jueves, 21 de noviembre de 2019

LIBRO: "LA GUERRA MODERNA"-CNEL. ROGER TRINQUIER (Parte 6) (2)

LIBRO: "LA GUERRA MODERNA"-CNEL. ROGER TRINQUIER (Parte 6) (2)

6. Defensa del territorio (2/6)



Primero, tenemos que designar un hombre enérgico e inteligente, en cada ciudad, que, ayudado por distintos colaboradores, pueda construir una fuerte organización con el mínimo de ayuda de las autoridades.
 
Esto puede hacerse así: el líder designado dividirá la ciudad en distritos, al frente de los cuales colocará a un jefe con tres ayudantes. Éstos a su vez, dividirán los distritos en sub distritos, designando jefes y ayudantes para cada uno. Finalmente, cada edificio o grupo de casas recibirá un jefe y dos o tres ayudantes, los cuales estarán en contacto directo con el pueblo.
Una cuidadosa investigación es necesaria, antes de escoger a los miembros de la organización, a fin de evitar su fracaso. Una buena medida, por tanto, sería la de responsabilizar a cada miembro con la selección y control de sus subordinados; y así se lograría una rápida organización, montada sobre una base firme.
Fuera del territorio nacional o durante un período de crisis en nuestro propio suelo, cuando por una serie de circunstancias no podamos estar muy seguros de la lealtad del pueblo, particularmente si nuestros adversarios han trabajado ya sobre su mente, haciéndole temer por su propia suerte si coopera con nosotros, el problema de establecer esta organización será más complejo, porque los habitantes rehuirán toda acción de responsabilidad, temerosos de que, de fracasar, puedan quedar sujetos a la venganza.
En este caso tenemos que crear la pirámide de nuestra organización desde abajo, apoyándonos en la policía para que pueda mantener el orden en todo momento. Escuadrones de gendarmes, miembros de las fuerzas motorizadas, acostumbrados al diario contacto con el pueblo, serían los encargados de esta delicada misión.
Lo primero que harían sería completar una especie de censo de la población, estableciendo con ella una cierta corriente de unión entre ambos grupos. El líder básico de la organización sería el jefe de la familia, que resultaría responsable de todos los residentes de su apartamento o de su casa.
Mientras se efectúa el censo, hay que escoger un grupo de casas y entregar la jefatura o control de las mismas a determinado grupo de jefes de familia, nunca pasando de cuatro o cinco.
Finalmente, terminado el censo, se designarían los jefes de los sub distritos, y, teniendo en cuenta que estos individuos han de representar un papel importantísimo en la organización es conveniente que el jefe en general se encargue de designarlos, siempre después de cuidadosa investigación. Estos jefes de sub distritos resultan tan importantes, que no pueden ser personas que no tengan verdadera preponderancia en el lugar donde se mueven, digamos en los comercios, en la barriada, en los clubes o hasta en las mismas familias.
No habrá nadie por encima del jefe de sub distrito. Su labor es demasiado importante para que esté en posición de recibir órdenes de otra persona. Y sería, además, un blanco fácil para el enemigo. El jefe del sub distrito tiene que ser una especie de punta en la pirámide que constituye la organización.
En caso de guerra, un organismo mixto de civiles y militares deberá ser creado para controlar los distritos en las grandes ciudades; y su papel esencial será transmitir órdenes a los jefes de los sub distritos, cuidar de que las mismas sean llevada a efecto y acumular toda la información que estos jefes puedan proporcionarle. Teniendo constante contacto con los jefes de los sub distritos, este organismo especial podrá asegurar el mantenimiento del trabajo y la correcta ejecución de las órdenes que se transmitan.
El censo de la población permitirá dar a cada habitante una especie de tarjeta, quedando el organismo con una o más copias de la misma para los efectos consiguientes.
La tarjeta incluirá la fotografía de la persona, el número de su casa-grupo, la letra del sub distrito a que pertenece, el número del distrito y una letra señalando la ciudad en que reside. El resultado facilitará la identificación de la persona, siguiendo a través del catálogo de afiliados las letras que corresponden a su tarjeta. Y ayudará grandemente a una  constante comprobación de los integrantes de la organización y de la habilidad de los jefes de que dependen.
Esta organización permitirá la participación de una población en los trabajos de su propia defensa; y en muchísimas ocasiones, precisamente por la índole de su labor, facilitará grandemente la misión de la policía. Así, la vigilancia, observación y detención de los individuos peligrosos se hará sin mucha dificultad, y la transmisión de instrucciones y órdenes resultará indudablemente fácil.