El ejército de China en alerta roja ante los nuevos combates en Birmania


El ejército de China en alerta roja ante los nuevos combates en Birmania
La llegada al poder de la premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, lejos de haber supuesto un acicate para concluir el interminable conflicto civil que afecta a Birmania ha derivado en una nueva escalada de la violencia con la ofensiva de varias facciones insurgentes en el norte del país, al tiempo que continuaba la acometida del ejército gubernamental en las regiones donde habita la minoría Rohingya.


El ejército de China decretó este lunes la alerta máxima de sus tropas en la zona fronteriza con la nación asiática después de que los combates entre los alzados y las tropas birmanas rebasaran en ocasiones la linde entre los dos países.”
El ejército tomará las medidas necesarias para salvaguardar la soberanía y seguridad del país, y para proteger las vidas y propiedades de los ciudadanos que viven en la frontera”, declaró el ministerio de Defensa chino en un comunicado.
Al menos cuatro grupos armados étnicos, varios de ellos integrados por minorías de origen chino como los Kokang, atacaron el domingo varias posiciones de las fuerzas armadas birmanas en las ciudad de Muse, en el estado norteño de Shan.”
Pese a que nuestra alianza de la hermandad norteña quiere verdaderamente la paz y desea resolver estos problemas a través de discusiones políticas, hemos tenido que lanzar esta operación conjunta ante la constante presión militar del ejército birmano”, aseguraron las cuatro formaciones en un texto enviado a los medios locales.

Agravamiento de la confrontación

La alianza norteña está formada por la influyente guerrilla del Ejército de Independencia Kachin (KIA), las milicias de la minoría Taang y los Kokang, y los paramilitares del Ejército de Arakan, procedente del estado sureño del mismo nombre, ninguno de los cuales firmó el acuerdo de paz de 2015.
Los enfrentamientos, los más graves que se registran en ese área desde el asalto que lanzaron los insurgentes Kokang a principios de 2015, suponen un agravamiento de la confrontación que mantenían los uniformados birmanos y los opositores Kachin, que parecen haber requerido la asistencia de sus aliados.
Las formaciones rebeldes llevan meses acusando a los soldados birmanos de no cesar en su acoso militar.
Aunque Aung San Suu Kyi lidera el gobierno local, el estamento armado se reservó una amplia parcela de poder, incluido el control absoluto de las fuerzas militares -que actúan en su mayor parte al margen del control político del gobierno electo- y los ministerios de Defensa, Interior y Asuntos Fronterizos.

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