viernes, 19 de septiembre de 2014

Tan lejos y tan cerca: Con un Gobierno cuerdo y decente, la Argentina mejoraría mucho en tan sólo cinco años


Tan lejos y tan cerca:
Con un Gobierno cuerdo y decente, la Argentina
 mejoraría mucho en tan sólo cinco años
  Si se consiguiera una conducción razonable que atacara a la delincuencia e hiciera lo que debe hacerse en educación, este pronóstico sería posible
¿Cree el lector que estará entre estos pre-candidatos, la figura a la que, según la nota, debieran llamar los argentinos ...?
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Claro que sólo con la educación y la seguridad, aún con lo importantes que son estas materias, no bastaría. Faltaría una economía también razonable, conseguir una relación amistosa entre los distintos sectores sociales, productivos, económicos y políticos del país. Todo posible, pero a través de un costoso trabajo consistente en revertir el actual fenómeno tan negativo que afecta al país.
Y obviamente también sería imprescindible mejorar fuertemente la relación con los países serios y confiables del planeta, descartando a todos aquellos famosos por sus mentiras y trampas, que es la reputación negativa que ahora también tiene la Argentina, obtenida en las últimas décadas.
¿Porqué se nombran como principales, desde el título de la presente, a las materias de educación y de seguridad?: Porque con un programa fuerte en educación, en cinco años los chicos que hoy ingresan a la primaria saldrán con conocimientos sólidos y firmes, que les permitirán acceder al ciclo secundario con altas posibilidades de concluir el mismo. Por su parte, quienes estén ingresando al secundario, llegarán al final del mismo preparados y aleccionados debidamente para encarar un ciclo terciario, el que a su vez los llevará a ser ciudadanos mejor dispuestos, si es que el programa educativo comprende las debidas materias humanísticas para conseguir ese estado anímico.
Quien lea estos párrafos dirá que conseguir esos logros es una tarea titánica, y desde el Portal no se niegan las dificultades pero las mismas se verían minimizadas si la cabeza, la conducción política del país, se muestra decidida al cambio y presenta programas claros y sostenibles.
El más pesimista dirá que son ideales, no reales, y de difícil concreción.
De cualquier modo, así como no hay peor gestión que la que no se hace, no habrá tampoco ideal o programas de objetivos alcanzables, si los mismos no se diseñan primero, si no se sueña inicialmente con ellos, y se procura después su ejecución mediante el trabajo de los más capacitados y decentes.
El tema educativo es básico para imaginar un país en crecimiento y desarrollo, pero el de la justicia debe acompañarlo. También en este se requiere empezar a trazar lo que se necesita y darle inicio lo antes posible.
El tema es salvar los escollos, lograr superar los campos minados que dejará el actual Gobierno. Aprender a desactivar esas minas y convertir a los terrenos que las contienen, en aptos para el cultivo de más y mayores riquezas para tantos argentinos que las necesitan …  
Los índices de todo tipo presentan hoy a nuestro país en un estado deplorable. Pero si a partir de 2016 los argentinos fuesen capaces de sacudirse este mal que los aqueja desde hace varias décadas –la última peor que ninguna otra-, distinta sería la historia. Aunque sea, comenzar a caminar algo lento, pero firmemente, y, sin dejar de atender los ataques que harán los que ese mismo año ya no estarán en el Gobierno – ojala sea así -, y que intentarán, con todas las trampas, vicios y mañas, retornar al mismo.
El punto es encontrar a un grupo humano integrado por personas normales, no enfermas de ideología y de codicia, y tampoco de odio y de resentimiento. Con esa base, y con las primeras señales de una educación fundada en el esfuerzo, con premios y castigos, no sólo para los alumnos sino también para los docentes, la población comenzaría a reaccionar positivamente. Y, si paralelamente el país comienza a construir más cárceles a donde irían a parar los cientos de miles de criminales que hoy están en libertad, el apoyo popular sería más fuerte todavía. Y contra ese apoyo no habría resistencia que valga, por más mentiras y trabas que se interpusiesen en el camino …
No faltará el pesimista que crea que todo lo expuesto se trata de un sueño de imposible realización. Depende de cada uno que se plantee esta situación. Si la gran mayoría deja caer sus brazos, entonces sí que será imposible cualquier acción que se proyecte. Con ese criterio, como se dice vulgarmente, vayámonos todos y que el último apague la luz.
Es natural reconocer que en un proceso de cambio tan importante como el propuesto, se deba avanzar con lentitud, en especial con la tan negativa cultura del trabajo y de la educación y de la falta de apego a la ley, que reina hoy en el país. Pero habrá que distinguir entre una justa y estratégica paciencia, por un lado, y concesiones indebidas y contraindicadas por el otro.
El punto entonces es, ya para concluir, determinar dónde están y quiénes son los candidatos que puedan llevar adelante la gesta que se requiere. Tal vez estos aparezcan recién cuando la ciudadanía los llame, los reclame viva y claramente, y les exija con firmeza las acciones necesarias.

    Carlos Cabana Cal
    Enfoques Positivos