jueves, 27 de noviembre de 2014

BALANCE DE PRINCIPIO DE SIGLO 1ºRA PARTE:


BALANCE DE PRINCIPIO DE SIGLO-PRIMERA PARTE

El realizar un análisis y tal vez una prospección del mundo de principio de siglo XXI apenas transcurrido un 15% del mismo, significa un real desafío por cuánto todavía se trae de "arrastre" causas y consecuencias del siglo pasado; ya que en realidad el mundo no arrancó hace 15 años...
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La serie de acontecimientos históricos que conformaron el inicio mismo del siglo XXI, podemos materializarlos con la caída del muro de Berlín incluyendo no sólo la disgregación de la Unión Soviética, sino también cuestiones vinculadas a la relación israelí-palestina y su repercusión en el medio Oriente, todo ello sucedido a fines del siglo pasado. No podemos desconocer en este fin y principio, la explosión de crecimiento de China y su actual afianzamiento como potencia en todo orden.
Muchos pensadores de principio de siglo, comenzaron a creer que al influjo de la economía de mercado comenzaba a esbozarse un mundo nuevo, más acorde con las grandes utopías políticas de la modernidad.
La esperanzadora impresión resultó efímera puesto que este nuevo mundo reveló prontamente un vasto e intrincado panorama de insospechados enfrentamientos de carácter étnico, religioso político y económico que subyacen latentes y vivos bajo el férreo manto impuesto por la otrora "guerra fría", conflicto ideológico por excelencia, que por décadas signara las relaciones entre las Naciones del viejo orden mundial.
A pesar de la tragedia que significaron, las dos grandes guerras, dejaron sin resolver una larga serie de cuestiones y diferencias en las sociedades, las cuales - quebrado el orden de la disuación (seguramente violenta) - estallaron singularmente sorperendiendo al mundo por sus imbrincadas causas y consecuencias.
Esto resultó así por cierto en la medida que durante casi un siglo de maravillosos adelantos tecnológicos (viajes interestelares, robótica, informática, comunicaciones, genética), no se desarrolló paralelamente un pensamiento filosófico que fuera más allá de la situación mundial signada por la bipolaridad.
Recién con el fin de la guerra fría el mundo se percata, o mejor, comienza a padecer la profunda asimetría existente entre el avance tecnológico y el pensamiento filosófico, ya que por debajo del gran conflicto entre las superpotencias se ocultaba PRIMERA PARTE una multiplicidad de pequeños - pero gigantescos en potencia - conflictos de índole humana, que han predominado en la política internacional en los últimos años, y que mutan pero siguen produciendo ruidos hoy y con seguridad mañana. De los Balcanes al medio Oriente hay diferencias abismales, pero las perturbaciones son similares.
Esta sucesión de conflictos focales o no, no serán fáciles de resolver y afectarán el orden interno de los países involucrados a un alto costo, aunque también afectarán sensiblemente al resto del globo. La inexorable interdependencia hará que ningún país o bloque del orbe pueda desentenderse de los hechos que afecten a los otros - las recurrentes crisis "petroleras" son un ejemplo -.
Puede decirse en tal sentido que en estos últimos treinta años nos hallamos ante una serie de situaciones interactuantes, que eventualmente pueden determinar algunos aspectos esenciales de lo que sería la fisonomía del "nuevo orden internacional".
Una de ellas es la que caracterizan los efectos negativos de la competencia y el desarrollo económico, en cuanto a la imprevisión de la incidencia que los mismos tienen en el mercado laboral, como consecuencia del desplazamiento de grandes sectores de trabajadores que son marginados del mismo.
Se trata actualmente del crecimiento del desempleo en casi todos los países del mundo bebido, principalmente, a los avances tecnológicos, que elevando la producción, ocupan paradójicamente cada vez menos mano de obra.
A nivel mundial de ésto se derivan grandes migraciones internas y externas hacia otras áreas, las cuales no pocas veces se encuentran imposibilitado de absorber más mano de obra, salvo en condiciones salariales paupérrimas en relación con los ciudadanos locales, circunstancia que coadyuva al surgimiento de actitudes xenófobas.
Nuestro país no fue ajeno a estos movimientos aperturistas y/o geocentristas, pero no sólo entramos en crisis, sino que éstas se hicieron recurrentes en lo económico a tal punto que la "solución final" no fue un NUEVO modelo de desarrollo económico, sino políticas Keinesianas mal aplicadas que concluyen en este principio de siglo en un fabuloso e irremediable déficit fiscal