lunes, 4 de noviembre de 2019
ORACIÓN DE AGRADECIMIENTO Y ARREPENTIMIENTO
Gracias mil os doy, oh Jesús y Redentor
mío, porque no habéis querido que muriese cuando estaba en desgracia
vuestra! ¡Cuántos años ha que merecía estar en el infierno!... Si
hubiera muerto en aquel día, en aquella noche, ¿qué habría sido de mí
por toda la eternidad?... ¡Señor!, os doy fervientes gracias por tal
beneficio.
Acepto mi muerte en satisfacción de mis
pecados, y la acepto tal y como os plazca enviármela. Mas ya que me
habéis esperado hasta ahora, retardadla un poco todavía.
Dadme tiempo de llorar las ofensas que os he hecho, antes que llegue el día en que habéis de juzgarme (Jb. 10, 20).
No quiero resistir más tiempo a vuestra
voz... ¡Quién sabe si estas palabras que acabo de leer son para mí
vuestro último llamamiento! Confieso que no merezco misericordia.
¡Tantas veces me habéis perdonado, y
yo, ingrato, he vuelto a ofenderos! ¡Señor, ya que no sabéis desechar
ningún corazón que se humilla y arrepiente, ved aquí al traidor que,
arrepentido, a Vos acude! Por piedad, no me arrojéis de vuestra
presencia (Sal. 50, 13).
Vos mismo habéis dicho: Al que viniere a
mí no le desecharé. Verdad es que os he ofendido más que nadie, porque
más que a nadie me habéis favorecido con vuestra luz y
gracia. Pero la sangre que por mí
habéis derramado me da ánimos y esperanza de alcanzar perdón si de veras
me arrepiento... Sí, bien sumo de mi alma; me arrepiento de todo
corazón de haberos despreciado.
Perdonadme y concededme la gracia de
amaros en lo sucesivo. Basta ya de ofenderos. No quiero, Jesús mío,
emplear en injuriaros el resto de mi vida; quiero sólo invertirle en
llorar siempre las ofensas que os hice, y en amaros con todo mi corazón.
¡Oh Dios, digno de amor infinito!... ¡Oh María, mi esperanza, rogad a
Jesús por mí!
Preparación para la muerte - San Alfonso Ma. Ligorio. Punto 1.
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