miércoles, 31 de diciembre de 2014

LA VERDADERA CARIDAD DE FRANCISCO

LA VERDADERA CARIDAD DE FRANCISCO

image francisco
54:23 Mollíti sunt sermónes ejus super óleum: * et ipsi sunt jácula. ( ps. 54)
Sus palabras son más suaves que el aceite, pero son como flechas
58: 8 loquéntur in ore suo, et gládius in lábiis eórum: * quóniam quis  audivit? (Ps. 58)
Hablan con su boca y en sus labios hay una espada . ¿Habrá ALGUIEN que  escuche?
 praedica verbum, insta opportúne, importune: árgue, óbsecra, íncrepa in omni patiéntia, et doctrína. 2 Timoteo 4:1)
Predica con ocasión y sin ella: disputa, ruega, increpa con la  doctrina y  con  toda paciencia .
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(Textos del oficio y misa del 31 de diciembre.  Son un reproche  para Francisco y su predicación  continua    de  ideas contrarias a la doctrina católica  y a la práctica  de santos en todas las épocas)
[In cauda venenum. En la cola del alacrán está el veneno. Cuando habla Francisco  no falta el veneno en una frase. En esta ocasión después de buenas  consideraciones está el veneno de “La verdadera caridad es participación que no juzga, que no pretende convertir al otro”. No hay que juzgar al enfermo. Él tendrá sus motivos para ser así. Sobre todo no hay que intentar convertirlo a Dios y al arrepentimiento. La caridad, piensa, no debe tener en cuenta la salvación del alma del enfermo. Quizás es porque no cree en el más allá y en el juicio que nos espera a todos. También a los enfermos cuya enfermedad quizás sea un aldabonazo de Dios para la conversión. Decían los predicadores que el demonio se esfuerza por tranquilizar a los moribundos e impedirles pensar en el juicio que viene inmediatamente después de la muerte. Pues le ha salido un ayudante en la persona del “papa” católico. “No hay que pretender convertir al otro”. Las órdenes hospitalarias y para el cuidado de los enfermos en otras épocas hacían besar a los enfermos el crucifijo o la medalla milagrosa. Ahora esconden sus crucifijos y no hablan de arrepentirse y del juicio del más allá. Tampoco los actuales católicos admiran a los misioneros como los de antes. Sus héroes son personas como el jesuita apóstata Vicente Ferrer. Si eso era hasta hoy ¿que será después de oír a Francisco sus proclamas contra el ” proselitismo” y su “verdadera caridad”?]
[Texto del artículo siguiente enviado por la Hna. María Luján : Bergoglio: ¿”La verdadera caridad no pretende convertir al otro”?]

El Papa: «Qué gran mentira tras expresiones que insisten en la “calidad de vida”

Mensaje para la Jornada Mundial del Enfermo; no es verdad lo que esconden frases que inducen a creer que no tiene sentido que existan enfermos graves
Domenico Agasso jr
Roma
Francisco pide no olvidar a los enfermos
Francisco pide no olvidar a los enfermos
El tiempo dedicado a los enfermos es santo, «es alabanza a Dios». Lo afirmó Papa Francisco en el Mensaje para la XXIII Jornada Mundial del Enfermo, que se celebrará el próximo 11 de febrero de 2015, dirigiéndose particularmente a «quienes llevan el peso de la enfermedad y de diferentes modos están unidos a la carne de Cristo sufriente; así como también a ustedes, profesionales y voluntarios en el ámbito sanitario».
 Es una mentira hipócrita la que se esconde «tras ciertas expresiones que insisten mucho en la “calidad de la vida” para inducir a creer que las vidas gravemente afligidas por enfermedades no serían dignas de ser vividas», denunció enérgicamente el Pontífice. Sobre esta «gran mentira», indicó: «También cuando la enfermedad, la soledad y la incapacidad predominan sobre nuestra vida de donación, la experiencia del dolor puede ser lugar privilegiado dela transmisión de la gracia y fuente para lograr y reforzar la “sapientia cordis”. Se comprende así cómo Job, al final de su experiencia, dirigiéndose a Dios puede afirmar: “Yo te conocía sólo de oídas, mas ahora te han visto mis ojos”. De igual modo, las personas sumidas en el misterio del sufrimiento y del dolor, acogido en la fe, pueden volverse testigos vivientes de una fe que permite habitar el mismo sufrimiento, aunque con su inteligencia el hombre no sea capaz de comprenderlo hasta el fondo».
 «Nuestro mundo a menudo olvida el valor especial del tiempo empleado junto a la cama del enfermo –denunció el Papa–, porque estamos apremiados por la prisa, por el frenesí del hacer, del producir, y nos olvidamos de la dimensión de la gratuidad, del ocuparse, del hacerse cargo del otro». Según Francisco, detrás de esta actitud «hay con frecuencia una fe tibia». Por lo que exhortó: «quisiera recordar una vez más ”la absoluta prioridad de la “salida de sí hacia el otro” como uno de los mandamientos principales que fundan toda norma moral». Además, el Pontífice argentino subrayó que muchos cristianos «dan testimonio también hoy, no con las palabras, sino con su vida radicada en una fe genuina» al lado de los enfermos; estos cristianos «viven un gran camino de santificación» porque, si es fácil servir durante algunos días», es muy difícil «cuidar de una persona durante meses o incluso durante años, incluso cuando ella ya no es capaz de agradecer».  
El Pontífice también expresó otra advertencia: «La verdadera caridad es participación que no juzga, que no pretende convertir al otro; es libre de aquella falsa humildad que en el fondo busca la aprobación y se complace del bien hecho».