PONIEDO EL CAMINO HACIA LA SOCIEDAD GLOBALIZADA

«La
Iglesia ha perdido su camino y está entrando de lleno en la oscuridad.
Esto, hija Mía, ha sido predicho y es un signo del fin de los tiempos.
Esto es cuando el último papa surgirá y el mundo se perderá bajo la guía
equivocada del falso profeta» (MDM, 14 de Noviembre del 2010).Nadie
cree en los profetas de este tiempo, el tiempo del fin. Y, por no
creer, todos viven en la oscuridad que ofrece la mente humana.
La Iglesia ha perdido su camino,
que es el camino de la Cruz. No hay una verdad sin cruz. No se puede
explicar la verdad sin que el hombre viva el sacrificio de todo lo
humano.
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La Iglesia está perdida en otros caminos más agradables a los hombres, más cómodos. Y, por eso, la Iglesia entra de lleno, se sumerge en la tiniebla del pecado.
El pecado es la obra del demonio, quien es «matador de hombres desde el principio» (Jn 8, 44). Satán mata. El pecado es muerte.
Ahí
tienen a ISIS: la obra de Satán en el mundo. Matar hombres,
aniquilarlos. Para eso viven porque en eso han sido adoctrinados por una
mente satánica. ISIS es la armada del Anticristo, que batalla contra
los hijos de la luz.
«Recen, Mis hijos, el Anticristo está aquí, aquellos que se llaman a sí mismos ISIS son la armada de Satán» (Hijas del Cordero – 4/8/15).
Y la Iglesia calla ante esta obra satánica. El usurpador llama al promotor del terrorismo, Mahmud Abbas, «ángel de paz», cumpliendo así las profecías:
«El
Anticristo está ahora listo para revelarse y su plan es este: él
esperará hasta que la guerra ruja por todas partes. Luego, él
intervendrá y creará una falsa paz en el estado de Israel, juntándolos
con Palestina en una improbable alianza. Todo el mundo va a elogiarlo»
(MDM – 7 de agosto del 2013).
El
reconocimiento del Vaticano a Palestina como Estado es el primer paso
para crear una falsa paz entre el estado de Israel y Palestina. Esa
falsa alianza no es para ahora. Primero tiene que venir la guerra. Y una
guerra atroz, que sea global, que esté por todas partes. Guerra fruto
de una crisis económica global. Crisis motivada por el resquebrajamiento
total de la Iglesia Católica. Si no hay vida espiritual y moral que
sostenga a los hombres, todos se enzarzan en una guerra para sobrevivir
en este mundo.
El
reconocimiento del vaticano a Palestina como Estado es sólo el inicio
de la guerra. Guerra necesaria para que se manifieste el Anticristo.
El
Anticristo, «junto con el Falso Profeta, creará una sociedad global, la
cual será presentada como la mayor iniciativa humanitaria» (Ib).
Bergoglio
está trabajando en eso: en allanar los pasos del Anticristo. Está
buscando la manera de engendrar esa sociedad globalizada. Necesita, para
eso, una iglesia globalizada. Una iglesia que apruebe el pecado, que lo
obre, que se dedique a matar almas.
Por
eso, no es de extrañar que ya se vean Obispos que apoyan y defiendan la
homosexualidad. Es lo más normal: si obedecen a un falso papa, entonces
acaban pensando como él.
Ya está a la vuelta de la esquina el “sí” del vaticano al embajador homosexual en Francia. Hay que adentrarse en la sociedad globalizada. Se necesita que la Iglesia cambie de cara: se muestre global.
La
Iglesia perdió el camino: esto fue claramente anunciado en las
profecías de la Salette y Fátima. Profecías en las que ya nadie cree. Y
son las más importantes. ¿Rezas el Santo Rosario e ignoras lo que la
Virgen anuncia al mundo? Esto es un gran pecado en muchos católicos. Y,
por ese pecado, por no escuchar a la Virgen, han caído en el engaño.
Toda la Jerarquía de la Iglesia ha caído en el engaño por no escuchar a
la Madre.
La verdad no está en la Jerarquía sino en la Virgen María. ¡Cuánto cuesta de entender esto!
Es
un signo del fin de los tiempos: nadie entiende la verdad, todos atacan
a los profetas, todos metidos en la gran tiniebla de la obra de satanás
en la Iglesia.
Estamos en el fin de los tiempos.
Tiene
que manifestarse el último papa y el falso profeta. El último Papa es
el que combate al falso papa, que es el falso profeta del Apocalipsis.
Ese falso profeta es el que debe señalar al Anticristo.
El
último Papa tiene que emerger, salir de donde está escondido. No es un
Papa que ponen los Cardenales en un Cónclave. No es un papable. Es el Papa puesto por el Cielo para guiar a Su Iglesia hacia el Reino Glorioso.
El
último Papa es el que señala el camino hacia ese Reino. Y, por lo
tanto, es el que lucha contra el falso papa que construye en el mundo,
junto al Anticristo, el Paraíso en la tierra: la sociedad globalizada
con la iglesia ecuménica.
El
último Papa aparecerá después del Gran Aviso. Y el Gran Aviso no se
puede dar hasta que el Papa Benedicto XVI no salga del Vaticano y muera.
«Los
días de Mi amado Vicario están ahora contados. Él tendrá que dejar el
Vaticano antes de que el Gran aviso tenga lugar» (MDM – 1 de Junio
2011).
Sus días están fijados: la muerte del que retiene la manifestación del Inicuo señala el tiempo hacia el Gran Aviso. Una vez producido, entonces aparece el Anticristo, con todo su poder, y el último papa.
Ahora, todo es la preparación para la iglesia universal del falso profeta, que apoya el gobierno mundial del Anticristo.
Ahora,
es necesario un falso papa, como Bergoglio, que es la llave para
iniciar la iglesia ecuménica. Es el primer falso papa, el cual tiene el
Espíritu del falso profeta. Es un falso profeta porque habla el lenguaje
del mundo, porque enseña la doctrina del error y porque marca el camino
de una falsa espiritualidad y de un falso misticismo.
Bergoglio
es el que abre los caminos para el mal. Y no para cualquier mal. Es la
dirección que ha de seguirse para establecer la perfección de toda
maldad en el mundo.
Este
perverso hombre ha hecho muchas cosas que los anteriores papas no
hicieron, porque –sencillamente- no había que hacerlas, no era la
Voluntad de Dios.
Pero,
Bergoglio no continúa el Papado, no es un Papa. Y tampoco es un
antipapa. Es un falso papa y un anticristo. Era la tuerca necesaria para
empezar a levantar la iglesia que adora al anticristo.
Bergoglio
representa al Anticristo, que es el hombre que perderá al mundo en un
caos, para llevar a todas las almas -con él- al abismo del infierno.
Y
Bergoglio lo representa haciendo el papel de bufón. Es el encargado de
divertir, de hacer pasar el tiempo, de enseñar la doctrina del
Anticristo. Y lo hace con gestos, con sentimientos agradables, con las
obras para la masa. Obras llenas de publicidad, de modismos, de
lenguajes oscuros, impregnadas del vicio de la soberbia y del orgullo.
Bergoglio
es un truhan que se ocupa de dar una palabra que guste, que agrade, que
haga sentir bien a la gente, que haga reír a las masas. Es un tramposo
en la Iglesia. Hace trampa con la verdad: predica metiendo mentiras
entre verdades.
Mientras Bergoglio hace su papel, Jesús sigue guiando a Su Iglesia con Su Papa.
«Es importante que Mis seguidores se mantengan alerta a cualquier nuevo papa que pueda presentarse, porque él no será de Dios» (MDM – 7 de junio 2011).
Los Cardenales, en Cónclave, ofrecieron a la Iglesia un nuevo papa,
Bergoglio. Este hombre no es de Dios. Y hay que estar alerta a un
hombre que está enseñando una nueva doctrina para una nueva iglesia.
Ellos
reemplazaron «al Santo Vicario, el Papa Benedicto XVI, con un dictador
de mentiras. Él creará una nueva iglesia en sociedad con el anticristo y
su grupo, con el fin de engañar al mundo» (MDM – 18 de enero del 2012).
En
eso está Bergoglio: en crear una nueva iglesia. Ya ha puesto el
fundamento de esa nueva iglesia: su gobierno horizontal. Eso es un cisma
dentro de la Iglesia. Nadie lo llama cisma porque todos tienen a
Bergoglio como verdadero papa.
¡Este es el gran error de muchos católicos!
No
escuchan a los profetas, quedan engañados por el lenguaje oficial de la
Jerarquía en la Iglesia. Los Cardenales han puesto a Bergoglio como
papa; luego, todo el mundo a tenerlo como papa.
¡Muchos
católicos no saben lo que es el discernimiento! ¡Ni siquiera saben
pensar rectamente en su vida humana! Muchos ni se han preocupado de lo
que es un Papa en la Iglesia. Y ahora viven en la más absoluta oscuridad
mental. Es un castigo por su pecado.
En
estos momentos de gran confusión, hay que seguir en la obediencia al
Papa Benedicto XVI porque es el Papa verdadero hasta su muerte.
¡Esto es lo que cuesta entender! ¿Cómo obedecer a un Papa que no gobierna?
Se le obedece porque es el Papa. Y no hay otra razón. Y hasta que no muera, sigue siendo el Papa verdadero, legítimo.
Es
Jesús quien gobierna Su Iglesia. No son los hombres. Jesús no es el
juguete del pensamiento de los Cardenales. Es el Rey de la Iglesia, que
no tiene que dar explicaciones a ningún Cardenal y a ningún Obispo sobre
Su Iglesia.
Jesús sigue gobernando Su Iglesia en el Papa Benedicto XVI.
Benedicto
XVI es la cabeza de la Iglesia de Cristo en la tierra: «es el último
verdadero Papa en esta Tierra» (MDM – 12 de abril del 2012).
Bergoglio, el mal llamado Francisco, elegido «por miembros dentro de la Iglesia Católica», es «el falso profeta» (Ib).
Son dos cabezas, dos coronas distintas. Son dos iglesias distintas.
La
Iglesia de Cristo ya no se muestra en el Vaticano ni en ninguna
parroquia del mundo. Está en los corazones fieles a Cristo, que
permanecen anclados en la verdad.
Y la única verdad es que Benedicto XVI es el Papa de la Iglesia Católica. No pueden haber dos cabezas.
«…habrá
dos hombres usando la Corona de Pedro en los Últimos Tiempos. Uno
sufrirá por las mentiras que han sido creadas para desacreditarlo y que
lo convertirán en un virtual prisionero. El otro elegido, traerá consigo
la destrucción, no solo de la Iglesia Católica, sino de todas las
iglesias que honran a Mi Padre y que aceptan las Enseñanzas de Mi Hijo,
Jesucristo, el Salvador del Mundo. Sólo puede haber un jefe de la
Iglesia en la Tierra, autorizado por Mi Hijo, que debe permanecer como
el Papa hasta su muerte. Cualquier otro, que pretenda sentarse en la
Silla de Pedro, es un impostor» (MDM – 22 de julio del 2013).
Es clara la profecía. Pero, nadie la escucha. Luego, todos en el gran engaño.
Los
electores de Bergoglio fueron «lobos vestidos de piel de oveja y son
miembros del secreto y malvado grupo masónico, dirigido por Satán» (Ib).
Pusieron al impostor.
Bergoglio
es un usurpador de la Corona de Cristo. Es el que reemplaza, el que
sustituye, el que gobierna en lugar del verdadero Papa. Gobierna pero
sin el Primado de Jurisdicción: no tiene Autoridad divina para hacer lo
que está haciendo.
¡Esto escuece a muchos! ¡Pero es la única verdad!
Bergoglio
había sido descartado para ser papa, pero la secta masónica le dio una
nueva opción al gobierno de la Iglesia. Lo compró. Y Bergoglio se vendió
por unas cuantas monedas, como hace todo judas.
Todo
el mundo, desde la Jerarquía hasta los fieles, declara que Bergoglio es
verdadero Papa. Esta perversidad en la mente de muchos católicos es su
condenación en vida.
Quien
sigue a un falso papa va en busca de su propia condenación. Un falso
papa jamás va a enseñar el camino de la salvación del alma. Luego,
profesar que Bergoglio es verdadero papa es condenarse.
No
se puede dirigir la vida hacia un hombre que enseña a dar culto a los
hombres. La vida es para obedecer la Verdad, que es Cristo. Y ningún
hombre de la Jerarquía es la verdad. Todo sacerdote u Obispo que no
enseñe la Verdad, que no ofrezca la misma doctrina de Cristo, es
imposible obedecerle.
Por eso, no se puede entender cómo sacerdotes –como Linus Clovis– dicen que se puede juzgar a Bergoglio en cuanto a sus acciones, pero no juzgarlo en cuanto a su oficio de papa.
¡Han caído en la trampa del demonio!
Todo
aquel que juzgue las acciones de un Papa lo tiene que juzgarlo como
Papa, en su oficio. No se pueden juzgar las acciones del Papa. Se tienen
que discernir las acciones del Papa. Porque un Papa nunca está solo en
el Papado. Tiene a sus Obispos debajo de él, que lo ayudan en todas las
cosas del gobierno de la Iglesia.
Si hay algo mal en las acciones de un Papa, hay que investigar a los demás en esas acciones.
¡Esto nadie lo entiende!¡Pero esto es la base del Papado!
Si
es Jesús quien pone un Papa, entonces ese Papa nunca puede llevar al
error y a la herejía a la Iglesia. Es cabeza de la verdad. Es la Voz de
Cristo en la Iglesia. No es la voz del demonio.
«Nunca
piensen que Yo estoy culpando a los muchos Papas que se han sentado en
la silla de Pedro. Su Misión ha sido siempre protegida. Muchos Papas han
sido prisioneros en la Santa Sede, rodeados por grupos masónicos que no
representan a Dios» (MDM – 7 de mayo del 2012).
Cincuenta
años esparciendo mentiras en la Iglesia, transformando la liturgia en
un culto al hombre. Imponiendo doctrinas de demonios en las cuales se
enseña a pecar a las almas. Promocionando un falso ecumenismo para abrir
las puertas de la Iglesia al mundo. ¿De quién es la culpa? No de los
Papas, sino de los demás. Todos los Obispos que desobedecieron a todos
los Papas.
«Sus
obras llevaron al colapso de la Iglesia Católica. Esto no fue un
accidente. Esto fue deliberadamente y astutamente trazado para destruir
la fe de la Iglesia, para destruir el tributo de los católicos
ordinarios, al único verdadero Dios» (Ib).
Aquel
que juzga sólo las acciones de Bergoglio pero no lo juzga como falso
papa, está en un absurdo: lo juzgas porque ves su herejía; pero lo
obedeces como papa, lo tienes como papa verdadero. ¡Gran absurdo! ¡Gran
oscuridad en la mente de muchos! Porque ya no creen en los profetas, que
son los que enseñan la verdad. Y MDM es la profeta del fin de los
tiempos. No hay Jerarquía en la Iglesia que pueda enseñar este tiempo a
las almas. Porque toda ella ha caído en el gran engaño.
La Iglesia ha perdido
el camino de la verdad, que es su camino. Es decir, la Iglesia ha
perdido a Cristo. Ya no cree en Cristo, ni en Su Obra, ni en Su Iglesia.
Y esto todos los pueden comprobar diariamente en tanta jerarquía que se
dedica a poner una vela a Dios y otra al demonio en sus ministerios.
Jerarquía que contemporiza con todo el mundo para sacar provecho de unos y de otros, del mundo y de la Iglesia.
Jerarquía
que tiene el aplauso del mundo, su alabanza, porque predica su
lenguaje, el propio del error; pero que también disfruta de las glorias
que muchos católicos, sin discernimiento, ofrecen a sus obras malditas
que hacen en la Iglesia.
Si
la Jerarquía se ha extraviado en el camino de la verdad, también los
fieles andan errantes, por caminos extraños, siguiendo a esa jerarquía
con la boca abierta, asombrados de la nueva espiritualidad, falsa por
sus cuatro costados, que enseñan los nuevos y falsos sacerdotes y
Obispos.
Hoy
todo el mundo está siguiendo sus fábulas, la novedad espiritual de una
iglesia sin el camino de la verdad. Se habla de Dios, de Jesús, del
amor, de la fraternidad, de la tolerancia, de la misericordia…de tantas
palabras vacías…
Se
dicen tantas cosas para captar la atención del oyente, pero se les da
un nuevo concepto. Se les mete en el lenguaje propio del error: ofrecer
una verdad pero sin la sustancia de esa verdad.
Porque
es necesario llegar al pensamiento único, propio de una sociedad
globalizada. Esta sociedad ya no le interesa Dios como ser real: la
trascendencia divina es dejada a un lado. Sólo le interesa la palabra
Dios, poniendo un concepto nuevo de Dios. Un concepto que todos puedan
admitir. Es un Dios para el hombre, para la mente del hombre, para su
vida, para sus obras. No tiene que ser un Dios que imponga una ley, unos
mandamientos, un camino de salvación. Tiene que ser un Dios abierto al
pensamiento de cada hombre.
La
sociedad globalizada sólo se centra en el hombre, se apoya en él, vive
permaneciendo en él. Es una sociedad inmanente. No es transcendente. No
es una sociedad para más allá de los límites humanos, naturales,
carnales, materiales. Los hombres viven en sus conocimientos humanos,
que son siempre limitados. Y sabiendo su límite, no quieren conocer más
allá del límite. Por esto, esta sociedad globalizada tiene que atacar a
todos los profetas verdaderos. Y sólo se queda con los falsos, que
hablan el lenguaje inmanente, que es el propio del error.
El hombre que permanece en sí mismo se hace dios de sí mismo. En la sociedad globalizante se deifica al hombre.
Hay
que llegar a una forma de pensar única, inmanente. Y no se llega
predicando la sustancia de la verdad, sino con un lenguaje atractivo,
bello, que gusta, que sea accesible para todo el mundo.
Bergoglio
tiene que interpretar el papel de papa, que no le gusta nada. Él
prefiere quitarse esos hábitos y ponerse un traje apropiado a la moda
que impera en el mundo. Pero le han obligado a representar una obra
teatral. Para esto ha nacido.
«Él
está haciendo al igual que mi Santo Juan Bautista, anunciando al que ha
de llegar, sólo que éste de quien habla es de la Bestia. Está escrito
que arrasará a las masas, es buen orador como Hitler, y sabe lo que
tiene que decir, y al pueblo le da lo que quiere oír, no lo que está
bien sino lo que quiere el populacho. Amén» (Mensajes personales – Enero
2015).