Fátima: ¿Fue realizada la consagración de Rusia? Estado de la cuestión (1-4)
Comenzamos
a publicar aquí, en cuatro entradas, el excelente artículo de los
profesores Buisel y Sequeiros acerca de la consagración de Rusia a la
Inmaculada Virgen María, como Nuestra Señora misma pidió en Fátima, en
1917.
En la última entrada brindaremos el artículo completo para,
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
Fátima: ¿Fue realizada la consagración de Rusia? Estado de la cuestión
Prof. María Delia Buisel – Pbro. Dr. Víctor Agustín Sequeiros
De Fatima numquam satis
Sobre Fátima[1],
aun no está todo dicho. Por grande que sea el esfuerzo de ciertos
clérigos por enterrar las apariciones de Fátima y de darlas
apresuradamente por muertas y sepultadas en el pasado[2],
parece que el Cielo, por el contrario, se complace en mantenerlas más
vivas que nunca, como en el caso de los impactantes hallazgos
documentales de la destacada historiadora Cristina Siccardi, que
remontan la “prehistoria” de Fátima al nacimiento de Portugal y en
particular a sor Filipina de’ Storgi, monja de la familia real de
Saboya, quien en 1454 recibió en su agonía la visita de la Santísima
Virgen anunciándole «acontecimientos futuros muy graves por los que Satanás hará una terrible guerra, pero perderá porque la Virgen Santísima Madre de Dios e del Santísimo Rosario de Fátima ‘más fuerte que cualquier ejército formado en batalla’, lo vencerá para siempre”[3]. Por
supuesto que en 1917 ni los pastorcitos, ni nadie en Portugal, podían
tener atisbo alguno de semejante revelación, pero la Providencia dispone
los tiempos en que se deben conocer las cosas[4].
No es de extrañar que el Papa Benedicto XVI haya declarado en el Santuario el 13 de mayo de 2010 que “se equivoca quien piensa que la misión profética de Fátima está acabada”[5].
Dejando
de lado por el momento la polémica acerca de la autenticidad y
completitud de la tercera parte del Secreto, de la que hay profusa y
divergente bibliografía[6] y en la cual se vio envuelto, al menos indirectamente, el mismo Benedicto[7], procuraremos en el presente artículo ofrecer un fundamentado status quaestionis sobre otro de los puntos candentes referidos a Fátima: el requerimiento celestial de la Consagración de Rusia y la respuesta pontificia a tal demanda.
Revelación privada de carácter religioso-político
Ante
todo, es necesario destacar que el pedido se encuadra en una revelación
privada que trasciende el marco usual de las apariciones referidas solo
a la edificación personal del vidente o de su comunidad. Al igual que
la cuarta aparición del Sagrado Corazón a Santa Margarita María de
Alacoque (17 de junio de 1689), o la de Nuestra Señora de la Salette (19
de septiembre de 1846) a los pastores Melania y Maximino, es esta una
revelación privada religiosa con designios políticos universales, es
decir con la intención de dar directrices para conducir la Iglesia y
salvar las almas del infierno, además de enderezar[8]
la historia de un siglo convulsionado y rebelde como el XX y lo que va
del XXI. La importantísima observación fue realizada por el patriarca de
Lisboa, Cardenal Manuel Gonçalves Cerejeira (1888-1977), para quien la
historia del s. XX no se comprende sino a la luz de estas revelaciones a
los tres “pastorinhos”. Para el Papa Juan Pablo II estas apariciones
exceden el marco de una mera revelación privada, porque por la magnitud
de su contenido es casi apocalíptica, “comparable a la Sagrada Escritura” y “compromete a la Iglesia entera”[9]. A. Socci las considera un unicum,
como una revelación “intermedia” entre la Revelación “pública” de las
Escrituras canónicas y las “privadas” a santos, a místicos o a fieles[10].
Por otra parte, hay que destacar que se trata de apariciones sensibles y externas,
es decir reales y objetivas, no sin acompañamiento de particulares
iluminaciones intelectuales, hecho a tener en cuenta por las críticas
posteriores[11].
Ya
desde la aparición en plena guerra del “Ángel de la Paz”, en 1916, que
se presenta luego como el “Ángel de Portugal”, custodio de la nación, se
puede observar una delicada graduación en la enseñanza de las oraciones
y de los misterios divinos, en donde la edificación y la protección
personal de un Ángel de la Guarda es superada por esta petición de
incidencia internacional y ultraterrena: “ofreced a Dios un
sacrificio de reparación por los pecados con que Él es ofendido y de
súplicas por la conversión de los pecadores. Atraed así la paz sobre
vuestra patria”. En la siguiente aparición les enseña a adorar a Jesús en la Eucaristía y a comulgar “en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él mismo es ofendido”[12].
Esa
gradualidad también se observa en los discursos de la Santísima Virgen,
en donde hay dos niveles de comunicación: uno con palabras revelándoles
hechos concretos del presente y del futuro e insistiendo en el rezo del
rosario, y otro de carácter místico, cada vez que abre sus manos, “comunicándonos
una luz tan intensa como el reflejo que de ellas se expandía. Esta luz
nos penetró en el pecho hasta lo más íntimo de nuestra alma, haciéndonos ver a nosotros mismos en Dios, que era esa luz, más claramente que lo que nos vemos en el mejor de los espejos”[13].
En la segunda visita, el 13 de junio, también Nuestra Señora “abrió
las manos y nos comunicó, por segunda vez el reflejo de aquella luz tan
intensa. En ella nos veíamos como sumergidos en Dios. Francisco y
Jacinta parecían estar en la parte que se elevaba hacia el cielo y yo en
la que se esparcía por la tierra. Delante de la mano derecha de Nuestra
Señora había un corazón rodeado de espinas que parecía se clavaban por
todas partes. Comprendimos que era el Inmaculado Corazón de María ultrajado por los pecados de los hombres y que pedía reparación”[14]. Francisco y Jacinta se ven en el plano superior porque morirán pronto y Lucía más abajo porque tendrá una misión que cumplir.
En
la tercera vieron el infierno, de lo que hablaremos de inmediato,
completando la pedagogía escatológica de la primera aparición en que la
Virgen les habló claramente del del cielo y del purgatorio.
En
la sexta, el 13 de octubre, mientras los 70.000 espectadores observaban
maravillados la danza del sol, los niños contemplaron a Nuestra Señora
bajo las advocaciones del Rosario y del Carmen, y a San José con Jesús
Niño.
La aparición del 13 de julio de 1917
Volvamos a la tercera importantísima y decisiva mariofanía[15]:
“¿Qué desea de mí Su Merced? -pregunté:
– Quiero
que volváis el 13 del mes que viene y que continuéis rezando el rosario
todos los días en honra de Nuestra Señora del Rosario, para obtener la
paz del mundo y el fin de la guerra, porque solo Ella os puede ayudar.
– Querría que nos dijese quién es y que hiciera un milagro para que todos crean que Ud. se nos aparece.
– Continuad viniendo todos los meses. En octubre diré quién soy y lo que quiero, y haré un milagro para que todos vean y crean.
«Al
decir estas palabras, de nuevo abrió las manos como en los meses
anteriores. El reflejo pareció penetrar la tierra y vimos como un mar de
fuego. Sumergidos en este fuego estaban los demonios y las almas como
si fuesen brasas transparentes y negras o bronceadas, con forma humana.
Llevados por las llamas que de ellos mismos salían, juntamente con
horribles nubes de humo, flotaban en aquel fuego y caían para todos los
lados, igual que las pavesas en los grandes incendios, sin peso y sin
equilibrio, entre gritos de dolor y desesperación que horrorizaban y
hacían estremecer de espanto».
Debió
ser ante esta visión de espanto cuando dije aquel: ‘¡Ay!, que dicen me
oyeron. Los demonios se distinguían por formas horribles y repugnantes
de animales espantosos y desconocidos, pero transparentes igual que
carbones encendidos. Asustados y como para pedir socorro, levantamos la
vista a Nuestra Señora que nos dijo con bondad y tristeza:
– Habéis visto el infierno donde van las almas de los pobres pecadores.
Para
salvarlos Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi
Inmaculado Corazón. Si hacen lo que yo os digo se salvarán muchas almas y
tendrán paz. La guerra va a acabar. Pero si no dejan de ofender a Dios,
en el reinado de Pío XI comenzará otra peor. Cuando veáis una noche
alumbrada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios
os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes por medio de la
guerra, el hambre y las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre.
Para impedirlo vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión reparadora de los primeros sábados.
Si atendieran mis peticiones[16], Rusia se convertirá y habrá paz; si no, ella esparcirá sus errores[17]
por el mundo promoviendo guerras y persecuciones contra la Iglesia. Los
buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir,
varias naciones serán aniquiladas.
Al
final mi Corazón Inmaculado triunfará. El Santo Padre me consagrará
Rusia que, se convertirá y será concedido al mundo un cierto tiempo de
paz”.
Hasta aquí el texto tal como la vidente lo redactó en su tercera Memoria, del 31 de agosto de 1941. En la cuarta, del 8 de diciembre de 1941, agregó el párrafo siguiente:
“En Portugal se conservará siempre el dogma de la fe, etc. Esto no se lo digáis a nadie. A Francisco sí se lo podéis decir”.
¿Pertenece esta frase al fin de la segunda o al inicio de la tercera parte del secreto? El contenido real del “etc.” aun se desconoce porque en dicha fecha Lucía no reveló la totalidad del discurso de Nuestra Señora.
Tercera parte del secreto
El 26 de junio de 2000, en la persona de tres de sus más altos dignatarios, los cardenales Sodano y Ratzinger y el arzobispo Bertone, el Vaticano dio a conocer la siguiente visión como tercera parte del secreto, mostrando fotocopia del documento original:
J.M.J.
“Yo
escribo por obediencia a Vos, Dios mío, que me lo ordenáis, por
intermediación de su Exc. Reverendísima Mons. el obispo de Leiría y de
Vuestra Santa Madre, que es también la mía.
Después
de las dos partes que ya he expuesto, nosotros vimos sobre el costado
izquierdo de Nuestra Señora, un poco más alto, un Ángel con una espada
de fuego en la mano izquierda; al centellear emitía llamas que, parecía,
iban a incendiar el mundo, pero se extinguían al contacto del
resplandor que, de su mano derecha emanaba Nuestra Señora en dirección a
él. El Ángel indicando la tierra con su mano derecha, dice con fuerte
voz: ‘¡Penitencia!, ¡Penitencia!, ¡Penitencia!’
Y
nosotros vimos en una lumbre inmensa que es Dios –algo semejante a como
se ven las personas en un espejo cuando pasan por delante- un Obispo vestido de blanco, tuvimos el presentimiento de que era el Santo Padre.
Numerosos obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subían una
montaña escarpada, en cuya cima se encontraba una gran Cruz de troncos
rústicos, como si fueran en alcornoque con su corteza; antes de llegar
allí, el Santo Padre atravesó una gran ciudad a medias
en ruinas y, a medias temblando con paso vacilante, consumido de dolor y
de pena, avanzaba rogando por las almas de los cadáveres que encontraba
en su camino; llegado a la cima de la montaña, prosternado de rodillas al pie de la gran Cruz, fue muerto por un grupo de soldados que
le tiraron muchos tiros y flechas, y de la misma manera, murieron unos
después de otros, los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y
diferentes laicos, hombres y mujeres de diferentes clases y posiciones.
Bajo los brazos de la Cruz, había dos Ángeles, cada uno con un
recipiente de cristal en la mano, en los que recogían la sangre de los
mártires con la que aspergían las almas de los que se aproximaban a
Dios”.
En la biografia oficial que las Carmelitas de Coimbra[18]
hacen de sor Lucía publican un texto de su diario que, aun cuando no
forme parte del secreto del 13 de julio, tiene estrecha relación con el
mismo, al estar fechado el mismo día en que ella consiguió poner por
escrito la visión arriba citada.
En
efecto, después de haber lo intentado en vano durante varios meses, el 3
de enero de 1944 alrededor de las 4:00 pm, fue a rezar delante del
Tabernáculo a la Capilla del Convento para pedirle a Jesús que le
hiciese conocer Su Voluntad:
“Sentí
entonces, que una mano amiga, cariñosa y maternal me toca en el hombro,
levanto la mirada y veo a la querida Madre del Cielo (…) No temas, Dios
quiso probar tu obediencia, fe y humildad; queda en paz y escribe lo
que te mandan, pero no lo que te es dado a entender de su significado
(…) Y yo sentí el espíritu inundado por un
misterio de luz que es Dios, y en Él vi y oí: -La punta de una lanza,
como llama que se desprende, toca el eje de la Tierra[19].
Ella se estremece: montañas, ciudades, pueblos y aldeas con sus
habitantes son sepultados. El mar, los ríos y las nubes salen de sus
límites, desbordándose, inundando y arrastrando consigo en un remolino,
casas y personas sin número, que no se pueden contar, es la purificación
del mundo por el pecado en el cual está inmerso. ¡El odio, la ambición provocan la guerra destructora! Después sentí, en el palpitar acelerado del corazón y en mi espíritu, el eco de una Voz suave que decía:
-En el tiempo, una sola Fe, un solo Bautismo, una sola Iglesia, Santa, Católica y Apostólica. ¡En la eternidad, el Cielo!
Esta palabra Cielo llenó mi alma de paz y felicidad, de tal forma que casi sin darme cuenta, quedé repitiendo por mucho tiempo: ¡El Cielo! ¡El Cielo!”
Tres temas
Del
densísimo texto del 13 de julio, un único secreto en tres partes como
recalca sor Lucía (no tres secretos), se deducen por lo menos tres
grandes temas: uno que nos compete a todos los devotos del Corazón
Inmaculado de María, a saber la insistencia en la oración del santo
rosario, y en el sacrificio, la penitencia, la expiación y la reparación[20]
por el Santo Padre y por los “pobres pecadores”, para que dejemos de
ofender a Dios y no nos vayamos al infierno. El segundo se refiere al
Santo Padre, al que la Santísima Virgen le pide la consagración de Rusia
a Su Corazón Inmaculado y la autorización y difusión de la comunión
reparadora de los cinco primeros sábados de mes. El tercer tema es la
divulgación completa del secreto del 13 de julio, aun pendiente ya que
lo difundido el 26 de junio del 2000 estaría incompleto al faltar la
evidente continuación de las palabras de Nuestra Señora, de lo que no
hablaremos específicamente ahora.
El
tema que urge en estos momentos de modo apremiante es el de la
Consagración de Rusia, como lo vienen señalando desde hace años prelados
y laicos eminentes, el cual ciertamente no puede separarse del secreto[21].
¿Qué
pasó después del 13 de julio? Los niños obedecieron heroicamente y no
hablaron. Incluso cuando Jacinta tuvo las dos visiones sobre el Santo
Padre, una de rodillas y llorando dentro de una gran casa mientras desde
afuera lo insultaban y apedreaban, y la otra de gente dispersa en
campos y caminos llorando de hambre y al Papa rezando con muchas
personas en una iglesia delante del Corazón Inmaculado de María, Lucía
le prohibió contarlas justamente porque se relacionaban con el secreto.
Los cinco sábados
En
1925, habiendo ingresado Lucía al postulantado de las Doroteas en
Pontevedra, tuvo la visita del Niño Jesús junto a su Santísima Madre con
su Corazón rodeado de agudas espinas. El Niño le pidió reparación por
la ingratitud de los hombres simbolizada en las espinas y la Santísima
Virgen le pidió la institución de la devoción de los primeros sábados de
mes, prometiendo una especial asistencia en la hora de la muerte a
quienes durante cinco primeros sábados de mes seguidos se confesasen,
recibiesen la comunión, rezasen el Santo Rosario y meditasen durante 15
minutos sobre sus misterios.
En
1926 otra vez el Niño Jesús le pide cuenta a Lucía de esta misión que
ha transmitido a su superiora y que la misma no había impulsado[22].
La gran Revelación de Tuy
El 13 de junio de 1929 se produce la gran teofanía trinitaria de Tuy, que sor Lucía narra así:
“Había
pedido y obtenido licencia de mis superioras y del confesor, para hacer
la Hora Santa de once a medianoche, de los jueves a los viernes.
Estando una noche sola, me arrodillé entre la balaustrada, en medio de
la capilla, postrada, para rezar las oraciones del Ángel. Sintiéndome
cansada, me incorporé y continué rezando con los brazos en cruz.
La única luz era la de la lámpara. De
repente, se iluminó toda la capilla con una luz sobrenatural y sobre el
altar apareció una Cruz de luz que llegaba hasta el techo. En una luz
más clara se veía, en la parte superior de la Cruz, un rostro de un
Hombre y Su Cuerpo hasta la cintura. Sobre su pecho había una paloma
igualmente luminosa, y clavado en la Cruz, el cuerpo de otro hombre.
Un
poco por debajo de la cintura, suspendido en el aire, se veía un Cáliz y
una Hostia grande sobre la cual caían unas gotas de Sangre que corrían a
lo largo del Rostro del Crucificado y de una herida en Su pecho.
Escurriendo por la Hostia, esas gotas caían dentro del Cáliz. Bajo el
brazo derecho de la Cruz estaba Nuestra Señora. (Era Nuestra Señora con
Su Corazón Inmaculado en Su Mano) (…) Bajo el brazo izquierdo (de la
Cruz), unas grandes letras, como si fueran de agua clara cristalina, que
corrían hacia el altar, formaban estas palabras: ‘Gracia y
Misericordia’[23].
Comprendí
que me era mostrado el misterio de la Santísima Trinidad y recibí luces
sobre este misterio que no me es permitido revelar”.
La Santísima Virgen dice:
– «Ha
llegado el momento en que Dios pide al Santo Padre que haga, en unión
con todos los Obispos del mundo, la consagración de Rusia a mi Corazón
Inmaculado; prometiendo salvarla por este medio. Son tantas las almas
que la justicia de Dios condena por los pecados cometidos contra Mí, que
vengo a pedir reparación; sacrifícate por esta intención y reza”[24].
Lucía transmitió inmediatamente aquella petición divina a su confesor, el Padre José Bernardo Gonçalves, tal y como está documentado en su correspondencia ya publicada[25].
Si bien al comienzo ambas demandas fueron formuladas por separado, a
comienzos de 1930 Nuestro Señor le indica que los dos pedidos, la Consagración de Rusia y la devoción de los primeros sábados de mes, deben ser transmitidos conjuntamente al Sumo Pontífice en Roma[26].
Poco después en el mismo año, el 13 de octubre de 1930, el obispo diocesano, Mons. da Silva reconoce la autenticidad de las apariciones como “visiones dignas de crédito”[27]
permitiendo oficialmente el culto de Nuestra Señora de Fátima, pero
nada dice de las palabras de la Virgen habidas en 1925 y 1929.
CONTINUARÁ
[1]
Actualizamos en este artículo aquél que publicamos en abril pasado,
cuya referencia es Buisel, María Delia – Sequeiros, Víctor A. “La
Consagración de Rusia. Estado de la cuestión”. En Gladius 104, CABA, Pascua 2019, pp. 55-86.
[2] Entre las voces más autorizadas, los Cardenales A. Sodano (Cf. http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/speeches/2000/apr-jun/documents/hf_jp-ii_spe_20000513_sodano-fatima.html
) y T. Bertone, que relegan el carácter profético del mesaje a
acontecimiento ya cumplidos en 1981 y 1989, atentado al Papa y caída del
muro de Berlín respectivamente (“Apresentação” a A Mensagem de Fátima, 26 de Junho de 2000). También G-F. Ravassi, a quien el P. L. Kramer le atribuye haber afirmado: “vamos a destruir Fátima” (https://www.youtube.com/watch?v=WehqTwn600Q ). Cf. Sequeiros, Octavio Agustín – Buisel, María Delia. “La lucha por el Secreto” en Gladius 50, Pascua 2001, pp.13-40. Véase asimismo Buisel, M. D. “El secreto de Fátima y la política”. En Moenia XXIX, Buenos Aires, septiembre de 1987, pp 85-103. Y también Buisel, M. D. “El tercer secreto de Fátima” en Moenia XXXIII, Buenos Aires, diciembre de 1988, pp 83-127.
[3] En el documento 2 se lee: “In punto di morte la veggente Suor Filippina de’ Storgi «parlava
de’ futuri eventi, prosperi e funesti della Casata Sabauda, fino a un
tempo non preciso di terribili guerre, dell’hesilio di Umberto di Savoia
[Re Umberto II] in Lusitania, di un certo mostro d’Horiente,
tribulatione dell’Humanità, ma che sarebbe ucciso dalla Madonna del S.
Rosario de Phatima, se tutti li huomini l’havessero invocata con
penitentia grande» (In C. Siccardi, Fatima e la passione della Chiesa. Milano, Sugarco, 2012, p. 53). Véase al respecto el artículo de M.D. Buisel en Gladius 100, 2017, pp. 57-63.
[4] Nuestra Señora agregó un dato cronológicamente importante: “el rey Umberto II se exiliará en Portugal”. Solo
después de que esto ocurriera podían las dominicas de Alba, cercana a
Turín, difundir los hechos. Como Umberto II (1904-1983) se exiló en
Cascais, Portugal, después de un referéndum adverso en 1946, y murió en
Ginebra, desde el 2000 conocemos la documentación respectiva (Cf.
Siccardi, C. Fatima et la Passion de l’Église, Auch, Éditions Le Drapeau Blanc, 2017, pp. 41-64; traducción del original italiano precitado).
[5] Cf. http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=6320 . El Cardenal Ratzinger, que en 1984 en la revista Jesús afirmó el carácter profético de Fátima, suscribió en el 2000 el comentario cardenalicio que le negaba tal condición («las vicisitudes a las que se refiere la tercera parte del secreto de Fátima parecen ya pertenecer al pasado»). Sin embargo, aclaró que el Comentario no era obligatorio y que sería «extremadamente imprudente»
tenerlo por interpretación oficial de la Iglesia. Además, ese mismo
año, en carta a Mons. Pavel Hnilica, el cardenal afirmó que «no quería atribuir exclusivamente al pasado los contenidos del secreto de manera simplista» (Cf. La nota de L. Accattoli, en el Corriere della Sera, del 14 de mayo de 2000, y también http://www.antoniosocci.com/perche-il-papa-smentisce-bertone-e-messori/ ). Ya como papa, el 11 de mayo de 2010 reconoció en que Fátima “se indican realidades del futuro de la Iglesia, que se desarrollan y se muestran paulatinamente” (http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2010/may/documents/hf_ben-xvi_spe_20100511_portogallo-interview.html )
[6] Cf. Sequeiros, Víctor A. “Fátima, politicamente incorrecta”, 22 de mayo de 2019, editado por el P. J. Olivera Ravassi en http://www.quenotelacuenten.org/wp-content/uploads/2019/05/Fátima-brevissima-Editado.pdf .
[8] P. Sáenz, Ramiro. Fátima. Geografía, Historia, Teología y Profecía, CABA,
Gladius, 2016. “Fátima es una intervención divina en una coyuntura
histórica para corregir su rumbo”, p. 48. Cf. también Alban, F. Fatima Priest, New York, Good Counsel Publications, 1997, p. 276.
[9]
Palabras pronunciadas al término de la Misa presidida por Juan Pablo II
en Fátima el 13 de mayo de 2000, por el Cardenal Sodano (http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/speeches/2000/apr-jun/documents/hf_jp-ii_spe_20000513_sodano-fatima.html ), y publicadas en el Comentario del 26 de junio de 2000, al igual que una expresión semejante en el Coloquio con Mons. Bertone.
[10] Cf. Socci, Antonio. Il Quarto Segreto di Fatima, Milano, Rizzoli, 2006, p. 16.
[11] Rasgo rubricado por el Papa Benedicto XVI, quien aclaró que Fátima es “una aparición, es decir, un impulso sobrenatural que no proviene puramente de la imaginación de una persona sino realmente de la Virgen María, de lo sobrenatural; tal impulso entra en un sujeto y se expresa de acuerdo con las capacidades de ese sujeto” (Cit. en: Gaspers, Matt. “Sexual Abuse and the Third Secret: A Timely Reminder”, One Peter Five, 3 de julio de 2018, tomado a su vez de Christopher A. Ferrara, The Secret Still Hidden, Pound Ridge, Good Counsel Publications, 2008, p. 68).
[12] Memórias da Irmã Lúcia.
Compilação do Pe. Luís Kondor, SVD, Introdução e notas do Pe. Dr.
Joaquín M. Alonso, CMF (†1981), pp. 70, 178 (13ª Ed. Outubro 2007).
[13] Ibidem, p. 174.
[14] Ibidem, pp. 175-176.
[15] Ibidem, pp. 205-213. En español: Memorias de la Hermana Lucía.
Compilación del P. L. Kondor, SVD. Introducción y notas del P. Dr. J.M.
Alonso, CMF, Fátima, Portugal, Postulaçâo, 1978, pp. 140-145.
[16]
“Peticiones” en plural: la consagración de Rusia y la oficialización de
la devoción de los cinco primeros sábados de mes con comunión
reparadora (Cf. de Belfont, Joseph. Mystères et vérités cachées du troisième secret de Fatima, Paris, Nouvelles Éditions Latines, 2016, pp. 181-185).
[17] “Errores”: con esta palabra se resalta la dimensión doctrinal del comunismo declarado por Pío XI ‘intrínsecamente perverso’,
errores que continúan su despliegue, aunque la URSS como entidad
política no exista, haya sido sustituida por la Federación Rusa y ya no
se plantee la lucha de clases al modo inicial del marxismo sino en el
plano cultural presentado por Gramsci. (Cf. R.P. Sáenz, Alfredo. Antonio Gramsci y la revolución Cultural, B.A., ed. Gladius, 2006).
[18] Carmelo de Coimbra. Um caminho sob o olhar de Maria. Coimbra, Ed. Carmelo, 2013, 493 pp. Cf. Frère François Marie des Anges. Soeur Lucie, confidente du Coeur Immaculé de Marie. Saint-Parres-Les-Vaudes, France. CRC, 2014, pp. 288-289.
[19] En 1980, durante un encuentro en Fulda,
Alemania, se le preguntó a Juan Pablo II: “¿Y el Tercer Secreto de
Fátima? ¿No debía ser publicado en 1960?”, el Papa respondió: “Dada la gravedad del contenido, para no animar el poder mundial del Comunismo a cumplir ciertas mociones,
mis predecesores en el cargo de Pedro han preferido diplomáticamente
suspender su publicación. Por otra parte a todos los cristianos puede
ser suficiente saber esto: Si hay un mensaje en el que está escrito que los océanos inundarán partes enteras de la tierra, que millones de hombres perecerán de un momento a otro, la publicación de este mensaje deja de ser algo que sea muy deseado (…) Debemos prepararnos para sufrir grandes pruebas en un futuro próximo,
que serán tales que exigirán de nosotros la disposición de ofrecer aun
la vida, y una dedicación total a Cristo y por Cristo… Con vuestra
oración y la mía es posible mitigar esta tribulación, pero no es posible
alejarla, porque solo así la Iglesia podrá ser efectivamente renovada. ¡Cuántas veces de la sangre ha despuntado la renovación de la Iglesia! No será de otro modo esta vez.
Tenemos que ser fuertes, prepararnos, confiar en Cristo y en su Madre
Santísima, y ser muy, muy asiduos a la oración del Rosario” (Cf. Vox Dei, Nº 10, 1981, tomado de Stimme des Glaubens, noviembre de 1980).
[20] Cf. Schneider, Mons. A. “El significado profético extraordinario del mensaje de Fátima”, 14 de julio de 2017 (https://adelantelafe.com/significado-profetico-extraordinario-del-mensaje-fatima/).
[21] Sequeiros, O. A. y Buisel, M. D. “La lucha por el secreto”…, pp. 13-40.
[22] ¿Por qué 5 sábados? Le preguntó el P. Gonçalves. Contesta Nuestro Señor en mayo de 1930: “porque son cinco especies de ofensas y bestialidades contra el Corazón Inmaculado de María«:
1) a Su Inmaculada Concepción,
2) a Su Virginidad,
3) contra Su Divina Maternidad, negando reconocerla también como Madre de los hombres,
4) de los que buscan infundir en el corazón de los niños la indiferencia y el odio en el recuerdo de Nuestra Madre Inmaculada,
5) de aquellos que profanan directamente su Santa Imagen. (Cf. Frère Michel de la Sainte Trinité. Toute la Vérité sur Fátima, 2 Le Secret et l’Eglise…, 1984-85, pp. 166-173).
[23] Memórias…, pp. 194-195.
[24] Ibidem, pp. 195-196.
[25] Cf. Martins, António Maria. Memórias e cartas da Irmã Lúcia, Porto, 1973, pp. 463-465.
[26] Cf. Frère Michel de la Sainte Trinité, Toute la Vérité sur Fátima, 2 Le Secret et l’Eglise…, 1984-85, II part, cap. VII, p. 335.
[27] Cf. Serviço de Estudos e Difusão (SESDI) – Santuário de Fátima. Documentação Crítica de Fátima, II – Processo Canónico Diocesano (1922-1930).