Huir de las malas compañías.
San Juan Bosco.
(Nacionalismo Católico NGNP)
"El que se asocia al hombre virtuoso será virtuoso; el amigo del vicioso se pervertirá"
Hay
tres clases de compañeros: unos, buenos; otros, malos, y otros, en fin,
que no son ni lo uno ni lo otro. Debéis procurar la amistad de los
primeros; ganaréis mucho huyendo completamente de los segundos; en
cuanto a los últimos, tratadlos cuando sea necesario, evitando toda
familiaridad. “Pero ¿quiénes son esos amigos perjudiciales?”
Escuchadme, hijos míos, y comprenderéis cuáles son. Todos los chicos que
no se avergüenzan de tener en vuestra presencia conversaciones
obscenas y de pronunciar palabras de doble sentido y escandalosas; los
que mienten o critican; los que profieren juramentos, imprecaciones y
blasfemias; los que tratan de alejaros de la piedad; los que os
aconsejan el robo, la desobediencia a vuestros padres y el olvido de
vuestros deberes..., todos éstos son malísimos amigos, ministros de
Satanás, de quienes debéis huir más que de la peste o del mismo diablo.
¡Ah!, con lágrimas en los ojos os suplico distéis y huyáis de semejante
compañía.
Escuchad la voz del Señor, que dice: “El
que se asocia al hombre virtuoso será virtuoso; el amigo del vicioso se
pervertirá”. Huid de un mal compañero como de la vista de una
serpiente venenosa: Quasi a facie colubri. En una palabra, si os
juntáis con los buenos, os aseguro que iréis con ellos al paraíso; al
contrario, si con los malos, seréis desgraciados y concluiréis por
perder irreparablemente vuestra alma.
Dirá
tal vez alguno. “Son tantos los malos compañeros, que sería preciso
abandonar el mundo para huir de ellos”. En efecto, es tan perjudicial el
trato de los amigos viciosos, que, precisamente esto, os recomiendo con
tanta insistencia que huyáis de ellos. Y si por esto os vierais solos,
dichosos de vosotros, pues tendríais por compañeros a Nuestro Señor
Jesucristo, a la Santísima Virgen y al ángel custodio, que son nuestros
mejores amigos. Podéis, no obstante, tener buenos amigos, y los
encontraréis entre aquellos que frecuentan la confesión y comunión, que
asisten a la iglesia, que con sus palabras y ejemplos os animan al
cumplimiento de vuestros deberes y os alejan de todo lo que puede
ofender a Dios. Estrechad vuestras relaciones con ellos y obtendréis
gran provecho. David y Jonatán llegaron a ser buenos amigos, con
ventajas recíprocas, pues se animaban mutuamente a la práctica de la
virtud.
San Juan Bosco, El Joven Cristiano Instruido, escrito extraído de Biografía y escritos de San Juan Bosco, BAC, Madrid, 1967.
San Juan Bosco, El Joven Cristiano Instruido, escrito extraído de Biografía y escritos de San Juan Bosco, BAC, Madrid, 1967.