jueves, 4 de diciembre de 2014

INFORMACIÓN VALORADA

INFORMACIÓN VALORADA

En nuestra anterior entrega, reflexionamos sobre el valor de la información para los empresarios, y por sobre todo, lo necesario de la misma en el proceso de toma de decisiones.
Pero la información, no es sólo un insumo necesario en la decisión sino que se "inmiscuye" de alguna manera en toda nuestra vida. Hay veces que nos proporciona conocimientos, otras veces alegría, nos actualiza y en mucha ocasiones NOS INDIGNA como por ejemplo cuando nos anoticiamos de un proyecto discriminatorio en favor de travestis para cobrar subsidios superiores a jubilados y pensionados o cuando nos horroriza sabiendo que a asesinos convictos los llevan de "paseo" desde Chubut a "Tecnópolis" obedeciendo al precepto culto del Gobierno de "cuanto peor mejor".
Esa información en casos es un elemento insustituible para hacer justicia, y en otros, cuando su uso es meramente político y está teñido de parcialidad y por supuesto tergiversaciones maliciosas y falta de comprobacion, es maligna, tal el caso de las "cuentas de Suiza" obtenidas mediante un acto ilícito (empleado infiel), no brindada por el país donde supuestamente están radicadas esas cuentas (las entregó Francia y no Suiza) y difundidas sin ninguna autorización judicial y para más, la información presenta serios vicios de falsedades.
También existe la información que se "volatiliza" y desaparece en determinados juzgados, como el caso de la que vincula a Lázaro Báez, la familia presidencial, los hoteles vacíos/colmados y el lavado de dinero SIEMPRE proveniente de actos delictivos.
Como vemos, la información adquiere presencia constante y hasta determinante en nuestra vida, cotidianamente.
El hecho de poder elaborar y transmitir datos aceleradamente a la gente, nos lleva a creer que ésto equivale a un real progreso cultural, pero, ¿es realmente así? ¿Qué comparación podemos hacer entre la tecnología de las comunicaciones y la comunicación entre los seres humanos? ¿A más información existe mayor comprensión? ¿El hombre más informado es más comunicativo, más solidario, más amplio en sus conceptos?...
Andreas Berglund, uno de los creadores de programas "Windows" afirma que hoy en día en computación se habla cada vez más de "Intellisense" en lugar de "Intelligence". Eso apunta a humanizar la informática, pues en "Intellisense" confluyen el saber, conocer con el sentir, percibir. Tal vez estamos asistiendo a la génesis de una filosofía de la información.
Lo cierto es que partiendo de una materia prima, la información, llegamos a través de un proceso a un producto terminado, denominado inteligencia, que sólo adquiere relevancia cuando está iluminada por alguna idea sobre la justicia, la libertad, la seguridad, el bienestar de las personas, el progreso de la raza humana y el desarrollo en general.
La información proveniente de nuestras máquinas auxiliares son fragmentos de hechos, pero nunca la sustancia del pensar. Las ideas vienen primero y la relación entre diferentes datos y sus conclusiones las saca el hombre con su imaginación, su capacidad asociativa y su visión del futuro.
Lo original de la mente humana no es almacenar y procesar información, sino generar ideas. Ideas que en conjunto forman esa lluvia de conceptos de donde se extraen conclusiones que se analizan y valoran para llegar a decisiones o resoluciones acertadas.
De estas reflexiones, deriva la trascendencia de la información, su valor, pero entendido, siempre enmarcada por la VERACIDAD. Ya hemos visto y a menudo leemos, conceptos tales como "manejo de la información" o "administración de la información" que no encierran otra cosa que un solapado concepto de MANIPULACIÓN DE LA INFORMACIÓN.
En este caso, la información pierde su esencia que es la de ser un "dato de la realidad" y se transforma simplemente en un "instrumento" intangible que busca orientar en un determinado sentido decisiones, corrientes de opinión o simplemente generar una orientación que facilite un "negocio".
La capacidad humana, la individual y la colectiva es en definitiva la que hace constantemente una selección de la información que recibe por todos los medios y su inteligencia determinará el atender o desechar los datos que lo impactan. La capacidad de los Estados para ser imparciales reguladores de los sistemas de difusión de información pública y masiva, es lo que estará permanentemente en duda, especialmente cuando la corrupción de ese Gobierno, ocasionalmente Estado, sea de una naturaleza tal que pretenda reformular la realidad que tenemos ante nuestros ojos y CREAR una información que no responde a esa realidad.