El juez que medió para liberar a los rehenes en la cárcel de Manaos: "Nunca vi algo tan horrible"
                Publicado: 3 ene 2017 14:27 GMT |  Última actualización: 4 ene 2017 03:17 GMT
                            El juez Luis Carlos Valois quedó espantado 
cuando vio la "montaña de cuerpos descuartizados" que resultó de los 
violentos enfrentamientos entre presos.
                        

AFP
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Luís Carlos Valois, el juez que negoció con los presos de la prisión Anísio Jobim, ha confesado al diario 'Folha de São Paulo', que lo que vio dentro de la cárcel era lo más horrible que había visto en su vida. En el motín perdieron
 la vida 56 presos, lo que lo convierte en el más sangriento desde la 
matanza de la cárcel de Carandiru, en São Paulo en 1992, en la que 
murieron 111 personas.
"Había una montaña de cuerpos, algunos descuartizados, sin brazos, sin piernas y sin cabeza; una escena dantesca,
 nunca vi algo tan horrible", declaró el juez a la prensa local. Este 
juez había sido llamado por la Secretaría de Seguridad Pública del 
gobierno de Amazonas para mediar en la liberación de la docena de 
guardias que habían sido tomados como rehenes. La mayoría de los presos 
le conocían y le respetaban, por lo que era la persona idónea para 
llevar a cabo la negociación.
Según el relato del propio juez, 
fueron los propios presos quienes retiraron los cuerpos del patio donde 
se realizaron las ejecuciones. Los colocaron en la entrada de la cárcel y
 volvieron a sus respectivas celdas, tal como informa el citado diario 
brasileño.
La mayor y más horrible masacre
"Infelizmente estamos delante de la mayor y más horrible masacre"
 ocurrida en el sistema penitenciario del país, según 
expresaron miembros de la Orden de los Abogados de Brasil (OAB), que 
también participaron en las negociaciones para terminar con el 
sangriento motín, a la cadena brasileña 'Globo'. La OAB también señaló que varios de los presos fueron quemados y mutilados en sus celdas.
El motín ha sido el resultado de enfrentamientos entre mafias brasileñas del narcotráfico,
 y se originó cuando varios miembros de la facción de la Familia do 
Norte, aliada del muy temido Comando Vermelho de Rio de Janeiro, 
atacaron a un grupo de presos pertenecientes al llamado Primer Comando 
de la Capital, asentado en Sao Paulo.
 

 
                         
