Ilesa humanidad. Terrorismo y condena a los militares de los años ’70 (1-2)
Hace apenas unos días Mons. Santiago Olivera, obispo castrense
de la Argentina disertaba en Roma acerca de los juicios de venganza que
se están llevando a cabo contra los militares que lucharon contra el
terrorismo hace décadas. Puede verse el tema aquí: http://www.quenotelacuenten.org/2019/10/29/monsenor-santiago-olivera-y-la-mentira-de-los-juicios-de-lesa-humanidad/
Se dirá: ¿por qué tocar este tema que hoy casi nadie conoce?
Por tres razones:
1) Porque los más grandes ya se han olvidado del asunto o están indiferentes o adormecidos.
2)
Porque los más jóvenes han sido de tal manera ideologizados a partir de
la historia que creen que los militares argentinos en la década del ’70
fueron unos salvajes asesinos que, sin excepción, bebían la sangre de
sus víctimas como los aztecas.
3)
Porque sólo la verdad hace libres. Venga entonces este fabuloso
artículo, en dos entregas, de nuestro ex-director de tesis doctoral, el
incansable maestro Don Enrique Díaz Araujo. El mismo es parte de su último libro, Decimos hoy (Buenos Aires 2019, EDA) y puede solicitarse a katejon@outlook.com o al wapp: +54 9 11 6133-4150.
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
PD: quien desee ver un documental sobre el tema puede ingresar aquí: https://www.youtube.com/watch?v=Vn665XLM6i4
Por el Dr. Enrique Díaz Araujo
(Extracto de «Decimos hoy», Bs. As., Edic. D.A., 2019, cap. XI, pp. 151-184)
¿Qué ha significado la cuestión de la Lesa Humanidad en este país?
Para responder a esa pregunta hay que establecer varios puntos de análisis que ordenaremos cronológicamente de modo sintético.
Tales ítems son los que siguen.
1. Guerra Revolucionaria (GR)
El
9 de diciembre de 1985, la Cámara Federal de Apelaciones en lo Criminal
y Correccional de la Capital Federal, en la causa conocida como el
Juicio a las Juntas del Gobierno Militar, dictó un fallo en el que
consideró la cuestión de la guerra revolucionaria emprendida por los
grupos guerrilleros en la Argentina. En la denominada Causa n° 13, capítulo V, Cuestiones de Hecho, n° 8 y 22, se sostuvo que:
“Se ha recorrido el camino de la guerra. La guerra civil, la guerra internacional, la guerra revolucionaria o subversiva… se ha desarrollado una nueva forma de conflicto armado que se ha dado en llamar guerra revolucionaria… El objetivo último de esta actividad fue la toma del poder político…
Cinco fases de la guerra revolucionaria… Fase 1: Despliegue e
infiltración en el país en que se inicia el proceso; organización
clandestina del aparato revolucionario y agitación mediante el terrorismo… Fase 3: Control de la población para comenzar a volcarla hacia el marxismo…
Fase 4: Ejercicio de un dominio sobre un espacio geográfico… Fase 5:
Pasaje a la ofensiva general; desarrollo de la guerra civil y
apoderamiento del país…”.
En
la especie argentina, “la actividad subversiva se manifestó a través de
todo tipo de ataque… generalmente llevados a cabo de manera aleve”[1].
En suma: GR, ataque alevoso mediante el terrorismo para conquistar el poder e imponer el marxismo.
Esta
conclusión surge de una sentencia firme, pasada en autoridad de cosa
juzgada. O sea, que es indiscutible. Un punto de partida incuestionable
(aunque los izquierdistas quieran olvidarlo).
2. Génesis
¿Quién generó y organizó la Guerra Revolucionaria en Iberoamérica? Respuesta:
El 2 de diciembre de 1961, Fidel Castro manifestó: “Soy marxista-leninista; siempre lo he sido y lo seré toda mi vida”.
Carácter básico del comunismo es el “internacionalismo proletario”.
Carlos Olmedo, teórico de las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias),
reconoce la capacitación militar cubana recibida, y defiende “la pureza
de internacionalismo con el que la Revolución Cubana nos apoyaba”[2].
Tal internacionalismo se documentó en 1967.
En La Habana, con la firma de 27 delegaciones (la de la Argentina fue presidida por John William Cooke), en julio de 1967, se dio la Proclama Final de la Primera Conferencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS).
En cuyo art. 6°, exponía que todas las demás formas de lucha “deben
servir y no retrasar el desarrollo fundamental que es la lucha armada…7°
la lucha armada constituye la tarea inmediata y fundamental del
movimiento revolucionario…11° exige la existencia del mando unificado político y militar como garantía del éxito…13° Que la solidaridad con Cuba
y la colaboración y cooperación con el movimiento revolucionario en
armas constituye un deber insoslayable de tipo internacional de todas
las organizaciones antiimperialistas de continente”[3].
Luego, cabe concluir que la OLAS “instituyó la universalización de la guerrilla cubana para toda Latinoamérica”[4]. De esa suerte, la Cuba castro-comunista se convirtió en:
“el ejemplo y la guía, la meca de los revolucionarios latinoamericanos”[5].
Añade
el guerrillero Arturo Lewinger (FAR) que la isla caribeña, además de
ser “un inmenso foco” de la lucha armada marxista, no se quedó en mera
guía:
“el impacto de la Revolución Cubana no acabó en su efecto ejemplar”[6].
Más que ejemplo: mando; jefatura continental.
Porque encima organizó y dirigió la lucha armada.
Asunto que definió en 1967 Ernesto, “Che”, Guevara, con estas palabras:
“América,
en la voz de la vanguardia de sus pueblos que es la Revolución Cubana,
tendrá una tarea de mucho mayor relieve: la de la creación del Segundo o
Tercer Vietnam del mundo… y que tendrá en América, casi
indefectiblemente, la propiedad de convertir se en una Revolución Socialista”[7].
Aquel propósito se cumplió.
3. Concreción
Pues
bien: el mismo Fidel Castro, el 3 de julio de 1998, en su “Discurso
ante la Asociación de Economistas de América Latina y el Caribe”,
confesó:
“En el único lugar (de América Latina) donde no intentamos promover la revolución fue en México. En el resto, sin excepción, lo intentamos… El Che llamó al mundo para crear uno, dos, muchos Vietnam… Un Gran Vietnam… Tratamos de respaldar y desarrollar movimientos revolucionarios armados… hicimos un esfuerzo”[8].
La
República Argentina no fue una excepción a la invasión revolucionaria
cubana. Luego, estamos ante un ataque externo al país. Esto es, un Terrorismo de Estado;
de otro Estado sobre nuestra Nación, de un Estado ajeno sobre la
Argentina. Los argentinos que se asociaron- como coautores, partícipes
primarios o secundarios o encubridores- a esa empresa delictual de
Derecho Internacional, se constituyeron en Traidores a la Patria (arts. 214-215-216 del Código Penal), agravado desde el punto de vista interno por el delito de sedición (art. 229 C.P.). Complicidad dolosa, nunca admitida explícitamente[9].
4. Gerencia
Encargado de instrumentar esa decisión fue el Departamento América, del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, con su jefe Manuel Piñeiro Losada , alias “Barbarroja”. Desde el Hotel Chateau de La Habana él atendía:
“los vínculos y la captación de revolucionarios provenientes de todo el subcontinente, elaborando un plan de exportación continental de la lucha armada no muy estricto en lo ideológico siempre que fuera procubano”[10].
Unidad revolucionaria, con jefatura cubana.
Unidad en la diversidad.
Diversidad
de formaciones locales, según el modelo global de FLN (Frente de
Liberación Nacional), con ideología guevarista y mando político-militar
castrista. Aceptado lo cual, cabían muchas versiones guerrilleras
heterodoxas.
Entonces,
tenemos varios grupos locales que operaron en nuestro país. Leninismo
heterodoxo (ERP: Ejército Revolucionario del Pueblo), guevarismo
ortodoxo (FAR: Fuerzas Armadas Revolucionarias), maoístas (OCPO:
Organización Comunista Poder Obrero), FAL (Fuerzas Armadas de
Liberación), OPM (Organización Político Militar) Montoneros,
Descamisados, FAP (Fuerzas Armadas Peronistas) y otros similares
(Populismo-peronoide marxista).
Filiales o sucursales de la matriz cubana. El Montonero Ernesto Jauretche lo documentó de esta forma:
“La comandancia y la conducción de Montoneros radica en Cuba. Montoneros nace y muere en La Habana”[11].
Hubo
países americanos donde proliferaron los grupos armados
revolucionarios, algunos de ellos fueron más privilegiados que otros.
Quien laudaba era Barbarroja. A veces primaban motivos ajenos a la
ideología marxista. Precisamente, Pablo Pozzi, del ERP, lo narra. Dice
que su “Orga”-leninista heterodoxa- tuvo una “aceptación acrítica de
todo lo que viniera de Cuba”. No obstante, no fueron los favoritos:
“A
pesar del guevarismo del PRT-ERP, el Partido Comunista de Cuba tendía a
una visión más favorable de los montoneros a quienes veía como más
cercanos a la historia e idiosincrasia nacional”[12].
Atentos
a la historia fracasada de los PC (Partidos Comunistas), de estricta
obediencia soviética, estos marxistas, pasados por el tamiz cubano,
deberían adecuarse lo más posible a las características
histórico-políticas del país donde debían operar; practicando, a veces,
el “entrismo” en los partidos populares, para infiltrarlos, tal como
hicieron en la Argentina con el peronismo[13].
Barbarroja estableció la jefatura estratégica de la GR en el cuartel de Punto Cero,
cerca de La Habana y otro en la isla de Pinar del Río. Los principales
directivos operacionales fueron el Grl. Abelardo Colomé Ibarra
(“Furry”), el tercero en el orden jerárquico militar cubano, y el Cnl.
Renán Montero, el ubicuo y misterioso “Iván”, de
Bolivia, Costa Rica, Nicaragua y La Tablada, quien “participó en la
mayoría de los proyectos revolucionarios auspiciados por Cuba en América
Latina”[14]. “Él ha estado en contacto con todos los movimientos revolucionarios latinoamericanos”[15].
Abelardo
Colomé Ibarra, dirigió tácticamente el primer intento guerrillero en la
Argentina, en Salta, en 1964, el EGP, aparentemente mandado por el
Comandante Segundo (Jorge Ricardo Masetti). Montero, organizó en
Nicaragua, el último ataque guerrillero en la Argentina, el del 23 y 24
de enero de 1989, contra el Regimiento de Infantería Mecanizado n° 3
“General Belgrano”, de La Tablada, de La Matanza, localmente dirigido
por Enrique Haroldo Gorriarán Merlo, del MTP (Movimiento Todos por la
Patria). Agresión armada que costó la vida al subjefe del regimiento My.
Horacio Fernández Cutiellos, 9 militares y 2 policías[16].
Supuestamente,
los guerrilleros decían luchar contra las dictaduras militares. Pues,
resulta que la primera y la última de sus operaciones armadas se
efectuaron durante la vigencia de gobiernos civiles constitucionales, el
del Dr. Arturo Umberto Illia y el Dr. Raúl Ricardo Alfonsín.
Sencillamente, sucede que ellos buscaban por las armas tomar el poder,
sin importarles si éste era detentado por un civil o un militar.
Así fueron las cosas.
5. Solo táctica
En
la política armada, según las categorías bélicas, existen tres
estadios: la estrategia, la operación y la táctica. En el caso en
examen, las dos primeras categorías quedaban en manos cubanas y solo la
táctica se dejaba en poder de los revolucionarios locales. Pocos
guerrilleros lo admiten. Prefieren hablar- cuando lo hacen- del modelo
cubano. No obstante, el dirigente del ELN peruano Héctor Béjar, lo ha explicado con claridad. Así, expuso que:
“Participé en movimientos simpatizantes de la Revolución Cubana y estuve ligado a Cuba desde 1961…
fue una ola tremenda. Yo me vinculé a todo eso y acabé en Cuba… en Cuba
estuvimos en las Escuelas Militares desde 1962… Cuba tenía una red de
Escuelas Militares por las cuales pasaron muchos latinoamericanos…esas
escuelas estaban coordinadas… ¿Qué influencia ejercen los cubanos…? Decisiva, decisiva. Nosotros seguíamos ciegamente a los cubanos”[17].
Norberto Ceresole, quien durante dos décadas tuvo contactos con La Habana dijo que el Departamento América debe ser considerado:
“como un factor interior de la política y de la guerra civil argentina”[18].
Tal la verdad, bien que los simpatizantes se lo callen. Pues, dos autores pro-guerrilleros destacan:
“Hay ciertas cosas que no se pueden hablar en Cuba…Y en ese grupo están la guita y las vínculos insurreccionales[19].
La ley del silencio mafioso. Hay que romperla.
6. Terrorismo
La
guerrilla hizo cuanto pudo. Mató a militares, policías, sindicalistas,
empresarios, empleados, jueces, diplomáticos y políticos, hombres y
mujeres, niños, adultos y ancianos. Otros tantos heridos, secuestrados,
extorsionados, intimidados, amenazados, metidos en una cárcel del
pueblo, ahorcados. Miles de atentados explosivos.
Se consignó con exactitud en la Causa n° 13. Acerca de la GR, Guerra Revolucionaria, dijo:
“Que
ese fenómeno delictivo asoló al país desde la década de los sesenta y
generó un temor cada vez más creciente en la población.
También está fuera de toda discusión que a partir de los años setenta, el terrorismo se agudizó en forma gravísima.
En
suma, se tiene por acreditado que la subversión terrorista puso una
condición sin la cual los hechos que hoy son objeto de juzgamiento,
posiblemente no se hubieran producido.
Es suficientemente claro que ni el Estado ni la sociedad provocaron de manera suficiente la agresión subversiva”[20].
Conforme a la Causa n° 13, solamente en el primer período de 1969 a 1979, el Alto Tribunal computó 21.642 acciones terroristas, entre otras, 1.501 asesinatos, 5.215 atentados explosivos, y 1.748 secuestros.
Específicamente, hubo casos muy singularizados de colocación de bombas, que fueron:
28.08.1975-
contra Avión Hércules C 130, Aeropuerto Benjamín Matienzo, Tucumán: 6
gendarmes muertos y 5 gendarmes heridos graves.
15.03.1976-
en la playa exterior de estacionamiento del Edificio Libertador, sede
del Comando en Jefe del Ejército: 1 civil muerto y 23 heridos graves.
2.07.1976- en la Superintendencia de Seguridad de la Policía Federal: 24 muertos y 66 heridos graves.
16.10.1976- en la Sede Central de la Policía de la Provincia de Buenos Aires: 1 muerto, 5 heridos graves.
17.10.1976- en el cine del Círculo Militar: 50 heridos graves.
12.09.1976- contra ómnibus policial en Rosario: 11 muertos y 14 heridos graves.
15.12.1976- en Subsecretaría de Planeamiento, de Defensa: 14 muertos, 30 heridos graves.
5.04. 1977- en Edificio Cóndor, comando de la Fuerza Aérea: 3 heridos graves.
En el período del Proceso Militar (1976-1983), la GR asesinó a 547
integrantes de las FF.AA. y de las Fuerzas de Seguridad. Algunos altos
jefes de las FF.AA., como los Grls. Juan Carlos Sánchez, Cesáreo A.
Cardozo, Jorge E. Cáceres Monié, C.A. Actis; los VAltes. Emilio Berisso y
Hermes Quijada; y el Brg. Arturo L. Longinotti. Profesores (como B. J.
Genta y C. Sacheri), políticos (como Uzal y Mor Roig), sindicalistas
(como Rucci), diplomáticos (como J.W. Sánchez), funcionarios (W. Klein),
jueces (Jorge Quiroga), empresarios (Samuelson) y empleados (Durán).
Mantuvo cautivos a militares (J. A. Ibarzábal, A. del Valle Larraburu,
372 días amarrado en un pozo y luego ahorcado). Etc. [21].
Muertos, sin contar los mutilados, heridos. Aún, la GR mató a niños,
como Juan Eduardo Barrios, de 3 años, la hija del capitán Viola, en
Tucumán, o la hija del Alte. Lambruschini en Buenos Aires.
En
el ataque al Regimiento de Infantería de Monte n° 29 de Formosa, el 5
de octubre de 1975, los Montoneros mataron a: 10 soldados conscriptos, 2
policías, 2 civiles, 1 subteniente y 1 sargento. De paso, adelantemos,
que los familiares de los terroristas muertos fueron después
indemnizados con 225.000 dólares, mientras los parientes de las víctimas
del ataque, no percibieron nada parecido[22].
Las
cifras oficiales referentes a civiles (230) son inmensamente
desbordadas por la investigación del CELTYV (Centro de Estudios Legales
sobre el Terrorismo y sus Víctimas), presidido por Victoria Villarruel.
Allí se detectan los siguientes civiles:
1.092 asesinados
2.368 heridos
756 secuestrados
4.380 con atentados con explosivos
Y otros, hasta dar con la suma total de 17.380 casos[23]. Que no parecen tan pocos como para el Estado no se hubiera dignado examinarlos (que no lo ha hecho).
Terrorismo de signo ideológico. Se decía antiimperialista, pero, además de tributar pleitesía a un imperialismo, el soviético[24], su ardor básicamente, se manifestaba en un odio visceral antimilitarista y anti-policial[25].
Cual frase significativa de ese rencor instintivo, valga esta cita de la Sra. Hebe Pastor de Bonafini, de 1999:
“¿Necesitaremos repetir que no hay militares malos y militares democráticos? Los militares son todos criminales…
Odiamos al enemigo con toda la fuerza de nuestro corazón. Los odiamos, los repudiamos, los maldecimos una y mil veces…
Esa marina que tiene que desaparecer… hay que hacerla desaparecer.
La policía es perversa, no una policía en particular. Lo es la institución, al servicio de una justicia también perversa”[26].
Los yanquis y el neo-liberalismo quedaban postergados. La Regional Córdoba del Peronismo de Base, en 1974, lo aclaraba:
“Los milicos fueron y serán nuestros enemigos”[27].
Eran, son y seguirán siendo.
Recapitulando, podemos colocar tres opiniones de autores de diversa definición política, a saber:
“Quiero
decirlo sin atenuar mi juicio con ningún matiz exculpatorio: los
montoneros me repugnaron siempre… No siento la menor admiración por
ellos”.
Félix Luna[28].
“Los extremistas de izquierda habían llevado a cabo los más infames secuestros y los crímenes monstruosos más repugnantes”.
Ernesto Sábato[29].
“La
mayoría de los terroristas eran eso “asesinos y terroristas” y de
alguna manera provocaron la cruenta represalia de los 70. De ningún modo
eran “jóvenes románticos e idealistas”, como insisten sus defensores”.
Ricardo Gil Lavedra[30].
Ahí queda eso.
CONTINUARÁ
[1] Fallos, de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, 309, t. I y II, p. 166 y ss.
[2]. Baschetti, Roberto (comp.), Documento. 1955-1973. De la guerrilla peronista al gobierno popular, La Plata, De la Campana, 1995, pp. 146-147.
II,
p. 1656 y ss. El dirigente del ERP, Juan Carlos “Cacho” Ledesma,
preguntado acerca de si la Revolución Cubana tuvo influencia sobre
ellos, contestó: “Nos determina. Sí, claro, nos determina
prácticamente”: “Entrevista a Cacho Ledesma”, en: Lucha Armada en la Argentina, n° 7, 2006, p. 62.
[3] .- Almeyra, Guillermo y Santarelli, Enzo, Che Guevara. El pensamiento rebelde,
Bs. As., Continente, 2004. p. 65. John William Cooke había sido el
delegado de Perón- exiliado- en la Argentina. Su mujer, Alicia Eguren-
montonera desaparecida- escribió: “El peronismo revolucionario impulsó y
dirigió en la Argentina el Comité de la Tricontinental y de la OLAS, y
John W. Cooke fue el representante de todo los sectores progresistas
revolucionarios de la Argentina ante dos Congresos en La Habana, 1966 y
1967”: Baschetti, Roberto (comp.), Documentos 1973-1976. De Cámpora a la ruptura, vol. I, La Plata, De la Campana, 1996, p. 56.
[4]. Brocato, Carlos A., La Argentina que quisieron, Bs. As., Sudamericana-Planeta, 1985, p. 22.
[5]. Anguita, Eduardo y Caparrós, Martín, La Voluntad. Una historia de la militancia revolucionaria en la Argentina, 2ª. ed., Bs. As., Grupo Editorial Norma, 1997, t. I, 1966-1973, p.131.
[6]. Caviasca, Guillerrmo, “Arturo Lewinger y los orígenes de las FAR”, en Lucha Armada en la Argentina, Bs. As., n° 2, 2006, p. 86.
[7]. Guevara, Ernesto Che, “Mensaje a la Tricontinental”, en: Obra Revolucionaria, México D.F., ERA, 1973, pp. 646-548.
[9].
El primer error del gobierno del Proceso Militar fue no llamar a las
cosas por su nombre; por su nombre técnico. Lo que aconteció en la
Argentina no fue una “subversión”, sino una “traición”, en concurso real
de delitos con “sedición”.
[10]. Bustos, Ciro, El Che quiere verte. La historia jamás contada del Che,
Bs. As., Javier Vergara, 2007, p. 478, nota 11. “En 1974, a fin de
potenciar la exportación de la revolución, Fidel Castro creó un aparato
de inteligencia propia… la nueva entidad a cargo de Piñeiro fue el
Departamento América… este organismo fue por casi dos décadas el oxígeno
de la insurgencia continental”: La Tercera, Santiago
de Chile, 22. 04. 2001, p. 7. “Barbarroja fue el eslabón insustituible
de la gesta internacionalista cubana”: Gabriel García Márquez, en:
Suárez Salazar, Luis (comp.), Barbarroja. Selección de testimonios y discursos del comandante Manuel Piñeiro Losada, La Habana, TRIcontinental, Si-Mar, 2000, p. 25.
[11]. Jauretche, Ernesto, Violencia política en los 70: no dejés que te la cuenten,
Bs. As., Ed. del Pensamiento Nacional, 1997, p. 129. Efectivamente,
Fernando Luis Abal Medina y sus compañeros fundaron Montoneros en Cuba, y
en La Habana quedó la gran computadora cargada de datos tras el exilio
montonero al huir de México.
[12]. Pozzi, Pablo, Por las sendas argentinas. El PRT-ERP. La guerrilla marxista, Bs. As., Eudeba, 2000, nota 28, p.118 y nota al pie 74.
[13].
Debían adoptar nombres con repercusión nativa. Así: Tupamaros, en
Uruguay; Frente Patriótico Manuel Rodríguez, en Chile; Por el Sendero
Luminoso de José Carlos Mariátegui, en el Perú; Frente Sandinista, en
Nicaragua; ¡Alfaro vive, carajo!, en Ecuador; Macheteros, en Puerto
Rico; Frente José Antonio Páez y Frente Simón Bolívar, en Venezuela,
etc.
[14]. “El coronel cubano Renán Montero Corrales, cuyo verdadero nombre es Andrés Barahona López,
era el jefe de las operaciones a cuyas órdenes actuaron los
argentinos”. Conocido como Renán Montero o Ramón Mauleón, cuyo alias era
“Iván”, cf. Bustos, Ciro, El Che quiere verte. La historia jamás contada del Che, Bs.As., Javier Vergara, 2007, p. 402.
[15]. Alarcón Ramírez, Daniel (Benigno), Memorias de un soldado cubano. Vida y muerte de la Revolución, Barcelona, Tusquets, 1997, p. 178.
[16].
El MTP fue fundado en Managua el 8 de mayo de 1986, con ex- miembros
del ERP, bajo el control de “Iván”. Las penas de los atacantes presos y
convictos fueron conmutadas por el Presidente Fernando de la Rúa, tras
lo cual fueron indultados por el Presidente Eduardo Duhalde. Una extensa
defensa de los guerrilleros en Wikipedia, y Montero, Hugo, MTP. De Nicaragua a La Tablada, Bs. As., Sudestada, 2011. La verdad de lo acontecido en Miranda, Sebastián, Los secretos de La Tablada. La última acción armada de la guerrilla en la Argentina, Bs. As., Buen Combate, 1992.
[17]. Rot, Gabriel y Bufano, Sergio, “Entrevista a Héctor Béjar”, en: Lucha Armada en la Argentina, Bs.As., n ° 9, 2007, pp. 60-75.
[18]. Ceresole, Norberto, La falsificación de una realidad, Bs. As., Tercera re
[19]. Celesia, Felipe y Waisberg, Pablo, La ley y las armas. Biografía de Rodolfo Ortega Peña, Bs. As., Aguilar, 2007, p. 419.
[20]. Fallos, cit., ibidem.
[21] .- El detalle de estos casos se puede verificar, entre otros, en: Grl. Bessone, Ramón Genaro, Guerra Revolucionaria en la Argentina (1959-1978), 3a.ed., Bs. As., Círculo Militar, 1996; In Memoriam, 3ts., Bs. As. Círculo Militar, 1999; D´Ángelo Rodríguez, José, Mentirás tus muertos, Bs. As., 2015; Yofre, Juan Bautista, Fuimos todos, Bs. As., Sudamericana, 2009; Nadie fue, Bs. As., 2006; Reato, Ceferino, Operación Traviata, Bs. As., Sudamericana, 2008; Operación Primicia, Bs. As., Sudamericana, 2010; ¡Viva la sangre!, Bs. As., Sudamericana, 2013; Gambini, Hugo, Historia del peronismo. La violencia (1950-1983), Bs. As., Javier Vergara Ed., 2008, pp. 198-200; AUNAR, Terrorismo subversivo en la Argentina, Bs. As, 2007; Alonso Piñeiro, Armando, Crónica de la subversión en la Argentina, Bs. As., Depalma, 1980; Massot, Gonzalo Vicente, Matar y morir, Bs. As., Emecé, 2003; Miranda, Sebastián, La guerra contra el terrorismo en la Argentina, Bs. As., Grupo Unión, 2016; Cronología del terrorismo en la Argentina, Bs.As., Buen Combate, 2014; Manfroni, Carlos, y Villarruel, Victoria, Los otros muertos, Bs. As., Sudamericana, 2014; Villarruel, Victoria, Los llaman “jóvenes idealistas”, Bs. As., Celtyv, 2010.
[22]
.- La estudiosa Andrea Palomas-Alarcón ha investigado la cantidad que
hace unos años atrás llevaba desembolsada el Estado en favor de los
demandantes revolucionarios. Sumaban 43.250.000.000 dólares: Ver: Díaz Araujo, Enrique, Lesa Humanidad, La Plata, Universidad Católica de La Plata, 2012, pp. 299- 301.Cf. Márquez, Nicolás, “Fantástico negocio. El festival de las indemnizaciones”, en: La Nueva Provincia, Bahía Blanca, 31 de octubre de 2004.
[23]. Manfroni, Carlos A. y Villarruel, Victoria E., Los otros muertos. Las víctimas civiles del terrorismo guerrillero de los 70, Bs. As., Sudamericana, 2014; cf. Villarruel, Victoria, Los llaman “jóvenes idealistas”, Bs. As., Celtyv, 2010.
[24]. Ver el libro del troskista Echagüe, Carlos, El socialimperialismo ruso en la Argentina, 2ª. ed., Bs. As., Ágora, 1986. La última instancia guerrillera residía en Moscú. El jefe era Boris Ponomariev, de la Sección Internacional del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética). Titiritero mayor.
[25]. Ver, especialmente, a: Acuña, Carlos Manuel, Por amor al odio, Bs. As., Ed. del Pórtico, 2 ts., 2003; Márquez, Nicolás, La mentira oficial, Bs. As. Autores Editores, 2006; Grupo de Investigación Carlos A. Sacheri, La primera guerra del siglo XX argentino: la guerra contra la subversión, Bs. As., Espuela, 2006; y Rojas, Guillermo, Años de terror y pólvora. El proyecto cubano en la Argentina 1959-1970, Bs. As., Santiago Apóstol, 2001. De todos, éste es el libro más recomendable.
[26]. Asociación Madres de Plaza de Mayo, Historia de las Madres de Plaza de Mayo, Bs. As., 1999, pp. 62, 84, 91. Gelman, Juan y La Madrid, Mara, Ni el flaco perdón de Dios, Bs. As., Planeta, 1996, p. 385.
[27]. Baschetti, Roberto (comp.), Documentos 1973-1976. De Cámpora a la ruptura, Vol. I, La Plata, De la Campana, 1996, p. 480.
[28]. Luna, Félix, Introducción, a: Gillespie, Richard, Soldados de Perón. Los Montoneros, Bs. As., Grijalbo, 1987, p. 8.
[29]. Sábato, Ernesto, Declaraciones a la revista alemana “Geo”, 1977, citado por: Sebreli, Juan José, Crítica de las ideas políticas argentinas, 5ª. ed., Bs. As., Sudamericana, 2003, p. 300.
[30]. Ámbito Financiero, Bs. As., 22 de agosto de 2006, p. 20.