EL PLAN SATÁNICO DEL ECUMENISMO
PLAN SATÁNICO CONCILIAR de herejes de toda laya, para llevar adelante el ecumenismo
Condena que Su Santidad Pío XI infligió al “pancristianismo” con la encíclica
[…]”Nunca quizás como en los actuales tiempos se ha apoderado del corazón de todos los hombres un tan vehemente deseo de fortalecer y aplicar al bien común de la sociedad humana…Con tal fin suelen estos mismos organizar congresos, reuniones y conferencias, con no escaso número de oyentes e invitar a discutir allí promiscuamente a todos, a infieles de todo género, de cristianos y hasta a aquellos que apostataron miserablemente de Cristo o con obstinada pertinacia niegan la divinidad de su Persona o misión.
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…Tales tentativas no pueden, de ninguna manera obtener la aprobación de los católicos, puesto que están fundadas en la falsa opinión de los que piensan que todas las religiones son, con poca diferencia, buenas y laudables, pues, aunque de distinto modo, todas nos demuestran y significan igualmente el ingénito y nativo sentimiento con que somos llevados hacia Dios y reconocemos obedientemente su imperio.
Cuantos sustentan esta opinión, no sólo yerran y se engañan, sino también rechazan la verdadera religión, adulterando su concepto esencial, y poco a poco vienen a parar al naturalismo y ateísmo; de donde claramente se sigue que, cuantos se adhieren a tales opiniones y tentativas, se apartan totalmente de la religión revelada por Dios.
Pero donde con falaz apariencia de bien se engañan más fácilmente algunos, es cuando se trata de fomentar la unión de todos los cristianos…Estos y otros argumentos parecidos divulgan y difunden los llamados “pancristianos”; los cuales, lejos de ser pocos en número, han llegado a formar legiones y a agruparse en asociaciones ampliamente extendidas, bajo la dirección, las más de ellas, de hombres católicos, aunque discordes entre sí en materia de fe.
Podría parecer que dichos “pancristianos”, tan atentos a unir las iglesias, persiguen el fin nobilísimo de fomentar la caridad entre todos los cristianos, Pero, ¿cómo es posible que la caridad redunde en daño de la fe? Nadie, ciertamente, ignora que San Juan, el Apóstol mismo de la caridad, el cual en su Evangelio parece descubrirnos los secretos del Corazón Santísimo de Jesús, y que solía inculcar continuamente a sus discípulos el nuevo precepto Amaos unos a los otros, prohibió absolutamente todo trato y comunicación con aquellos que no profesasen, íntegra y pura, la doctrina de Jesucristo: Si alguno viene a vosotros y no trae esta doctrina, no le recibáis en casa, y ni siquiera le saludéis (18), Siendo, pues, la fe íntegra y sincera, como fundamento y raíz de la caridad, necesario es que los discípulos de Cristo estén unidos principalmente con el vínculo de la unidad de fe.”
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Bergoglione, hereje falso Pontífice católico, que se expresa [véase homilía aquí] como todos los herejes y apóstatas cismáticos explicando cómo llegar a una unidad satánica por una falsa reconciliación:
[…]La mujer de
Sicar pregunta a Jesús sobre el verdadero lugar de adoración a Dios.
Jesús no toma partido en favor del monte o del templo, sino que va más
allá, va a lo esencial, derribando todo muro de separación. Él se
refiere a la verdad de la adoración: «Dios es espíritu, y los que adoran
deben hacerlo en espíritu y en verdad» (Jn 4,24). Muchas controversias
entre los cristianos, heredadas del pasado, pueden superarse dejando de lado cualquier actitud polémica o apologética,
y tratando de comprender juntos en profundidad lo que nos une, es
decir, la llamada a participar en el misterio del amor del Padre,
revelado por el Hijo a través del Espíritu Santo. La unidad de
los cristianos –estamos convencidos– no será el resultado de refinadas
discusiones teóricas, en las que cada uno tratará de convencer al otro
del fundamento de las propias opiniones. Vendrá el Hijo del
hombre y todavía nos encontrará discutiendo. Debemos reconocer que, para
llegar a las profundidades del misterio de Dios, nos necesitamos unos a
otros, necesitamos encontrarnos y confrontarnos bajo la guía del
Espíritu Santo, que armoniza la diversidad y supera los conflictos,
reconcilia las diversidades.
[…]Hoy existe una
multitud de hombres y mujeres cansados y sedientos, que nos piden a los
cristianos que les demos de beber. Es una petición a la que no podemos
sustraernos. En la llamada a ser evangelizadores, todas las Iglesias y
Comunidades eclesiales encuentran un ámbito fundamental para una
colaboración más estrecha. Para llevar a cabo este cometido con
eficacia, se ha de evitar cerrarse en los propios particularismos y
exclusivismos, así como imponer uniformidad según los planes meramente
humanos (cf. Exhort. ap., Evangelii gaudium, 131). El compromiso común
de anunciar el Evangelio permite superar toda forma de proselitismo y la
tentación de la competición. Todos estamos al servicio del único y
mismo Evangelio.
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Siempre Pío XI en Mortalium Animos :
[…] hay quienes afirman y conceden que el llamado Protestantismo ha desechado demasiado desconsideradamente ciertas doctrinas fundamentales de la fe y algunos ritos del culto externo ciertamente agradables y útiles, los que la Iglesia Romana por el contrario aún conserva…Entre tanto asevera que están dispuestos a actuar gustosos en unión con la Iglesia Romana, naturalmente en igualdad de condiciones jurídicas, o sea de iguales a igual: mas si pudieran actuar no parece dudoso de que lo harían con la intención de que por un pacto o convenio por establecerse tal vez, no fueran obligados a abandonar sus opiniones que constituyen aun la causa por qué continúan errando y vagando fuera del único redil de Cristo.
Siendo todo esto así, claramente se ve que ni la Sede Apostólica puede en manera alguna tener parte en dichos Congresos, ni de ningún modo pueden los católicos favorecer ni cooperar a semejantes intentos; y si lo hiciesen, darían autoridad a una falsa religión cristiana, totalmente ajena a la única y verdadera Iglesia de Cristo.
De Non Possumus