DESOBEDIENCIA OBSTINADA
DESOBEDIENCIA OBSTINADA DE LA CONFERENCI A EPISCOPAL
Fray Gerundio de Tormes
Menudo
jaleo se ha organizado en el convento. El hermano ecónomo (a quien el
resto de los frailes hemos llamado siempre cariñosamente Fray Peseta),
apareció la semana pasada deambulando por el claustro, dando gritos de
protesta mezclados con enfados, enojos y algún que otro taco monástico.
Todos sospechamos de inmediato que cualquiera de los frailes habría
hecho un gasto inadecuado, o que el Padre Superior le había obligado a
hacer alguna compra elevada, o que algún novicio se había mercado alguno
de esos aparatejos de bolsillo que ahora les gusta llevar.
Pero pasado
el susto y el escándalo, pudimos comprobar que sus venablos iban
dirigidos nada menos que a la Conferencia Episcopal, ya que surgían de
su boca algunos calificativos (esta vez nada monásticos), con nombres y
apellidos.
Después
de suministrarle el adecuado bálsamo para la serenidad y una pequeña
copita de viejo licor, se le ha calmado el ánimo, se ha bajado la
sulfurosis de su rostro y he podido llevarlo a un rincón del claustro
para charlar tranquilamente, aunque de vez en cuando parecía que
regresaba a su flujo sanguíneo la furia descontrolada. Otra copita de
santo licor, calmaba de nuevo la situación.
Bueno, pues el caso es que me ha contado el pobre Fray Peseta que
anda con el bolsillo agujereado porque la Conferencia Episcopal ha
publicado con orgullo y sin prejuicio tres nuevos volúmenes de las
Lecturas de la Misa -perdón, de las celebraciones eucarísticas-, que van
a ir sustituyendo a los que hasta ahora se venían leyendo en el Novus
Ordo. Parece ser que ha presentado el proyecto el Presidente de la
Conferencia Episcopal (el agalludo cardenal Blázquez) con algunos
adláteres, en un acto que pueden ver aquí (si
tienen paciencia, tiempo y temple). No me pregunten qué volúmenes son y
a qué volúmenes sustituyen, porque mi cabeza anda cada vez peor y no
está para jeroglíficos. El caso es que se pueden comprar ya (esto
es lo que produce la santa ira -y la que no es tan santa- de mi hermano
ecónomo), a un precio moderadamente alto, que habrá que seguir
comprando a lo largo de las publicaciones del próximo año, según los
maravillosos Leccionarios vayan apareciendo. Le he preguntado cuál sería
el precio total, le ha vuelto a dar la alferecía y otra nueva copita de
licor ha calmado las turbulencias.
Yo
ando descabalgado de estas cuestiones litúrgicas, encerrado en mi Vetus
Ordo. Allí los textos de la Santa Misa son los del Misal Romano, sin
ciclos ni versículos modernizados. Y tengo el mismo Misal desde hace
muchos años. Privilegios de la edad y de una Liturgia Sensata. Claro que
no tengo la “modernidad crítica” en el uso de la Escritura, pero a mi
edad esas cosas ya dan lo mismo. Tengo comprobado que cuanto más
cursados, doctos y duchos, creen menos en la autenticidad, inerrancia y
veracidad de la Palabra de Dios. También he advertido muchas veces, que
cuanto más se pasea en alto el libro de los Evangelios en las
celebraciones litúrgicas, menos caso se hace del verdadero sentido de
las Escrituras. Con sus honrosas excepciones, claro está. Pero he visto
pocas honrosas excepciones, la verdad.
Reconozco
que el prestigio de la Conferencia Episcopal Española está tan decaído,
rebajado y abaratado, que esto es un pequeño botón de muestra sin
importancia. Hay tantas cosas que decir en España, tantos desmanes que
denunciar y tantas inmoralidades que delatar, que lo de los libros
litúrgicos son menudencias, chucherías y quisicosas. Pero sirve para que
podamos ver a las claras cuáles son las preocupaciones y dolores de
cabeza del conjunto de los Prelados, firmes defensores de la Fe y de las
costumbres.
Pero charlando con Fray Peseta,
ha venido a mi memoria la disposición que hace varios años dio el Papa
Benedicto XVI (hoy cardenal Ratzinger retirado), acerca de la
obligatoriedad de utilizar el Pro Multis en la consagración del Sanguis en lugar del segundo-vaticanizado Por Todos, que
hicieron tragar como ruedas de molino a la Iglesia Universal los
cándidos organizadores de la primavera eclesial. Si no recuerdo mal, se
disponía un plazo de dos años para enderezar semejante entuerto.
Como tengo mis recuerdos tan desnortados, le he pedido a uno de mis novicios que me buscara en el guguel ese
que ellos miran, cuándo fue el citado decreto del entonces Papa. Y con
la rapidez del rayo me ha comentado que yo escribí sobre este tema en octubre de 2013 (¿Qué fue del Pro Multis en la Consagración?),
puesto que la norma era nada menos que del año 2005. Nueve años nueve,
sin que los Señores Obispos de España se hayan dignado cumplir esta
norma de la Santa Sede. Yo también me he tenido que atizar otra copita
del vetusto licor monástico, porque no daba crédito.
Cuando
yo escribí aquello, todavía estaba el cardenal Rouco de Presidente.
Pero es igual, porque ahora el flamante Cardenal Blázquez hace lo mismo
que su venerable antecesor: pasarse por la birreta la norma pontificia.
Porque en algunas cosas los collares suelen ser diferentes, ya saben. En
la foto adjunta se puede ver el aburrimiento de los Prelados esperando
cumplir la norma de Benedicto XVI.
Dicen ahora que a lo largo del próximo año se irán publicando más y más leccionarios (ya se sabe que hay que leer toda la
Biblia aunque muchos curas ya no crean en ella, según me cuentan mis
novicios estudiantes de Sagrada Escritura). Y al final de todo, como
sorpresa y traca final, se publicará el Nuevo Misal. De aquí a entonces
creo que mis coronarias habrán estallado de hipertensión o mis
mandíbulas de pura risa. Para entonces, como decía mi abuela, todos
calvos.
Mi
querido hermano ecónomo me dice que no tendrá más remedio que comprar
todos los leccionarios, puesto que la propia Conferencia ha dicho que el
año que viene será de uso obligatorio. Y el Padre Superior es muy celoso para estas cosas. En este punto me ha dado ya la risa floja.
No entiendo cómo se atreven a proponer un uso obligatorio, al tiempo que ellos llevan nueve años saltándose a la torera el uso del Pro Multis que tanto les molesta. Le he dicho a Fray Peseta que
la solución a sus problemas está bien clara: no haga caso alguno, hasta
que ellos demuestren que también hacen caso a la Santa Sede. Así que
cuando publiquen el Nuevo Misal y en España se empiece a usar el Pro Multis,
y veamos al Obispo Encargado de Liturgia (según rumores enemigo
declarado de la Misa Tradicional en León) que obedece, y a los
progresistas en las parroquias que obedecen, y a los Obispos en sus
sedes que obedecen y no vea con sus ojos el nuevo Misal con la dichosa
palabra bien impresa, que también se pase por la cogulla las
disposiciones de los Leccionarios. Pues no faltaba más.
Lo
he dejado feliz. Y para celebrarlo nos hemos libado una nueva copita, y
la paz ha vuelto al monasterio. Fray Peseta se lo merecía.