martes, 26 de noviembre de 2013

SAN JUAN: MUESTRARIO DEL INFIERNO EN LA TIERRA

San Juan: muestrario del infierno en la tierra



Los entregó Dios a pasiones infames


Cartel pintado sobre una casa de San Juan
 En la carta a los Romanos (1, 26-27), San Pablo nos enseña que el pago por la Apostasía es la homosexualidad:
    En efecto, habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron ni le dieron gracias como corresponde. Por el contrario, se extraviaron en vanos razonamientos y su mente insensata quedó en la oscuridad...
    Por eso, dejándolos abandonados a los deseos de su corazón, Dios los entregó a una impureza que deshonraba sus propios cuerpos, ya que han sustituido la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a las criaturas en lugar del Creador, que es bendito eternamente. Amén.
    "Por eso los entregó Dios a pasiones infames, pues sus mismas mujeres invirtieron el uso natural en el que es contrario a la naturaleza. Del mismo modo, también los varones, desechando el uso natural de la mujer, se abrazaron en amores brutales de unos contra otros, cometiendo torpezas nefandas varones con varones, y recibiendo en sí mismos la paga merecida de su obcecación...".
Evidentemente muchas mujeres que se reúnen cada año, de provincia en provincia, para hacer apología de la homosexualidad y del aborto, parecen endemoniadas y probablemente algunas lo estén.
Pero, antes de mostrar lo que han hecho en San Juan, como es ya habitual, quisiéramos preguntarnos ¿cuál es la responsabilidad de los hombres en este desenlace?
¿No dice San Pablo que a causa de la apostasía del hombre, cabeza de la humanidad, la mujer cambió el uso natural del sexo?
La exquisita naturaleza de la mujer ha sido creada para ayuda y contento del hombre, para ser madre y esposa adorable.
Por eso cuando se rompe el equilibrio de su espíritu a causa de múltiples sufrimientos y desengaños, las potencias de su alma, creadas para el amor y para amar, se invierten diabólicamente al caer en el abismo de la desesperación, y son capaces de hacerla odiar como ningún hombre puede.
Odio que en estos años es aprovechado, incentivado y financiado por organismos internacionales con la participación activa de nuestro gobierno.
Que cada uno acepte la responsabilidad que le corresponde, y tenga una mirada indulgente para con estas mujeres, que son fruto de una sociedad que no ha sabido defender los derechos de Cristo Rey, a la cabeza de la cual están muchos pastores pusilánimes cuando no traidores.
Esto no significa que debamos ponernos en sus manos, sino, por el contrario, sus amenzas, desvaríos y violencias sin cuento, deben ser completamente neutralizadas por las fuerzas del orden, aplicadas sin ninguna hesitación.
Al respecto el gobierno de la Pcia. de San Juan, ha desplegado un impresionante operativo de seguridad que puso a salvo varios edificios públicos, incluyendo la Catedral de San Juan Bautista; donde también un importante número de varones católicos supo poner el pecho para defender las entradas laterales. La Solemnidad de Cristo Rey fue celebrada en la Catedral, colmada hasta más no poder por católicos locales y venidos de otras provincias.
Cuando finalizó la Santa Misa, el párroco de la misma que la celebraba, gritó por tres veces "Viva Cristo Rey", recibiendo una atronadora respuesta por la cual, el Nombre augustísimo de Nuestro Salvador pareció sacudir las paredes del templo. Por testigos directos y que tienen en su haber más de una década de participación en estos eventos, sabemos que el Arzobispado de San Juan ha prestado una invalorable ayuda a los católicos proveniente de otras ciudades; lo cual deja en el pasado, cual mancha oprobiosa, la triste actitud de Obispos como el de Bariloche y el de Neuquén, adversarios de una genuina respuesta católica. Sin embargo de lo cual, comentaristas de este blog que estaban entre los jóvenes defensores de la catedral, se quejaron porque, llegada cierta hora y con las abortistas en escena, el Arzobispo Mons. Alfonso Delgado, cerró con llave la Catedral impidiendo que los varones que estaban dentro se comunicasen con los que quedaron fuera. Un grupo cada vez más importante de católicos argentinos, están dando un ejemplo al mundo con su valiente y porfiada resistencia a las políticas anticristianas, implementadas por las centros mundialistas de poder. Esto es posible por la prédica constante y sacrificada de valerosos sacerdotes y maestros, que nos recuerdan constantemente la grandeza de nuestra Fe y la doctrina de la Reyecía Social de Jesucristo.
Todos sabemos quienes son, no hace falta, por lo tanto, mencionarlos por sus nombres. ¡Qué Dios los conserve para nuestro bien y el de la patria!


Defensa de la Catedral de San Juan




En defensa de la Catedral

























Pintadas en las casas de San Juan

 












Fotografías: Diario La Provincia