miércoles, 7 de diciembre de 2016

TESTIMONIOS CATÓLICOS CONTRA LOS “PAPAS CONCILIARES”

TESTIMONIOS CATÓLICOS CONTRA LOS “PAPAS CONCILIARES”





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Arai Daniele
Jorge Bergoglio como se siente el emperador de Roma, también dicta  una nueva doctrina. Aquí debemos recordar el caso de San Ambrosio en Milán contra los arrianos (La basílica a la derecha). Pero, por desgracia, vaticanistas  como Sandro Magister,prefieren los estudios comparativos  de la antigüedad frente a la desviación de los problemas con que  la Iglesia se enfrentó con el arrianismo. Pero entonces las divergencias no surgieron frente a la autoridad de Roma y del Papa. Hoy en día, en nombre de esta autoridad se promueven herejías en  un mundo que se dice católico, pero finge no reconocer esta situación particular; ¡Misterio de iniquidad!
 
c3567528-f0fa-4fa8-bc53-bac4dac9cd8a-2038-00000467942180c9_tmpPara entender esta diferencia real, indiscutible, repasemos algo  de la historia de la Iglesia para confrontar con ella la terrible hora actual y comprender el deber de los católicos de denunciarla. Sería inútil volver cada vez a discutir las desviaciones que surgen; todas están contenidas en los documentos del Vaticano II 
Para empezar, es preciso contar con el Dr. Arnaldo Xavier da Silveira, una autoridad en la materia, quien declaró lo que otros muchos autores dudan todavía en declarar: el Vaticano 2 en conjunto  es HERETIZANTE. Muchos católicos, en vista de las transformaciones  degenerativas  evidentes en la vida religiosa, al constar verdaderas y propias  herejías  “conciliares”, fueron más allá de su diagnóstico pero tuvieron que pasar años,  en este medio siglo de nefanda demolición, para finalmente  llegar a la conclusión inevitable que este reconocimiento comedido permite. De hecho, no representa a nuestro Señor Jesucristo, quien  promueve con sus doctrinas un proceso de ruptura y demolición doctrinal que produce frutos de condenación. Y esta reacción católica va llegando a algunos  pocos que  gradualmente acrecientan su testimonio en el mundo en estos momentos de  alguien como Bergoglio.
Sin embargo, se sabe que hay una corriente que quiere, en vez de  arrancar de raíz este tipo de cáncer, aplicar remedios de  artificios verbales, como es la afectada “hermenéutica de la continuidad” de Benedicto 16 que ni siquiera ha engañado a  sus compinches conciliares. Mientras tanto, otros doctos  clérigos y laicos, reaccionan en conciencia a estas horribles contradicciones  que vienen de alguien que ocupa, como si fuera  papa, la  Santa Sede de la Iglesia . Así pues, reaccionan con timidez pero manteniéndose  en plena comunión con la nueva iglesia liberal y ecumenista engendrada por la “nueva doctrina”. Se comprende  que realmente es muy difícil una audaz toma de posición  contra las novedades conciliares, promovidas oficialmente  por los ocupantes de la Santa Sede.  Sin embargo, para las conciencias verdaderamente  católicas es obligada una verdadera y propia profesión  de Fe pura e íntegra
Dado que, sin embargo, la mente humana, incluso entre los súbditos consagrados, está ordenada por encima de todo a la verdad, se tiene noticia de que está empezando a surgir una reacción frente a los usurpadores. A este propósito debe resaltarse que en Italia hay un sector eminente de personajes conocidos que junto con el profesor Brunero Gherardini, han levantado su voz para expresar su disidencia respecto del Vaticano 2.
En el Congreso promovido por los Franciscanos de la Inmaculada en 2010, estuvo el profesor Gherardini acompañado por el P. Serafino Lanzetta, párroco de la iglesia de San Salvador en Ognissanti (Florença), profesor de teologia dogmática en el Instituto Teológico “Immacolata Mediatrice” (Cassino – Frosinone) y director  da la revista teológica “Fides Catholica”. También estuvieron dos obispos, uno de ellos Mario Oliveri, Obispo de Albenga, que fue molesto para  Benedicto 16, pero ya no lo es para Bergoglio, que «aceptó su dimisión”. 
Ahora  esto vuelve a ser noticia debido a la reacción de Bergoglio que tomó medidas duras contra los dichos franciscanos, siempre obedientes, pero que se atrevieron a discutir la nueva misa y el valor del Vaticano 2! ¿Cómo se atrevieron  a señalar las contradicciones evidentes de aquella asamblea conciliar?
En este sentido hubo otro hecho el pasado 17 de diciembre, cuando en el convenio hecho a dos pasos del Vaticano, un obispo propuso, nada menos que el retorno al magisterio infalible de la Iglesia. Según se conoció, a pesar del silencio mediático, que el obispo auxiliar de Karaganda, Kazajistán, Mons. Atanasio Schneider, pidió un nuevo Syllabus que condenara infaliblemente “los errores en la interpretación del Vaticano 2” a la luz de la tradición católica. Esto significaría tener que oír de   Ratzinger (el del anti-siyllabus) la explicación urbi et orbi  acerca de que que los opuestos pueden coincidir y de que tales contradicciones ecumenistas no implican un obvio relativismo religioso. Ni que decir tiene, que no tuvieron respuesta y mucho menos el Prof. Radaelli que solicitaba lo mismo en un libro, y ahora de nuevo en otro “teología de la calle ” !
Frente a la tarea imposible de responder a los católicos se optó por  operar un relevo en el “papado conciliar”! Después de la sorprendente renuncia, seguida por la introducción de un gobierno “Pampero”, ahora la Congregación para los Religiosos opta por nuevos relevos,  comenzando por el cierre del Instituto de Franciscanos de la  Inmaculada, sometido a un comisariado para el trabajo de  hacer cumplir el sometimiento al nuevo magisterio conciliar para  “sentir con la Iglesia”; ¡para que aprendan! Ahora tenemos la reacción de los cuatro cardenales, que ya saben lo inútil que es apelar a la Doctrina e  incluso a las palabras del Evangelio.
Es ejemplar el caso del fundador y superior general, P. Stefano Manelli, que venía orientando el Instituto hacia la vuelta a la tradición, coincidiendo con la reacción antes mencionada del teólogo Gherardini, en donde se hace evidente, como  ha señalado el Dr. Arnaldo, que la intervención “tendría como objetivo no sólo evitar la celebración por los frailes de misas de San Pío V, sino también, y sobre todo, poner fin a la resistencia de muchos de ellos a las  heretizantes doctrinas del Vaticano 2 y a las inauditas novedades del pos-concilio”.
Por lo tanto resulta cada vez más claro, para aquellos que no lo crean, la estrecha afinidad entre la doctrina conciliar y la misa de 1969. Todo esto revela lo que significaría el actual “sentir con la Iglesia”. que se opone al sentir perenne de la Iglesia sobre la Santa Misa y al tradicional magisterio de  260 Papas  y 20 Concilios ecuménicos. Además, el Dr. Arnaldo en su último artículo cita 3 reglas (1º, 9 y 13) de San Ignacio de Loyola, que deberían  ser bien conocidas por el jesuita Bergoglio, que dicen:
” 1ª – Renunciando a toda propio juicio, debemos estar dispuestos y listos a obedecer a todo a la verdadera esposa de Cristo nuestro Señor, es decir, a la Santa  Iglesia jerárquica, nuestra madre . 
” 9º – alabar todos los preceptos de la Iglesia , y estar dispuestos a buscar razones en su defensa, y nunca criticarlos. 
” 13 – Para en todo acertar debemos estar dispuestos a creer que lo que nos parece blanco es negro, si la Iglesia jerárquica así lo determina; convencidos de que entre Cristo nuestro Señor – el esposo – y la Iglesia – su esposa – sólo hay un Espíritu que nos gobierna y dirige por la salvación de nuestras almas. Porque es el mismo espíritu y el mismo Señor, autor de los Diez Mandamientos, el que dirige y gobierna la Santa Iglesia, nuestra Madre “.
Ahora, con “los estudios anti-modernistas de los últimos cincuenta años se puede atribuir al Vaticano 2 la etiqueta de “hereje “, ya que, aunque no la promueva directamente, favorece la herejía. Sus documentos están entralazados con la herejía modernista y son cercanos a  proposiciones, escandalosas, etc. Por lo tanto, es intolerable que el “sentir con la Iglesia” se identifique con el sentir con el modernismo del Vaticano 2. En la raíz de esta falsa identificación hay una noción equivocada del  Magisterio de la Iglesia “.
Hasta aquí el abogado, el Dr. Arnaldo da nombre al error (una falsa ideología), pero no encausa a sus autores. El hecho es que para la justa obediencia se debe reconocer  a la ” verdadera esposa de Cristo nuestro Señor, es decir, la Santa Iglesia jerárquica, en la cuál entre Cristo nuestro Señor – el esposo – y la Iglesia – su esposa – no hay más que un solo espíritu. Lo que se ve y acusa a día de hoy es que la “iglesia conciliar” no sigue el mismo Espíritu de la Tradición de la Iglesia.
La cuestión es vista por otros estudiosos católicos, partiendo de la pregunta original: – ¿no ha dejado claro la lógica de Santo Tomas el hecho de que el creyente no tiene que someterse a los infieles? 
Así pues, viendo que la sumisión al papa católico fiel tiene por razón la Fe – a la cual está ligado el poder en la Iglesia – y estando la “autoridad” del Vaticano 2 apoyada en una doctrina (al menos heretizante) y demostrablemente falsa de la que los «papas conciliares” son promotores, ¿acaso no está el fiel católico autorizado -no  tiene la autoridad- a no someterse  a las autoridades conciliares infieles a la Fe católica? En este punto se siguen dos preguntas: 1 – ¿es que se puede negar que el católico tiene autoridad personal (conciencia) para negarse a aceptar la falsa autoridad conciliar (Gálatas 1: 8; 2 Jn 2, 10)? 2 – si la autoridad (derivada del mandato divino de anatematizar al  infiel que tiene otro evangelio) no es orden jerárquico, por qué su ejercicio no debe ser legítimo (incluso necesario) en la comunión de los santos?
La respuesta del profesor Nougue fue la siguiente: “Si se trata de negar la autoridad desviada de la Fe, entonces, sí, todo creyente tiene el deber de” anatematizarla “. Sin embargo, si se anatematiza “propre”es decir, según el modo de una sola autoridad, esto es exactamente la cuestión, , respecto de los  llamados  “papas conciliares” (o no-papas”, según como se mire), se disputa la sedevacância. Yo particularmente como siempre he dicho públicamente, prefiero a suspender el juicio en esta segunda parte de la pregunta, pero sin renunciar a la categórica afirmación en cuanto a la primera, donde el lema que escribi ( No sólo no estamos obligados al Magisterio’ conciliar en cuanto tal, o sea en ningún punto obediencia , sino que deberíamos tener una oposición católica continua y sin concesiones. ). Hoy en día ya no se ve esta cuestión controvertida, pues aboga por un concepto de autoridad católica…relativa!
Un problema de la conciencia que el católico debe resolver
Tenga en cuenta que el ‘propre’ de la solución anterior ya ha sido registrado en la larga historia de la Iglesia cuando la parte inferior (la Comunión de los Santos) se opuso a la jerarquía en asuntos de fe.
Hoy en día llegar a una  oposición representativa en número parece imposible por la apostasía  general. Pero los hechos contingentes no anulan  la posición católica esencial ante la defensa de la Fe. Los preclaros obispos Lefebvre y Castro Mayer, hicieron algunas declaraciones cercanas al juicio esperado sobre la autoridad desviada de la Fe, pero sin tomar la posición clara que se esperaba. Don Mayer la hizo al final, pero sólo de viva voz y ante un pequeño número de oyentes, entre los cuales el mismo superior de la FSSPX.
En este punto, quien esperaba el juicio público de los obispos, como era mi caso, dejó de apoyarse exclusivamente en el  propio juicio en conciencia, suspendido delante de los demás. De hecho, se había afirmado que había anticristos en el Vaticano y que tenían a la cabeza un anti-Papa. Es un juicio demostrable por las palabras y los hechos de los mismos conciliares ante el Magisterio, de acuerdo con la ley de la Iglesia y también por el testimonio de los dos obispos que, declarando esa sospecha públicamente, se confirmaban en ella debido a la respuesta negativa en la fe que obtuvieron con sus esfuerzos para aclararla ante las autoridades conciliares que se demostraban  infieles de modo pertinaz. 
Lo  que espanta hoy en día, sin embargo, no es tanto la suspensión del juicio público por parte de muchos eruditos laicos sobre el problema – ya que un buen número de anti-modernistas ya lo hacen en conciencia – pero sí espanta que muchos sacerdotes no tengan la misma preocupación que los dos obispos por alcanzar el criterio necesario en materia de fe y de caridad; en el deber de defender la fe de la Iglesia, sin parcialidad, incluso ante autoridades  investidas  (abusivamente) de la más alta dignidad eclesiástica. Y esto, a pesar de que al consagrar diariamente en la santa misa, pronuncian el  “una cum”  sospechosos del más grave delito de corromperla fe. Por tanto incurren,  por lo menos, en el riesgo deliberado de pronunciar una mentira en el momento más sagrado de sus funciones – ante la presencia real de Nuestro Señor.
Ahora bien, creo que muchos eruditos tienen parte en este juicio errado, porque siguen el silencio de doctos autores evitando como la peste a los llamados “sedevacantistas”. Prefieren tener un  “papa herético”!
La cuestión más grave es el respeto humano  que despierta esa  “palabrota” [una cum]; por el miedo de ser calificado de algo que hoy parece más odioso que el antisemitismo!
Pero el hecho es que no hay una verdadera resistencia sin haber referencia a la Verdad, al Santo Sacrificio y a la Oblatio Munda, que excluye intenciones  heretizantes. Sólo por medio de la adoración del Dios se puede apelar a su intervención.
Por lo tanto, hay que pregunta a voces a los buenos sacerdotes que completen sus juicios sobre la cuestión de la que depende la continuidad de la Iglesia y la integridad de su doctrina.
(*) Artículo “La acusación católica santa de« Papas conciliares “( http://wp.me/pWrdv-vz ).
Falso concepto de la infalibilidad
El Dr. Arnaldo sigue: “Está claro que los heretizantes novedades del Vaticano 2, incluso después de cincuenta años de aggiornamento conciliar, nunca dependieron del consenso en la Santa Iglesia, tanto en el cuerpo docente como en el discente.
En la carta apostólica Tuas Libenter de 1863, Pío IX pone de relieve la importancia fundamental de este consenso, iindicando la sumision  que ha de darse a la fe divina “también debe extenderse a lo que se transmite por el Magisterio ordinario de la Iglesia entera, extendido por todo el orbe, como divinamente revelado, y es considerado como perteneciente a la fe el consenso universal y constante de los teólogos católicos “.
Más adelante  Pío IX establece que los fieles también deben someterse  “a los puntos de la doctrina en los que el consenso común y constante de los católicos son vistos como verdades teológicas y conclusiones en la medida que las doctrinas opuestas, aunque no pueden decirse heréticas,  sin embargo, merecen alguna otra censura teológica ” (Denzinger-Hünermann, 2875-2880).
Ahora, después de más de cincuenta años de “ministerios” con palabras y hechos al menos heretizantes, hay una cuestión fundamental que precede a ésta y que requiere el “consenso en la Santa Iglesia”, es el consenso sobre la legitimidad del papa elegido en el cónclave después de la muerte de Pío XII y los posteriores cónclaves que eligieron a “autoridades heretizantes”. Este “consenso” al menos después de Juan 23, no puede darse por sentado, porque no lo fue en toda la Iglesia.
Ningún cónclave  tiene valor absoluto en la Fe si produce autoridades heretizantes. Luego hay que decir:
Es sorprendente que en muchos teólogos modernos, el “sentir con la Iglesia” no tenga que admitir rechazar las elecciones al Magisterio supremo – que envuelve la infalibilidad – sino admitir a clérigos modernistas que niegan las enseñanzas  del pasado, aunque garantizada incontestablemente por la infalibilidad del Magisterio extraordinario o el ordinario de la Iglesia universal en la la Ley De la Iglesia,  necesaria para la continuidad de la identidad apostólica del Vicario de Cristo.
Estos profundos estudios demuestran plenamente que no hay cómo interpretar el Vaticano 2 en la línea de la “reforma en la continuidad”,  propuesta hoy por el promotor de la “autoridad conciliar” heretizante “del modernismo ya condenado por los Papas y la nouvelle théologie condenada  por Pío XII en la encíclica Humani generis de 1950. “en ella, de hecho, se habla del elemento dinámico de los textos conciliares, que convergen todos ellos en el vórtice del modernismo,  que en sus diversas corrientes, incluso hoy día se pavonea como si fuera verdadera doctrina católica”.
El problema es profundo :. “El eminente teólogo dominico P. Garrigou-Lagrange se preguntó, desde mucho antes del Vaticano 2, adonde iba la théologie nouvelle, y respondió:” Ella redunda en el mismo modernismo, ya que aceptó la propuesta que éste le hacía: sustituir, como si fuera una quimera, la definición tradicional de la verdad, ‘ adaequatio rei et intellectus ‘ por una definición subjetiva, ‘mentis et realis vitae adaequatio’ . La verdad  ni sería ta la conformidad del juicio con la realidad extramental, y  con sus leyes inmutables, sino la conformidad del juicio con las exigencias de la acción y de la vida humana en evolución. La filosofía del ser u ontología se sustituye por la filosofía de la acción que define la verdad ya no como una función del ser, sino de la de acción. Termina, pues, en la posición modernista (…). Por eso Pío X dijo de los modernistas: “ellos pervierten el concepto de la verdad eterna ‘(…). Bien por dejar de defender la definición tradicional de la verdad, o permitir que sea  considerada como una quimera, o decir que es necesario sustituirla por otra, vitalista y evolucionista, esto conduce al relativismo completo y esto es un error muy grave . “
Ahora bien, San Pío X condenó a  los modernistas, como infieles que no permanecían ya en la Iglesia, y mucho menos en posiciones de autoridad. Equivaldría  a someter a los creyentes a los no creyentes. Que Dios no lo permita.
De Pro Roma Mariana