Insólita actitud de Macri y Malcorra de jugarse por Hillary
Desde
hace meses, el gobierno argentino, a través del presidente Macri y la
canciller Susana Malcorra, mostraron su simpatía por un eventual triunfo
de Hillary Clinton que finalmente no se produjo.
La influencia
determinante de Jaime Durán Barba sobre el presidente y Marcos Peña en
el sentido de que hay que apoyar lo políticamente correcto y el complejo
de no ser acusado de derechista y correrse a la centroizquierda, donde
militan además de Macri, Peña, Malcorra, hay que sumar a Alfonso Prat
Gray y el subjefe de gabinete Mario Quintana y no olvidarse de Federico
Sturzenegger, que hacía campaña con una remera amarilla con una cara del
che Guevara.
La visita de Barack Obama a la argentina termino de
encandilar al presidente y hasta se dijo que Obama apoyaba a Susana
Malcorra como secretaria general de la OEA.
También pesó el
desprecio a las mujeres de Donald Trump para un gobierno que hizo del
“ni una menos” una política de estado y también el no identificarse con
un millonario.
A Macri lo salva que la Argentina y su gobierno son
irrelevantes en el contexto internacional y difícilmente Trump se
acuerde del apoyo a Hillary Clinton. Pero la violación de la tradición
argentina de no interferir en la política de otros países fue utilizada
por Cristina y desgraciadamente por este gobierno.