OBAMA CONTRA RUSIA
Gobiernos y medios de prensa occidentales: un imperio de mentirosos y putas
Por Paul Craig Roberts.*
Obama ha declarado varias veces, errónea y tontamente, que es
«contrario a la ley internacional» que Crimea ejerza la
autodeterminación. La autodeterminación, como la entiende Washington, es
un término de propaganda al servicio de su imperio pero su ejercicio
por parte del verdadero pueblo le parece inadecuado.
El 6 de marzo de 2014, Obama llamó por teléfono a Putin para decirle
nuevamente que sólo Washington tiene derecho a intervenir en Ucrania. Y,
contra toda lógica, Obama insistió en que únicamente el «gobierno» de
Kiev, instaurado mediante el golpe de Estado orquestado por Washington,
es «legítimo» y «democrático».
En otras palabras, un gobierno no electo en Kiev e impuesto por Washington es la expresión misma de la autodeterminación y la legitimidad mientras que el gobierno electo de Crimea que llama a su pueblo a pronunciarse sobre su propio futuro es «antidemocrático» e «ilegítimo».
En otras palabras, un gobierno no electo en Kiev e impuesto por Washington es la expresión misma de la autodeterminación y la legitimidad mientras que el gobierno electo de Crimea que llama a su pueblo a pronunciarse sobre su propio futuro es «antidemocrático» e «ilegítimo».
Washington
es tan arrogante que nunca se le ocurre pensar en lo que puede opinar
el mundo sobre su flagrante hipocresía. Desde el régimen de Clinton,
Washington no ha hecho otra cosa que violar el derecho internacional en
Serbia, en Kosovo, en Afganistán, en Irak, en Siria, en Irán, en
Pakistán, en Yemen, en Somalia, en Venezuela, en Ecuador, en Bolivia.
¿Tiene
Rusia un mando militar para África? No. Pero Washington sí lo tiene.
¿Está Rusia rodeando Estados Unidos de bases militares? No, pero
Washington está utilizando la OTAN, cuya razón de ser desapareció hace
ya 23 años, para crear en Europa occidental, en el este de Europa y
también en el sur de ese continente un ejército imperial con bases
avanzadas en las fronteras de Rusia. Washington está decidido a extender
los límites de la Organización del Tratado del Atlántico Norte a
Georgia –en Asia central– y Ucrania –en el Mar Negro. Y tanto Georgia
como Ucrania fueron parte de Rusia y de la Unión Soviética.
Washington
está haciendo exactamente lo mismo con China e Irán. Washington está
trabajando en la creación de nuevas bases navales y aéreas en Filipinas,
en Sudcorea, en Vietnam, en Tailandia y en Australia para bloquear el
flujo de petróleo y de otros recursos hacia China. Irán está rodeado por
unas 40 bases estadounidenses y la marina de guerra de Estados Unidos
mantiene constante navíos frente a las costas iraníes. Pero la
propaganda de Washington nos presenta este evidente militarismo como
«defensa de la democracia».
El
gobierno ruso sigue actuando como si las amenazas de Washington contra
la independencia y los intereses estratégicos de Rusia pudiesen
resolverse con buen sentido y buena voluntad. Pero Washington carece de
ambas cosas.
Desde
el régimen de Clinton, el gobierno estadounidense ha estado en manos de
una banda de ideólogos convencidos de que Estados Unidos es «el país
excepcional e indispensable» dotado de un real derecho de hegemonía
sobre el resto del mundo. Todo lo que ha hecho Washington desde que
comenzó el siglo XXI ha estado enfilado a alcanzar ese objetivo.
Washington
tiene intenciones de quebrar la propia Federación Rusa. Washington
entrega enormes sumas de dinero a ONGs que hacen trabajo de quinta
columna dentro de Rusia y que colaboran estrechamente con el régimen
estadounidense desacreditando las elecciones libres que se realizan en
ese país, diabolizando al presidente Putin y el gobierno ruso,
difundiendo propaganda antirrusa y haciendo trabajo de agitación. Es
sorprendente ver cuántos rusos creen realmente la propaganda occidental.
Washington
se esfuerza también por aislar a China, utilizando para ello la
Trans-Pacific Partnership, aunque hoy se concentra principalmente en sus
intentos por desestabilizar y aislar a Rusia. Washington está tratando
desesperadamente de romper el BRICS, la organización emergente que
agrupa a Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica. Teniendo como
miembros a los países más grandes del mundo –que representan además la
mitad de la población del planeta– el grupo BRICS está surgiendo como un
poder político y económico, especialmente con la organización de un
plan tendiente a abolir el uso del dólar como moneda de reserva. El
hecho de rodear Rusia de bases de misiles pone en peligro la soberanía y
la independencia de ese país y, por consiguiente, debilita al BRICS
como contrapoder ante la hegemonía de Washington.
La
propaganda de Washington engañó a muchos. El mundo está despertándose
poco a poco. Pero, ¿está despertándose a tiempo? Los medios de prensa
estadounidenses y muchos medios en Europa repiten a coro la propaganda
de Washington, demonizan a sus víctimas o blancos y preparan a los
pueblos de Occidente para más guerras. Los medios de prensa
occidentales, al igual que sus gobiernos, están desprovistos de toda
integridad. Vivimos bajo un imperio de mentirosos y putas.
*Secretario
Adjunto del Tesoro en el gobierno de Reagan. Fue editor asociado de la
página editorial del Wall Street Journal y editor colaborador de
National Review. Es coautor de “The Tyranny of Good Intentions” (“La
tiranía de las buenas intenciones”).
Un comentario ein el original de Philip Louis:
Suscribo el artículo, pero como siempre falta citar el verdadero
inicio de todo esto y es la presencia de señores del “pueblo elegido” en
todas estas derivas.
¿Por qué no lo dicen?
¿Por qué no lo dicen?