Confirmada primicia del IP: Los K porteños le armaron una operación a Macri y Angelici
por Guillermo Cherashny •
La semana pasada escribimos que el kirchnerismo le pasó una factura a Daniel Angelici
-y por ende, a Mauricio Macri- por operar a favor de que el camarista
de Casación Gustavo Hornos lo confirmara al juez federal Claudio Bonadío
a cargo de la causa Hotesur, que puede terminar con el procesamiento de
Cristina, Máximo y Florencia Kirchner. De este modo, Macri habría dado
un paso decisivo, mostrando influencia en la justicia federal porteña
que se ocupa de los casos de corrupción de los funcionarios del gobierno
nacional. El caso es que lo ocurrido en la cancha de Boca golpeará con
seguridad en las próximas elecciones en Boca Juniors, en las que buscaba
la reelección Angelici, que se mostró comprando jugadores estrella y
formando un gran plantel que fracasó ante River en el primer partido. En
el segundo, y cuando faltaba un tiempo por jugar, un sector de la barra
de Boca vinculado a Roberto Digón, el sindicalista del tabaco que
alguna vez fue un combatiente y ahora es un líder del FpV porteño, junto
con su esposa, la candidata a legisladora porteña Silvia Gottero. Ambos
manejan la agrupación Nuevo Boca, en la que milita Adrián Napolitano
alias “el panadero”. Éste aparece en la operación lanzando el gas
pimienta tumbero con un grupo de apoyo de cerca de diez personas en una
operación perfectamente preparada con comunicaciones y bengalas para dar
señales.
El vuelto
El claro objetivo fue perjudicar a Angelici y a Macri haciendo, como
se dice en el billar, carambola y tronera. Es decir, eliminar a Boca de
la Libertadores, frustrar la reelección de Angelici y perjudicar
asimismo la candidatura presidencial de Macri, que no sólo fueron
víctimas sino que se puede considerar que también por lo menos pecaron
de ingenuos. Personajes como el gurú Jaime Durán Barba y Marcos Peña, el
secretario general del Gobierno de la Ciudad, carecen de calle política
y no previeron los ataques arteros de los cristinistas porteños como
Digón, Santamaría y Recalde, que se quedaron con la sangre en el ojo
después de las PASO porteñas, en las que obtuvieron menos del 20% de los
votos, bastante por debajo de los registros anteriores del FpV porteño,
que solía obtener entre el 23 y 25%. No era ilógico, entonces, que
fueran por la vendetta, pero tanto Macri como Angelici, dueño
este último de bingos en la provincia, son bastante soberbios y se creen
que las saben todas. No pensaron ni previeron que se podía venir lo que
se llama en la política “el vuelto”, por la derrota electoral y porque
Angelici, con la venia de Macri, además de manejar la justicia porteña,
se internó en la justicia federal nacional a contrarrestar antes de
tiempo la influencia cristinista en los tribunales. Y lo pagaron caro.