EL CUARTO PODER REVERENCIA A PLUTÓN.
A continuación, párrafos
tomado del libro de HENRY COSTON, “Con dinero rueda el mundo”, (pg. 299), donde denuncia el sometimiento del periodismo
comercial francés ante las multinacionales que lo bancan.
En nuestra Argentina la situación es más grave
aún, pues, transcurridas varias décadas de degradación política desde la
denuncia de Coston, el ‘CUARTO PODER’ monopolizó y dirigió la opinión pública desorientando
mentalmente a la mayoría, mediante una credulidad absurda y vergonzosa. Esto
ocurre porque los Gobiernos liberales no defienden al pueblo, más bien, autorizan
y promueven las informaciones tendenciosas y fraudulentas, para engañar y
desordenar el sentido común popular, con el fin de tenerlo mentalmente
sometido. En definitiva, Ud. señor televidente, aunque no lo advierta, piensa
como quieren que piense los dueños del periodismo.
Pero el Cuarto Poder no
es libre para informar la verdad, aunque quisiera. Pues depende absolutamente,
para su subsistencia, también en nuestro país, del dinero oculto, apátrida, inmoral
e internacional, que disponen las grandes bancas financieras, dueñas de las
Agencias informativas, y con propósitos políticos, para acrecentar sus ganancia
, manejando el Gobierno mundial
O sea que el llamado
‘Cuarto poder’ es la agencia des-informativa del Gobierno mundial. Es un
conglomerado que tiende armoniosamente al mismo fin: esclavizar a las
multitudes, anulándoles el criterioso sentido común. Los periodistas son
empleados que dan la cara, obedeciendo estrictamente a sus mandantes; y las
Agencias internacionales los manejan tras las bambalinas; obedeciendo a su
vez, a la Banca usuraria internacional,
¡que pone los dólares sobre la mesa! Así ocurre con la anuencia de los gobiernos
liberales y cipayos.
También el ‘cuarto poder’
exige acatamiento a los políticos para ser exitosos. Tanto como a los
periodistas para subsistir. Es el pedagogo de las masas televidentes. Es el profanador
de los hogares argentinos. En ellos ya no esta presente siquiera la Iglesia, la
familia, ni las buenas maestras de antaño; sólo la TV es la diosa que salva, la
maestra que instruye; la única a la que se le ofrecen las puertas abiertas, de
par en par, para penetrar solapada, corrupta y corruptora. Hoy día, con el terror publicitado
abrumadoramente, con la excusa de la ‘pandemia’ el sometimiento de los
televidentes babiecas parece irreversible. Luego aceptarán gozosamente el
Gobierno mundial.
Escribió Coston:
Puede que se me pregunte:
“Lo que aquí se escribe, ¿porqué no lo leemos en la prensa? Jamás se hace
alusión en ella al poderío de los trust ni a la influencia de los financieros
internacionales…
No hay que sorprenderse
demasiado de este silencio. Como vamos a verlo, muchos periódicos se encuentran
bajo el control de grandes empresas, dominadas por la alta Banca. En otros, la
situación financiera es demasiado frágil para que su dirección se pelee con los
grandes clientes de la publicidad.
El presupuesto de
publicidad de los trusts y de los grandes negocios es enorme. Aún cuando se
hayan mostrado muy discretos en ocasión de una encuesta que hizo ‘Le Monde’ el mes de mayo de 1953, sobre
la publicidad de las grandes firmas, disponemos de algunos indicios. La batalla
publicitaria que libra el polvo de jabón
Omo con su competidor C.D.K., le
costó al trust holandés Unilever 1500 millones de francos, y
alrededor de 500 millones a la firma Lesieur.
según una revista francesa de
hombres de negocios, una decena de casas consagran regularmente 250 millones
por año a la publicidad: Cinzano, Monsavon, Oreal-Dop, Perrier, Solitaire,
Palmolive-Colgate, Nestlé, Le Cagt, y Philips. El volumen total de publicidad
en Francia habrá costado en 1950 34 mil millones, y alrededor de los 60 mil
millones en 1952.
Sin este maná, que
representa la esencia en las recaudaciones de los grandes periódicos, ninguno
de ellos podría subsistir. Únicamente esto puede explicar el silencio de la
prensa.
Pocos periódicos, y por
lo tanto pocos redactores y colaboradores escapan al dominio del dinero.
‘El escritor y el
periodista se dicen y se creen libres. No lo son. La libertad de expresión de
su pensamiento está limitada por la voluntad de los dirigentes del periódico o
de la revista o de la casa editorial. Y estos dirigentes son, o bien miembros
del feudalismo financiero o bien sus empleados’.
Así se expresaba el
socialista A. Hamon en una obra notable que publicó pocos años antes de la
guerra. (Les Maitres de la France).
Es verdad. Bajo la III
República, el buitre de la finanza había puesto sobre la prensa su garra
dorada. El periodismo, que había sido el alma del periódico, acaba de
desprenderse de su prestigioso poder en provecho del financiero. Desde
entonces iba a ser sólo un mercenario.