jueves, 28 de noviembre de 2013

POESIA: CREO

JORGE DORÉ: POESÍA: CREO

Lleguen hasta ti, Señor, estas humildes líneas con sincera intención de reparación a tantas blasfemias, ofensas, sacrilegios e indiferencias cometidas contra el Sacratísimo Corazón de Jesús y el Doloroso e Inmaculado Corazón de María.
Jorge Doré

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Creo

O
Definitivamente, creo en Dios hecho hombre.
Creo en el alto precio de la sangre bendita
que baña una cruz negra y en el dolor sin nombre
del cuerpo que más tarde, glorioso, resucita.
O
Creo en el huerto oscuro que vibra con el rezo
de un angustiado pecho que sangra, gime y arde.
Creo en el que recibe la traición con un beso
sin limpiar en su frente la baba del cobarde.
O
Creo en la eucaristía, el premio y la condena ,
en la casa erigida sobre sólida roca,
en el llanto sincero de cualquier Magdalena
y en la mano divina que sana cuanto toca.
O
Creo en la mansedumbre del que aparta la espada
y enfrenta la injusticia con un amor gigante,
el furtivo mensaje, en la interna llamada
y en el transfigurado de ahora en adelante.

O
Creo en los lentos pasos, con una cruz a cuestas,
de Aquel que, por nosotros, se ofreció en el calvario,
creo en el cielo y creo que sumas cuando restas
hombre humilde que cargas tu madero a diario.
O
Creo en el que me ordena donde tirar la red,
en la pesca abundante, en la maldita higuera,
el bienaventurado que ha calmado su sed
y en la gracia que adviene cuando no se la espera.
O
Creo en leprosos limpios, paralíticos sanos
y el pecador que entierra su orgullo y se levanta;
en la Iglesia de Cristo, nuestra fe de cristianos,
en María doliente y en la sábana santa.
O
Creo, y creo en un día donde fraternalmente,
compartiré con otros la tierra prometida;
creo en el que recobra la vista de repente
y encuentra, en un milagro, su puerta de salida.
O
Creo en esta bendita locura que me llena,
en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo;
en aquel que me pide que comparta su cena
y que a pesar de todas mis faltas, me ama tanto.
O
Definitivamente, Señor, creo en tu nombre,
conciencia en mí, latido, razón por la que existo…
¡Oh, Padre, si pudiera yo sería ese hombre
que desclavara el cuerpo de tu hijo Jesucristo!

 
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