonia, un grupo de
aborígenes rindió culto, bajo la dirección de una sacerdotisa nativa, a la “Pachamama” o “Madre Tierra”, con cánticos, prosternaciones y ofrendas de
alimentos, y a una “diosa de la fertilidad”, representada por la imagen de una
mujer desnuda embarazada -que el servicio de prensa pretendió, en un primer
momento, hacernos creer que se trataba de la Santísima Vírgen María-.
Cabe añadir que esa estatuilla pagana
también estuvo presente en una procesión organizada en la basílica de San Pedro
el 7 de octubre, en presencia de Francisco, y que, además, fue expuesta al
culto durante todo el sínodo en una iglesia romana, Santa María en Traspontina.
Para
quienes podrían ilusionarse pensando que esto no es más que un simple tributo pagado
a la corrección política o un desafortunado desliz, explicable por la confusión
doctrinal reinante, se vuelve necesario establecer que el obrar de Francisco[2]
responde rigurosamente a los principios modernistas que profesa, totalmente
relativistas y naturalistas. Transcribo unas citas suyas que ilustran este
punto[3]:
«Si un niño recibe su educación de los
católicos, protestantes, ortodoxos o judíos, eso no me interesa. A mí lo que me
interesa es que lo eduquen y le quiten el hambre.»
«La religión tiene derecho a expresar
su opinión al servicio de las personas, pero Dios nos ha creado libres: la
injerencia espiritual en la vida de la gente no es posible.»
«Dialogar no significa renunciar a sus
propias ideas y tradiciones, pero sí a la pretensión de que sean únicas y
absolutas.»
«El proselitismo es una solemne
necedad, no tiene sentido. Es necesario conocerse, escucharse y hacer que el
conocimiento del mundo que nos rodea crezca.»
«No hay que pensar que el anuncio
evangélico deba transmitirse siempre con determinadas fórmulas aprendidas, o
con palabras precisas que expresen un contenido absolutamente invariable.»
«Este buscar y encontrar a Dios en
todas las cosas deja siempre un margen a la incertidumbre. Debe dejarlo. Si una
persona dice que ha encontrado a Dios con certeza total y ni le roza un margen
de incertidumbre, algo no va bien.»
Por otro lado, y sin ánimo de provocar,
pues comprendo que el asunto es delicado y podría herir susceptibilidades,
pregunto: este hecho tan lamentable y escandaloso de la promoción del culto de
la “Pachamama” en la mismísima Roma,
¿es peor, acaso, que las múltiples invitaciones efectuadas por Juan Pablo II y
Benedicto XVI a las religiones idólatras a “rezar” por la paz en Asís?
Con los templos católicos cedidos a
falsos cultos y la jerarquía eclesiástica incitando a los pobres infieles a que
invocasen a sus ídolos y a que esperasen de ellos la obtención de la paz para
el género humano, confortándolos así en las tinieblas del paganismo, lejos del
único y verdadero “Príncipe de la Paz”
(Is. 9, 6). Esto es algo tan grotesco que habla por sí mismo…
Y con el agravante de que esas
babélicas asambleas fueron convocadas y organizadas nada menos que por los
supuestos Vicarios de Jesucristo en la tierra, como si toda religión fuese de
suyo un camino bueno y válido para dirigirse a Dios, para orarle y para
rendirle el culto que le es debido -al margen de la buena intención que puedan
tener sus miembros-.
Personalmente, debo reconocer que, ante
la situación actual, no puedo dejar de pensar en la advertencia que hiciera
Nuestro Señor, cuando, refiriéndose a los tiempos pre-parusíacos, nos alertaba
acerca de la aparición de “falsos
Cristos”, quienes, de ser esto posible, lograrían engañar “incluso a los elegidos” (Mt. 24, 24).
Sin olvidar a la bestia de la tierra, descripta
por San Juan, que tiene “dos cuernos
semejantes a los de un cordero”, pero que habla “como dragón” (Ap. 13, 11), refiriéndose inequívocamente a una
impostura religiosa de alcance mundial, en la que el dragón, para poder seducir
a la humanidad, se reviste de la apariencia del cordero. Y bien sabido es que
el cordero representa a Cristo, y el dragón, a Satanás…
¿Puede, acaso, existir un mayor “misterio de iniquidad”, al decir del
Apóstol (2 Tes. 2, 7), que contemplar la “abominación
de la desolación en el lugar santo” (Mt. 24, 15), profetizada por Daniel y
retomada por Nuestro Señor en su discurso escatológico? Soy consciente de que
estas palabras sólo se aplicarán con propiedad al “hombre de pecado” (2 Tes. 2, 3), durante la “gran tribulación” (Mt. 24, 21), pero todo parecería indicar que
los sucesos actuales son como el “tipo” de este doble anuncio profético que aún
está por verificarse.
A decir verdad, los constantes
episodios “ecuménicos” e “interreligiosos” organizados por los papas
conciliares no deberían asombrarnos demasiado, puesto que, para el modernismo -que no es sino la versión “cristianizada”
de la ancestral gnosis panteísta, como la cábala lo es en el judaísmo-, la
religión es un mero producto del subconsciente. Dios se revela en las
profundidades de la conciencia humana, y los “dogmas”, por tanto, son
expresiones relativas y cambiantes de esta experiencia primordial,
conceptualizada y manifestada desde la cosmovisión propia de cada cultura.
De ahí que cada religión, a pesar del
particularismo “dogmatico” que necesariamente la caracteriza, limitándola, y
que por ende no debe ser “absolutizado”, sea un medio legítimo de expresar lo
divino y de ponerse en contacto con la misma divinidad, que reside en el hombre,
manifestándose progresivamente, y tomando conciencia de sí misma en el devenir
histórico. Hegelianismo en estado puro, en definitiva. Y esto, naturalmente,
abarca todo tipo de manifestación religiosa, por falsa y aberrante que sea, la
de la “Pachamama” incluida. No
faltaría más…
Desgraciadamente, como ya he dicho, esta
concepción modernista de la religión no es exclusiva de Francisco, sino que ha
sido profesada por la jerarquía eclesiástica desde el CVII, de un modo más o
menos explícito, basándose, principalmente, en los documentos conciliares referidos
a las religiones no cristianas, al ecumenismo y a la libertad religiosa.
El estudio de la encíclica Pascendi,
de San Pío X, condenando el modernismo, y, desde un punto de vista negativo, de
la “teología” evolucionista de Teilhard de Chardin, es de gran utilidad para
comprender lo que está sucediendo en la Iglesia, a saber, la infiltración de la
gnosis modernista hasta sus más altas esferas, preludio, seguramente, de la “gran apostasía” final de la que habla
San Pablo (2 Tes. 2, 3).
Antes de terminar, comparto dos citas
que dejan bien en claro la postura modernista de Bergoglio acerca de la bondad
intrínseca de todas las religiones[4]:
«El pluralismo y la diversidad de
religión, color, sexo, raza y lengua son expresión de una sabia voluntad
divina, con la que Dios creó a los seres humanos.»[5]
«Pido para todos ustedes la bendición
de Dios, Padre de todos nosotros, Padre de todas las confesiones.» [6]
Transcribo seguidamente dos citas
finales, en guisa de postrer ejemplo -entre miles- de esta actitud de indiferentismo
y de relativismo religioso promovida oficial y sistemáticamente por Roma desde
el CVII. La primera consiste en un fragmento del mensaje enviado por el Pontificio Consejo para el Diálogo
Interreligioso a los hindúes el 21 de octubre de este año, con ocasión
de la fiesta de Deepavali[7].
Es importante señalar que este tipo de mensajes vaticanos dirigidos a las “grandes tradiciones religiosas” del
mundo es una constante desde hace más de medio siglo. La segunda es un pasaje
de la declaración conciliar Nostra
Aetatate sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no
cristianas, aquí específicamente, en lo que concierne al hinduismo, para
vincularla con la precedente.
Ellas nos permiten comprender que la raíz
de la crisis inaudita que padece la Iglesia no es sólo ni exclusivamente
responsabilidad de Bergoglio, por chocantes y arbitrarias que puedan ser sus
maneras, su lenguaje y sus acciones, ya que él no hace sino agravar el caos
mental y la confusión doctrinal preexistentes, siguiendo rigurosamente los
falsos principios del ecumenismo conciliar. Deseo aclarar que lamento profunda
y sinceramente si al escribir estas cosas pudiese perturbar a alguien. No es en
absoluto mi intención. Pero considero indispensable ir al fondo del asunto, y
desechar de una buena vez la ficción que consiste en imaginar que Francisco es
“el malo de la película”. El “único” malo, entiéndase.
Bergoglio no surgió de la nada, no nos
hallamos ante un infausto y desconcertante caso de “generación espontánea”, que
nos obligaría a denunciar sus incontables aberraciones y tan sólo las suyas,
limitándonos a “capear el temporal” de su pontificado, aguardando a que amaine
una tempestad que sería de su exclusiva incumbencia. O a que el “papa emérito” -o alguno de sus
lugartenientes- se decida a intervenir, y a “tomar cartas en el asunto”,
restaurando el statu quo pre-bergogliano…
Dicho esto, he aquí las citas
prometidas. Traten de imaginar por un momento a San Pablo diciendo cosas por el
estilo en sus prédicas, la escena se me antoja surrealista…
Queridos
amigos hindúes, el Pontificio
Consejo para el Diálogo Interreligioso os
envía cordiales saludos y sinceros deseos con ocasión de la Deepavali que este año celebráis el 27 de octubre.
Que esta fiesta de luces ilumine vuestros corazones y hogares y traiga alegría
y felicidad, paz y prosperidad a vuestras familias y comunidades. Al mismo
tiempo, que fortalezca el espíritu de hermandad entre vosotros. (…) La religión
nos inspira fundamentalmente a “ver en el otro a un hermano que debe sostener y
amar” -Francisco y Ahmaed el-Tayeb, Gran Imán de Al-Azhar en Abu Dhabi, el
4/2/ 2019-. (…) Sólo cuando los
seguidores de las religiones se exigen a sí mismos una vida coherente con su
ética religiosa, pueden ser vistos como personas que desempeñan realmente su
papel de constructores de paz y de testigos de nuestra humanidad compartida.[8]
Las
religiones, al tomar contacto con el progreso de la cultura, se esfuerzan por
responder a dichos problemas con nociones más precisas y con un lenguaje más
elaborado. Así, en el Hinduismo, los hombres investigan el misterio divino y lo
expresan mediante la inagotable fecundidad de los mitos y con los penetrantes
esfuerzos de la filosofía, y buscan la liberación de las angustias de nuestra
condición mediante las modalidades de la vida ascética, a través de una
profunda meditación, o bien buscando refugio en Dios, con amor y confianza.[9]
Por ventura, ¿hace falta precisar que éste no ha sido ni
será jamás el lenguaje de la Iglesia, ni es tampoco el de la Sagrada Escritura
[1] http://catapulta.com.ar/?p=8317 - http://catapulta.com.ar/?p=8356 http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=35994
https://www.youtube.com/watch?v=7SGLc-6ActA
- https://www.youtube.com/watch?v=RwmTLyU-MGw
- https://www.youtube.com/watch?v=ryVf8hemo4Q
[2] Para mayor información
sobre las innumerables herejías y blasfemias de Francisco, se pueden consultar
los libros Tres años con Francisco: la
impostura bergogliana y Cuatro años
con Francisco: la medida está colmada, publicados por las Éditions Saint-Remi en cuatro idiomas
(castellano, inglés, francés e italiano):
Al igual que el libro Con voz de dragón. Francisco: ¿Vicario de
Cristo o Precursor del Anticristo?, publicado por Cruzamante en 2017:
[4] Paso enlace a un par de
artículos para quien deseara profundizar la cuestión:
[5] Declaración conjunta
firmada por Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar el 4/2/2019, en Abu Dhabi.
[6] Al finalizar la
audiencia con miembros de la Cruz Roja italiana, el 27/1/2018.
[7] “La divinidad que preside esta
festividad es Lakshmí,
consorte del dios Vishnú.
Ella es quien otorga la prosperidad y la riqueza, por eso es especialmente
importante para la casta de los comerciantes. También el dios Ganesha es especialmente venerado ese día.
En el este del país se venera particularmente a la diosa Kali.” https://es.wikipedia.org/wiki/Diwali
Nacionalismo Católico
San Juan Bautista