Carlotto necesita muertos para preservar su negocio
Días
atrás, el poco confiable Secretario de Derechos Humanos Claudio Avruj
se tomó por fin el trabajo de confirmar oficialmente la verdad: los
desaparecidos durante el último gobierno militar no fueron 30 mil sino
6300, casi cinco veces menos a la cifra demagógicamente difundida. Lo
ratificado por el burócrata en el año 2016, no es más que el mismo dato
que nosotros mismos habíamos confirmado 12 años atrás en mis libros La Otra Parte de la Verdad y, de manera más completa, en mi segunda obra La Mentira Oficial.
Pues
bien, ante esta verdad de a puño que ahora ha sido institucionalmente
vociferada, salió a la palestra Estela Carlotto (Ceo de la rentable
empresa “Abuelas de Plaza de Mayo”), quien ante esta confirmación
estatal y oficial se molestó sobre manera y emitió un comunicado de
furia tanto en los medios masivos de comunicación como desde la página
web institucional de su negocio[1], en la cual lamenta la actitud del
gobierno de decir la verdad en vez de insistir en una cifra que de sobra
se sabe falsa: “Fue una muy mala noticia, muy desagradable. En vez de
investigar cuántos son, que nos ayuden a encontrarlos, no a sacar una
estadística”[2] sentenció: ¿no hubiese sido más desagradable saber que
fueron 30 mil? ¿No es acaso una buena noticia saber que el desencuentro
entre argentinos fue muy inferior al popularmente divulgado? ¿O Carlotto
se hubiese sentido más feliz con 24 mil muertos más?.
Supongamos
por un rato que en los años ‘70 no hubo una guerra civil entre
terroristas organizados y las Fuerzas Armadas sino un “genocidio de los
militares a expensas de chicos con buen corazón”. Aceptemos esta
fantasía y hagamos el siguiente análisis: ¿no es algo para celebrar el
hecho de saber que hay 24 mil familias destrozadas menos de las que
sospechábamos? ¿No constituiría dicha noticia un alivio o un sensible
mal menor entonces?
“En los últimos meses hemos advertido intentos
por desprestigiar la lucha de los organismos de derechos humanos” dice
Carlotto en el sitio web de su próspero kiosko. ¿No son ellos quienes se
han desprestigiado a sí mismos al mentir desde siempre con la cifra, al
glorificar los crímenes de la guerrilla y al vivir del Estado a cuatro
manos mediante subsidios, indemnizaciones y cargos públicos para toda la
parentela y amigos tal como Carlotto lo hizo colocando a sus hijos en
cargos provistos por la delincuencia kirchnerista a la que ella tanto
apañó?.
“No sé de dónde han salido esas cifras” disparó Carlotto.
Yo
se lo explico: fueron publicadas en el año 2006 (a la sazón Néstor
Kirchner Presidente) por la Secretaría de DDHH de aquella gestión,
dirigida entonces por el extremista y ex abogado de Mario Roberto
Santucho, Eduardo Luis Duhalde, tras confeccionar una edición revisada
del anexo del libro Nunca Más con motivo de lo que por entonces
constituía el aniversario de los 30´ años del golpe militar que
oportunamente el grueso del pueblo celebró.
Pero Carlotto hubiese
deseado que la cifra hubiese sido 30 mil: ella quiere sangre. Prefiere
24 mil muertos más. Cuánto más muertos más grande y perdurable sería su
indecoroso negocio paraestatal en el cual vende memoria deformada a
cambio de plata ajena.
Sería sumamente interesante que el
desteñido Avruj hoy completara el marco de la revisión histórica
informando también desde su Secretaría a cuánto ascienden las víctimas
del terrorismo subversivo (del cual dos hijas de Carlotto formaron parte
actuando bajo las órdenes de Firmenich en la banda homicida
Montoneros), a los efectos de que todos los sectores que padecieron en
la desdichada Argentina de hace cuatro décadas, puedan verse reflejados y
representados en un trabajo integral y desapasionado que desnude de una
vez por todas tantas mentiras oficiales.
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