OSKO: ¿BERGOGLIO ES UN MASÓN?
Visto lo publicado ayer de Mons
Lefebvre, nos parece que vale la pena publicar nuevamente el artículo de
Osko: ¿Bergoglio es un masón?
Si las logias celebran será que…
¿BERGOGLIO ES UN MASÓN?
Un especialista no lo afirma… pero tampoco lo niega categóricamente
Interesante artículo sobre la MASONERÍA aparecido en portaluz.org y en Infocatólica.com, dos sitios web “conciliares”.
Se trata de
una extensa entrevista realizada a un experto bien documentado sobre la
secta masónica, Manuel Guerra Gómez. Si bien no aporta demasiadas cosas
nuevas respecto de la “sinagoga de satanás”, es interesante lo que
aparece al final de la entrevista y que atañe específicamente a
Bergoglio.
Allí, el entrevistador propone que “Algunos medios se hicieron eco de que masones habían aplaudido la elección del papa Francisco”. La
respuesta de Guerra Gómez está muy lejos de negar categóricamente una
posible vinculación entre Bergoglio y las “Hermanos Tres Puntos”, y/o
las ideologías propias de la masonería. Léase cuidadosamente su
respuesta y se verá que, por el contrario, la duda queda instalada,
cuando lo lógico y esperable hubiese sido (se trata de alguien que lo
tiene por pontífice de la Iglesia Católica) una negativa inmediata y
sobre todo contundente.
Entendemos
que Guerra Gómez no tiene argumentos suficientes para desvincular a
Bergoglio de la masonería; de lo contrario lo hubiera hecho. Por otra
parte, el “ideario” bergogliano tiene demasiados puntos de contacto con
las doctrinas masónicas.
Por supuesto
que Guerra Gómez es obviamente un “conciliar”; pero esto hace que sea
mucho más sugestivo todo lo que dice. Reiteramos que hay que leerlo
cuidadosamente y también “entre líneas”.
Queda claro
que no compartimos algunas de las ideas expresadas por Guerra Gómez, en
relación con la iglesia conciliar (para el Católica); esas ideas son
consecuencia de su condición de “conciliar”, aunque es evidentemente un
exponente del conservadurismo.
Es
precisamente por esto último que recomendamos que, una vez finalizada la
lectura de esta entrevista, los lectores continúen con el excelente
artículo de Sofronio publicado en el blog Mater Inmaculata, cuyo enlace
proporcionamos inmediatamente:
http://materinmaculata.wordpress.com/2014/10/26/anticristos/
Los
resaltados en la entrevista son nuestros y proponen una meditación sobre
lo expresado, a la luz de lo que toca ver en este tiempo de gran
apostasía.
INCOMPATIBLE CON LA DOCTRINA DE LOS EVANGELIOS
La masonería tiene poder en la ONU, grandes corporaciones y gobiernos, afirma el experto español Manuel Guerra
Entrevista a
un hombre de Dios que -por sus conocimientos y experiencia- deja al
descubierto las evidencias de la historia, los hechos y actores del
presente que señalan el perfil y objetivos globales de la masonería,
pero también su confianza en el triunfo de quienes se mantengan fieles a
Cristo.
Masonería, religión y política, Manuel Guerra
(Portaluz/InfoCatólica)
Algunas de las señas de identidad de la masonería son el relativismo,
el laicismo y su oposición a la Iglesia católica, afirma el teólogo y
experto español Manuel Guerra Gómez, quien advierte además que también han celebrado reuniones en el Vaticano.
Décadas
investigando el tema, varios libros e informes publicados y con dos
amenazas de muerte encima, el valiente sacerdote dice estar en las manos
de Dios. No teme en volver a denunciar -en esta entrevista concedida en
exclusiva a Portaluz y realizada por el periodista español Enrique
Chuvieco- la existencia de prácticas satánicas en distintas logias
masónicas, el secretismo mayoritario en que se mueven… o mencionar a
distintos gobernantes vinculados a la masonería, entre ellos, la
presidenta chilena Michelle Bachelet.
(Pulse aquí
para leer nota de la Presidencia de la República de Chile que informa
de la visita que Bachelet realizó a la Gran Logia Masónica este 18 de
octubre, donde esa presidenta señaló explícitamente a los masones: «Han
sido los grandes aliados de los proyectos de avanzada para nuestro
país,…. como la separación entre los poderes del Estado y la Iglesia»…
«Y en esta construcción que nos es común, los cinceles, niveles,
compases y escuadras masónicas, serán esenciales para dar forma y
destino al futuro de nuestra patria»)
Recuerda
además Guerra, que la doctrina eclesial establece como incompatible el
ser católico y masón. A pesar de esto, observa con preocupación, «el paradigma cristiano está siendo sustituido por otro relativista, sincrético, laicista y naturalista, o sea, masónico». Adelanta
que así «puede surgir la tensión, la división interna y hasta la
ruptura» entre los católicos. Para no llegar a esto, alude a épocas
cruciales anteriores, en las que «los santos son los que aciertan a
intervenir en sintonía con el querer de Dios, también los que hacen la
corrección fraterna, incluso a los papas».
Usted
es uno de los mayores expertos en masonería, ¿cuál es la doctrina y los
objetivos de la masonería actualmente y si estos difieren de épocas
anteriores?
Para
responder a esto se necesitaría un libro voluminoso. Los masones suelen
decir que no tienen «verdades», ni «principios», «ni dogmas». Pero del
dicho al hecho hay mucho trecho. Por «principios» se entienden las
convicciones supremas que conforman el pensar y el obrar de los
individuos e instituciones. He aquí los principios básicos de la
masonería:
a) El
relativismo, «todo es relativo menos que todo es relativo». Pero un
relativismo no epistemológico, sino sociocultural e histórico, o sea, no
hay verdad y bondad absoluta, es decir, válidas para todos los tiempos y
regiones. «Nadie puede decir: esta es la verdad. Por tanto todos tienen
la capacidad de tomar decisiones, porque la verdad absoluta no existe»
(Jorge Carvajal, Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, mayo 2004).
Todo depende de la circunstancialidad sociocultural de cada época.
b) El
laicismo, que condena al arresto domiciliario lo religioso específico,
las religiones existentes, especialmente lo católico, recluyéndolo al
foro de la conciencia individual y dentro de los templos. Reserva los
espacios públicos para lo común a todas las religiones. De ahí, fuera
los signos religiosos (crucifijo, etc.,) de las calles, colegios,
hospitales, colgantes al cuello mientras no se está en casa, eliminación
de las clases de religión, etc.; asentamiento de la «escuela laica»
(laicista), constitución laica, leyes laicas, etc.
c) El método
masónico consiste en la necesidad de someter cualquier tema o cuestión a
la libre discusión de modo que la solución dependa de la capacidad
dialéctica de los dialogantes o del parecer o voto de la mayoría. Por
eso, «demócratas auténticos son los laicos», o sea los laicistas, los
masones, según afirmaba el Gran Maestro del Gran Oriente de Francia
durante su visita a Asturias (España) el invierno 2007/2008.
d) El
naturalismo, es decir la eliminación de todo lo sobrenatural (revelación
divina, milagros, dogmas religiosos, etc.,). El hombre debe guiarse por
la luz de los sentidos, de la experiencia, de la ciencia y de la razón,
no por la luz de la fe religiosa.
Dentro
de la masonería, ¿hay una unidad doctrinal y de objetivos? ¿Existe un
dirigente máximo o un grupo de personas dirigentes a escala mundial?
Hay unidad
doctrinal y de objetivos en la medida en que todas las Obediencias o
Potencias (igual a distintas ramas del gigantesco árbol masónico)
aceptan ciertamente y practican los principios ya señalados. Aunque lo
han intentado, no hay una dirección suprema individual o colectiva (cf.
capítulo III: ¿masonería o masonerías? en mi obra Masonería, religión y
política, editorial Sekotia, Madrid 2013 -5ª edición- pp.63-84). En
Iberoamérica aspiran a la unificación (organizativa, administrativa,
etc.,) de las «masonerías» en una sola «masonería». De ahí la existencia
de la «Confederación de Masonería Interamericana» (CMI), fundada en
Montevideo en 1947; la «Confederación Interamericana de Masonería
Simbólica (CIMAS)», de logias mixtas, masculinas-femeninas, fundada en
2002. A su 5º encuentro en Barranquilla (Colombia), año 2009, asistieron
miembros de CIMAS de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador,
Méjico, Perú y Uruguay; la «Confederación Americana de Grandes Logias
Femeninas» fundada en Montevideo, año 2010, etc. Ahora tratan de unirse
entre ellas para crear un solo «Espacio Masónico Americano».
El
jesuita Ferrer Benimelli ha dicho que es compatible ser católico con
ser masón. A su juicio, ¿esto es posible? ¿Por qué la Iglesia siempre ha
alertado sobre la incompatibilidad entre catolicismo y masonería?
En primer lugar, conviene tener en cuenta que Ferrer
Benimelli se ha iniciado en la masonería y que su nombre iniciático o
de uso interno es o al menos era hace pocos años «Danubio (Azul)».
Un tópico de los masones y de los escritores filomasónicos consiste en
afirmar la posibilidad de la «doble pertenencia», a saber, ser católico y
masón al mismo tiempo, pues está superado el enfrentamiento
radicalizado, la lucha solapada y descubierta, entre la masonería y la
Iglesia, que hubo en tiempos pasados. El nuevo Código de Derecho
Canónico (vigente desde el 27.11.1983) ha eliminado la excomunión
explícita establecida en el anterior (canon 2335), promulgado el
27.5.1917. Pero más o menos implícitamente la conserva, aunque
con un enunciado más genérico para las asociaciones «que pelean» contra
la Iglesia católica: «El inscrito en una asociación que maquina contra
la Iglesia debe ser castigado con una pena justa; pero quien promueve o
dirige una asociación así sea castigado con entredicho» (cn. 1374).
El día
anterior (26.11.1983) a la promulgación del nuevo Código, la
Congregación de la Doctrina de la Fe, presidida por el entonces cardenal
Joseph Ratzinger, con la aprobación del papa san Juan Pablo II, publicó
una Declaración sobre las asociaciones masónicas. En ella se afirma:
«Se mantiene inmutable el juicio negativo de la Iglesia respecto a las
asociaciones masónicas, ya que sus principios han sido considerados
siempre inconciliables con la doctrina de la Iglesia y por lo mismo la
adscripción a las mismas permanece prohibida. Los fieles que pertenecen a
las asociaciones masónicas están en estado de pecado grave y no pueden
acceder a la sagrada comunión» (Acta Apostolicae Sedis, 76, 1984, p.
300).
Desde la
primera condena pontificia de la masonería (Clemente XII, año 1738, tan
solo 21 años después de la fundación de la masonería especulativa o
moderna en 1717) hasta 1980 sigue una serie ininterrumpida de 371
documentos pontificios de cierta entidad y más de dos mil referencias
papales contra la masonería. Con excomunión y condena o sin ellas la masonería es y seguirá siendo «inconciliable» con la Iglesia católica a no ser que cambie sus «principios», o sea, si no deja de ser masonería, la actual.
Está
claro que no se puede ser católico y masón al mismo tiempo, ¿pero no
hay algunos aspectos en que sean posibles la colaboración?
Esta
colaboración es posible en los grandes desafíos y tareas de la
humanidad, por ejemplo, para erradicar enfermedades y epidemias, para
combatir la pobreza, la injusticia, la corrupción, la discriminación,
etc., en sus diversas manifestaciones. Pero es muy difícil e incluso
arriesgado colaborar y dialogar con alguien que lo hace encapuchado y
hasta disfrazado, aunque simule hacerlo a cara descubierta. Las
religiones e ideologías terminan por conformar su respectiva cultura. Es
más fácil enhebrar el diálogo intercultural que el interreligioso.
Pero, hasta en este ámbito, el diálogo con la masonería encuentra
especiales dificultades, pues, aparte del secreto masónico, su laicismo
–abierta o solapadamente- aspira a arrinconar lo específico de las
religiones, sobre todo del cristianismo.
¿Observa
vinculaciones entre la masonería y la práctica satánica? ¿Puede aportar
nombres que mantengan o hayan mantenido esta práctica?
En mi
Diccionario enciclopédico de las sectas (B.A.C., Madrid 20135 s. v.
demonismo) describo más de cien sectas demoníacas en las tres ramas del
demonismo, a saber, el luciferismo, el satanismo y la brujería. Varias
han sido fundadas por masones y otras muchas se han inspirado en la
masonería. Pero la masonería no rinde culto a Satanás, sino a Lucifer.
Según la doctrina cristiana, «Demonio, Lucifer, Satanás, etc.,» son
términos sinónimos; la masonería los diferencia. La masonería venera a
Lucifer. Los rituales de los grados 3º al 14º giran en torno a la
leyenda de Jirán Abí (castellanización del hebreo Hiram Abif) insertada
en la tradición luciferina.
Además, en
el rito de iniciación del grado 29º del Rito Escocés Antiguo y Aceptado
Lucifer/Baphomet es llevado en «procesión» alrededor del «templo» o sala
de reuniones. A su paso se le «adora» haciendo la
genuflexión con la pierna izquierda, no con la derecha como los
católicos ante el Santísimo o Jesucristo-Eucaristía. Para la masonería,
Lucifer es –de acuerdo con la etimología de esta palabra- el «Portador
de la Luz». Lo representan como el Prometeo de la mitología griega
erguido, en actitud desafiante, levantando el brazo con la antorcha en
la mano, que despide llamaradas simbólicas de la luz de la Razón, de la
Ilustración y de la Ciencia. Así estaba en el suelo junto al Rockefeller
Center, sede de la Gran Logia Rockefeller, hasta que fue trasladado a
las afueras de Nueva York en 1992.
Es
evidente que durante siglos la masonería tuvo una actividad secreta de
la que parece haber abdicado, ¿existen todavía logias que practiquen
este ocultismo?
Me sorprende
esta pregunta. Los masones se presentan como una organización
«discreta», incluso se ha convertido en un tópico la frase del filósofo
Johann G. Fichte (1762-1814), masón al menos desde que, en 1793, se
inició en una logia de Danzig, «el mayor secreto de los masones es que
no tienen ningún secreto», si bien él añade: «se ha dicho a veces en
broma». Pero de hecho ha sido y es «secreta». Más aún, según Giuliano di
Bernardo, Gran Maestro del Gran Oriente de Italia y luego de la Gran
Logia Regular de Italia, «lo específico de la antropología masónica es
el secreto iniciático», o sea, que puede conocerse, pero solamente se
conoce iniciándose, haciéndose masón. Muestras evidentes de la
naturaleza secreta de la masonería son la invención y uso del alfabeto
masónico (además del básico, uno distinto en diferentes grados) si bien
al parecer sus signos están cayendo en desuso, el «nombre simbólico» de
uso exclusivamente interno, la escala de los grados (cada masón conoce
los grados en los que se ha iniciado, no los demás y superiores), sus
organizaciones-pantalla, las logias encubiertas, las fraternidades
masónicas y el juramento de guardar secreto de fórmula terrorífica (cf.
M. Guerra, Masonería, religión y política, pp. 45-62, etc.,).
¿Pero
qué son o en qué consisten las fraternidades masónicas, las logias
encubiertas y las organizaciones-pantalla de la masonería?
Estas
organizaciones han sido medios eficacísimos para influir en la sociedad
y transformarla de cristiana en masónica, o sea, relativista, laicista,
etc. (cf. Vea en mi blog cómo ha influido e influye la masonería en la sociedad).
1) Las
fraternidades masónicas (fraternelles maçonniques en francés) son logias
de «hermanos» (frater en latín) o masones de la misma profesión, pero
de cualquier Obediencia y Rito, de la misma o de diferentes naciones.
Hay fraternidades de políticos (de distintos partidos; en caso de
diferencia e incluso oposición entre las consignas de su partido y las
de la masonería, prevalecen estas), de gobernantes, de parlamentarios,
de profesores, de financieros, de miembros sindicales, de militares, de
policías, etc.
Una de estas
fraternidades médico-farmacéutica, capitaneada por Pierre Simon
(1925-2008), Gran Maestro de la Gran Logia de Francia, e integrada por
masones médicos franceses, belgas, holandeses y suizos fue la que
consiguió la separación de la sexualidad respecto de la procreación
(legalización de los anticonceptivos) y esta de la paternidad
(inseminación artificial), legalización del aborto, de la
experimentación con embriones vivos, etc., directamente en los países
francófonos e indirectamente –por imitación- en otros muchos países.
Imagínese su repercusión en las naciones iberoamericanas.
2) Logias
encubiertas son aquellas cuya existencia es conocida solamente por los
masones pertenecientes a las mismas y a los grados superiores (30º-33º).
Sus miembros son masones de pleno derecho, pero sin obligación de
asistir a las reuniones ordinarias de las logias. Son tan secretas
–aunque menos que las fraternidades- porque de ordinario las componen
personalidades políticas, militares, periodistas, etc., que así
infiltran lo masónico más fácil y eficazmente en su entorno.
3) Las
organizaciones-pantalla de la masonería. Carecen de vinculación visible
con la masonería, pero están condicionadas totalmente por su pensamiento
y directrices. No todos sus integrantes son masones; sus directivos son
o masones generalmente no conocidos como tales o no masones, pero
dóciles al talante y proyectos masónicos. Entre estas organizaciones
descuellan las apellidadas «laicas» (o sea, laicistas) dedicadas a
promover, por ejemplo, la educación masónica, es decir, la «escuela/
educación pública y laica», a veces añaden «única».
Se
ha vinculado la masonería en muchas ocasiones con el intento de hacerse
con el control político y económico mundiales, ¿qué hay de cierto en
todo esto? ¿Qué personas o grupos de poder estarían detrás de este
objetivo?
Se aspira a la instauración de un Nuevo Orden Mundial (NOM) con una sola religión y ética (lo
común a todas las religiones y a todas las éticas, despojado de lo
específico de cada una de ellas), una moneda mundial, un ejército
mundial, una banca mundial, un tribunal de justicia mundial, una lengua
mundial (no se ha conseguido mediante el esperanto inventado por un
masón), etc. Cada una de las fórmulas precedentes debería ir precedida
del calificativo «nuevo/a»; a veces «global» sustituye a «mundial». La Iglesia «católica», o sea, universal, mundial, considera al NOM malo no en si mismo, sino en la medida en que sea relativista y laicista, y, por ello, necesitado de una «nueva evangelización».
Los masones han sido y siguen siendo uno de los factores del NOM, probablemente el principal. Y
esto ya desde L´Encyclopedie. Precisamente fue el Duque D´Antin, el
primer Gran Maestro de la Gran Logia de Francia, el que, en 1738,
propuso, como corolario de la nueva moral universal y de la unidad del
género humano, redactar la Enciclopedia francesa, portavoz del
racionalismo, del naturalismo y de la Ilustración. Su proyecto se
discutió en las logias teniendo a los masones Diderot y D´Alambert como
abanderados. El primer paso oficial hacia el NOM fue la Sociedad
de Naciones, llamada «criatura de la masonería» (Epiphanius),
«superestado masónico» (Leon de Poncins). El seis de diciembre de 1916
el Gran Oriente y la Gran Logia de Francia remitieron a todas las logias
de la Tierra la invitación para participar en la celebración de una
reunión en orden a poner en marcha la Sociedad de Naciones. Tras varias
reuniones en las logias y de políticos fuera de ellas, uno de los
presidentes masones de EE.UU, Wilson, adoptó básicamente los 13 puntos
de un congreso masónico y, en enero de 1918, anunció la creación de la
Sociedad de Naciones en el último de sus 14 puntos. La Sociedad de
Naciones fue disuelta en abril de 1946 y sus bienes traspasados a la
ONU, recién creada. «Más del 50%» de sus funcionarios y representantes, según una fuente autorizada, pertenecen a la masonería. La
institución de la Sociedad de las Naciones fue un modo de celebrar el
segundo centenario de la fundación de la masonería moderna (1717-1917).
¿Qué estarán preparando para la celebración de su tercer centenario
(2017)? Todos los indicios apuntan hacia la promoción del sincretismo
religioso, un paso decisivo para implantar lo común a todas las
religiones. ¿La creación de un centro religioso global, gerente de lo
religioso, vinculado a la ONU, con el cual deberán relacionarse los
dirigentes de todas las religiones, como acaba de afirmar (julio, 2014)
el masón José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente del gobierno español
(2004-2011) y como poco después ha propuesto el masón Simon Peres,
expresidente de Israel, al papa Francisco?
Pero el poderío, más que en manos de los políticos, está en las de los grandes financieros. Véase la clarividente prospectiva de Pío XI sobre «el imperialismo internacional del dinero» en su encíclica Quadragesimo anno (nºs
39-40; 15.5.1931). Mas los agentes del «imperialismo económico» tienen
también la marca de la escuadra y el compás: los Rockefeller, los
Rothschild, Morgan, etc. «Permitidme fabricar y controlar el dinero de
una nación y ya no me importa quién la gobierna» (Rothschild). Son
propietarios de bancos, de fundaciones y compañías financieras, de
universidades (educación de los futuros dirigentes), etc.; ejercen un
influjo enorme y a veces controlan la Reserva Federal de EE.UU., el
Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Bilderberggroup, la
Trilateral, etc., (cf. Masonería, religión y política…, pp. 259-292,
375-394).
Cuando
los últimos Papas han alertado de la existencia de «jabalíes»
(Benedicto XVI) dentro del Vaticano, ¿se referían a que la masonería se
hubiera infiltrado en él? ¿Hay obispos masones o personajes
eclesiásticos relevantes vinculados con la masonería?
No recuerdo si Benedicto XVI ha usado la metáfora «jabalíes» hozando dentro del Vaticano. Pero ciertamente ha habido dos logias que celebraban sus reuniones en el Vaticano. Supongo
que ya habrán desaparecido. Más aún, sé que algunas personas de un
gobierno iberoamericano, en su gira por Europa, participaron en la
«tenida» (tecnicismo masónico para designar las «reuniones» de sus
logias), celebrada en el territorio del Estado vaticano. Parece lógico y hasta obvio que la masonería haya pretendido atraer a miembros del clero católico. En
la Iglesia hay «trigo y cizaña», justos y pecadores. La Iglesia, atenta
a la advertencia de su fundador, Jesucristo, debe y sabe esperar para
no confundirlos y no arrancar antes de tiempo lo que es o puede ser
trigo, aunque parezca e incluso sea cizaña en un momento de su
existencia. Sobre los nombres, pueden verse varios en mi libro
Masonería, religión y política (pp.148-153, 402, etc.). Los he
consignado para que si algún obispo, presbítero o religioso siente la
tentación de iniciarse en la masonería y se ha olvidado del santo temor
de Dios, al menos no lo haga por temor del juicio de la historia. Pues,
como dijo Jesucristo aunque en otro contexto, «Nada hay encubierto que
no llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse» (Lc
12,2).
¿Existen
vínculos entre las logias y la reivindicación de los nuevos derechos
como la ideología de género, matrimonios homosexuales, aborto, etcétera?
Sócrates
dijo que «la impropiedad en el lenguaje daña no solo al idioma, sino
también al alma». Por eso, ha sonado la hora de corregir el uso vulgar
de algunas palabras diciendo «uniones homosexuales», no «matrimonio»;
«hombres y mujeres de tendencia homosexual», no «los/las homosexuales».
La ciencia ha demostrado que, en el ADN o código genético de todos los
individuos, hay gen masculino y gen femenino; no «gen homosexual».
La masonería
–no necesariamente todos los masones- ha sido tradicionalmente la
promotora del divorcio, control demográfico de la natalidad, de la
anticoncepción, del aborto, de la eutanasia, de la homosexualidad, etc.
Una «plancha» (documento masónico) del 12.3.1912 manda a todas las
logias argentinas promover «candidatos liberales en la próximas
elecciones de diputados». ¿Por qué?: «Pues en el próximo periodo
parlamentario han de discutirse proyectos tendentes a liberalizar
nuestra legislación, proyectos como el del divorcio que no son votados
sino por representantes que profesan ideas liberales». ¿Cómo hacer dicha
promoción? «En forma profana», es decir, «sin que los profanos
(tecnicismo masónico designativo de los no masones) «capten que reciben
directrices de la masonería». De nuevo el secreto y su eficacia (Cf.
comprobantes en Maurice Caillet, Yo fui masón, Libros Libres, Madrid
2008. El autor, médico ginecólogo, fue masón durante 15 años, Venerable
Maestro o director de una logia antes de bautizarse católico en 1987);
en mi Masonería, religión y política (pp. 342-349), también Cómo cambiar
la sexualidad humana y su ética en el blog ya citado.
¿Hay acuerdos o contactos entre los masones y los grupos islámicos radicales, como el Estado Islámico? ¿Tiene datos al respecto?
La masonería
y el islam son antípodas. En el islam se regula todo (no solo el culto y
la ética, también lo político, administrativo, judicial, comercial,
penal y hasta la indumentaria) por El Corán y La sunna o «tradición» (lo
que Mahoma dijo e hizo, pero que no está escrito en El Corán). Los
yihadistas (jihad es igual «lucha acética», «guerra santa») o musulmanes
radicales tratan de imponer el islam e implantar la sharia o régimen
teocrático por la fuerza terrorista y bélica. Al contrario, el laicismo
masónico recluye lo religioso en el foro de la conciencia y dentro de
los templos. Luego parece ilógico y hasta imposible que exista
vinculación alguna entre masonería y el Estado Islámico.
De hecho la
masonería ha estado prohibida en todo el mundo islámico, excepto en
Turquía, Marruecos y Líbano. No obstante, desde mediados del siglo XIX
aparecen logias en los países musulmanes, cada una de ellas vinculada
con otra europea (francesa, inglesa, alemana o italiana), pero sus
miembros son durante mucho tiempo –en su gran mayoría- extranjeros
(diplomáticos, comerciantes, etc.,) o nativos de religiosidad islámica
débil y deslumbrados por el progreso europeo cristiano. La «Primavera
árabe» de 2011, de impronta occidental probablemente con infiltraciones
masónicas, ha sido un enfrentamiento mal calculado y por procedimientos
no democráticos. Antes, en Turquía, tras diversas vicisitudes, Mustafá
Kemal, conocido por Atartük («Padre de los turcos»), proclamó la
República Turca en 1923 e introdujo el estado confesional masónico,
transformando bruscamente el fundamentalismo islámico en otro laicista,
masónico. Lo consiguió haciendo numerosos «mártires» entre los
practicantes y defensores del islam tradicional. Su laicismo radical
perjudicó también a los cristianos (prohibición de construir iglesias
nuevas con la primera excepción en 2011; vedado a los cristianos el
poder seguir la carrera militar, prácticamente incluso el ser soldado,
etc.,). El presidente actual Erdogan, aunque masón, va suavizando la
radicalidad del laicismo turco.
«El
genocidio armenio fue obra del Estado masónico» (Bernard Antony). En
tres años masacraron a algo más de dos millones de armenios cristianos y
un elevado número de sirocaldeos católicos por un decreto (febrero,
1915) de un gobierno en el cual era masón sobre todo el fanático
nacionalista Nazim Bey. En 1922 el también masón Atartük eliminó a
150.000 armenios más que se habían refugiado en Cilicia. Piénsese en los
cristianos perseguidos en nuestros días por el Estado Islámico y su
proyecto de «califato» sirio-iraquí.
¿Puede
facilitar algunos datos sobre el influjo de la masonería en la
independencia de Hispanoamérica y en su evolución posterior?
Los
principales factores de la independencia de la América española y de
Filipinas pueden resumirse en los siguientes: la imitación de la
independencia de EE.UU., la emergencia nacional española (Guerra de la
Independencia contra Napoleón), las aspiraciones de los criollos (hijos
de español e indígena o viceversa), el levantamiento de Riego y la
masonería que actuó en y detrás de las causas anteriores. Las
primeras logias en suelo americano de lengua española, ya antes de las
luchas por la independencia, se formaron en las islas del Caribe: la
fundada en Jamaica (año 1735) y en la Habana (Cuba) en 1762 por la
masonería inglesa, la de Martinica por la francesa (en 1935) y por una
logia de Pennsylvania (EE.UU.) en la isla Trinidad.
Desde la
perspectiva masónica el cerebro e ideólogo de la independencia
sudamericana fue Sebastián Francisco de Miranda (1750-1816), nacido de
padre militar español en Caracas. En 1798 fundó en Londres la logia Gran
Reunión Americana. Entre sus miembros descuellan Simón Bolívar
(libertador de Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú), José San
Martín (Argentina, Perú), Bernardo O´ Higgins (Chile). A su vez,
personalmente o por medio de amigos suyos, fundó en 1800 la logia
Caballeros Racionales número 7 en Cádiz (España), a la cual
pertenecieron José San Martín, Manuel Belgrano (creador de la bandera
argentina), etc. Bernardo O´Higgins fundó a principios del siglo XIX en
Cádiz la Logia Lautaro en homenaje al cacique araucano Lautaro,
protagonista del poema épico de la conquista de Chile: La Araucana de
Alonso de Ercilla. Réplicas de la gaditana con el mismo nombre y
programa masónico-político (independencia de Chile y Perú pasando desde
Argentina) florecieron en Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Santa Fe,
Lima, Santiago de Chile, etc.
«Las logias
dirigentes de América meridional hicieron frente común con las logias de
América septentrional, primero para vencer a la Corona de España y
después a la Iglesia católica. De este modo nació la dependencia –que
marcará toda la historia y que continúa hasta hoy- del Sur respecto del
Norte (Estados Unidos)» (Vittorio Messori, Las leyendas negras de la
Iglesia, Planeta, Barcelona 1996, p. 45-52). Dos masones: Jorge Blascke y
Santiago Río (La verdadera historia de los masones, Planeta, Barcelona
2006, p. 139) reconocen: «Es importante mencionar que al igual que
Napoleón utilizó las logias masónicas existentes para controlar su
imperio, Gran Bretaña las utilizó para controlar la Commowealth».
Es evidente
el influjo de la masonería en la evolución posterior de los países
hispanoamericanos hasta nuestros días, especialmente en Méjico, Uruguay,
etc., (cf. Masonería, religión y política, pp. 239-258) y su animosidad
contra la Iglesia católica. Algunos gobernantes masones han cedido a la
tentación de dividir a la Iglesia católica procurando concentrar en su
persona el poder supremo en todos los ámbitos, también en el religioso,
mediante la fundación de las llamadas «iglesias nacionales» o
«patrióticas, por ejemplo, el presidente mejicano Plutarco Calles en
1925, la Iglesia Justicialista Argentina (año 1955) en el periodo final
del gobierno de Domingo Perón, proyectada por Pedro Ruiz Badanelli,
sacerdote andaluz residente en Santa Fe (Argentina). Al retornar el
peronismo al poder, la nostalgia de una iglesia nacional peronista cuajó
en la Iglesia Católica Apostólica Americana dirigida por Pedro R.
Badanelli y por José López Rega, miembro de la logia encubierta italiana
P2 y adepto de la secta esotérica Anael. En junio de 1970 fundaron la
Iglesia Católica Apostólica Argentina, que todavía conserva una
existencia residual en algunas zonas bonaerenses. Evo Morales pretende
(año 2013) instaurar en Bolivia una iglesia nacional, la Iglesia
Católica Apostólica Renovada del Estado Plurinacional, expresión de la
religión de la Pachamama (diosa Madre Tierra»). Defiende el matrimonio
de los homosexuales, también de los sacerdotes, el aborto, etc. Su
«arzobispo primado» será Ariel Ticona, sacerdote expulsado de la Iglesia
católica por su mal comportamiento. Recuérdese la actitud prepotente y
hostil de Hugo Chávez hacia la Iglesia católica en Venezuela; consiguió
iniciarse en la masonería, aunque alguna vez había sido rechazado, según
ha revelado Michel Barrat, Gran Maestro de la Gran Logia de Francia.
¿Y concretamente qué puede decirnos de la masonería en Chile?
Ya he
aludido a la presencia de la Logia Lautaro en Santiago de Chile y a su
vinculación con Chile hasta por su misma denominación. Al menos 14
presidentes de los gobiernos chilenos han sido masones desde Manuel
Blanco Encalada, considerado el primer presidente de la República
chilena por los masones, hasta Salvador Allende y la actual presidenta,
Michelle Bachelet. En Chile hay ahora unos 40.000 masones. La Obediencia
o rama masónica más importante es la Gran Logia de Chile (GLCh),
fundada en 1862 con 90 logias y triángulos (se llama así –no logia- el
grupo de masones con menos de seis miembros, a veces no pueden ser más,
por ejemplo, en un barco) en 1959, 197 en el 2012. Otras Obediencias: la
Gran Logia mixta (hombres-mujeres) de Chile con 40 logias y triángulos
(algunos de estos con miembros en Perú), la Gran Logia Femenina de Chile
(de solo masonas), el Gran Oriente Masónico Chileno. La masonería ha
prestado siempre suma atención a la formación de los niños y jóvenes,
empeñada en imponer en la medida de lo posible la «educación/escuela
laica (laicista)».
Algunos
medios se hicieron eco de que masones habían aplaudido la elección del
papa Francisco, ¿tendría algún fundamento una posible vinculación o bien
es expresión de que este Pontífice quiera llegar a todas las
«periferias», sean de cualquier signo? ¿Qué retos y normas de prudencia
deberían llevar a los católicos a secundar esto conservando la identidad
católica?
Tras
la elección del papa Francisco fue sorprendente la reacción jubilosa de
personas y de medios de comunicación social tradicionalmente
indiferentes e incluso hostiles hacia la Iglesia. Habría sido
plenamente satisfactoria si no hubiera habido otras personas,
generalmente católicas practicantes –también de personalidades
influyentes en la opinión pública-, preocupadas y desconcertadas por la
espontaneidad del papa Francisco en algunas palabras y gestos suyos, a
veces interpretados fuera de su contexto. He tenido bastantes consultas
de personas de ambos grupos, ciertamente más del segundo que del
primero.
¿Cómo
proceder? pregunta. Jesucristo comparó «el reino de los cielos», su
Iglesia, con «la semilla sembrada en un campo» (Mt 13-24-32). En orden a
la cosecha, lo decisivo es la semilla misma y su dinamicidad interna, o
sea, la virtualidad por la cual una bellota se transforma en encina, el
embrión humano en un hombre adulto, si no es tronchado, abortado. Quien siembra trigo cosecha trigo, poco o mucho pero trigo, no patatas ni racimos de uvas.
Lo importante y decisivo en la Iglesia es su ser mismo, su dinamicidad
recibida de su fundador, Jesucristo. Pero la abundancia o escasez de la
cosecha está condicionada también por el entorno: calidad del «campo» o
terreno, la lluvia, el clima. La Iglesia debe conservar el Depositum
fidei y transmitir el mensaje evangélico, Jesucristo mismo. Pero la
eficacia apostólica depende también de su adaptación al entorno
sociocultural. Se resume en el principio formulado por Benedicto XV: «No
nova, sed noviter» (encíclica Ad beatissimi, 1.10.1914), o sea, «no
verdades/normas éticas nuevas» en cuanto a su contenido, sino las
verdades de siempre expuestas «de modo nuevo», renovado, adaptado a la
actual circunstancialidad histórica. No cabe duda que el entorno
sociocultural ha cambiado notablemente respecto al de hace un siglo o
poco más. El clima o paradigma cristiano de entonces está siendo
sustituido por otro relativista, sincrético, laicista y naturalista, o
sea, masónico. Por lo mismo, toca insistir en «la nueva evangelización». Puede surgir así la tensión, la división interna y hasta la ruptura.
Los llamados
«pecados históricos» de la Iglesia, o sea, los cometidos por sus hijos a
lo largo de su existencia bimilenaria, de los que pidió perdón san Juan
Pablo II (guerras de religión, métodos coactivos de la Inquisición,
divisiones internas en la Iglesia, violencias durante las Cruzadas,
etc.), coinciden siempre en su genética, a saber, el contagio de
lo que nuestro entorno sociocultural tiene de no cristiano ni
auténticamente humano: el relativismo, el laicismo, el sincretismo
religioso, el naturalismo, la alteración grave de la sexualidad
humana y de su ética, la cultura de la muerte, la marginación de los
pobres (de dinero, de cultura, de salud, etc.) y más necesitados. Es
necesario adaptarse, pero arriesgar la dinamicidad interna de la Iglesia
sin fidelidad a su misión y mensaje, dejaría de ser la Iglesia de Jesucristo.
A todos los
católicos nos toca adaptarnos a la nueva circunstancialidad, pero
tratando de ser santos y apóstoles; orar por la unidad interna de la
Iglesia vertebrada en torno al Papa y a los obispos en comunión con él
con fidelidad a su magisterio y gobierno; orar por el Papa, por su
persona e intenciones como el mismo insiste sin cesar desde su primer
aparición pública el día de su elección; no dejarnos arrastrar por el
prurito de lo nuevo solo por ser novedoso y, en fin, incluso exponer
nuestro parecer pensado y orado que la tecnología moderna facilita
tanto. Si los papas del Renacimiento, contagiados del clima de su
tiempo, hubieran sido más orantes y evangelizadores y menos promotores
de obras de arte y defensores político-militares de los Estados
pontificios, ¿habría prendido la mecha encendida por Lutero, entre otros
pretextos, por la cuestión de las indulgencias en parte de finalidad
crematística y artística? Recuérdense las peripecias entre el papa Julio
II y Miguel Ángel en la película El tormento y el éxtasis. En
situaciones cruciales los santos son los que aciertan a intervenir en
sintonía con el querer de Dios, también los que hacen la corrección
fraterna, incluso a los papas, a veces con palabras un tanto desabridas
aunque sin chismorreos, por ejemplo, santa Brígida, santa Catalina de
Siena (papas en Avignon) sin olvidar a quien merece ser declarada
oficialmente santa: Isabel la Católica (Alejandro VI).
Siempre hay
que aplicar la sentencia atribuida a san Agustín después que lo hizo san
Juan XXIII –aunque sin especificar la cita- en su primera encíclica Ad
Petri cathedram, pero que pertenece a un autor del siglo XVII: «In
necessariis unitas, in dubiis libertas et in omnibus caritas», o sea,
«en lo esencial, unidad; en lo opinable, libertad; y en todo (o
siempre), caridad», comprensión.