Francisco bendice la cohabitación prematrimonial

Francisco está estableciendo la costumbre de mal gusto de tocar y bendecir los vientres de mujeres embarazadas cuyos matrimonios tuvieron lugar en la Archidiócesis de Roma. Los recién casados vienen a reunirse con él y a recibir su bendición, ya sea en la Plaza de San Pedro o en el Aula Pablo VI del Vaticano, como se muestra en las fotos en esta página.

Se puede argumentar que nadie debe tocar el vientre de una mujer embarazada a excepción de su marido y su médico. Esto afecta a los Prelados lo hacen, sobre todo si se trata de un Papa.

Para cualquier hombre tal acto va contra el decoro y las buenas costumbres.Si lo hacen hombres eclesiásticos o religiosos también violan la regla de no tocar ( aquí y aquí ) en vigor en la Iglesia Católica hasta el Vaticano II.

Sin embargo, nuestro punto aquí no es sólo esto. Cuando el Papa bendice el vientre embarazado de una mujer que acaba de casarse, también está bendiciendo sus pecados anteriores contra la castidad que han producido el embarazo.Es decir, se está aprobando y fomentando la convivencia pre-matrimonial. Ahora bien, esta acción papal se opone frontalmente a la moral católica, en particular al sexto mandamiento.Brevemente, Francisco está promoviendo el pecado y, en consecuencia, dando escándalo público.
Esto es inconcebible que un Papa, cuya misión es la de confirmar a los fieles en la fe y en la moral católica.
Ahora bien, nos preguntamos: ¿Qué medidas eficiente puede tomar el próximo Sínodo contra la cohabitación prematrimonial cuando el Papa ya la está aprobando?
Muchos católicos conservadores, que están pidiendo con razón que el Sínodo sea menos revolucionaria, se niegan a ver que Francisco ya ha roto los diques morales, no importa lo que el futuro Sínodo diga o haga.
Otra contradicción chocante: el vestido blanco de la novia representa que ella llega virgen al matrimonio. Con las novias embarazadas de Bergoglio en blanco, otro símbolo se derrumba…