lunes, 11 de mayo de 2015

DOCTRINA Recordando los fundamentos Por Carlos José DÍAZ

  DOCTRINA
Carlos José DÍAZ
Recordando los fundamentos
 
Publicado por Revista Cabildo Nº 112
Meses Marzo/Abril de 2015-3era.Época 
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 LOS PRINCIPIOS

SE nos acusa muy seguido a ) los nacionalistas católicos de huir de la realidad política, de no tratar temas económicos, de ser principistas (¿qué tendrá de malo sostener principios innegociables?) y, sobre todo, de no proponer soluciones a los problemas de la Patria.
Se nos dice también, que solamente nos dedicamos a criticar; como si el ejercicio de la crítica fundada fuera un demérito. Para que se puedan quedar un rato tranquilos muchos de nuestros objetores — sobre todo, los supuestamente más cercanos— intentaremos recordar, siguiendo a los maestros, algunas salidas a los problemas reales de la Argentina.
De paso, puede ser que nos usen algunos de aquellos inquietos trotamundos siempre prestos por agarrar algún puestito en la partido-cracia, aunque sea de furgón de cola.

LA SOCIEDAD POLÍTICA

Reconstruir la sociedad política es la principal de las tareas que tenemos por delante antes de proponer algunas medidas de índole económica.
Sabemos muy bien, que la economía depende y se subordina a la política, y que la finalidad de la sociedad política es lograr el Bien Común; solamente allí encontrará su perfección, como lo explica toda la doctrina clásica y tradicional al respecto.
Vivimos en comunidades liberales o populistas, sobre todo en la llamada Latinoamérica, donde vamos de sociedades civiles basadas en el individualismo más radical a sociedades estatistas en las que muchas sanas iniciativas privadas son ahogadas por un Estado que tiene injerencia en todo, menos en su función primordial; ésta es: cumplir una función subsidiaria dentro de una organización ordenadora y jerárquica.
La tarea de los nacionalistas bien podría ser la de trabajar activa e inteligentemente en las sociedades intermedias, creándolas, dirigiéndolas, promoviendo su difusión y buen funcionamiento. Las familias, los colegios, las cooperativas, los clubes, las asociaciones vecinales, las fábricas, etc, deberían ser el objeto de nuestros esfuerzos, para fomentar y practicar allí, por lo menos, ese terreno propicio en el que cuajaran los principios del nacionalismo jerárquico, integral y cristiano que quería Jordán Bruno Genta, y que desarrolla en una obra de lectura obligatoria: "El Nacionalismo Argentino".
Decimos esto, pues pretender acceder al poder a través del mismo Régimen es hoy, por lo pronto, una quimera; además de un atentado a la recta doctrina, ¿para qué clases de personas creen que van a gobernar aquellos insertos en el sistema, si gobiernan porque les dan sus votos los mismos que creen a priori que el sistema es bueno y legítimo? Para aquéllas que están quebradas moral e intelectualmente. Serán las primeras en reclamar una vuelta a las sociedades liberales o estatistas de las que han salido y en las que se han nutrido; no tengan duda de ello.

EL ORDEN ECONÓMICO EN LA SOCIEDAD POLÍTICA

Recordemos que Genta en el libro antes citado, nos dice: "El motor esencial de la economía no puede ser ni la voluntad egoísta del lucro, ni la voluntad absorbente del colectivismo estatal. Tiene que ser la voluntad de servir y el espíritu de sacrificio. Es menester que la Economía nacional se desenvuelva en un equilibrio renovado entre la libertad de iniciativa empresario y el cuadro de las profesiones organizadas".
Las profesiones organizadas forman las corporaciones y estas representan intereses concretos y comunes; las mismas formarán agrupaciones que las representan ante el Estado, que actúa de arbitro entre las mismas. Es por ello, que nuestra acción política no debería descuidar la formación de este tipo de corporaciones, instituciones naturales y no ideológicas. Es un trabajo de largo plazo, se dirá. Lo sabemos; pero hay que empezar y proseguir.
El Padre Julio Meinvielle, por su parte, en "Conceptos fundamentales de la economía", coincide con las tesis gentistas, puesto que abrevan en la misma Doctrina Social de la Iglesia; agregando también: "en nuestra tesis lo económico, es decir la actividad de intercambiar la producción de los unos por los otros, aunque sea económica y nada más en su realidad intrínseca propia, está requiriendo y determinando comportamientos morales, jurídicos y políticos. De aquí que sea necesario establecer como un primer punto fundamental la vinculación de lo económico con lo moral, jurídico y político".
El recurso a la vinculación moral da por tierra con la economía liberal que es materialista, lo mismo que toda la economía socialista o populista. Ambas son dominadas por los tecnócratas que intentan dirigir lo político y lo jurídico en orden al hombre económico, que al fin y al cabo es lo único que les interesa. Nosotros planteamos una economía humana, solidaria, sacrificada, distributiva (como querían Belloc y Chesterton); en fin, una economía cristiana dentro de un orden social cristiano.
El segundo punto que nos recuerda Meinvielle es el movimiento libre de la partes. El tercero, la función reguladora de un Estado que no es lo mismo que un Estado planificador, ni un Estado ausente. El cuarto punto es la independencia económica nacional para un comercio mundial equitativo.
El resumen de los cuatro puntos seria el siguiente: "Habría que unificar todas las economías particulares con la economía pública y hacerla una, con un único plan que seria fijado por la autoridad gubernamental, la cual dispondría de los poderes mas fuertes. Y por fin el punto de vista, diríamos, humano, porque tiene en cuenta la naturaleza individual y social del hombre, se coloca es cierto en un punto de vista nacional, teniendo en cuenta que este bien nacional se consigue con la acción libre y autónoma de cada economía particular de los individuos y de los grupos sociales, bajo una regulación ordenadora de los poderes estatales".
Los maestros marcan claramente el camino. Pero ya no se prefiere seguir a los maestros.

PRIMERAS CONCLUSIONES

A veces, por imprudencia o por desesperación, caemos en tesis liberales o derechosas. Cualquier palabra que refiera a algo "social", o a la acción ordenadora del Estado no nos debe remitir a la izquierda. Es más fácil que nos remitan a consignas robadas por las izquierdas. Palabras como cooperativas,y aún reforma agraria, fueron utilizadas por nacionalistas, encuadrándolas en un sano juicio político general. Debemos rechazar todo discurso empresarial en política y economía, como el de Mauricio Macri, o el discurso estatista del gobierno K; que nos hace creer que nada podemos realizar sin su ayuda. Ambos son funcionales a la preservación del Régimen en el poder y a la destrucción moral e intelectual de nuestra Patria.
Nuestra tarea inmediata podría ser, ya lo hemos dicho, poner el hombro en las sociedades interme dias, aplicando los principios políticos y económicos que han marcado los maestros. Dios dispondrá el resto, si Dios nos ve eficientes, trabajadores y perseverantes. •