lunes, 2 de febrero de 2015

“YO VENCERÉ AL MALDITO SATANÁS”

“YO VENCERÉ AL MALDITO SATANÁS”

Llegará la hora  cuando, de una manera sorprendente, arrojaré de su trono al orgulloso y maldito Satanás, aplastaré su cabeza bajo mis pies y será encadenado en las profundidades del infierno.”(Nuestra Señora del Buen Suceso, 2 de febrero 1634)

...se extenderán muchas herejías, la preciosa luz de la fe se extinguirá en las almas  con la corrupción casi total de las costumbres. Entonces habrá grandes desastres físicos y morales, públicos y privados. Las almas fieles que se mantengan en gracia sufrirán un martirio  cruel, atroz y prologado , que hará que muchas de ellas mueran por la violencia de sus sufrimientos y sean consideradas mártires de la Iglesia(…)
…se extenderán muchas herejías, la preciosa luz de la fe se extinguirá en las almas con la corrupción casi total de las costumbres. Entonces habrá grandes desastres físicos y morales, públicos y privados. Las almas fieles que se mantengan en gracia sufrirán un martirio cruel, atroz y prologado , que hará que muchas de ellas mueran por la violencia de sus sufrimientos y sean consideradas mártires de la Iglesia(…)
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El   2 de febrero de 2010 se celebró en Quito el 400 aniversario de la devoción a Nuestra Señora del Buen Suceso  con gran solemnidad. El día de la fiesta de Nuestra Señora del Buen Suceso cae en un día festivo reconocido por la Iglesia Católica: La  Fiesta de la Purificación o el Día de la Candelaria.
       ¿Por qué es tan importante  esta devoción en nuestros tiempos?
       Entre 1582 y 1634, la Virgen se apareció en Quito (Ecuador), a una monja de clausura Concepcionista, la Madre Mariana de Jesús Torres, pidiendo ser conocida bajo el título de “Nuestra Señora del Buen Suceso”.
         Ella habló a la Madre Mariana de los tiempos futuros de la Iglesia Católica, especialmente del período que comenzaría “a partir de la segunda mitad del siglo XX”. La Señora  describió la grave crisis que sacudiría a la Iglesia Católica y a la sociedad en general, condenando, en varias ocasiones, la obra  satánica y destructiva de la masonería, tanto contra la Iglesia Católica como contra la sociedad.
          En la aparición de 1582,  Nuestra Señora pidió a la Madre Mariana y obtuvo su  consentimiento para ofrecerse como víctima de sacrificio no sólo por su convento y por su país, sino también especialmente por la Iglesia católica universal y por la sociedad que, en aquel período del siglo XX, como profetizó, tendría una crisis  dramática y profunda.
          La Virgen insistió en la necesidad de la oración, la mortificación, la penitencia y el sufrimiento, no sólo como una ofrenda grata a Dios, sino como el único medio por el cual la Madre Mariana y su convento podrían ayudar a la Iglesia Católica y al mundo.
          Las Apariciones de Nuestra Señora del Buen Suceso a la Madre Mariana contienen muchas profecías acerca de la sociedad, el gobierno y la Iglesia en el Ecuador, y también ofrecen una idea de la grave situación en que se hundirían  la Iglesia católica universal y el mundo en el siglo XX y pasado el siglo. En los últimos 400 años se han cumplido la mayor  parte de estas profecías, lo que demuestra la autenticidad de estas apariciones. Pero hay otras que todavía tienen que cumplirse, en particular la de la “restauración completa de la Iglesia Católica.”
          Desde la aprobación de estas apariciones por  el Obispo de Quito, en 1610, todos los obispos sucesores suyos  en  la  diócesis  han  promovido siempre oficial y públicamente esta devoción. Ahora, la pregunta es: ¿por qué después de 400 años los fieles de la Iglesia Católica universal deberían cultivar esta devoción  a la Santísima Virgen bajo la advocación de Nuestra Señora del Buen Suceso?
          En estas profecías que la Virgen dio a la Madre Mariana, le pidió  trabajar para que las personas merecedoras  del “castigo divino” de la ira de Dios,  pidieran al Padre Celestial ” con insistencia” que acortara el tiempo de este “castigo divino”, prometiéndole además que algún día, de una manera maravillosa, se efectuaría la “restauración completa de la Iglesia Católica.”
          Para promover esta devoción, la Virgen le había pedido varias veces a la Madre Mariana que se hiciera  una  imagen suya, hasta que por fin el 21 de enero de 1610, le dijo:
“... Te mando que hagas que se contruya mi imagen para  consuelo y preservación de mi convento, y para que las almas de aquellos tiempos tengan una gran devoción hacia Mí, porque Yo soy la Reina del Cielo bajo muchas invocaciones. Esta devoción es un escudo, entre la justicia divina y el mundo prevaricador, que evitará la llegada del terrible castigo de Dios, que esta tierra culpable merece “.
          Esta  sagrada imagen se esculpió en el transcurso de un año y fue consagrada por el obispo de Quito, el 2 de febrero de 1611. La sagrada imagen de Nuestra Señora del Buen Suceso, milagrosamente, se terminó de esculpir por los tres arcángeles Gabriel, Rafael y Miguel, y hasta hoy se venera  en el Convento de la Inmaculada Concepción de Quito.
   “Llegará mi hora cuando,
 sorprendentemente,
arrojaré de su trono al soberbio y maldito Satanás,
aplastaré su cabeza  bajo mis pies y será encadenado en las profundidades del infierno. ” 
(Nuestra Señora del Buen Suceso, 2 de febrero 1634)

Resumen del mensaje de esperanza para nuestro tiempo: las profecías de Nuestra Señora del Buen Suceso

Lo más impresionante e interesante para nosotros, del mensaje profético es lo relativo a la situación del mundo y de la Iglesia.  La noche del 2 de febrero de 1634, mientras la madre de Mariana estaba rezando en el coro de la capilla, se dio cuenta de que la lámpara del Sagrario se apagó, dejando el lugar en oscuridad casi completa. Estaba a punto de irse cuando se sintió como impedida por una fuerza desconocida que la mantuvo expectante. De pronto, apareció por tercera vez a la Virgen, radiante de belleza en medio de la oscuridad  e iluminando la iglesia como si fuera el medio día. La Virgen  explicó a la vidente el significado de este hecho.
El haberse apagado la lámpara que arde ante el Prisionero del Sagrario tiene muchos significados.
 El primero es éste : en el siglo XIX y durante buena parte del XX se extenderán muchas herejías, la preciosa luz de la fe se extinguirá en las almas  con la corrupción casi total de las costumbres. Entonces habrá grandes desastres físicos y morales, públicos y privados. Las almas fieles que se mantengan en gracia sufrirán un martirio  cruel y atroz, que hará que muchas de ellas mueran por la violencia de sus sufrimientos y sean consideradas mártires de la Iglesia y de la Patria. (…)
” El tercer significado de la extinción de la lámpara es que el espíritu de impureza, se hará presente en las calles, plazas y lugares públicos como una marea sucia  gozando de una libertad tan sorprendente que casi no habrá ya almas vírgenes en el mundo.
” El cuarto significado manifiesta el poder de las sectas, que se introducirán hábilmente en las familias haciendo que se destruya la inocencia  en los corazones de los más pequeños, y por eso se agostarán las vocaciones sacerdotales. (…) Por desgracia, la Iglesia pasará por  una noche oscura en la que faltará el Prelado y Padre que vigile con amor, dulzura, fuerza, sagacidad y prudencia, y por ello muchas almas se perderán al poner en peligro su propia salvación .
” La quinta razón de la extinción de la lámpara  es la insensibilidad y  desinterés de las personas que, aun poseyendo una copiosa riqueza, permanecerán indiferentes a la opresión de la Iglesia, la persecución de la virtud y el triunfo del mal, no  utlizando su riqueza para destruir el mal y restaurar la Fe “.
Esta época de oscuridad culminará con una guerra “espantosa y terrible, en la que en todas las naciones correrá la sangre. Esta será la más horrible de todas las noches porque, triunfará el mal con apariencia de bien. Pero llegará mi hora, cuando yo, de una manera maravillosa, arrojaré de su trono al soberbio y maldito Satanás, lo colocaré bajo mis pies y será encadenado en el abismo infernal, y  finalmente,  liberaré a la Iglesia y a la Nación de su cruel tiranía.
Hay muchos factores que cooperan a la reivindicación de María y a la restauración de la Iglesia y el cristianismo, pero sólo uno, determinante, se hace constar por la Virgen: el papel que tendrá un hombre privilegiado, “EL GRAN PRELADO” [nota del autor de este blog: será, en mi opinión,  el papa santo prometido en muchas profecías al que hemos dedicado el post “Vendrá un papa restaurador”]
Ruega, clama sin cansancio y llora con lágrimas amargas en el secreto de tu corazón, pidiendo al Padre Celestial que, por el amor del Corazón Eucarístico de mi Santísimo Hijo, terminen pronto estos terribles tiempos y  envíe a la Iglesia un prelado que restaure el espíritu de los sacerdotes. Este será un hijo amado mío que tendrá una rara prudencia, humildad de corazón,  obediencia a la inspiración divina, una fortaleza para defender los derechos de la Iglesia y un corazón tierno y compasivo, así que, como otro Cristo,  atenderá al grande y al pequeño, sin despreciar a los más desafortunados. (…) Tendrá en su mano la balanza del santuario,[símbolo de la autoridad] de modo que todo se haga con peso y medida, para que Dios sea glorificado. Para la pronta llegada de este padre y prelado, sin embargo, habrá el  obstáculo de la flojedad de las almas consagradas a Dios, que serán a su vez la causa del gobierno de Satanás sobre la tierra. “
***
Su biógrafo dice que la Madre Mariana, muy impresionada por la escena de la oscuridad y la apostasía que Nuestra Señora le había figurado,  cayó al suelo temblando pero se repuso con valentía y pidió que se le concediera el milagro de mantenerla viva hasta el siglo XX, para que pudiera luchar en el terreno frente a la ola de impiedad. La Santísima Virgen no le concedió este favor, pero le aseguró repitiéndoselo que ella misma  asumiría el mando de la batalla decisiva, lo que la confirmaría como  “Reina de las Victorias”.
Para dejar a la vidente y a las monjas del monasterio  una señal tangible de su visita y  protección, la Virgen  mandó a la Madre Mariana  esculpir una imagen  que la representara en la medida de lo posible. La imagen debería tener un báculo apostólico en la mano derecha con las llaves de la clausura como signo de autoridad y  propiedad de la congregación de la Virgen, sosteniendo en su mano izquierda al bendito Niño Jesús. Todo se hizo como se había mandado, y, cuando se entronizó la imagen en la capilla, en la mañana del 16 de enero de 1611, mientras  las hermanas se dirigían a la iglesia a rezar el Oficio Parvo de Nuestra Señora, se escucharon armoniosas melodías: Al entrar en la capilla,  se vio el coro iluminado por una luz sobrenatural , y unos ángeles cantaron  el “Salve Santa Parens ” acompañados de una música celestial. Luego colocaron  la imagen en el lugar determinado. Esta imagen todavía puede ser venerada en la misma capilla del monasterio, y sobrevivió a muchas persecuciones y ruinas.
Publicado por  en Non possumus y traducido por Amor de la Verdad