lunes, 23 de septiembre de 2019
PANEGÍRICO DEL GAUCHO
El Padre Castellani expresó poéticamente el origen ancestral del
gaucho.
Cuyo arquetipo fue don Juna Manuel de Rosas; y cuya antítesis
Sarmiento.
(De la revista
Presencia):
“Hay que poder
percibir el canto del Martín Fierro. Es un canto lejano que viene de las
profundidades de los siglos, un viento a veces sutil y a veces tempestuoso que llega
a la pampa pasando por España y allí se apampa y a veces se vuelve tormenta de
tierra y polvareda.
Aquí perdió el rumor de la cítaras eolias y el olor a oliva
de Atenas, el olor salubre a sal latina y el aroma de claveles y hierbabuena de
la morisma Andalucía; se volvió solamente un viento, es decir, un espíritu. Yo
lo oí soplar fuertemente una noche que no podía dormir, y me levanté a ver
quien era. No había nadie. Solamente las estrellas”.
Comentario
nacionalista: Si la Patria nace con la llegada al Plata de Garay, la estirpe
criolla, el gaucho, simultáneamente
aparece cuando los españoles – que integraban la infantería más temible del
mundo- comienzan a aspirar el aroma de
la Pampa; y entre la valentía española y
la magnificencia de la Pampa, el criollo
va desarrollando su vida en el orden de la vida colonial. Pues no se crea una raza heroica de la noche
a la mañana.
Siempre al mando de
sus jefes naturales, combate en las Invasiones, y luego San Martín exaltó el aporte del gauchaje en la guerra liberadora, y su criterio es definitivo. El mismo Libertador fue repudiado por los
unitarios por respetar al gaucho ¿En qué medida fue el también uno de ellos?
Pocos años hicieron
falta para que el odio de los unitarios a todo lo argentino infame la estirpe
gauchesca. Al morir los Caudillos, murieron los gauchos. Algunos, en las
últimas boqueadas de su vida gaucha, acorralados como animales, perseguidos y
humillados por el odio de los gobiernos liberales, para sobrevivir, se tornaron
díscolos y matreros, como el Martín Fierro. Pero el que describe José Hernández
no fue el arquetipo gauchesco, sino representa la vida de un gaucho patriota,
desesperado por su impotencia, solitario y desamparado por las jerarquías que
ya no existían, que resiste a punta de coraje personal la invasión de los
extranjerizantes.
Salvando tantas
diferencias, hoy día los argentinos patriotas –nacionalistas- infamados y humillados, resistimos
infructuosamente el poder totalitario del Régimen; pese a lo cual continuamos proclamando
por amor a la Patria las verdades argentinas; aunque en el desierto muchos son
o se hacen los sordos.
Luego el gaucho se
transformó en un campesino sumiso ante los nuevos patrones que manejaban las
estancias desde Buenos Aires, de regreso de París. Así fue como el liberalismo,
proclamando democracia, acabó con ellos, proletarizándolo, económica y
mentalmente, poniendo fin a la reacción federal argentina.
Esta es la verdad
histórica del hombre argentino que el gobierno francés no entendió, y que originó
su derrota; derrota compartida por los unitarios al fracasar estrepitosamente
con su utópica política liberal/democrática,
destruyendo la grandeza de nuestro país hasta su actual vergonzosa
miseria moral y política.+