EL OPORTUNISMO Y EL ASCO
Los
candidatos prometen continuidad en la política de derechos humanos.
Scioli,
Massa y Macri seguirán con los juicios a militares
La
Nación, 23/10/2015
Convengamos en algo, los tres
candidatos que tienen posibilidades de ganar la elección y han prometido que
continuarán con los juicios a los militares son seres inasequibles a la verdad,
pero no hacen esto por ideología, ¿ideología?, pensar así es pecar de estúpido;
jamás, por “blanditos”, hubieran sido aceptados en ninguna organización
guerrillera o si por alguna casualidad se hubiesen acoplado a alguna, hubieran
terminado fusilados por cagones por sus mismos “cumpas”.
No, solo los mueve el oportunismo o el
miedo a que dos viejas locas les griten en la cara que les están quebrando el
negocio de subsidios e indemnizaciones que vienen a caballo de los “derechos
humanos” y los “nietos recuperados”.
La mirada torva de estos íncubos de la
revancha les aterra más que la visión de todos los chicos que han muerto
desnutridos en la “década ganada” o las mujeres que han desaparecido en estos
años de festival de la “trata” y de la droga o de todos aquellos a los que la
inseguridad, promovida por la cordialidad cómplice del gobierno con
delincuentes y traficantes, mató.
A ellos no les interesa saber que seguir
los juicios es seguir dándole carta blanca a jueces prevaricadores para que
hagan lo que se les ocurre con vidas y honras ajenas, pero esto no es lo peor
que hay detrás de ello. Lo peor es que estos esbirros creen que su tarea no
termina en la condena, que esta no está completa si no se tortura, física y
psíquicamente al condenado. Esto lo saben los candidatos porque esto ha
sucedido, y sigue sucediendo y están perfectamente informados. No tengo ninguna
duda que han visto las denuncias de maltrato pero solo les preocupa seguir
metiendo presos a hombres de más de setenta años para los cuales no han sido
diseñados ni los penales ni los tribunales pero a los cuales se les aplica un
sistema jurídico y una reclusión basados exclusivamente en la venganza.
En penosas condiciones han muerto más
de trescientos veinte presos políticos, pero a ellos no les importa. No les
interesa leer los informes del Dr. Mariano Castex, médico forense, sobre como
fue la agonía del difunto Capitán de Navío Raúl Scheller o del Comisario
Etchecolatz, miran para otro lado cuando se les cuenta que el Gral. Videla
murió desangrado y sin atención, no les interesa saber que al Comisario Patti
postrado por un ACV, semiinconsciente y hemipléjico, se lo obligó a comparecer
esposado a su camilla a un juicio, y tampoco se dan por enterados cuando se les
cuenta que el tumor de cuatro kilos que se le extirpó de la pierna al P. von
Wernich no fue producto de una enfermedad fulminante sino de una demora de un
año y medio en recibir la autorización para hacerse los estudios pertinentes.
Esto es sólo una ínfima muestra de los muchos casos donde el sadismo de los
jueces de ejecución se ha puesto de relieve. Casos que se seguirán repitiendo
porque no dudo que quien venga, luego de las declaraciones hechas a La Nación,
seguirá otorgándole a estos inquisidores el status de “señores de horca y
cuchillo”.
Es difícil pensar en un país que será
gobernado por hombres- sea quien fuere el que gane- para los que el honor y la
dignidad son solo palabras molestas, para los que el miedo y la obsecuencia
priman sobre cualquier decisión a tomar y que jamás, en este tema, obrarán a
derecho; pero no nos equivoquemos, la culpa es nuestra, siempre el pedazo de
una torta, aunque sean migas, sabe igual
que el resto.
Buenos
Aires, 23/10/2015
JOSE
LUIS MILIA