La Patagonia en peligro: Evidencia de que intereses extranjeros quieren apropiarse del sur austral
Pregunta: ¿La Patagonia? ¿Qué es eso? Respuesta: Patagonia es la
vasta, inmensamente rica, escasamente poblada, área austral de
Sudamérica, extendida desde el Océano Atlántico al Océano Pacífico.
Compartida por Argentina y Chile, la Patagonia ha sido por más de un
siglo un objetivo claro de la élite de poder global, siendo catalogada
como su futuro “refugio”.
Mientras observamos el desastre que han hecho de nuestro mundo, aquel “futuro” puede que esté al otro lado de la esquina. Apuntada por el Movimiento Sionista Internacional, esta silenciosa toma de la Patagonia ha progresado dramáticamente en años recientes; no a través de la guerra y la invasión, sino mediante adquisiciones territoriales, infiltración económica, quintas columnas israelíes, apoyo mediático global y posicionamiento geopolítico.
La semana pasada, la furia emergió en Chile luego de que un grupo de “mochileros” israelíes prendieran fuego al bosque virgen del Parque Nacional Torres del Paine en la Patagonia. ¿El sospechoso? Un tal Rotem Singer, quien estaba “turisteando en la Patagonia” con otros “mochileros” israelíes. Éstos insistieron su inocencia en declaraciones a la radio militar de Israel. Las autoridades chilenas, no obstante, lo detuvieron, e incluso el presidente Piñera manifestó su preocupación.
¿Por qué tanta preocupación? Por décadas, jóvenes oficiales del ejército israelí, camuflados como turistas y mochileros, han estado estudiando, mapeando y viajando alrededor de esta vasta, rica y escasamente poblada región, conspirando, planeando…¿preparando el futuro?
Esto no es nada nuevo. Hace 26 años, el 5 de junio de 1986, el principal periódico de Argentina, el tradicional y prestigioso “La Nación”, publicó un artículo bajo el título “Estudian el asentamiento de una colonia judía en Santa Cruz”, citando a israelíes que estudian el área, quienes manifiestan “este es un proyecto largamente acariciado”. Se afirma que éstos “realizan un relevamiento de la zona, para estudiar el clima, la flora, la fauna y las riquezas potenciales del lugar”.
Mientras observamos el desastre que han hecho de nuestro mundo, aquel “futuro” puede que esté al otro lado de la esquina. Apuntada por el Movimiento Sionista Internacional, esta silenciosa toma de la Patagonia ha progresado dramáticamente en años recientes; no a través de la guerra y la invasión, sino mediante adquisiciones territoriales, infiltración económica, quintas columnas israelíes, apoyo mediático global y posicionamiento geopolítico.
La semana pasada, la furia emergió en Chile luego de que un grupo de “mochileros” israelíes prendieran fuego al bosque virgen del Parque Nacional Torres del Paine en la Patagonia. ¿El sospechoso? Un tal Rotem Singer, quien estaba “turisteando en la Patagonia” con otros “mochileros” israelíes. Éstos insistieron su inocencia en declaraciones a la radio militar de Israel. Las autoridades chilenas, no obstante, lo detuvieron, e incluso el presidente Piñera manifestó su preocupación.
¿Por qué tanta preocupación? Por décadas, jóvenes oficiales del ejército israelí, camuflados como turistas y mochileros, han estado estudiando, mapeando y viajando alrededor de esta vasta, rica y escasamente poblada región, conspirando, planeando…¿preparando el futuro?
Esto no es nada nuevo. Hace 26 años, el 5 de junio de 1986, el principal periódico de Argentina, el tradicional y prestigioso “La Nación”, publicó un artículo bajo el título “Estudian el asentamiento de una colonia judía en Santa Cruz”, citando a israelíes que estudian el área, quienes manifiestan “este es un proyecto largamente acariciado”. Se afirma que éstos “realizan un relevamiento de la zona, para estudiar el clima, la flora, la fauna y las riquezas potenciales del lugar”.
Por décadas, los israelíes han estado
“surcando” sistemáticamente por esta región gracias a la extrema
flexibilidad de los gobiernos sucesivos de la Argentina, todos
extremadamente permeables y sumisos a la influencia sionista. Esto quedó
evidenciado en septiembre de 2003, cuando el entonces General en Jefe
del Ejército argentino, Roberto Bendini, fue forzado a renunciar por un
escándalo mediático alimentado por el lobby sionista local de la DAIA
(Delegación de Asociaciones Israelíes de Argentina), luego que Bendini
expresara su preocupación por oficiales israelíes haciéndose pasar por
“mochileros inocentes”. Nuevamente el periódico “La Nación” del 30 de
septiembre de 2003, explicó que “En cuanto a los israelíes, importa
advertirlo: que los hay en la Patagonia, los hay. Se mueven en grupos,
son jóvenes y hablan, entre ellos en hebreo. Una buena parte viene de la
milicia. Acaban de quitarse el uniforme del ejército israelí."
Existe entonces una razón justificada de preocupación entre argentinos y
chilenos. Especialmente cuando consideras que el padre fundador del
sionismo internacional, Theodor Herzl, escribió en 1896 en su libro “El
estado judío” (en un capítulo con el importante título, “¿Palestina o
Argentina?”) cosas como “Debemos elegir, ¿Palestina o Argentina?...
Argentina es, por naturaleza, uno de los países más ricos de la Tierra,
con un inmenso territorio, población escasa y clima moderado. La
República Argentina tendría el interés más grande de cedernos parte de
su territorio”.
Avancemos a 2002, cuando, como reportamos en un reciente artículo de RT,
Argentina colapsó sufriendo su peor crisis financiera, y el New York
Times sugirió que el país debiese vender la Patagonia para pagar su
deuda soberana.
Y en ese entonces teníamos a personas como Eduardo Elsztain, el
terrateniente más grande de la Argentina, quien “resulta ser” el socio
local del magnate y especulador judío-americano-húngaro George Soros
(parte del Consejo de Relaciones Exteriores y la Comisión Trilateral).
Elsztain posee grandes extensiones de tierra a lo largo de la Patagonia y
también “resulta ser” director ejecutivo del Congreso Mundial Judío y
un activo militante del movimiento sionista Jabad Lubavitch.
Elsztain no está solo en acumular millones de hectáreas de tierras
argentinas usando sus miles y miles de millones en dinero. Se asocia
informalmente con Carlo y Luciano Benetton, Ted Turner de CNN y TNT,
Douglas Tompkins (eco-billonario estadounidense que posee tierras
especialmente en Chile), Joseph Lewis (el propietario británico de
Planeta Hollywood), Daniel Lerner de Walt Disney Enterprises, Ward Lay
con fama en las patatas fritas, e incluso el ex Secretario del Tesoro de
Bush y director ejecutivo de Goldman Sachs, Henry Paulson, a través de
la ONG The Nature Conservancy.
Pero los sionistas no están solos en esto. El Telegraph de Londres acaba
de titular un artículo el pasado 2 de enero recomendando que “un
submarino nuclear sea enviado a las Islas Malvinas (justo en las afueras
de la Patagonia) para ilustrar la furia británica por la decisión de
países sudamericanos de prohibir botes que porten la bandera de las
islas”, agregando que “Gran Bretaña debiese… realizar ejercicios
militares en respuesta a la ‘agresiva’ decisión de Argentina, Brasil y
Uruguay de cerrar los puertos a navíos que lleven la bandera ‘ilegal’ de
las Islas Malvinas”, ocupada por Gran Bretaña desde 1833 y convertida
en una poderosa base militar nuclear después de la guerra de las
Malvinas entre Argentina y el Reino Unido.
El Telegraph concluye diciendo que “nadie debiese tener dudas sobre el
compromiso del gobierno británico de apoyar esta área, la cual involucra
una vasta extensión de potenciales aguas ricas en minerales en el
Atlántico Sur”.
¿Necesitamos recordar a los lectores que Gran Bretaña ha sido un
principal motor del movimiento sionista, desde que su Declaración
Balfour de 1917 trazó el camino que llevó a la violenta creación de
Israel en 1948, por organizaciones terroristas financiadas como Irgun
Zvai Leumi, Stern y Hagganah?
¿Están las élites preparándose para apoderarse de la Patagonia de una buena vez?
Una cosa es segura: ni la Argentina, ni Chile, ni ningún otro país en
Sudamérica, quiere ver a la Patagonia convertida en una nueva Palestina.
El mundo ha visto suficiente terrorismo sionista en aquellas tierras.
Nota del autor: Queridos lectores, envié este artículo a RT (Russia
Today) el 5 de enero. Extrañamente, esta es la primera vez que han
rechazado uno de mis artículos (que normalmente publican en su sitio
web), afirmando que "este tema en particular no está entre los que
usualmente cubrimos en el sitio web de RT English, así que no podemos
publicarlo". Una verdadera lástima ya que sólo estoy hablando sobre la
interferencia de Estados Unidos, el Reino Unido e Israel en la
Patagonia, uno de los territorios más ricos de Sudamérica y el mundo. Me
pregunto qué ocurre.
Planes sionistas con la Patagonia Adrian Salbuchi: