martes, 10 de enero de 2017

La Corrupción K-(capítulo IV)-FORMA PERVERSA DE GOBERNAR






La Corrupción K en la “Década Ganada” (capítulo IV)


CAPÍTULO IV

FORMA PERVERSA DE GOBERNAR

“Asume que todas las decisiones que toma son las correctas, y las decisiones incorrectas y malas las toman otros, de las que ella es ajena”. Nelson Castro, periodista y médico
 Para gobernar no es necesario, ni normal, rodearse de un aroma de agresión. Ni adoptar actitudes beligerantes. Se requiere, en cambio, espíritu constructivo. Solo así se es capaz de escuchar, por oposición a tratar de imponer visiones, relatos o criterios. Emilio J. Cárdenas, ex embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.
1. Al enemigo, ni justicia[1] 
Juan Domingo Perón hizo muchas cosas buenas y malas en este país. En Argentina hay un antes y un después de Perón. Marcó a fuego nuestra conciencia histórica. Hizo cosas valiosas y cosas terribles. La que más rescato es la instalación del concepto de justicia social y la incorporación de los trabajadores al mundo de las grandes decisiones.
En el camino de don Hipólito Irigoyen y Alfredo Palacios, dignificó a la clase obrera. La que más crítico es la utilización del estado como unidad básica y la persecución del pensamiento diverso. Hay una frase que es una convocatoria a la cacería de quienes no comulgaban con sus ideas.



Es uno de sus peores legados y dice así: ”A los amigos, todo; a los enemigos, ni justicia”. Es la contracara del concepto republicano de que la ley debe ser pareja para todos. Y que todos debemos ser iguales y esclavos ante la ley. Esa idea totalitaria ha resurgido en los últimos tiempos.

El matrimonio Kirchner desde sus orígenes políticos intenta controlar todo sin que nadie los controle a ellos. En Santa Cruz dinamitaron el periodismo independiente y los organismos de control y le pusieron a la justicia la camiseta partidaria.

Le doy solo dos datos, pero hay muchos más. Echaron al procurador Eduardo Sosa y luego no acataron la orden de la Corte Suprema de reponerlo en el cargo. Para que no haya dudas de hasta donde son capaces de llegar, directamente eliminaron el cargo. Otra: le doy el nombre de quien fuera presidente de la Corte Suprema de la provincia de Santa Cruz. Carlos Zannini, no sé si lo ubica.

En el país, sin prisa pero sin pausa, han hecho lo mismo que en Santa Cruz. Ataques sistemáticos a los medios y los periodistas que no se arrodillan ante sus deseos, cooptación o neutralización de los organismos encargados de vigilar la transparencia del poder y un fuerte avance sobre la independencia de la justicia. La señal que dieron al descabezar a Esteban Righi y Daniel Rafecas, es muy clara.

Eran hombres designados por voluntad de Néstor Kirchner que acompañaban ideológicamente a Cristina. Pero no fueron lo suficientemente dóciles a los deseos de la Casa Rosada. No tuvieron la suficiente obediencia debida. No respetaron eso de “a los amigos todo”.

Para su pensamiento blindado, Righi debería haber frenado la investigación del fiscal contra Amado Boudou aun a riesgo de ensuciar su prestigio y Rafecas debería haber cajoneado más tiempo todo poniéndole muchas más trabas al fiscal Carlos Rívolo.

La actuación de Norberto Oyarbide en varias causas como la que cerró a la velocidad del sonido por el enriquecimiento ilícito de Néstor y Cristina y el manejo de los tiempos en el tema de la corrupción vinculada a los hermanos Schoklender muestran el tipo de juez que es bienvenido en el mundo K. Por eso lo han salvado tanto en el Consejo de la Magistratura pese a que es el juez que más denuncias tiene.

Todo esto ha sembrado una falta de credibilidad en la Justicia que va a costar mucho tiempo recomponer. Muchos de los jueces y fiscales honestos y capaces que eligieron un perfil bajo porque no quieren que les pase lo mismo que a Righi o a Rafecas.

El miedo no es zonzo. Esto es muy grave desde el punto de vista de la salud republicana de las instituciones.

Pero en los últimos tiempos está ocurriendo algo más escandaloso todavía. La justicia no se usa solamente para darles “todo” a los amigos. Cada vez hay más casos en donde a los enemigos, sobre todo a opositores políticos, sindicalistas y empresarios, no se les da ni justicia.

Se lo digo más claramente: La justicia cae a pique en su credibilidad, pero ahora no solamente se usa para proteger y darle impunidad a los oficialistas, sino que se utiliza para castigar y perseguir a los opositores o a los que no son suficientemente oficialistas.

Es la puesta en marcha de aquel viejo concepto que tanto daño produjo en la Argentina, que tantas divisiones creó en la sociedad. La justicia es un pilar de la democracia. Si se utiliza como un arma de castigo se abre un abismo. Se transforma en cierto aquel lugar común tan sabio que dice: cuando la política entra por la puerta de los tribunales, la justicia se escapa por la ventana.

La frase de Charles Dickens debería superar a la de Perón: la caridad empieza por casa; la justicia, por la del vecino.

 2. La culpa es siempre de los otros[2] 

Desde el principio de los tiempos ha resultado difícil aceptar las responsabilidades por los fracasos, y como bien sostiene el dicho atribuido a Napoleón Bonaparte, “la victoria tiene cien padres pero la derrota es huérfana”. Este razonamiento que surge de la experiencia se aplica perfectamente a la situación que está viviendo nuevamente la Argentina.

Es así que tras aceptar a regañadientes la reciente devaluación, con el gobierno de Cristina Fernández ensayando una mentirosa “apertura” del cepo bancario llena de restricciones, la mandataria despachó a través de su cuenta de Twitter gran parte de resentimiento porque su gobierno quedó arrinconado y debió hacer en pocas horas lo que una y otra vez reafirmó nunca iba a ocurrir en este período.

Así, desde La Habana, hacia donde se trasladó para participar en la cumbre de la Celac, (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) junto a otros mandatarios latinoamericanos, Cristina Fernández de Kirchner culpó a los bancos y otros grandes actores económicos por las maniobras “especulativas” en el mercado cambiario.

Así, dialogó el domingo con su par brasileña Dima Rousseff, acerca de las “presiones especulativas sobre los tipos de cambio de los países emergentes ¿te suena?”, según contó en su cuenta de la red social Twitter. “Parece que algunos quieren hacernos comer otra vez sopa, pero además con tenedor. ¿Quiénes? Los mismos de siempre: los bancos. Solo a través de ellos se pueden hacer todas las maniobras especulativas de los mercados”.

Por supuesto, de lo que se trata lisa y llanamente es de un intento de trasladar a otros la culpa de los profundos y reiterados errores de su gobierno, que creyó reinventar la pólvora practicando una política económica sabidamente insostenible, cuyos frutos en descomposición recién empiezan a asomar la cabeza, y la devaluación es una de ellas, por supuesto.

Lamentablemente, además, el pueblo argentino es afectado en esta revulsión por un gobierno que ha seguido vendiendo espejitos de colores y disfrazando la realidad, además de hacer gala de una gran soberbia y autosuficiencia que lo ha arrastrado a tratar de tapar errores con otros aún más groseros.

De esta manera se entierra en una ciénaga de la que cada vez la resultará más difícil salir sin efectos traumáticos, hasta ahora imprevisibles. Pero seguramente encontrarán otros culpables, tanto externos como internos –“especuladores”, “antipatriotas”, “capitalistas”, o lo que sea–, de la misma forma en que han justificado en hundimiento de una de las naciones más ricas del mundo en una década en que toda América Latina –excepto Venezuela y algún otro país– alcanzó los mayores crecimientos de la historia.

Entonces, cuando la mandataria acusa a los operadores económicos que “quieren hacernos comer otra vez sopa”, en realidad debería mirar hacia el pasado y reconocer que su gobierno, es el que ha desaprovechado los mejores tiempos económicos para sostener un sistema populista que consume todos los recursos del país.

Naturalmente, la falta de credibilidad en una política encerrada, hiperproteccionista, en la que se miente hasta en el índice inflacionario que elabora el propio instituto oficial Indec, hizo que subiera la cotización del dólar “blue”, hijo no deseado de las propias políticas de su gobierno porque nadie cree en la cotización oficial, y menos aún en la sinceridad del cepo a la compra de dólares que se implantó y que ahora se dice querer flexibilizar.

En lugar de acusar a los operadores por presiones y maniobras especulativas contra los países emergentes, tratando de asimilar la peculiar situación argentina a países que en mayor o menor grado han apuntado a transparentar sus economías, la mandataria debería hacer una real autocrítica de su gobierno –y suya propia– por tratar de llevarse por delante las leyes de la economía, manejar el país como si fuese su propiedad personal y confundir exprofeso las causas con los efectos, porque las especulaciones son consecuencia de sus propias políticas irracionales.

Una muestra clara la tuvo recientemente el ministro de Economía Axel Kicilloff, cuando intentó “arreglar” con el Club de París la deuda de 10.000 millones de dólares que se dejó de lado varios años para ver qué pasaba y determinó que el país no cuente con crédito internacional.

Ahora, al volver con una mano atrás y otra adelante, no hubo otra “solución” que una primera devaluación, porque la Argentina no está dispuesta a pagar a costa de sacrificar los supuestos “avances sociales” obtenidos todos estos años, según dijo Kicilloff.

Pero se olvidó el secretario de Estado que estas supuestas “conquistas” sociales son artificiales, con dinero que no se pagó, como si una familia alhajara la casa no pagando sus deudas y pretendiera luego que no se le cobre lo que no pagó, porque quiere seguir con su buen pasar.

A este grado llega precisamente la gran “calesita” de la economía del vecino país, y es precisamente un intento de hacer pasar a todos los demás por tontos el atribuir a otros la culpa propia por el embrollo en que están envueltos los gobernantes que igualmente siguen apostando a mantenerse a toda costa en la cresta de la ola.

3. Cristina no se hace cargo de la crisis energética[3]

a
) Insólita excusa
 

Durante un acto en Bariloche, la Presidente salió al cruce de una crítica contra la gestión estatal de YPF. La mandataria le echó la culpa de la falta de gas en la actualidad a que en la década de los 90 se vendía a Chile a “precios irrisorios”. “Si uno mide el gas que se transfirió en los 90 es el que hoy nos está faltando”, dijo.

La presidente Cristina Fernández encontró este viernes una insólita excusa para no asumir su responsabilidad sobre la crisis energética que se profundizó durante la “década ganada”.

En el acto, donde hizo una serie de anuncios, respondió a una crítica de “un periodista” de un programa de radio “que ya se imaginan de quién es”, sobre el desempeño actual de la reestatizada YPF.

Entonces, la mandataria le echó la culpa de la falta de gas en la actualidad a que en la década de los 90 se vendía a Chile a “precios irrisorios”.

“El gas que nos falta, si uno lo pudiera medir, es el gas que se vendió en los 90 a Chile a precio irrisorio”, manifestó la Presidente en su discurso.

La jefa de Estado dijo que durante esa etapa “añorada por algunos”, no había “producción, ni industrias, ni fábricas” y que el excedente energético se exportaba a “US$2 y se vendía en Chile a US$ 29”.

“Si uno mide el gas que se transfirió en los 90 es el que hoy nos está faltando”, insistió.

La Presidente dijo que la próxima semana el presidente de YPF, Miguel Galuccio, presentará un “informe pormenorizado” sobre la producción de gas que -dijo- está subiendo.

Para la defensa de la gestión estatal de la petrolera, la Presidente se valió de un artículo del diario Expansión de España, que destacaba el récord de las acciones de YPF tras la expropiación de las acciones que estaban en poder de Repsol.

 b) Costo para el país de la crisis energética 

Tal como informó Urgente24, la crisis energética le costó a la Argentina en agosto US$1.548 millones en importaciones, lo que representa una suba del 103% respecto al mismo período del año anterior.

En los primeros 8 meses del año, el rojo energético creció un 122%, respecto al mismo período de 2012. Las proyecciones privadas indican que 2013 podría terminar con un saldo negativo cercano a los US$7.000 millones, una cifra récord.

En lo que se refiere a agosto, las importaciones de energía, por US$1.548 millones, representan el 76,52% de los ingresos por exportaciones de productos primarios (US$2.023 millones), el 52,52% de los ingresos por manufacturas de origen agropecuario (US$2.947 millones) y el 64% de los dólares que ingresan por las manufacturas de origen industrial (US$2.415 millones).

Respecto a los productos primarios, si se restan la minería y el rubro “resto”, por un valor de US$170 millones, el saldo arroja que para pagar la factura energética de agosto se utilizaron el 80,5% de los dólares que ingresaron por la producción agropecuaria.

De hecho, el saldo del subrubro más importante dentro de las exportaciones primarias (“Semillas y frutos oleaginosos”) no alcanzaría para cubrir las necesidades energéticas: solo recaudó US$1.002 millones en agosto.

 4. Fomento de la división y el odio[4]

 a) El fracaso de Cristina 

Esta vez la responsabilidad de Cristina como mariscal de la derrota es más grave que nunca porque apareció el quiebre cultural y el tan negado fin de ciclo.

Ayer la inmensa mayoría del pueblo argentino confirmó el fracaso de su estilo de conducción maltratador hacia adentro y hacia afuera de su tropa y de un nivel inédito de concentración del poder.

La ausencia de la presidenta dejó a sus ministros girando en falso, sin saber hacia dónde ir, tomando medidas contradictorias, con extraños niveles de autonomía y con una actitud más confusa que agresiva.

Parecían más herederos de Fernando de la Rúa que de Cristina. Son los costos que hay que pagar cuando no se deja que florezca ninguna flor y cuando se elige la fidelidad y el verticalismo a la capacidad y la eficiencia.

Suele decir Alberto Fernández (la tercera pata de la mesa del poder matrimonial durante años) que la presidenta castiga a aquellos que tienen la osadía de expresar alguna disidencia por más suave que sea. Son condenados a la Siberia y a una catarata descalificadora y permanente del oligopolio mediático que edificaron con nuestros dineros.

b) La política de fabricar enemigos 

Su política de fabricar enemigos a toda hora como una manera de construir poder también se vino a pique pese a que encontró justificación ideológica en los libros neopopulistas de Ernesto Laclau.

En realidad su autoritarismo no viene de los libros. No es una actitud racional y militante. Tiene tres vertientes menos heroicas.

La generacional, que en los setenta le ponía apellido a la democracia (burguesa, liberal, partidocrática, etc) pero que no creía en sus valores profundos; la territorial que los transformó en señores feudales y patrones de una estancia propia llamada Santa Cruz, y la personal surgida del carácter tanto de Néstor como de Cristina, incapaces de cosechar amigos o lealtades mas allá de la subordinación de la política. Siempre eligieron ser temidos a ser queridos.

Confundieron autoridad con autoritarismo y como reacción, todos los nuevos liderazgos que surgieron en las urnas son la contracara del estilo de Cristina. Tanto Massa, Macri, Binner, Cobos, Scioli si califica y hasta Capitanich tienen una matriz más dialoguista, sin afiliarse a la lógica perversa que solo divide el mundo entre amigos y enemigos.

La composición social del voto es también un daño terrible al relato presuntamente progre, nacional y popular. Massa en la provincia ganó en lugares del Conurbano profundo donde solo es posible hacerlo con un gran respaldo de, por lo menos, una parte de los sectores populares y entre los habitantes más necesitados.

Massa no es un fenómeno de derecha clase mediera y cacerolera. Es el capo de una nueva generación de peronistas que aprovechan el poder que nace de esa democracia de proximidad llamada intendencia.

Y Néstor tampoco es Perón. A tres años de su fallecimiento no se registra su foto en las casas de los más pobres como ocurrió con el general y con Evita. Cristina fue votada por fragmentos mayoritarios de trabajadores y excluídos y por eso llegó al 54% de los sufragios en el 2011, pero no se instaló eternamente en el corazón de los humildes.

Néstor y Cristina son una referencia para militantes neofrepasistas y peronistas impresentables que necesitaban una locomotora que los empujara. Es difícil que el kirchnerismo supere el desafío y no se diluya en la historia como le pasó al menemismo y el duhaldismo.

No hubo posibilidades de organizar un acto por Néstor realmente masivo y la celebración del 17 de octubre fue módica en presencia y sin llegar al mínimo acuerdo de un orador que los representara.

 c) Rechazo al estilo confrontativo de gobernar 

No solo hay fin de ciclo. También hay un nuevo proyecto de liderazgo que en 120 días sacó más de 4 millones de votos en la provincia y se convirtió en el candidato más apoyado en las urnas.

La autoestimulación que generó el Frente para la Victoria con un Amado Boudou exaltado de mentirita resultó patética. Una mueca propia de un domingo de ceniza y entierro de carnaval. Es cierto que en el 2009 también se anunció erróneamente que terminaba la etapa K del peronismo.

Pero esta vez es distinto. Porque no hay posibilidades de que Cristina sea candidata y no existe nadie medianamente confiable para el núcleo duro que los represente en la competencia electoral.

Hoy el kirchnerismo pinta más para un partido de cuadros que de masas. Para un círculo cerrado que ahorrará años pero que difícilmente vuelva al poder después de 2015.

Han sembrado mucho odio y división. Justo ahora que 7 de cada 10 argentinos reclaman todo lo contrario. Por eso Massa es el gran ganador y Cristina la gran perdedora.

 5. Grave acusación contra Cristina[5] 

La diputada Carrió calificó de “perversa” a la Presidenta y la acusó de “no hacerse cargo de la situación inevitable” que atraviesa el país, como los altos niveles de inflación y la problemática energética.

“El Gobierno está haciendo todo mal. Hay que generar algo de credibilidad y ella, en vez de generar eso, aparece sin gobernar”, apuntó la legisladora de UNEN.

De esta manera, Carrió se refirió a la reaparición pública de la Presidenta cuando ayer (22/1/14) anunció el plan para pagarle 600 pesos a jóvenes de entre 18 y 24 años que no estudian, no trabajan o tienen una actividad laboral informal.

“No gobierna, es una presidenta que no se hace cargo de los niveles de inflación, de los haberes de los jubilados respecto a la inflación, no toca el tema de la energía, el tema del dólar blue que está más alto. No se hace cargo de La Nación, no es una presidenta”, manifestó Carrió en diálogo con radio Mitre.

Luego, opinó que la primer mandataria “es perversa” cuando en su discurso de ayer cuestionó que los medios hayan informado sobre su “reaparición” y la jefa de Estado lo comparó con los desaparecidos de la dictadura militar.

“Es perversa. Hoy hay muchísimos desaparecidos que no son amigos de ella ni conocidos. Desaparecidos hay, pero no es ella”, agregó Carrió.

Para Carrió, el plan Progresar lanzado ayer por Fernández “es un poquito de bálsamo ante una situación inevitable”.

Al respecto, la diputada indicó que a la vez la Presidenta demuestra que “no se va a hacer cargo de esa situación inevitable”.

 6. La fábula de la “década ganada”[6]

 a) Un slogan tipo “gato por liebre” 

Si hay algo para reconocerle al kirchnerismo es su habilidad para hacer pasar gato por liebre. La Presidenta y los funcionarios de la Casa Rosada han inventado otro eslogan de campaña: “la década ganada”.

Según ellos, hubo diez años de gobierno que no tienen nada que ver con los anteriores. Comparan cifras con el saqueo menemista y el desastre que nos dejó la Alianza de De la Rúa-Chacho Álvarez en 2001. ¡Pero ojo con el doble discurso!

Hoy, los salarios y jubilaciones son de pobreza (el promedio de ingreso de los trabajadores es de 3.500 a 4.000 pesos, mientras la canasta familiar supera los 7.000 y el 80% de nuestros padres y abuelos cobra la mínima de 2.165 pesos).

Se mantiene el robo al salario (Ganancias) implementado por Machinea. Cristina Kirchner se vanagloria diciendo que creó “cuatro millones de puestos de trabajo”, pero un 40% está en negro y precarizado. El modelo de “inclusión y distribución de la riqueza” siempre consistió en una feroz inflación que devora los ingresos populares.

El gobierno que expropió a las AFJP usó la plata de los jubilados para pagar la deuda externa y se niega a implementar el 82% móvil. Mientras, no se hicieron las obras que hubieran evitado las muertes por las inundaciones.

No es cierto que haya una “reindustrialización” del país: solo se puso en producción parte de la capacidad ociosa del período previo a 2001. Quienes más ganaron en estos años fueron los bancos. Se acentuó la concentración y extranjerización de la economía: de las 220 empresas que más facturaron en 2007, 128 son extranjeras. En 1997 eran 104. Siguen las privatizaciones y los pagos de la deuda externa.

El kirchnerismo inauguró la megaminería en beneficio de la Barrick, subsidió a las automotrices como General Motors, pactó con Monsanto y sigue entregando el petróleo y el gas.

Pese a la expropiación parcial del 51% de las acciones de YPF, el 83% del negocio petrolero continúa en manos de las multinacionales.

A su vez, la Presidenta dijo “que no devaluó”, pero llevó el dólar de $2,90 en 2003, a los $5,20 actuales y a casi diez el “blue”. El kirchnerismo −que iba a dar “pluralidad de voces” con la Ley de Medios− creó un multimedios K que controla el 80% de la prensa.

El gobierno de los “derechos humanos” terminó en el escándalo Bonafini-Schoklender, el Proyecto X, la Ley Antiterrorista y en la criminalización de la protesta social. No es cierto que Videla murió en la cárcel por obra de este gobierno, sino por la lucha popular.

Con la reforma política y las internas abiertas –PASO− se intenta proscribir a la izquierda. El “cambio” originario en la Corte llevó a la “democratización” de la Justicia para poner jueces afines que le brinden impunidad y lo salven de la corrupción.

El verso de la “transparencia” llevó a la enorme corrupción oficial y al lavado de dinero (Lázaro Báez, Jaime, Cicconne-Boudou). Del “tren bala” se pasó a la masacre de Once, provocada por el triángulo corrupto entre el gobierno, TBA y los burócratas sindicales. El “desendeudamiento” derivó en una deuda que es una bomba de tiempo.

La “década ganada” fue para los de arriba. Se ve mucho más ahora con la crisis mundial −que se suma a la que trae el “modelo”−, donde sus consecuencias se seguirán descargando sobre las espaldas del pueblo.

Para que las décadas venideras sean “ganadas” por el pueblo hace falta imponer otro “modelo” que cambie la estructura semicolonial del país: terminando con el robo al salario, las privatizaciones, los pagos de la deuda, el saqueo del oro, el petróleo y el gas, y nacionalizando la banca y el comercio exterior, entre otras medidas de fondo.

 b) ¿Década ganada o década perdida?[7] 

“Todo es según el color del cristal con que se mira”, decía el escritor español Ramón de Campoamor. Nunca mejor aplicado el concepto que en el caso de la situación actual de la República Argentina.

Pruebas al canto. Para el Gobierno nacional y para su alegre comparsa de aplaudidores a destajo, jamás nuestro país estuvo mejor que ahora. Ni tuvo mejores gobiernos que el iniciado por Néstor Kirchner en 2003 y continuado por su esposa Cristina Fernández.

En esa severa evaluación no deja afuera a los que presidió el general Juan Domingo Perón, cuyas banderas, aunque después arriadas, fueron vigorosamente izadas por ambos para ganar las elecciones que los instalaron en la Casa Rosada.

Es tan grande el convencimiento que tienen que eso es cierto, que con un optimismo que se ha probado que no es contagioso, califican ese período como una década ganada.

Y con frecuencia, quienes han descubierto que el ejercicio ilimitado de la genuflexión es el método idóneo para seguir colgados de las crujientes ramas del generoso árbol del presupuesto estatal, hablaron del «milagro argentino» y hasta se animaron a aconsejar a mandatarios de otros países, incluidos los de Europa, que hicieran lo mismo.

Afortunadamente para los habitantes de esos países el consejo fue desoído. Sin embargo, si escuchamos otras campanas el tañido es distinto. Total y absolutamente distinto y el espacio ocupado por el optimismo oficial es varias veces duplicado por el pesimismo.

Y lo realmente preocupante es que ese desplazamiento está plenamente justificado por la realidad. Una realidad empecinada en convertir en polvo a los discursos y a las estadísticas del oficialismo que hablan de una bonanza que para buena parte del pueblo ha pasado de largo.

En el análisis de la situación global de La Nación, lo más reputados economistas argentinos y extranjeros coinciden en la conclusión que el período de los gobiernos kirchneristas, puede considerarse una década perdida.

Fundamentan tan opuesta visión, en que la Argentina ha perdido la mejor oportunidad de su historia para integrarse a las naciones más progresistas del mundo como lo hicieron países hermanos, muchos de los cuáles con menores recursos naturales que, bajo y sobre la tierra, existen en el territorio nacional.

Hoy esas naciones están creciendo y gozan de un prestigio internacional que nosotros hemos perdido a pasos agigantados. El mundo nos mira con recelo. No somos confiables.

Nadie quiere invertir en el país. Ni aún los argentinos. No es placentero decirlo, pero hay que reconocerlo. En los países desarrollados sobra dinero. En los países subdesarrollados sobran necesidades.

Pero surcan el cielo patrio rumbo a naciones vecinas donde la estabilidad social y jurídica no depende del humor o de las ideologías de sus mandatarios.

Esas naciones han comprendido que ciertas banderas políticas son útiles para ganar elecciones porque todavía hay muchos compradores de espejitos de colores, pero no sirven para gobernar porque generalmente no son estadistas los elegidos, sino figuras populares con más audacia que talento, que cuando llegan al poder la mayor preocupación que tienen es montar la maquinaria electoral con la intención de perpetuarse en él mismo.

Y de eso, los argentinos sabemos mucho. Brasil, Chile, Perú, Uruguay y hasta Bolivia, entre otros, tomaron el camino correcto porque primó en sus dirigentes el sentido común y se aliaron a quiénes podían ayudarlos a progresar.

En cambio, nuestros últimos gobiernos se metieron en un túnel de donde no les será fácil salir, aunque todo hace suponer que lo intentará, según se advierte en la adopción de algunas medidas en el orden internacional que hasta hace poco eran impensables.

 7. Acusación maliciosa contra el diario La Nación[8] 

Como han hecho otros funcionarios del gobierno nacional, la Presidenta atacó a La Nación al sostener que este diario mantiene una millonaria deuda impositiva con el fisco por aportes previsionales impagos.

“Hay una empresa que, porque es un importante medio de comunicación, le debe al Estado 300 millones de impuestos; ni siquiera son multas. Son impuestos que no pagó. Éste es uno de los sueños de los justos que duerme todavía en la Corte”, dijo. Luego agregó: “Me acaba de recordar [Julio] De Vido que la deuda impositiva no es de IVA o Ganancias. Son los aportes de los trabajadores los que no depositan”.

Como este diario ya sostuvo en reiteradas ocasiones, se trata de una acusación falsa. La Nación bajo ningún concepto registra aportes previsionales impagos, pues éstos siempre se han abonado en tiempo y forma.

Lo que existe es una controversia judicial entre el Estado nacional y una treintena de medios de comunicación de la Capital y del interior −diarios, revistas y radios−, entre los que se encuentra La Nación.

La demanda de esos medios tiene origen en los llamados “planes de competitividad”, que el propio Estado había diseñado para que el incremento de cargas impositivas no restara capacidad competitiva a las empresas periodísticas.

Pero dejaron de aplicarse en 2003, cuando el Estado no cumplió con el compromiso asumido en un decreto de ese mismo año para establecer un régimen alternativo cuando venciera ese mecanismo.

La Corte Suprema ha celebrado ya dos audiencias de conciliación con la finalidad de que las partes −el Estado y los medios− puedan encontrar una solución que ponga fin a la controversia.

Las embestidas oficiales a la estructura económica del diario, y de otros medios independientes, son constantes. La Nación ha sido arbitrariamente excluida y discriminada, hace ya unos años, de la asignación de pauta publicitaria oficial que otros medios, afines al discurso oficial, con tirada de ejemplares hasta decenas de veces menor, reciben generosamente en cantidades millonarias. También se ha amedrentado a nuestros avisadores, exigiéndoles que no anuncien en nuestras páginas.

 8. ¿Relato o puro cuento?[9] 

“Hz lo que yo digo, pero no lo que yo hago” parece ser el lema de Cristina Kirchner, que por un lado afirma que los hospitales públicos del país son excelentes, siendo le mejor prueba cuando los presidentes se atienden en ellos, mientras al mismo tiempo ella se desmiente a sí misma atendiéndose solo en hospitales privados.

En su discurso de ayer en Florencio Varela (21/2/14), Cristina Kirchner dedicó un párrafo a burlarse de los que se burlan del relato. Previamente había elogiado la calidad del hospital Presidente Néstor Kirchner, al que catalogó como uno de los cinco más importantes de Latinoamérica. “La gente se viene a Varela a curarse”, dijo.

No es sin embargo su caso. Por motivos nunca explicados, la Presidenta solo se atiende de sus problemas de salud en instituciones privadas: el Hospital Austral, la Fundación Favaloro y el Sanatorio Otamendi.

Conducta presidencial que, al parecer, no está relacionada con la cartilla: en el mismo discurso, para sumar respaldo al argumento de que la salud pública es de excelencia, la Presidenta informó, por cadena, que uno de los médicos que la operaron de la cabeza (ella dice “capocha”) en la Fundación Favaloro, también es médico del Hospital Kirchner.

¿Relato y puro cuento significarán lo mismo? Agosto de 2012, palabra de CFK: “Yo creo que hay sistema de salud pública cuando los presidentes se atienden en los hospitales públicos. Lo demás es puro cuento”.

 9. El Kirchnerismo “es un gobierno de ladrones”[10]

 a) Organismos comprados  

Julio Strassera, fiscal del histórico juicio a las juntas, criticó la política de derechos humanos del kirchnerismo. Dijo en InfobaeTV que hay militares que están presos “por mucho menos de lo que se le atribuye a Milani”. Criticó a Estela de Carlotto y a organismos “comprados”.

Señores jueces, quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces, ¡nunca más!

La frase fue inmortalizada por el entonces fiscal Julio Strassera en el cierre del debate judicial que terminó con la condena a los miembros de las juntas militares que gobernaron el país a partir de 1976. Su labor en el caso fue reconocida internacionalmente como un paradigma de defensa de los derechos humanos. Veintiocho años después, al ser consultado sobre la política de derechos humanos del kirchnerismo, analiza: “Esta gente ha hecho en un gobierno democrático cosas que no se animó (a hacer) la dictadura”.

El abogado fue muy crítico con las organizaciones de derechos humanos. Dice que los “compraron” y muestra de ello es que se los puede ver de “aplaudidores” en los actos que se realizan en Casa de Gobierno.

Cuestionó puntualmente a la líder de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, de quien no se imaginaba que terminaría acercándose a un gobierno de la manera en que lo hizo con la actual administración.

“Lo de Hebe (de Bonafini) no me sorprendió, pero lo de Carlotto sí. Acá hay que tomar lo bueno, corregir lo malo y dar una profunda limpieza: sacarle el papel preponderante a ciertos personajes. Yo no doy vueltas: lo digo por Estela de Carlotto”, sentenció.

Strassera diferenció la actitud del premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, que siempre tuvo claro que las organizaciones de derechos humanos no deben comprometerse afectivamente con un gobierno para poder velar por el principal objetivo de su existencia. “Los gobiernos suelen ser los principales violadores de los derechos humanos”, dice.

Pese a que podría creerse lo contrario, Strassera es muy crítico a los juicios que impulsó el Gobierno contra algunos militares. Y compara: “Hoy hay militares presos por mucho menos de lo que se le atribuye a Milani; hay gente muy mayor y muy enferma a la que no se le otorga el arresto domiciliario y sí se lo dan a un violador”.

 b) Colonización del Poder Judicial para garantizarse impunidad 

En una entrevista con los periodistas Ceferino Reato y Silvia Mercado, Strassera cuestionó la intención del Gobierno de “colonizar el Poder Judicial” con el objetivo de “garantizarse la impunidad futura”. Dentro de estas maniobras incluyó la decisión de la procuradora kirchnerista Alejandra Gils Carbó de suspender al fiscal José María Campagnoli, quien tenía a su cargo la investigación por los negocios con el Estado del empresario Lázaro Báez.

El letrado valoró a Elisa Carrió, con quien dijo tener discrepancias desde el punto de vista político, pero, asegura, es la única que dice la verdad: “Este es un gobierno de ladrones”. “Todas las investigaciones que se realizaron han demostrado claramente los negociados con Báez. ¿Se acuerdan de Fariña? Toda la plata regresaba a Báez, que es socio de la familia Kirchner”, insistió.

 c) Venezuela, D’Elía y el modelo a seguir 

El piquetero Luis D’Elía fue noticia esta semana por pedir el fusilamiento de Leopoldo López, un líder opositor venezolano. Sus dichos provocaron que un fiscal pidiera su declaración indagatoria. Al ser consultado, Strassera advirtió que no hay ninguna organización de derechos humanos que pueda respaldar este tipo de expresiones.

“Es lo menos que se puede esperar de un sujeto como D’Elía. No le digo persona; sujeto. Uno puede estar a favor o en contra de la pena de muerte. Pero él propone un asesinato. Y por una actividad política. Y por una marcha pacífica. Ya bastante han inventado en Venezuela con los cargos que le han puesto. Venezuela, con Chávez en vida, metió presa a una jueza porque no le gustó lo que resolvió”, recordó.

El ex fiscal aseguró que lo grave es que Venezuela es un país admirado como “modelo” por las autoridades argentinas. Y la designación de César Milani como jefe del Ejército es una muestra de ello. “Es lo mismo que hicieron en Venezuela: politizaron las Fuerzas Armadas para ponerlas detrás del gobierno”, repasó.

 10. Utilización de fondos públicos para trasladar “aplaudidores” a actos políticos[11]

 a) El interventor del INADI, Pedro Mouratián, en la mira 

Cuando el pasado 11 de noviembre el ministro de Seguridad bonaerense, Alejandro Granados, llamó a otro militante peronista “pedazo de mogólico”, muchos se preguntaron dónde estaba el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) para denunciarlo.

Una pregunta similar surgió el 18 de febrero último, cuando el dirigente ultrakirchnerista Luis D´Elía le reclamó al gobierno venezolano que ejecute al opositor Leopoldo López, en lo que fue considerado como un gesto de intolerancia política desbocada.

En otras oportunidades, el INADI no dudó en intervenir de oficio cuando el asesor de imagen de Mauricio Macri, Jaime Durán Barba, dijo que Hitler era “un tipo espectacular” o para atender las denuncias contra el sistema porteño de inscripción escolar.

La disparidad de criterios pareciera explicarse por el uso del organismo antidiscriminación como una usina de militantes. (Eliminando Variables) accedió a información que demuestra que el INADI está posicionándose como un polo de militancia oficialista y que esa entidad utiliza los fondos públicos para promover la figura de los funcionarios que el partido de gobierno quiere instalar en los medios.

El 26 de agosto del 2013, en el marco de la presentación del libro recopilatorio “10 años de Políticas Públicas para la Inclusión y la Igualdad”, y con el fin de asegurarse convocatoria y muchos aplausos, el interventor del INADI, Pedro Mouratián, contrató con dinero público seis micros a la empresa Rutatlántica SA para transportar hasta el Congreso de la Nación a militantes kirchneristas.

Una vez finalizada la presentación, según los pliegos del contrato, los micros debían retornar al lugar donde abordaron originalmente los pasajeros. La cifra abonada por Mouratián a la empresa transportista por los seis buses fue de $26.400.

Lo particular de esta contratación es que por primera vez se demuestra el uso de fondos públicos para transportar a simpatizantes a un acto supuestamente institucional, en plena campaña política, y tras haber sido derrotado el oficialismo en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).

Se abría para ese entonces la instancia de las elecciones de medio término y el oficialismo necesitaba darles visibilidad a sus candidatos para revertir el traspié electoral del 11 de noviembre anterior.

En ese marco, la presentación del libro fue uno de los primeros actos proselitistas a favor de los políticos propuestos por el kirchnerismo para la siguiente votación.

Como se dijo, el evento al que el INADI llevó a sus militantes se realizó ese lunes 26 de agosto, a las 11 de la mañana, en el “Salón Azul” del Senado. Contó, además de Mouratián, con la participación del entonces ex senador nacional Daniel Filmus, el ex legislador por la Ciudad y actual diputado nacional Juan Cabandié y la diputada nacional Diana Conti.

Tuvo, incluso, cobertura mediática con cámaras de la TV Pública, fundamentalmente por la presencia de Filmus, por aquel entonces candidato a renovar la banca en el Senado por el Frente para la Victoria.

Según comentaron a este blog periodistas acreditados en el Congreso de la Nación, la capacidad del “Salón Azul” depende bastante si se utiliza parcial o totalmente. Explicaron que el salón −en un evento con sillas y un escenario− puede albergar a unas 200 personas, mientras que entrarían unas 500 personas de pie con la sala a tope.

En el caso puntual de esta presentación, según la crónica disponible en la web de la revista especializada El Parlamentario, “la audiencia colmaba el Salón Azul”. Nada difícil de lograr si se contratan seis micros repletos de militantes, más algunos invitados especiales.

Si se considera que cada ómnibus como los que fueron rentados para el evento transporta unos 50/55 pasajeros, es fácil comprender que la militancia movilizada con el dinero del INADI fue suficiente para colmar el acto.

Los datos revelados por (Eliminando Variables) corresponden a la contratación directa por trámite simplificado 25/2013, expediente 4-35574/2013, en el que Mouratián solicitó expresamente la contratación de los micros para el “traslado de personas”, con la particularidad que estos militantes se congregaron para salir, a las 9 de la mañana de aquel lunes, desde cinco centros de jubilados y un club de barrio.

Los lugares de partida de los ómnibus estaban ubicados dentro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Chilavert 5819 (Centro de Jubilados y Pensionados “Cañada de Gómez”); Donato Álvarez 2175 (Centro de Jubilados “Siempre Jóvenes”); Sánchez de Loria 472 (Centro de Jubilados “San Carlos Sud”); Leopardi 443 (Centro de Jubilados y Pensionados “Rincón de la Amistad”); Cochabamba 311 (Asociación Civil “Parque Telmo”) y Chacabuco 1294 (Centro de Jubilados y Pensionados “Nuevos Horizontes”).

 b) El “libro” de Mouratián 

El “libro” que presentó Pedro Mouratián, de hecho, no es ningún libro. Es solamente un compendio normativo de 66 leyes y 26 decretos de “ampliación de derechos”, según los responsables del INADI. El material impreso, según dijo el responsable del INADI, es la mejor manera de “rendir homenaje a estos diez años, es la mejor síntesis de lo que nos ha pasado”.

Al jefe del INADI poco le importó el hecho que el libro haya sido un compendio y, envalentonado, en aquel acto –según recuerda El Parlamentario− dijo: “No es un libro más. Tiene que ver con un sueño, con una entidad”.

Y remató, para el aplauso cerrado de la militancia presente, que el libro era el “fruto de la decisión política de un presidente como Néstor y de Cristina (Kirchner), pero también el fruto de cada uno de ustedes”.

El interventor realizó un verdadero “road show” en parte del país para presentar este libro, que comenzó en el Congreso de la Nación y concluyó a mediados de diciembre del 2013, tocando provincias como La Pampa, Río Negro y Misiones, entre otras, siempre con la presencia de importantes autoridades locales y legisladores nacionales.

Se desconoce, de hecho, si Mouratián o las diferentes delegaciones del interior del Instituto Nacional contra la Discriminación, en las que presentó el libro, realizaron contrataciones similares de micros para el transporte de militantes tal como ocurrió en la Capital Federal.

Tampoco se sabe si el INADI hallará el modo de repetir la operatoria para acercar militantes a la inauguración de sesiones del Congreso Nacional por parte de Cristina Kirchner el sábado 1 de marzo del 2014, en dónde se espera que el oficialismo reúna una cantidad muy importante de militantes.

Lo cierto es que el INADI se ha convertido en una fuente de polémicas constantes en la última década. A la contratación de micros se le suma la pelea entre Fabián Morgado y María Rachid por el control de ese organismo, una disputa que incluyó denuncias judiciales, violencia, declaraciones mediáticas cargadas de furia y peleas por escritorios. Fueron esos escándalos los que obligaron a la presidente a echar a Morgado y Rachid para reemplazarlos por el interventor Mouratián.

Mientras tanto, se acusa a esa institución de una constante falta de actividad cuando las denuncias por discriminación afectaban a funcionarios ligados al partido de gobierno.

Esa inacción se contrasta con la rapidez con que sus titulares reaccionan cuando se trata de proteger y promover a sus socios políticos. Tal discriminación de prioridades, parece haber condenado al INADI a una constante degradación de su función, que nunca fue pensada como auxiliar para las campañas electorales y mediáticas del gobierno de turno.

 11. Argentina, un país quebrado por los Kirchner: 11 años desperdiciados[12] 

Todo en la Argentina pasa estrepitosamente. Un hecho supera al anterior. Ninguno es bueno. La ciudadanía luce absorta. Cuesta asimilar que el balance final de 11 años de ingresos extraordinarios arroje un déficit extraordinario, incluso en campos de difícil recuperación. El fin de ciclo se acerca y es necesario reparar en el daño habido que habrá que sobrellevar.

Los casi 11 años de la familia Kirchner en el poder han provocado una caída estrepitosa del entramado social a lo largo y a lo ancho de todo el territorio nacional.

Los Kirchner han herido de muerte la calidad de vida de los argentinos y los años que vendrán será aún mayor testigo de esto.

Familias divididas por enfrentamientos generados desde el mismísimo poder central.

Distorsiones de la historia y de la realidad actual que podrían llegar a enloquecer al mejor plantado.

Las falacias cotidianas han desvalorizado el ya menoscabado valor de la palabra oral y de la escrita.

Se han resquebrajado todas las normas de convivencia.

Nadie respeta a nadie, ni a nada.

El menosprecio al prójimo llegó a tal nivel que no se lo escucha, se lo agrede.

Las instituciones de la República se hicieron trizas.

Las muertes por falta de inversión en infraestructura se suceden a diario, como las que devienen de la inseguridad creciente y del narcotráfico, el cual escala sin cesar.

Los derechos humanos ha sido utilizados para inculpar a una parte de los protagonistas de años nefastos; pero no a la otra. Lo mismo sucede con las muertes diarias que no encuentran forma de pararlas ni castigo.

La justicia se ha evaporado a tal punto que pocos creen en ella. Saben que muchos de los jueces responden a las pretensiones del Ejecutivo por convicción, conveniencia o aprietes.

La corrupción llegó a niveles inéditos, exponiéndose sin problema en los escaparates de mayor alcance; acurrucada a la impunidad más repugnante.

La educación se ha hecho trizas; no solo en las escuelas y universidades, sino en la vida cotidiana y por ende en muchos medios de comunicación masivos.

La “piolada” argentina se ha exacerbado tanto que ha trascendido las fronteras y se instaló como ridículo internacional.

Argentina, como país, ha desaparecido del concierto mundial. No es tomado en serio.

La inseguridad jurídica producto del desquicio gubernamental reinante alejó capitales de argentinos a otros países; y los extranjeros no solo no llegan sino que muchos se han marchado.

El futuro no solo está negado en el discurso oficial sino que se avizora extremadamente complejo.

 12. Protección de los jueces adictos[13] 

La orden de la Presidenta fue darle protección a Oyarbide. 

En una estrategia para frenar el escándalo del caso Propyme, la presidenta Cristina Kirchner dio la orden tajante desde Francia de cerrar filas y proteger al juez federal Norberto Oyarbide, una instrucción que cumplieron ayer al pie de la letra todos los miembros kirchneristas del Consejo de la Magistratura. Pretende por un lado no fastidiar a Oyarbide y por otro defender al secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini.

Como objetivo secundario, la Casa Rosada busca montar una barrera de protección al subsecretario técnico, Carlos Liuzzi, mano derecha de Zannini. “La orden de Cristina es cuidar a Oyarbide y defender así a Zannini y a Liuzzi. Por ahora, los cubrirán hasta donde sea posible”, confió a La Nación una fuente oficial.

En medio de una denuncia por su desempeño en una causa por lavado de dinero, Oyarbide había declarado ante la Cámara Federal que el 19 de diciembre último frenó el allanamiento en la financiera Propyme debido a una llamada de Liuzzi, que le pidió interrumpirlo porque agentes de la Policía Federal intentaron coimear a los dueños de esa mutual.

Ello es ahora investigado en el Consejo de la Magistratura, donde los miembros de la oposición acusan al juez de actuar en forma irregular, violar el principio de la división de poderes y obrar en connivencia con el Poder Ejecutivo.

Sin embargo, los integrantes kirchneristas del jury del Consejo impidieron ayer por cinco votos a dos que la oposición acusara a Oyarbide y sólo lo citaron para que haga un descargo por escrito, como se informa por separado. En Balcarce 50 admitían anoche que esto era lo que había pedido la Presidenta.

Un operador de Cristina Kirchner confió a La Nación que “a Oyarbide no lo pueden entregar así nomás”. Añadió que, frente a la acusación en su contra, el juez “envió un mensaje muy claro de que tiene información complicada y lo hizo con el funcionario más débil en esta historia: avisó que puede escalar hacia arriba”. Es hora de tapar el sol con las manos.

La Presidenta se enfureció con Zannini por el método que emplearon para frenar a Oyarbide. El descuido de la llamada telefónica dejó expuesto a Liuzzi ante el escenario público debido a los cambiantes humores del magistrado. Sin embargo, no preocupa tanto el fondo de la cuestión: la injerencia del Poder Ejecutivo en el Judicial. El pase de facturas obedece a que el procedimiento quedó en evidencia y le dejó servido a la oposición un argumento para sostener que Zannini es un operador judicial de la Casa Rosada y que ésta controla a algunos jueces mediante llamados.

De todos modos, Zannini y Liuzzi serán respaldados. “Los van a bancar; al menos por el momento sí. Habrá que ver cuando vuelva Cristina de París”, comentaron funcionarios cercanos al área de la Presidenta.

En caso de que el escándalo escale en intensidad, el fusible más a mano sería Liuzzi. “Es un operador que sólo responde a Zannini, no tiene respaldo de otros sectores y juega para sí mismo”, señalan en los pasillos más cercanos al despacho de la primera mandataria.

La sensación es que Liuzzi no es un personaje muy estimado en esas esferas. Pero la Presidenta le respeta el hecho de que sea la persona de confianza de Zannini, que a su vez siempre integró la mesa chica del ex presidente Néstor Kirchner y luego de la actual jefa del Estado.

Cristina Kirchner le recriminó el miércoles último a Zannini el descuido de que se hiciera público. Para ello, descendió desde el primer piso de la Casa de Gobierno hasta la planta baja, donde tiene su oficina el secretario de Legal y Técnica.

Cristina mantuvo un tenso diálogo con Zannini en la antesala de su despacho, del que éste debió salir para conversar a solas porque estaba reunido con otras personas. El malhumor de la Presidenta se fue diluyendo y ahora la orden es defender a su asistente incondicional.

[1]           Fuente de información: Continental com.ar, 18/5/12, “Al enemigo ni justicia”, http://www.continental.com.ar. Más información: El informador público, 29/1/14, “La política y el divisionismo”, http://site.informadorpublico.com.

[2]           Fuente de información: Diario El Telégrafo, 29/1/14, “La culpa es de los otros”, http://www.eltelegrafo.com. Más información: La Nación, 28/1/14, “Elisa Carrió: ‘La culpa excluyente es de la incompetencia y el populismo de Cristina Kirchner”, http://www.lanacion.com.ar. Clarín, 5/2/14, “La responsabilidad es de los otros”, http://www.clarin.com.

[3]           Fuente de información: Urgente 24, 27/9/13, “Cristina no se hace responsable de la crisis energética y utiliza una insólita excusa”, http://www.urgente24.com.

[4]           Fuente de información: Continental com.ar, 28/10/13,”El fracaso de Cristina”, http://www.continental.com.ar.

[5]           Fuente de información: Diario La Prensa, 23/1/14, “Carrió calificó de ‘perversa’ a la Presidenta y la acusó de no hacerse cargo”, http://www.laprensa.com.ar.

[6]           Fuente de información: Infobae, 22/5/13, “La fábula de la ‘década ganada’, http://opinion.infobae.com.

[7]           Fuente de información: Diario El Chubut, 14/1/14,  “¿Década ganada o década perdida?”, http://www.elchubut.com.ar.

[8]           Fuente de información: La Nación, 13/2/14, “Nuevas críticas a La Nación”, http://www.lanacion.com.ar.

[9]           Fuente de información: La Nación, 22/2/14, “Cristina, entre el relato y el puro cuento”, http://www.lanacion.com.ar.

[10]         Fuente de información: Infobae, 22/2/14, “Esta gente ha hecho en un gobierno democrático lo que no se animó la dictadura”, http://www.infobae.com.

[11]         Fuente de información: Infobae, 26/2/14, “Destinan fondos del INADI para lleva a militantes y aplaudidores”, http://www.infobae.com.

[12]         Fuente de información: Urgente 24, 15/3/14, “Argentina, un país quebrado por los Kirchner”, http://www.urgente24.com.

[13]         Fuente de información: La Nación, 21/3/14, “La orden de la presidenta fue darle protección a Oyarbide”, http://www.lanacion.com.ar.