Si lo amenazan al Papa, ¿por qué no a mí?
“La denuncia realizada (ante la Justicia) por los dos comisarios
fue a raíz de que habían aparecido amenazas del Estado Islámico contra
mi persona, por la amistad con el Papa Francisco y por la posición de la
existencia de los dos Estados: del Estado de Palestina y del Estado de
Israel”. Cristina Fernández de Kirchner. Conferencia de prensa en Roma, 20/09/2014.
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Si esta denuncia tuviera algún viso de seriedad deberíamos temer que
la presidente podría ser amenazada y, por qué no, asesinada, no ya por
los súbditos del califa del Estado Islámico, sino por los seguidores de
un variado espectro de “orgas” terroristas que van de la izquierda a la
derecha, los que podrían utilizar como justificación los argumentos
dados por la presidente para ser amenazada y, posteriormente ejecutada.
Estas: el ser “amiga” del Papa o su ambigüedad conceptual frente a
Israel y Palestina la convierten en blanco de, no solo del EI, sino que
también podrían apretar el gatillo los chicos iracundos de “The loyal
clan”, el grupo más extremista de la norirlandesa Orden de Orange que
odian a los católicos en general y al Papa en particular; aunque también
la peligrosa “amistad papal” podría llevarla a ser presa de Boko Haram
“orga” especialista en secuestrar jóvenes cristiana, y aunque ella no
sea ni joven ni tan cristiana, la chapa de amiga del Papa bien podría
hacerla sucumbir.
La cosa no termina ahí. En los momentos en que ella aboga por el
derecho de Israel a hacer cualquier cosa menos a defenderse, el
“corchazo” podría venir de Hamás o Al Fattah, aunque siempre están
Maduro, D’Elía y el cura Farinello para interceder por ella. Más grave
sería si Israel, una vez cumplido el tiempo de la pena, suelta a Yigal
Amir(*) y alguien con mala leche le cuenta a éste que ella es pro
palestina y lo induce a que le de el tiro del final.
Pese a todo, esto es de una gravedad inusitada y es equivocado
tomarlo como algo jocoso. Hay cosas que deberíamos preguntarnos antes
que especialistas en el tema, o en parte de él, hablen con más
profundidad de lo que se ha dicho en Roma. Lo primero es ver de que
manera se llegó a esto. Según la presidente: “Días atrás dos comisarios,
uno de la Policía Federal Argentina y otro de la Bonaerense realizaron
una denuncia por amenazas contra mi persona”, solo asombro podemos
sentir frente a esto. La presidente de un estado que gasta millones de
dólares en “inteligencia”, ¿puede decir algo así?, ¿quiénes son los
comisarios?, ¿ante que juez radicaron la denuncia? Y, finalmente, ¿como y
por que ellos se enteraron antes que la SI y la inteligencia militar
que dirige Milani?. Lo segundo, que reviste tanta gravedad como lo
primero y es aquí donde deben hablar especialistas que nos expliquen lo
dicho en Roma, aunque lo más probable que haya sucedido allí sea la
intrínseca necesidad de la señora de lograr a toda costa la audiencia
admirativa de un grupo de periodistas, aún apelando a fantasías.
Esto último, que podríamos asimilar a una necesidad patológica de
mostrar supuestas vicisitudes similares a las de otros ministros y
presidentes- inclusive el mismo Papa- entraña una pérdida de contacto
con la realidad y una desorganización o desintegración temporal o
permanente de la personalidad que tiene en medicina un nombre y, por
supuesto, un tratamiento.
* Yigal Amir, miembro de una organización ultraderechista israelí
asesinó el 4 de noviembre de 1995 al primer ministro Yitzhak Rabin.
Condenado a prisión perpetua en 2020 podría darse por cumplida la pena.
