NACIONALES
Octavio GUZZI
Totus Revolutus
EL desmadre organizado ¡Vean amigos! ¡Ahora sí que estamos en problemas! Las dramáticas cifras de desempleo han llegado hasta el mismísimo gobierno. No estamos exagerando, baste pegar una hojeada el matutino "Infobae", del pasado 31 de marzo, para cotejar que "Se disolvió Vatayón Militante".
Quizás, los reos y prisioneros que integraban la cuestionada agrupación, finalmente, comprobaron que era más redituable cobrar una pensión y seguir haciendo negocios carcelarios que experimentar el escarnio cotidiano de vivar a una demente que no trepida en salir por cadena nacional cada vez que sufre de un episodio de incontinencia verbal. En el comunicado que anuncia el penoso deceso se lamentan de "nunca poder combatir los embates de los loros repetidores". ¿Será que los "loros" comienzan a multiplicarse y que esta recua de delincuentes hace agua por doquier? Lo cierto es que, más allá de las penas, han contribuido sobremanera al "relato oficial". ¡Cuántos dividendos arroja la militancia!
— Empero, no hay que preocuparse, querido lector.
Frente a estos desatinos, este gobierno bolchevique nos brinda, incluso, expresiones de heroísmo. ¡Sí! Y el que no lo crea, puede acudir al homenaje Iván Heyn, el economista hebreo que -recordémoslo- murió en tensa gesta por Onán. Lo cierto es que el 30 de abril, los muchachitos de La Campara extendieron su recuerdo al procer publicando el libro "economía callejera". Una nueva anécdota en la estólida suma de logros camporistas. Como si fuera poco lo antedicho, nos toca asistir a un nuevo "triunfo de la cultura". Ahora, el actual rector UBA, usina al servicio del poder mundial, anunció que planea flexibilizar la aprobación del CBC. En simples palabras: ¡Muchachos, un título profesional y un vaso de agua, no se le niega a nadie! ¡Títulos para todos y todas!!
— Empero, no hay que preocuparse, querido lector.
Frente a estos desatinos, este gobierno bolchevique nos brinda, incluso, expresiones de heroísmo. ¡Sí! Y el que no lo crea, puede acudir al homenaje Iván Heyn, el economista hebreo que -recordémoslo- murió en tensa gesta por Onán. Lo cierto es que el 30 de abril, los muchachitos de La Campara extendieron su recuerdo al procer publicando el libro "economía callejera". Una nueva anécdota en la estólida suma de logros camporistas. Como si fuera poco lo antedicho, nos toca asistir a un nuevo "triunfo de la cultura". Ahora, el actual rector UBA, usina al servicio del poder mundial, anunció que planea flexibilizar la aprobación del CBC. En simples palabras: ¡Muchachos, un título profesional y un vaso de agua, no se le niega a nadie! ¡Títulos para todos y todas!!
No podía pedirse otra cosa a Alberto Barbieri, flamante rector de la era K, que ostenta un extenso curriculum. El "Honorary Fellowship Universidad Hebrea de Jerusalem" nos explica que: "...el CBC se habría convertido en un filtro que bloquea el ingreso de miles de estudiantes. El objetivo es exigir medidas para evitar la deserción y garantizar la permanencia".
— ¡Vamos! ¡La revolución continúa avanzando!
Y si alguna duda cabe pregúnteles a los discípulos de Paulito Freiré que impulsan una nueva reforma en el sistema educativo bonaerense. Conforme lo enseña sin querellas el titular aparecido en el diario "Clarín", de fecha 4 de mayo próximo pasado, "...La iniciativa contempla, entre otros aspectos, un mecanismo para que los docentes sean evaluados -cada cuatro años- por colegas directivos, padres y hasta por los propios alumnos..."
En definitiva, vagancia e ignorancia son el patrimonio de la antigua y nueva revolución. Ya no hace falta colgar el trapo rojo. El enemigo comienza a desnudar su rostro adusto, mientras la mass media duermen en la estúpida esperanza de un Macri redentor.
¡Sigan disfrutando de las doce cuotas y de los beneficios de un "fútbol para todos"! Cuando la materia perezca en las cenizas de la nada, los encontraremos de rodillas preguntando... ¿Qué nos pasó?
¡Aguarden los hombre de buena fe! Frente al desmadre organizado, nuestra silente y difícil tarea debe continuar. A diestra y siniestra debemos redoblar esfuerzos, prédicas y militancia.
Es un tiempo para ejercitar la fortaleza y cobrar ánimos en la esperanza evangélica.
Debemos magnificar la importancia educadora del mensaje pues el mejor remedio contra la revolución es el amor a las jerarquías que lleva necesariamente a contemplar el orden Divino. •
— ¡Vamos! ¡La revolución continúa avanzando!
Y si alguna duda cabe pregúnteles a los discípulos de Paulito Freiré que impulsan una nueva reforma en el sistema educativo bonaerense. Conforme lo enseña sin querellas el titular aparecido en el diario "Clarín", de fecha 4 de mayo próximo pasado, "...La iniciativa contempla, entre otros aspectos, un mecanismo para que los docentes sean evaluados -cada cuatro años- por colegas directivos, padres y hasta por los propios alumnos..."
En definitiva, vagancia e ignorancia son el patrimonio de la antigua y nueva revolución. Ya no hace falta colgar el trapo rojo. El enemigo comienza a desnudar su rostro adusto, mientras la mass media duermen en la estúpida esperanza de un Macri redentor.
¡Sigan disfrutando de las doce cuotas y de los beneficios de un "fútbol para todos"! Cuando la materia perezca en las cenizas de la nada, los encontraremos de rodillas preguntando... ¿Qué nos pasó?
¡Aguarden los hombre de buena fe! Frente al desmadre organizado, nuestra silente y difícil tarea debe continuar. A diestra y siniestra debemos redoblar esfuerzos, prédicas y militancia.
Es un tiempo para ejercitar la fortaleza y cobrar ánimos en la esperanza evangélica.
Debemos magnificar la importancia educadora del mensaje pues el mejor remedio contra la revolución es el amor a las jerarquías que lleva necesariamente a contemplar el orden Divino. •