El papa Francisco está, a todos los efectos, en guerra con la Iglesia
Acabamos de recibir esta nota de Damian Thompson:
“Francisco
pronunció ayer un discurso ante un Sínodo profundamente dividido sobre
el tema de la Familia, en el que confirmó sus planes de descentralizar
la Iglesia otorgando más libertad a las conferencias episcopales para
que ellas mismas resuelvan los casos de divorcio y homosexualidad.
Esta
es la pesadilla de los cardenales conservadores, entre los que se
cuentan – -como era de esperar– los del Vaticano. Creían que tenían
mayoría suficiente en el Sínodo para impedir que se revocara la
prohibición de comulgar a los católicos divorciados y vueltos a casar, o
cualquier ablandamiento en la actitud de la Iglesia hacia las parejas
homosexuales.
Pero
en el discurso inaugural de ayer, al iniciarse la última semana del
Sínodo, Francisco anunció que la descentralización se impondrá desde
arriba.
Mientras
se refiere a sí mismo deliberadamente como ‘el obispo de Roma ‘, para
subrayar su solidaridad con los obispos de todo el mundo (en oposición a
la Curia Romana – es decir, “el Vaticano”), invocó la autoridad del
Sumo Pontífice sobre los meros cardenales.” La nota informativa completa (en inglés) se puede leer AQUÍ.
COMENTARIO DE THE REMNANT
Unas preguntas para la Federación
Internacional Una Voce, la Fraternidad de San Pedro, el Instituto de
Cristo Rey, la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, etc., etc., etc.: ¿A
qué esperamos exactamente? Muchos conservadores e incluso neocatólicos
se están desempeñando mejor al desenmascarar el evidente golpe de
estado que está teniendo lugar en este momento al interior del Vaticano.
Y mientras, ¿los católicos tradicionales guardamos un silencio solemne
y, la mayor parte, nos quedamos cruzados de brazos? No lo entiendo.
Se acabó. Se están apoderando de nuestra
Iglesia. Están invadiendo nuestra casa. Están violando a nuestra madre.
Nuestra vida como católicos nunca será la misma después de esto. Por
Dios, ¿a quién le importan la situación canónica y las autorizaciones
permisos para decir Misa en latín y mantener una apariencia respetable y
normal ante los apóstatas? ¡Qué más da! El barco se hunde y tenemos que
avanzar hacia Roma, si no físicamente, en todo lo demás; también a
través de Internet y con brigadas de oración.
El tiempo para la diplomacia ya se
acabó. Nos guste o no, han declarado la guerra a todo lo que
consideramos sagrado, incluida la fe que nos transmitieron nuestros
padres. En marcha, pues.
Esta bien puede ser nuestra última
oportunidad, puesto que una vez que Roma se rinda por completo en
cuestiones morales no podremos recurrir a la cláusula de objeción de
conciencia, y menos cuando la policía del pensamiento se presente
aporreando nuestra puerta en mitad de la noche. No vamos a poder apelar
a nuestras convicciones religiosas cuando nos quieran imponer el homomonio,
la cohabitación y todo lo demás. Si enseñamos a nuestros hijos la fe y
la moral de siempre en los días por venir, nos tildarán de
fundamentalistas y de fanáticos intransigentes y dirán que no estamos en
condiciones de criar a nuestros hijos.
Esos locos modernistas de Roma están
preparando el terreno para la peor persecución de católicos en la
historia. Y cuando llegue esa persecución, me pregunto si nos vamos a
preocupar que hubiera un tiempo en que nos llamaran fanáticos
tradicionalistas, nos acusaran de cismáticos y dijeran que nuestra
situación canónica era irregular. Repito, ¿QUÉ MÁS DA?
Ha llegado la hora de levantarse y
luchar. Si no lo hacemos, con certeza la historia nos condenará por
haber sido cómplices de las serpientes y demonios que hicieron cuanto
estaba en sus manos para destruir la Santa Iglesia de Jesucristo Rey.
Que Dios nos ayude a todos a hacer lo que debemos en este momento.
Michael Matt
[Traducido por Cecilia González. Artículo Original]