Publicado por Revista Cabildo Nº 113
Mayo-Junio 2015- 3era. Época
EDITORIAL
Cínicos, Hipócritas y Sádicos
SON conceptos sabidos pero olvidados. Por eso, cuando las circunstancias lo imponen hay que volver a recordarlos. Uno es el concepto de cinismo. Debe seguir entendiéndose por tal, la desvergüenza en el mentir, la obscenidad descarada e incluso la doblez para cometer una acción execrable y fingir que se la repudia después. De Osear Wilde es la buena definición del cínico, como el hombre que sabe el precio de todas las cosas e ignora el valor de una sola. Cual alma gemela del cinismo ha nacido y vive la hipocresía, que bien retratada queda si se dice de ella que es un sórdido simulacro de cualidades en todo contrarias a las que realmente se poseen. El hipócrita, escribió VíctorHugo, es un hermafro-dita espantoso del mal.
A grupas de ambos vicios suele asomar el sadismo, que para no alimentar fantasías innecesarias, diremos que tomamos del término lo que la recta sinonimia nos permite: crueldad refinada ejecutada con placer mórbido. En las páginas de su "Psicología Humana", el Padre Castellani le ha dedicado un capítulo notable al fenómeno y al tristemente célebre Marqués de Sade, con este matiz que tal vez convenga destacar ahora. Y es que el sádico puede compatibilizar su vicio con alguna acción normal y hasta buena, pareciendo entonces, al desaprensivo, que su conducta no es tan inmoral.
A estas reflexiones nos han llevado las rimbombantes declaraciones de nuestra Cancillería, el pasado 26 de junio, con motivo de los atentados terroristas múltiples y coordinados en distintas regiones. Dice entonces el timerman que "La Argentina expresa una vez más su firme condena al terrorismo en todas sus manifestaciones que. mediante este tipo de acciones, pretende imponer sus ideas por medios violentos". Agregando que se solidariza "con los familiares de las víctimas".
Esto es cinismo puro. Porque todo el mundo sabe que el actual gobierno está formado en una inmensa mayoría por ex cuadros terroristas convictos y confesos. Por partisanos de una guerra revolucionaria desatada contra la patria argentina, con el respaldo internacional de varios Estados Terroristas.
Esto es, además, descarada hipocresía, pues también es del dominio público que, amén de aquellos criminales de guerra que el gobierno alberga en su oscurísimo seno, le ha dado prioridad absoluta durante una larga década a la glorificación de la guerrilla marxista, de sus ideólogos, sus objetivos y sus personeros. Si algún último y grotesco guiño hacía falta para confirmarlo, allí está Carlos Zannini, crapuloso y veterano miliciano rojo, designado candidato a vicepresidente del oficialismo, junto al campeón del felpudismo, el señor Scioli, cuya mutilación de órganos parece extenderse más abajo del brazo derecho.
Y es al fin, sadismo. Pues se cuentan por miles los casos de prisioneros de guerra confinados en cárceles comunes, bajo tratos humillantes y vejatorios para ellos y sus familiares. Como se cuentan por centenares los casos de esos mismos prisioneros muertos tras graves destratos, abandonos y descuidos intencionales. La crueldad, el rencor y el resentimiento que le son prodigados, día a día, a estos integrantes de las Fuerzas Armadas, registra muy pocos antecedentes similares en la historia nacional. Y no se nos venga ahora con que muchos de esos presos merecerían estarlo. Sin duda. Pero bajo otros cargos, otras acusaciones, otros acusadores y junto a otros acusados.
El antídoto del cinismo es la nobleza. El remedio para la hipocresía es la clara y honesta frontalidad. Lo contrario del sadismo es el amor. No hay ningún candidato ni ningún partido, ni ningún espacio adentro del sistema que reúna estos atributos. Por eso renovamos nuestro furioso desprecio contra la democracia, y proponemos en política lo inédito: la resistencia de los nobles, la reconquista de la honestidad, la confianza victoriosa en ,el Amor de los Amores. •
Antonio CAPONNETTO
A estas reflexiones nos han llevado las rimbombantes declaraciones de nuestra Cancillería, el pasado 26 de junio, con motivo de los atentados terroristas múltiples y coordinados en distintas regiones. Dice entonces el timerman que "La Argentina expresa una vez más su firme condena al terrorismo en todas sus manifestaciones que. mediante este tipo de acciones, pretende imponer sus ideas por medios violentos". Agregando que se solidariza "con los familiares de las víctimas".
Esto es cinismo puro. Porque todo el mundo sabe que el actual gobierno está formado en una inmensa mayoría por ex cuadros terroristas convictos y confesos. Por partisanos de una guerra revolucionaria desatada contra la patria argentina, con el respaldo internacional de varios Estados Terroristas.
Esto es, además, descarada hipocresía, pues también es del dominio público que, amén de aquellos criminales de guerra que el gobierno alberga en su oscurísimo seno, le ha dado prioridad absoluta durante una larga década a la glorificación de la guerrilla marxista, de sus ideólogos, sus objetivos y sus personeros. Si algún último y grotesco guiño hacía falta para confirmarlo, allí está Carlos Zannini, crapuloso y veterano miliciano rojo, designado candidato a vicepresidente del oficialismo, junto al campeón del felpudismo, el señor Scioli, cuya mutilación de órganos parece extenderse más abajo del brazo derecho.
Y es al fin, sadismo. Pues se cuentan por miles los casos de prisioneros de guerra confinados en cárceles comunes, bajo tratos humillantes y vejatorios para ellos y sus familiares. Como se cuentan por centenares los casos de esos mismos prisioneros muertos tras graves destratos, abandonos y descuidos intencionales. La crueldad, el rencor y el resentimiento que le son prodigados, día a día, a estos integrantes de las Fuerzas Armadas, registra muy pocos antecedentes similares en la historia nacional. Y no se nos venga ahora con que muchos de esos presos merecerían estarlo. Sin duda. Pero bajo otros cargos, otras acusaciones, otros acusadores y junto a otros acusados.
El antídoto del cinismo es la nobleza. El remedio para la hipocresía es la clara y honesta frontalidad. Lo contrario del sadismo es el amor. No hay ningún candidato ni ningún partido, ni ningún espacio adentro del sistema que reúna estos atributos. Por eso renovamos nuestro furioso desprecio contra la democracia, y proponemos en política lo inédito: la resistencia de los nobles, la reconquista de la honestidad, la confianza victoriosa en ,el Amor de los Amores. •
Antonio CAPONNETTO