LOS GUACHOS JUDÍOS. Ante el alejamiento del Canciller Timerman del judaísmo oficial
29/04/2015AMIA, Embajada de Israel, Política internacional, Política nacional
Ante el alejamiento del canciller Timerman del judaísmo oficial
Por Daniel Schnitmann, www.lavozylaopinion.delacole.com
Es casi imposible sintetizar décadas de genuflexiones de la
autodenominada “Representación política de la Comunidad Judía”. Pero,
recuerdo (porque tengo las fotos y los textos originales) el libro
“Brown”, encomendado (y generosamente aceptado y agradecido) al gran
vendedor de best Sellers Marcos Aguinis, con el fin único e indefendible
de congraciarse con la Armada allá por 1977, cuando pasaban algunas
cosas en el país.
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También, miro las fotos (que guardo con recelo) donde nuestros
líderes comunitarios (algunos muy influyentes en la DAIA actual) brindan
(en noviembre de 2001) con muy buen vino junto a Jorge “El Fino”
Palacios, el jefe de la Policía Federal y otros oficiales de la Unidad
Antiterrorista de la Policía Federal. Debe ser (supongo) como
agradecimiento a la tarea que desarrollaron durante los dos atentados
que sufrimos los judiítos argentinos.
A veces tengo pesadillas y veo al ex embajador Itzják Avirán
comerciando con Menem, Corach y varios gobernadores de provincias, los
acuerdos alcanzados por el contador Osvaldo Schwartzer (presidente de
“Amigos de la Universidad del Neguev” en Argentina) que permitieron
recaudar más de 17 millones de dólares de los ATN (Adelantos del Tesoro
Nacional) para una de las pocas embajadas del mundo que recibió dinero.
La de Israel, por supuesto.
Aquel libro de Aguinis, entregado por la DAIA a los genocidas entre
pitos y cornetas y en los perfumados (con sangre) salones del Edificio
Libertad dejó claro que los judiitos éramos buenitos y que si nos
desaparecían sólo a 2000 entre los 30 mil, no estaba tan mal, y que,
después de todo, algo malo habríamos hecho… A metros de allí, en el
extinto club CASA se reunía la Sra. Amalia Polack (arquetipo de la
femineidad judía) para confraternizar en un té canasta con la señora
Alicia Raquel Hartridge de Videla para recaudar fondos y ayudar a una
escuelita (no judía, claro) del interior del país. La infaltable foto en
la portada de la Revista WIZO de entonces nos mostraba el orgullo de
nuestra dirigente sentada al lado de la primera dama, sin percibir que a
sus espaldas estaban tirando gente al río desde los aviones. Pero,
claro, como buena dirigente, siempre es mejor mirar hacia adelante, al
futuro, y el futuro le deparó un nombramiento como funcionaria del
Gobierno del también humanista General Roberto Viola. Por ese entonces,
los discursos de los dirigentes comunitarios hablaban de Derechos y de
Humanos, y de que la condición de judíos estaba cuidada y en pleno
desarrollo. Mientras, el Canciller Shamir vendía armas y pertrechos a
Videla y sus buenos muchachos.
Y los ataques, y cáiganse de espaldas si lo desean, se produjeron
contra unos señores que lavaban dinero sucio de venta de droga y armas.
Un hecho muy alejado de los conflictos religiosos o territoriales del
Medio Oriente ym mas precisamente, apuntados hacia las oficinas de la
DAIA en la calle Pasteur 633 (sexto y séptimo piso en aquel entonces).
El colega Horacio Lutzki nos dice “uno por lógica espera que los
criminales no contribuyan al esclarecimiento y traten de desviar las
investigaciones, pero lo que es absolutamente escandaloso es que
representantes de las víctimas sean quienes están en contra del
esclarecimiento. Ahí es donde nace una sospecha que después se fue
solidificando”. Y Marcos Doño agrega: “La DAIA funciona así: 1) Ante
hechos como la destrucción de algún frente comunitario, grafitis de
svásticas, libelos antijudíos como el que expresó el barra Barrionuevo,
tienen una grabación y una pro forma impresa, que aplican siempre de
misma manera: “Repudiamos enérgicamente las declaraciones de ……… (el
punteado lo completan con el apellido y el nombre del denunciado), por
antisemitas y xenófobas. 2) Apenas asumen, se hacen imprimir unas
hermosas tarjetas con el cargo que le ha tocado a cada uno en la
elección a dedo. Una vez conseguida esa tarjeta, que será usada como un
pasaporte, se lanzan a la fama (televisión, radio, diarios,
conferencias), o al posicionamiento social futuro, dentro y fuera de la
comunidad judía (un puestito o puestazo en alguna empresa o institución
judía, ecuménica, ONG, Fundación; en fin…, el mercado es enorme). Y todo
complementado con viajes eternos al exterior: visita al Vaticano,
tantas veces hasta que el propio Papa Francisco llegue a decirle al pope
de la DAIA: “Vos te prendés en todos los viajes, Julio.”; o si no
acompañando (a ver, a ver, sonrían para la foto) a la Presidenta
Cristina Fernández de Kirchner, en su pedido público y diplomático en
las Naciones Unidas, para que Irán colabore con el esclarecimiento del
atentado a la AMIA; Y después llevando a una legisladora del PRO a
Israel, para denostar al gobierno de la misma Cristina Fernández de
Kirchner, acusándolo de gestionar la impunidad del estado terrorista
iraní. Lo importante es viajar, mostrar tarjeta, sea apoyando o
denostando, y todo en un ejercicio social y de turismo profesional,
acumulación de millas, y otras cosas más, lo que será difícil empardar
por cualquiera de los mortales, comunes, por supuesto. Y en su función
de Embajada paralela del Estado de Israel, cumpliendo a rajatabla las
órdenes de un país del que no son ciudadanos y en el que nunca han
vivido por más de una semana como visitantes protocolares o en shorts y
gorritos kibutzianos, porque ¿somos o no somos todos compañeros? Para
eso están los “elegidos” de la DAIA, de por lo menos, los últimos 40
años”.
Lo dejo a su criterio
Ante tamañas definiciones, solo me queda transcribir un texto
“interno” de la DAIA del proceso, que seguramente, podría ser igual al
de la DAIA de los atentados…
“Entre los primeros detenidos en el país, tras el pronunciamiento
militar del 24 de marzo de 1976, se encontraba el ex presidente de la
filial DAIA de Córdoba, Jaime Pompas. La presidencia de la DAIA reclamó
una audiencia con carácter urgente con el Comandante del tercer Cuerpo
de Ejército, el general de división Luciano Bemjamín Menéndez. Concedida
que fue, el presidente de la DAIA, Nehemías Resnitzky, voló a Córdoba
donde mantuvo una prolongada conversación con el alto jefe militar, en
compañía de dirigentes de la DAIA local. Resnitzky le habló de la
destacada trayectoria de Pompas. Eso y unos dos mil telegramas
consiguieron que Pompas recobrara la libertad.
“También hubo casos de desaparecidos que, luego de ser sometidos a
severos interrogatorios y aun a apremios físicos, pasaban a situación de
detenidos a disposición del P.E.N. E incluso los que, más afortunados,
eran dejados directamente en libertad. Destaquemos también, que, cuando
se disponía la libertad de detenidos de origen judío, estos eran
advertidos por las autoridades carcelarias que no debían presentarse
ante la DAIA, que serian vigilados para verificar si acataban o no esa
advertencia, y si no lo hacían serian nuevamente encarcelados”.
El telegrama que ilustra esta nota, me lleva a una ultima reflexión:
¿Será que de la DAIA partieron otros dos mil hacia los familiares que no
eran recibidos por Resnitzki y Cia en las oficinas de la calle Pasteur?
¿Será que las victimas de los bombazos de Buenos aires recibirán el
debido respeto y sus familiares las disculpas (servirán de algo?) cuando
se sepa que “nuestros dirigentes” los entregaron en manos de los
criminales para salvar su pellejo?