miércoles, 24 de diciembre de 2014

Operación Pindapoy: secuestro y asesinato del general Pedro Eugenio Aramburu

Operación Pindapoy: secuestro y asesinato del general Pedro Eugenio Aramburu

Jorge Fernández Zicavo

Ciudad de Buenos Aires, calle Montevideo 1053, octavo piso.
29 de mayo de 1970, celebración anual del Día del Ejército Argentino.
Dos falsos oficiales del Ejército, uniformados y con insignias de teniente primero y capitán, respectivamente, se presentan en la vivienda del ex teniente general y ex presidente de facto de la República, Pedro Eugenio Aramburu. 
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Tras tocar el timbre son recibidos por la mucama y a continuación por la esposa del general, a quien le dicen que traen un mensaje del Estado Mayor General del Ejército. La esposa les ruega que tomen asiento y poco después se presenta Aramburu. Los oficiales le comunican que, por razones que se le explicarán en el edificio "Libertador", tienen órdenes de acompañarle al mismo como custodios para su seguridad personal. Mientras Aramburu se asea y viste, su esposa sale a hacer unas compras. Cuando regresa al mediodía, le extraña que el general no se haya presentado para almorzar ni haya telefoneado. Después de indagar en el círculo de amistades civiles y militares, saltan las alarmas.
Horas más tarde, es dejado en el baño de un bar un Comunicado para la prensa: el general Aramburu ha sido “detenido” (sic) y será sometido a juicio por un Tribunal Revolucionario, o sea, por sus secuestradores, bajo la acusación de haber derrocado el gobierno constitucional del general Perón en 1955 y fusilado a varios de sus seguidores en 1956. Firma el Comunicado (redactado con un cierto estilo "castrense"), una organización hasta entonces totalmente desconocida en las sectas de la izquierda marxista y peronista: Montoneros.
El 31 de mayo, un tercer Comunicado, informó que el Tribunal Revolucionario ha condenado al general Aramburu a ser “pasado por las armas”. Al día siguiente, un cuarto Comunicado confirmó que se le había ejecutado.
Finalmente, las investigaciones policiales consiguieron identificar y capturar a algunos miembros de la organización y localizar la casa donde Aramburu había estado prisionero y fuera ejecutado: una estancia en Timote, Provincia de Buenos Aires.
La posibilidad de que un general con 37 años en el Ejército hubiera sido engañado por dos civiles impostores, y con edades que no se correspondían con sus grados militares (23 y 25 años... ¡un Capitán de 25 años!), más el hecho de que se pusiera dócilmente a su disposición sin hacer antes una confirmación telefónica con algún alto mando del Estado Mayor para verificar lo que estos le decían, resultó inverosímil. Esto dio lugar a que circulara la hipótesis de que los secuestradores no eran activistas políticos sino auténticos oficiales del Ejército. Y que, además, al menos uno de ellos tuvo que ser conocido del general para que éste se confiara.
Por otra parte, el hecho de que pocos días después este suceso provocara nada menos que la sustitución como presidente de facto del general Juan Carlos Onganía por el general de brigada Roberto Marcelo Levingston (Jefatura de Inteligencia del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, ex agregado militar en la embajada argentina en Washington y con una larga experiencia en el Servicio de Información del Ejército y en la Secretaría de Informaciones del Estado), abrió la posibilidad de que la operación denominada “Pindapoy” por los misteriosos “montoneros”, hubiera sido en realidad una jugada de un sector del Ejército que perseguía dos objetivos: eliminar al ex general Aramburu que entonces negociaba con su partido político UDELPA una alianza con radicales, socialistas, comunistas y dirigentes peronistas que ya no prestaban lealtad al exiliado Perón; y desplazar de la presidencia de la República al general Onganía, cuya acción de gobierno se consideraba fracasada y contraria a los intereses del grupo conspirador. Conviene recordar que desde 1962 el Ejército Argentino estaba políticamente dividido en dos fracciones: "azules" y "colorados", que a punto estuvieron de enfrentarse con las armas.
En resumidas cuentas: “Pindapoy” habría sido una operación conjunta de militares y jóvenes terroristas montoneros fácilmente manipulables para profesionales de la Inteligencia. Entre los muchos indicios que apuntan a una conspiración política de alto nivel gestada en las cloacas del Estado, habría que mencionar el caso del subcomisario Osvaldo Sandoval, subjefe de la DIPA: División Informaciones Policiales Antidemocráticas de la Policía Federal que dirigió las investigaciones del caso Aramburu y que había sido jefe de la custodia presidencial de Onganía y Levingston. Dos días antes de testificar ante el juez instructor de la Causa el resultado de sus investigaciones, fue asesinado con catorce balazos mientras cargaba nafta en una gasolinera del porteño barrio de Urquiza.
Según la prensa, la ejecución fue reivindicada por las marxistas FAL (Fuerzas Argentinas de Liberación), pero en aquellos años era habitual que, para confundir a los investigadores policiales, muchos homicidios se “firmaban” atribuyéndolos a una de las muchas organizaciones terroristas; las cuales, si el caso les era políticamente rentable en términos de propaganda, no lo desmentían, asumiendo con su silencio la paternidad del atentado. Es bien sabido que algunas acciones terroristas llevadas a cabo por los Servicios del Estado o grupos paraestatales como la Triple A, fueron “firmadas” con la sigla de alguna OPM (organizaciones político-militares de extrema izquierda)… y viceversa.
Naturalmente, sobre el rocambolesco secuestro y asesinato del general Aramburu cuya verdad posiblemente nunca podrá conocerse, han corrido ríos de tintas y mares de hipótesis recogidas en una abundante bibliografía marcada por el denominador común de sospechas sobre siniestros vínculos entre Montoneros y el Servicio de Información del Ejército (SIE) y del Estado (SIDE). Tal como después ocurriría en Italia con las marxistas Brigadas Rojas que, manipuladas por los Servicios Secretos del Estado, en 1978 secuestraron y asesinaron al dirigente demócrata cristiano Aldo Moro. Otro político que al igual que Aramburu interfería en los planes de ciertas esferas de poder. Moro fue secuestrado cuando se dirigía al Parlamento para proponer un gobierno de coalición entre la Democracia Cristiana y el Partido Comunista. Aramburu, cuando pretendía normalizar la vida política argentina con un "Peronismo sin Perón" que también le costó la vida en 1969 al secretario general de la UOM: Unión Obrera Metalúrgica y de la CGT: Confederación Nacional del Trabajo, Augusto Timoteo Vandor; un asesinato planificado por el "marxista-peronista" Rodolfo Walsh. El proyecto político de Aramburu tenía bases sólidas: en las elecciones de julio de 1963 su flamante UDELPA ocupó el tercer puesto con 1.310.400 votos y 75 diputados.
Montoneros confirmó que ese proyecto político de Aramburu fue la segunda razón por la que le ejecutaron:
"Queríamos privar al régimen de su carta más importante para la salida demoliberal (salir de la dictadura presidida por el general Onganía), dando con ello un golpe durísimo al sistema. Aramburu era el hombre de recambio del régimen, contando para ello con el apoyo de los generales y los oligarcas, su prestigio entre los sectores gorilas e imperialistas y su intentona populista de acercamiento al peronismo apoyada por la traición cómplice de algunos tránsfugas".
Entrevista publicada por el diario oficial cubano GRANMA en diciembre de 1970. Reproducida en Cristianismo y Revolución Nº28
Desde hace ya muchos años están suficientemente probadas (no judicialmente, por supuesto, pues nunca se llegó a esa instancia), las conexiones de los fundadores de Montoneros (extrema derecha nacionalista que más tarde giró hacia el castro-guevarismo) con los servicios militares de información. Como botones de muestra pueden citarse los casos del capitán del Ejército Montonero, Rodolfo Galimberti, reclutado para el SIE por los tíos de su novia y futura esposa Virginia Trimarco, los hermanos y coroneles Juan Carlos Ricardo y Domingo Manuel Trimarco. La vinculación de Galimberti con el mundo de los Servicios nunca se interrumpió, y acabó su aventurera y corrompida vida de bacanales y cocaína fundando sociedades comerciales y empresas de seguridad privada con ex agentes de la CIA que habían operado en Centroamérica, y con oficiales de la ESMA como el capitán de navío Jorge Acosta y el teniente de fragata Jorge Rádice.
Asimismo, Mario Eduardo Firmenich, que llegaría a ser el comandante del Ejército Montonero y secretario general del Partido Montonero, siempre mantuvo contactos con los Servicios militares y con el general Francisco Imaz, ministro del Interior del gobierno Onganía. Siete meses después del Golpe de marzo de 1976, Firmenich salió tranquilamente del país hacia La Habana con 80.000.000 de dólares acumulados por decenas de secuestros. Le acompañaron dejando abandonados a su suerte a miles de militantes "perejiles" que ya estaban siendo ejecutados en los "vuelos de la muerte", el comandante Cirilo Perdía y el sub comandante Fernando Vaca Narvaja. También, la montonera Nilda Garré, ex ministra de Defensa, de Seguridad, y actual representante argentina en la OEA, todo ello durante el gobierno presidido por la montonera Cristina Fernández de Kirchner, fue agente civil del Batallón de Inteligencia 601º del SIE durante la dictadura del general Onganía.
A continuación, mostramos cómo registró la prensa el desarrollo del suceso.
Para una investigación exhaustiva sobre el tema, recomendamos ¿Quién mató a Aramburu?, del periodista Juan Alonso. Edit. Sudamericana.
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Comunicado Nº 1 de Montoneros
"Hoy, 29 de mayo, a las 9.30 horas, nuestro Comando procedió a la detención de PEDRO EUGENIO ARAMBURU, en cumplimiento de una orden emanada de nuestra conducción, a los fines de someterlo a JUICIO REVOLUCIONARIO.
Sobre Pedro Eugenio Aramburu pesan 108 cargos de TRAIDOR A LA PATRIA Y AL PUEBLO Y DE ASESINO DE 27 ARGENTINOS.
Oportunamente se darán a conocer las alternativas del juicio y la sentencia dictada".
Comunicado Nº 3 de Montoneros
El Tribunal Revolucionario, Resuelve:
1º. Condenar a Pedro Eugenio Aramburu a ser pasado por las armas en lugar y fecha a determinar.
2º. Hacer conocer oportunamente la documentación que fundamenta la resolución de este Tribunal.
3º. Dar cristiana sepultura a los restos del acusado, que solo serán restituidos a sus familiares cuando al Pueblo Argentino le sean devueltos los restos de su querida compañera Evita.
¡PERÓN O MUERTE! ¡VIVA LA PATRIA!
M O N T O N E R O S



Clarin, 30 de mayo de 1970, Clic para ampliar en todas las portadas de Clarín.



El Litoral, 30 de mayo de 1970



Clarín, 31 de mayo de 1970



Comunicado Nº 4 de Montoneros



Clarín, 1 de junio de 1970



Clarín, 3 de junio de 1970



Clarín, 9 de junio de 1970



Clarín, 12 de junio de 1970


Clarín, 14 de junio de 1970


Clarín, 9 de julio de 1970

Secuestradores de Aramburu. Afiche pidiendo colaboración ciudadana para capturarlos

Clarín, 11 de julio de 1970

Clarín. 17 de julio de 1970

Crónica, 17 de julio de 1970

El Litoral, 17 de julio de 1970

Clarín, 18 de julio de 1970

Clarín, 31 de julio de 1970
La localidad de Garín fue copada por las marxistas FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias) que en 1973 se fusionarían con Montoneros.


Nota de Clarín sobre el relato de Firmenich y Arrostito