lunes, 11 de mayo de 2015

El desmantelamiento de las Fuerzas Armadasy la actualidad del pensamiento de Jordán B. Genta Por Guilermo Calvo

CASTRENSES
Guillermo CALVO
El desmantelamiento de las Fuerzas Armadas
y la actualidad del pensamiento de Jordán B. Genta
Publicado Por Revista Cabildo Nº 112
Meses Marzo y Abril 2015- 3era. Época 
DESMOVILIZACIÓN FÍSICA
 
LAS Fuerzas Armadas Argentinas (FF.AA.) atraviesan una de las peores crisis de su historia. Desde hace décadas, sufren un proceso de hostigamiento, demolición y abandono sistemático que las ha llevado a una decadencia en lo material y moral que parece no tener fin. Desde lo material año tras año pierden capacidades, solamente enumeraremos las más importantes:
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Armada Argentina: se dio de baja al portaaviones 25 de Mayo sin reemplazo; lo mismo ocurrió con el buque de desembarco de tanques Cabo San Antonio, careciendo la infantería de marina de un buque para al asalto anfibio; la mayor parte de los blindados de esta fuerza (LVPT 7 y Panhard AML 90) están inoperables por falta de repuestos; los destructores Meko 360 necesitan una urgente modernización después de más de tres décadas de vida, uno de ellos está anclado en Puerto Belgrano por falta de repuestos; de los tres submarinos operables uno de ellos, el Salta, está obsoleto pues nunca se lo modernizó; la mayor parte de los aparatos de la Aviación Naval no operan (uno solo Super Etendart; uno o dos Orion, ninguno de los tres helicópteros Fennec, ninguno de los antisubmarinos Tracker, se dio de baja a los A4-Q sin reemplazo, opera uno solo de los helicópteros Sea King y los Aermachi de entrenamiento se dieron de baja sin reemplazo); el rompehielos Almirante Irízar sigue sin operar desde el 2007 tras el incendio generado por la falta de mantenimiento. Se llevan gastados 113 millones de dólares en alquilar buques rusos, cifra que alcanzaría para comprar varias naves, han aparecido gravísimas sospechas sobre los contratos para la recuperación del Almirante Irízar. Recientemente se ha dado de baja al patrullero King, sin reemplazo. Todo esto en un país con un inmenso litoral marítimo.
Ejército Argentino: se carece de misiles antiaéreos tras la baja de los Roland; los misiles antitanque TOW (conocidos por el robo de uno de ellos) son escasos; sigue sin concretarse el programa de modernización de los tanques TAM (TAM 2C), a pesar de los anuncios; se carece casi completamente de blindados a rueda; no se han reemplazado o modernizado los fusiles FAL; las ametralladoras MAG tienen poca vida útil restante. No hay helicópteros de transporte mediano-pesado.
Fuerza  Aérea  Argentina: se encuentra en el peor momento de su historia. Se ha perdido la capacidad de transporte estratégico por la baja de los Boeing 707; apenas hay operables cuatro o cinco Hércules C-130, vitales para el puente aéreo con la Antártida, las emergencias humanitarias y el traslado de tropas y pertrechos. Este año se da de baja toda la línea Mirage, quedando inoperativa la VI Brigada Aérea de Tandil, no se han comprado reemplazos; los únicos aviones de caza que quedan son los arcaicos A4AR; desde su reestatización la FAdeA no ha fabricado un solo Pampa; esta misma fábrica compró diez aviones de entrenamiento Grob a Alemania (insuficientes tras la baja de los T 34 Mentor) que alquila a la FAA; solamente opera un F 27 de transporte y los F 28 están al límite de su vida útil, sin reemplazo. En otras palabras: se carece de aviación de combate y transporte.

DESMOVILIZACIÓN MORAL

A la crisis material se suma la moral que es más grave aún. Desde hace décadas como consecuencia de la derrota física que las Fuerzas Armadas le infringieron al terrorismo marxista, viene operando un preciso y aceitado mecanismo gramsciano de hostigamiento y demolición, consistente en: el desprestigio y la marginación moral, destruyendo la imagen de las mismas frente a la sociedad, desalentando las vocaciones y presentando a los militares como genocidas en el pasado y simples empleados públicos en la actualidad.
 En todo esto el diario "Página/ 12" fundado y financiado por ex miembros del ERP, como el propio Enrique Gorriarán Merlo lo reconoció en sus Memorias, y por el CELS del montonero Horacio Verbitsky (financiado por la fundación Ford) que es el que revisa los ascensos en las Fuerzas Armadas, tienen un lugar central. Este proceso comenzó durante la presidencia del marxista Raúl Alfonsín, se consolidó durante la de Carlos Menen que las quiso insertar como un instrumento del Nuevo Orden Mundial liderado por Estados Unidos y se ha llevado a un límite inimaginable bajo la gestión de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
Los planes de estudio se han modificado, formando licenciados en administración, en ciencias políticas y abogados pero no guerreros. Gran parte de las materias y cursos de la Escuela Superior de Guerra son dictados por agentes del gobierno sin ningún tipo de preparación y con el solo objetivo de adoctrinar a los oficiales siguiendo el modelo venezolano. Las oficinas de género, las denuncias frente a cualquier tipo de referencia a la guerra contra la subversión, o a todo aquello que huela a heroísmo son moneda corriente. La gesta de Malvinas, cantera de héroes, es bastardeada al reducirla a la explicación de los supuestos abusos cometidos, presentando a los oficiales como inoperantes y cobardes.
Todo esto dirigido por el traidor de Edgardo Esteban, autor del libelo llevado a la pantalla grande Iluminados por el fuego, personaje que ha sido repudiado por los propios veteranos.
Mientras tanto desde el Ministerio de Defensa se niega la existencia de hipótesis de conflicto, a pesar de que frente a las costas se levanta una importantísima base de la OTAN en Malvinas; a pesar de la probada relación entre el movimiento mapuche, los incendios en la Patagonia y los servicios británicos. A pesar del enorme peligro que esto significa para la soberanía nacional, el inoperante ministro de indefensión A. Rossi, iza una
bandera mapuche en la municipalidad de San Martín de los Andes; se muestra junto a las Madres de Plaza de Mayo, cómplices de las usurpaciones mapuches en la Patagonia, además de ser otra las "orgas" res-ponsables del constante proceso de hostigamiento contra las Fuerzas Armadas. Si sumamos el establecimiento de una base militar china en la Patagonia, el cuadro no puede ser más desolador.

LA DOCTRINA GENTIANA

Contemplando la situación, se vuelve inevitable la relectura de las conferencias y libros de quien fuera el polo opuesto a todo esto, Jordán Bruno Genta. Preocupado desde los comienzos de la guerra revolucionaria en la Argentina, cuando recién aparecía el EGP en el norte argentino, el Maestro de Combatientes, como le gustaba llamarlo a su esposa, vio con mirada profética el peligro y se dedicó con alma y cuerpo a preparar a las Fuerzas Armadas para la guerra que venía, comprendiendo que la misma no podía ser peleada sin saber por qué se luchaba, qué había que defender y qué había que combatir de allí que trazara en "Guerra Contrarrevolucionaria" su esquema de doctrina positiva y doctrina negativa.
Por cuestiones de espacio no podemos hacer un análisis pormenorizado sobre la visión que Genta tenía sobre la función, naturaleza y moral de las Fuerzas Armadas, pero sí rescataremos del olvido algunos de sus aspectos más relevantes para que sirvan como base para la recuperación que necesariamente deberá venir, o se producirá una recuperación o se llegará a la disolución de las Fuerzas Armadas, objetivo fundamental del Nuevo Orden Mundial.
En la introducción de "Guerra Contrarrevolucionaria" explicó el objetivo de su trabajo: "Resolví continuar el trabajo por considerarlo necesario e imprescindible, tanto para militares como para civiles, dispuestos a batirse por Dios por la Patria, contra los enemigos y renegados del Occidente Cristiano. Doctrina nacionalista y jerárquica, reconoce que todo depende de la Voluntad de Dios; pero enseña que los hombres deben empeñarse como si todo dependiera exclusivamente de ellos. Es lo que Dios quiere y espera de los suyos; en primer lugar, de la juventud capaz de una heroica fidelidad, dispuesta a mantener el compromiso de los claros varones" (Genta, Jordán Bruno: "Guerra contrarrevolucionaria", Buenos Aires, Nuevo Orden, 1963, págs. 9-10).
No quería empleados públicos, no quería contadores, ni abogados, ni expertos en políticas de género o derechos humanos, ni serviles autoproclamados hijos de madres de la subversión con frondosos capitales de dudoso origen, quiso fieles vasallos de Cristo Rey y de la Patria, dispuestos a librar el Buen Combate por Dios y por la Argentina, dispuestos a entregarse sin reservas ni medida: "Es justo y bello morir por la Patria; y por todo lo que es esencial y permanente en ella: unidad de ser, integridad moral y natural, la soberanía nacional, la Iglesia de Cristo. No es justo ni bello morir por cosas accidentales, transitorias o contrarias al ser de la Patria" (Genta, Jordán Bruno: "Guerra contrarrevolucionaria", op. cit., pág. 137).
Deseaba Fuerzas Armadas dispuestas al supremo sacrificio, a entregarlo todo sabiendo que esta vida es un paso, a no buscar nunca el bienestar material sino el servicio, donde la verdad y la calidad de la vida no dependen de la cantidad, de la esclavitud del número: "Un hombre verdadero no desea vivir tanto tiempo como se supone, ni demostrar demasiado apego a la vida, sino dejar a Dios el cuidado de todo esto. No se trata, pues, de que la vida sea breve o larga, sino del empleo que hacemos de ella (...) por esto es que lo más importante es saber en qué gastar la vida" (Genta, Jordán Bruno: "El filósofo y los sofistas", Buenos Aires, 1949, pág. 219).
Quería ejércitos verdaderamente sanmartinianos y belgranianos en los que no estuviera prohibido hablar de Dios como ocurre actualmente bajo el laicismo imperante, quería fieles vasallos de Cristo y María, quería capellanes, rosarios y escapularios, como lo inculcaron San Martín y Belgrano: "Claro está que se trata de las Armas que empuñan los verdaderos soldados, los que aman su honor de caballeros cristianos y se saben libres de rodillas ante Cristo Rey, comprometiendo su fidelidad a la Santísima Virgen María, Generala de los Ejércitos de la Patria, como la proclamaron para siempre Belgrano y San Martín" (Genta, Jordán Bruno: "Guerra contrarrevolucionaria", op. cit., pág. 243).
No quiso misiones de la ONU, no quiso mercenarios sino guerreros, no quiso una educación universitaria que otorgara títulos para la vida civil, sino una educación forjada en la fragua del sacrificio y del ejemplo. Una educación que preparara a los hombres para saber porque vivir y porque morir: "Por eso en la educación del soldado, que es alguien que ha de ser fortísimo y que ha de estar en una disposición permanentemente para la muerte (porque esa es la escuela del soldado; la educación del soldado es una preparación, para morir. ¿Pero morir por qué? Por esas cosas esenciales, por esas razones eternas, por esas cosas que permanecen más allá de la vida de uno, como Dios, como la Patria, como la familia, como el amigo), en la educación del soldado, repito, se ha de dar una conexión íntima y profunda con el filósofo. La verdadera personificación del soldado y del filósofo es hoy, como lo fueron todos los soldados, verdaderamente cristianos que en el mundo han sido, fue nuestro señor Don Quijote tal como Cervantes lo presenta. Don Quijote es un señor de la sabiduría y un señor de las armas (...)"
 (Conferencia del 29 de marzo de 1973, en Genta, Jordán Bruno: "El asalto terrorista al poder", Buenos Aires, Buen Combate, 2014., págs. 129-130).
Quería nuevos Quijotes, caballeros cristianos dispuestos a la buena muerte por Dios y por la Patria, quería como modelos a José de San Martín, a Manuel Belgrano, a Cornelio Saavedra, a Juan Manuel de Rosas, quería volver a la Argentina de señores que obligaba a un trato de señores a los poderosos de la tierra, como dijo en su última conferencia, antes de caer martirizado frente a las balas de los enemigos de Dios.
"He aquí el significado real y la verdadera justificación del Nacionalismo. No hay otra política admisible en la hora del peligro nacional. Es la reacción espontánea del amor a la Patria y de la vergüenza; se traduce en una política de la Verdad, del Sacrificio y de la Jerarquía.
"La Verdad exige el lenguaje de la definición; le repugna la adulación y la demagogia.
"El Sacrificio que es el amor en su extremo, exige dar la vida para hacer la Verdad.
"La Jerarquía, esa escala de nobles designios, exige restablecer el orden de la Verdad en las almas y en ¡as instituciones" (Genta, Jordán Bruno: "El nacionalismo argentino", op. cit., pág. 22).
Quiso una Argentina edificada no sobre el materialismo, la corrupción, la adulación, el servilismo, el poder internacional del dinero, la libertad, la igualdad y la fraternidad. Quiso, soñó y se desangró por una Argentina basada en la verdad, el sacrificio y la jerarquía. No quiso para los oficiales otros modelos que no fueran Cristo, María, San Martín, Rosas y El Quijote.
En estos tiempos desoladores que su Verbo victorioso vuelva a tronar como el clarín llamando al Buen Combate por Dios y por la Patria, que su palabra, que su vida y su sacrificio sirvan como piedra fundamental para la reconstrucción moral y espiritual de las Fuerzas Armadas. •