AMIA-NISMAN. Además de encubrir, la CIA y el Mossad ¿participaron de los atentados?
19/02/2015 AMIA, Atentados, Embajada de Israel, Investigación, Periodismo, Política internacional, Política nacional
¿La CIA y el Mossad se limitaron a encubrir a los asesinos de la
Embajada de Israel y la AMIA o participaron de la ejecución de los
atentados? Carlos
Menem dijo enfáticamente que Monzer al Kassar, principal sospecho de
haber instigado ambos ataques, era un agente de la CIA. Esta nota,
escrita a propósito de la muerte del fiscal Nisman (que era casi
ostensiblemente un sirviente de “La Embajada ” y de “La Compañía”) por
el periodista Daniel Ponzo fue publicada en su blog La Escoba el último día de enero pero conserva absoluta actualidad. JS
La muerte de Nisman y la desestabilización
PRESIONE "MAS INFORMACION" A SU IZQUIERDA PARA LEER ARTICULO
POR DANIEL PONZO / LA ESCOBA
El esclarecimiento de la muerte del fiscal Alberto Nisman puede
resultar en una suerte de revolución copernicana que lleve las sospechas
sobre su autoría de girar en torno a la participación iraní, siria o
libanés en el atentado a la Amia, a hacerlo alrededor de la pista que
alguna vez se tuvo sobre EE.UU. y el propio Israel, con la ex Side como
cómplice.
La muerte de Nisman no explica que su denuncia por encubrimiento
contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner sea cierta sino todo
lo contrario. Suponer que un posible sospechoso va a autoincriminarse
en un delito a sabiendas de que todos deducirán que él lo hizo es no
tener en cuenta justamente esa hipótesis básica. Y por el contrario, si
alguien quisiera endilgarle la autoría a otro en particular, tomaría
precisamente ese camino de lo “obvio o evidente” para que no hubiera
dudas y engañar así a quienes no alcanzan a pensar de otra manera, que
suelen ser más de los que uno se imagina. Lo que está claro es que esa
muerte, asesinato o suicidio inducido, tuvo un certero impacto político y
si alguien la pergeñó y la ejecutó lo hizo para obtener un resultado:
desestabilizar al gobierno.
Es que la forma y la extraña oportunidad del presunto suicidio de
Nisman confirma no sólo que no fue el resultado de una lucha intestina
entre los servicios locales sino el producto de una trama mucho más
perversa. Ese derrotero incluye el borgiano viaje del casi sentenciado
hacia su destino. Una presunta ejecución sumaria a manos de un sicario
bastante más preparado que cualquier criminal de uso interno puede hacer
presumir que hubo una participación internacional en el asunto.
La otra hipótesis, la del suicidio inducido, refiere a una fórmula
alguna vez ya probada con cierto éxito en la Argentina, que bien puede
ejecutarse a través de la amenaza a un familiar directo, por ejemplo a
una hija, tal como aseguran que sucedió en el caso de Alfredo Yabrán,
también contaminado por su cercanía con la CIA (Ver Nisman, Ecke...)
y tal como se infiere del propio temor de Nisman. “Cuidá a tus hijas”,
le advirtieron al fiscal, según contó el “técnico” Diego Lagomarsino,
quien le “prestó” el arma fatal “para que la guardara en la guantera y
defendiera a sus hijas” pese a que en ese mismo momento estaban en
Europa.
Como la CIA, como la ex Side, Lagomarsino es un tema aparte.
Acompañado por su abogado, Maximiliano Rusconi, el mismo que defendió al
ex presidente Carlos Menem nada menos que en la causa por el
contrabando de armas, Lagomarsino montó una conferencia de prensa, sin
preguntas, es decir para repetir un libreto y nada más, donde entre
otras cosas alcanzó a decir que Nisman le pidió el arma “por si viene
algún loquito con un palo y me grita traidor (sic) hijo de puta”, sin
explicar obviamente por qué habrían de llamarlo “traidor”.
Nada quedó claro en lo de Lagomarsino, excepto sea que “actuó” mal y
se le notó demasiado. Y no es poco. Es que Lagomarsino, según lo dijo y
repitió el propio Grupo Clarín, es un agente (inorgánico al menos) de la
ex Side y fue el nexo entre su ex jefe Antonio “Jaime” Stiusso y
Nisman, una cuestión que ni el “técnico” ni su abogado se ocuparon de
aclarar. Y es que si Lagomarsino trabaja para Stiusso y Stiusso trabaja
para la CIA no queda mucho por aclarar.
Para peor, Stiuso, el ex jefe de la ex Side desplazado por el gobierno, ahora dice que sus hijas también están amenazadas… y de hecho tiene custodia para ellas tal como pidió en Comodoro Py.
Para peor, Stiuso, el ex jefe de la ex Side desplazado por el gobierno, ahora dice que sus hijas también están amenazadas… y de hecho tiene custodia para ellas tal como pidió en Comodoro Py.
Para decirlo más claro: Quien tuvo la capacidad de cometer un crimen
de tamaña magnitud institucional, en medio de la denuncia contra la
Presidenta, es el mismo que tuvo y tiene la capacidad de llevar adelante
atentados semejantes como el de la Amia o el de la embajada de Israel. Y
por ende, es también quien tiene la capacidad de encubrirlos todos. Si
resulta además que los autores del atentado a la Amia no fueron los
acusados iraníes como demuestra la evidente falta de pruebas de la
propia investigación de Nisman, los únicos con operatividad para hacerlo
son la CIA o el Mossad, sólos o juntos (ayudados como siempre y como en
todo el mundo por la inteligencia local), justamente las agencias que
el fiscal decía que eran las que tenían más datos sobre los atentados.
De hecho, en julio de 1994 el ex presidente Carlos Menem (procesado
por la causa Amia) “aceptó” la ayuda de ambas centrales de inteligencia
para esclarecer el atentado y les sumó la colaboración del ex Side
“Jaime” Stiuso (siempre se dijo que las agencias se sumaron para plantar
prueba contra los iraníes, antes que para resolver nada). Ahora, frente
a lo de Nisman, a días de su muerte, Estados Unidos volvió a ofrecer
sus “servicios” para esclarecer el caso…
Todo indica entonces -y en eso coinciden la mayoría de los analistas-
que nunca puede haber sido Nisman el objetivo en sí mismo sino en todo
caso Irán y por extensión la Argentina como país líder de una región que
rechaza o al menos obstaculiza los planes del neoliberalismo al
imponerse democráticamente sobre sus expresiones o representaciones
locales. De allí la necesidad de imponer sus planes por otra vía, o sea
la no democrática, como el llamado “Golpe Blando”, la fórmula ideada por
Gene Sharp (Ver El Golpe Blando y Estados Unidos…)
y llevada adelante por la CIA para derrocar los gobiernos que no son
afines al capitalismo a ultranza en el mundo. Aquí vale atender a que el
capitalismo judío es el mismo que impera tanto en Israel como en EE.UU.
y por lo tanto todo lo que es funcional a los intereses de uno lo es
también a los del otro. Para el experto en seguridad y diputado
provincial de Nuevo Encuentro, Marcelo Sain, lo de la CIA tiene sus
bemoles. Según Sain, Nisman reportaba a la CIA, pero la CIA no
necesariamente responde al gobierno de EE.UU. sino que bien puede
hacerlo también al sector que responde a los republicanos más
conservadores (¿será por eso eso que justamente la palabra “república”
suena tanto en los periodistas y políticos sospechados de trabajar para
la CIA?).
EE.UU. tiene hoy especial interés geopolítico en Irán no sólo por el
petróleo, ese oscuro objeto del deseo que guía todas las acciones del
gobierno norteamericano, sino también por su desarrollo nuclear, que lo
hace verdaderamente temible y más, si logra cierto acercamiento con la
Argentina, líder en la región en materia nuclear, aunque siempre en su
uso en forma pacífica. Pero nunca se sabe. Por eso el interés de EE.UU.
en aislar a Irán y si es posible en sepultarlo bajo un manto de
sospechas para, como siempre, tener la excusa de la invasión a mano para
alcanzar así la apropiación de su riqueza, regla base del capitalismo.
La pista de la autoría iraní del atentado a la Amia fue promovida por
EE.UU. e Israel desde un principio y Nisman ha sido el abanderado de
esa causa, impulsado por Stiuso, es decir por la ex Side, la CIA y el
Mossad. Según coinciden el propio juez a cargo de la causa Amia, Rodolfo
Canicoba Corral, y el canciller Hector Timerman, Nisman tenía relación
directa con el ex jefe de la Side, Stiuso -él lo guiaba, dicen ambos-, y
mantenía un estrecho vínculo con la agencia madre, la CIA. A su vez,
según detallan los cables de la embajada de EE.UU. desclasificados y
publicados por Wikileaks, Nisman consultaba cada paso a realizar en la
causa Amia directamente con el embajador y hasta llegó a pedirle
disculpas por no haberle avisado a tiempo sobre qué iba a hacer.
Esta claro entonces que si Nisman tenía relaciones cuasi laborales
con el mejor amigo argentino de la CIA y a la vez rendía cuentas a “La”
embajada de cuanto hacía, ni a la ex Side ni a la CIA ni al Mossad ni a
“La” embajada los debe haber sorprendido la denuncia del fiscal contra
la Presidenta ni nada de lo que vino después, incluida su propia muerte.
Tanto no los debe haber sorprendido que son ellos los principales
sospechosos de haberle ordenado a Nisman que suspendiera el viaje que
estaba haciendo por Europa y haber dejado a su hija de 15 años en un
aeropuerto. De cualquier forma eso tampoco explica la urgencia del
regreso, pero sí lo explica un plan más amplio, más parecido a un
complot o conspiración, por feo que suene, y donde hubiera otros actores
de mayor peso involucrados.
“Pensé que no iba a ser ahora”, dijo Nisman en un mensaje de texto
enviado a sus amigos para contarles de su denuncia. Es más, el propio
fiscal le adelantó su destino a una periodista del Grupo Clarín, asidua
visitante de “La” embajada, Natasha Niebieskikwiat. “Yo puedo salir
muerto de esto”, le dijo, según destacó el diario The New York Times.
Extrañamente, Nisman eligió esas mismas y exactas palabras, para
decírselas también a la “experta” en la causa Amia y ex abogada de la
Daia, Marta Nercellas, según se lo aseguró la letrada a la propia
Niebieskikwiat. O Nisman tenía poca inventiva o se trató de un discurso
preparado por él o por sus interlocutoras…
Otro que habló del miedo a morir fue el periodista Damián Pachter del
Buenos Aires Herald, quien fue el primero en informar de la muerte de
Nisman. Seis días después de dar la “primicia”, Pachter partió rumbo a
Montevideo, con fecha de regreso para el 2 de febrero, pero apareció en
Israel. Fopea, el foro de periodismo que recibe subsidios del Congreso
de EE.UU. a través de la NED (The National Endowment for Democracy, algo
así como la cara social de la CIA) y de la Fundación Roberto Noble del
Grupo Clarín, pidió a “las autoridades correspondientes” la máxima
atención a la seguridad de los periodistas en estos momentos”.
Pachter, aseguró el diario La Nación, es un especialista en el caso
Amia y escribe para el diario israelí Haaretz, donde explicó su
derrotero. Obviamente habla hebreo a la perfección y estuvo tres años
trabajando en el ejército israelí. Fue el único periodista de Argentina
que supo de la muerte de Nisman y dijo que la fuente que le pasó esa
información es la misma que le pasaba datos sobre la causa del atentado a
la Amia. “Ahora me van a acusar de ser del Mossad”, advirtió. Y… sí.
No es casual que la noticia de Nisman haya llegado a los diarios del
mundo. La red de medios y sobre todo periodistas vinculados o que
trabajan para “Las” embajadas o para la CIA es tal que es capaz de
garantizar casi cualquier operación de prensa necesaria para manipular
la información tal como lo reconoció, casualmente, el titular de la CIA,
John Brennan, a principios de diciembre pasado ante el mismísimo
Congreso de EE.UU.
No es casual tampoco que el periodista de uno de los principales
diarios alemanes, Udo Ulfkotte, haya denunciado que como muchos otros de
su país fue sobornado por la CIA, que Fopea no haya dicho ni una letra
al respecto y que justamente se haya expandido rápidamente en Alemania
la noticia de la muerte de Nisman.
Tampoco es casual que una vez ocurrida la muerte de Nisman, dos de
los principales voceros de la oposición y los más cercanos a “La”
embajada, Mauricio Macri y Patricia Bullrich -junto con Elisa Carrió y
Laura Alonso- (patrocinados todos por “democráticas” fundaciones de
lobbistas y del Congreso de EE.UU., como la Ned y la Usaid, United
States Agency for International Development), hayan sido los primeros en
salir a pedir explicaciones al gobierno y lo hayan hecho justamente
frente a los medios.
Bullrich, asidua disertante junto a Carrió ante los antichavistas en
Caracas, debería explicar ahora por qué estaba frente las cámaras de TV
al rato de ocurrida la muerte del fiscal. Y no es casual, en especial,
que lo haya hecho señalando al gobierno como el presunto autor de un
crimen, tal como lo hicieron luego en fila cada uno de los
representantes de la oposición, con el candidato del establishment a la
cabeza, como si se tratara de algo previsto…
Quien quiera pensar que la CIA, el Mossad, la ex Side, ciertos
destacados políticos opositores, los dos diarios más grandes del país y
parte de la prensa extranjera, periodistas que trabajan para “La”
embajada y ex abogados de la Daia, confluyeron “por casualidad” en un
mismo pensar y accionar, puede hacerlo, pero debe pensar también por qué
sucedió así.
Plantear desde los medios la hipótesis de un homicidio a manos del
gobierno, pese a lo burdo de la maniobra, fue suficiente como para que
con el maximizado apoyo político y de la redes sociales -en horas, se
crearon cientos de usuarios falsos en Twitter convocando a una marcha
contra el gobierno- se lograra llamar a manifestarse a cierta parte de
la población que no se detuvo ni por un instante a pensar que nadie mata
de manera tan obvia.
Pero, bien se sabe, la masa repite, no deduce. Es que la adscripción
al fascismo clasista de La Nación o al populismo idiotizante de Clarín o
a la “coreografía totalizadora” de cualquiera de los medios repetidores
de esas usinas también tiene una explicación: de Copérnico para acá
todos sabemos que la tierra gira alrededor del sol, sin embargo los
diarios insisten en decirnos cada día a qué hora “sale” o a qué hora “se
pone” el bendito sol y no por eso muchos logran darse cuenta de que se
trata de una burda mentira.