Caso Báez: La Cámara Federal presiona a Casanello y excluye a Durán
Los integrantes de la Sala II de la Cámara Federal porteña fueron
precisos: le ordenaron al juez Sebastián Casanello que debe investigar
por lavado de dinero al empresario kirchnerista Lázaro Báez.
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Martín Irurzun, Horacio Cattani y Eduardo Farah, en un incidente,
resolvieron un planteo de las defensas de los valijeros Leonardo Fariña y
Federico Elaskar, procesado por Casanello. Fariña, valijero que está
detenido, pidió que la causa se tramitara en la justicia de La Plata. En
tanto Elaskar, en libertad, solicitó que se investigara en la Capital
Federal.
Fariña está procesado por evasión impositiva y pretendía que la
investigación de su relación con Lázaro Báez pasara a manos del flamante
juez federal de La Plata Laureano Durán, cuya designación repudió toda
la oposición haciendo hincapié en que se intenta armar un fraude
electoral. Pero parece que este nombramiento apurado y contra viento y
marea obedece a una razón mayor de la presidente: proteger a su
empleado, socio y testaferro Báez. El anterior juez federal platense, el
fallecido Manuel Blanco, encarceló a Fariña por evasión impositiva,
fallo luego confirmado por la Cámara. Es decir que Durán, ex
escribiente, secretario de juzgado por cinco días y luego Juez Federal
Electoral, es un joven cercano al ministro de justicia Julio Alak y La
Cámpora, destinado a encubrir los negocios de lavado de dinero de la
presidente.
Con un margen más estrecho
Otro caso a recordar de una designación de este tipo se produjo hace
dos años, cuando el oficialismo, en el Consejo de la Magistratura,
propuso el nombramiento de cuatro jueces para la Justicia Federal de la
Capital y entre ellos apareció Sebastián Casanello, que fue votado por
el consejero opositor Alejandro Fargosi, alineado entonces con el PRO,
que lo propuso para cubrir una subrogancia del juez Norberto Oyarbide.
Entre los expedientes clave que guardaba Oyarbide estaba la causa de las
escuchas ilegales, en la cual el fiscal Jorge Di Lello había pedido la
elevación a juicio oral y público. A la luz de los hechos posteriores,
es obvio que Casanello fue nombrado para que zafara el jefe de gobierno y
así lo hizo, excluyéndolo del juicio oral al que envió al comisario
Jorge Palacios y al agente de inteligencia policial Ciro James, entre
otros.
Hay que tener en cuenta que esa causa fue armada por la SI (ex SIDE) a
través de Sergio Burstein, un miembro del grupo de familiares de
victimas del atentado a la AMIA. Por lo que se ve, en esa causa al
gobierno le pareció muy bien como la SI manejaba el tema. Volviendo a
Casanello, hasta ahora nunca citó a Lázaro Báez y la causa se inició en
mayo del 2013. En la misma fueron procesados Fariña, Elaskar, Carlos
Molinari y Roberto Jaime Erusalimsky, el supuesto comprador de los
campos del primero en Mendoza. Pero no se citó a prestar declaración a
Báez, aunque el fiscal Guillermo Marijuán hace seis meses que puede
hacerlo y no lo hace. Fuentes tribunalicias sostienen que Casanello
tendría la promesa de altos niveles del PRO de que no será molestado
durante el próximo gobierno, sea quien fuere el próximo presidente. Es
que la desvinculación del juicio oral del jefe de gobierno es muy bien
valorada en Bolívar 1. Pero ayer la Sala II de la Cámara Federal dio
otro paso más en el proceso de divorcio entre la Justicia Federal y el
Gobierno y le ordenó que centre su investigación en Lázaro Báez. A
partir de ahora, entonces, el costo de hacerse el distraído puede ser
importante.