Pero muchos de sus discípulos, al oírlo dijeron: “Dura es esta doctrina; ¿quién podrá escucharla? San Juan 6, 60
Si Shakespeare plantease hoy al mundo su
célebre dilema “Ser o no ser, esta es la cuestión”, una bandada de
cabezas vacías o vaciadas, le responderían a una, con la uniformidad que
hoy impone la moda aun en lo intelectual: “Ni ser, ni no ser, sino
existir”. Aunque después seguramente se sentirán obligados a añadir un
largo discurso sobre el “devenir”, la “angustia vital”, lo “subjetivo”.
Lutero, Marx, Theilhard de Chardin e
inevitablemente Francisco, Mons. Williamnson, y Mons. Fellay, sazonando
todo con muchos de sus dichos (“preocuparse por los pobres no es
comunismo, es Evangelio”; “No tengo autoridad, sólo Roma puede
dármela”; “la iglesia conciliar es la iglesia católica y punto”) para dar sabor picante, que siempre resulta tan bien.
Porque he aquí el hecho de que toda esa TURBAMULTA, monótonamente intelectualizada según cánones específicos (mass media),
no decidiéndose a “Ser” o “No ser”, pretende negar que nada puede “ser”
o “no ser” mediante el sencillo procedimiento de IGNORAR LA MENOR
POSIBILIDAD de esencia.
El haber sacado de quicio la evolución, la materia y la existencia (cosas todas reales pero sólo cuando están reducidas a sus límites naturales)
les ha llevado, según la más clásica experiencia marxista, a quedarse
con un solo elemento final: el MOVIMIENTO PROPIO (ya sea el del 2007 o
los MÁS RECIENTES “Mitis Iudex Dominus Iesus” y “Mitis et misericors
Iesus”, para agilizar, ni más ni menos, la NULIDAD DE LOS MATRIMONIOS).
Ese “Ser” y ese “No ser”, con su cualidad
determinante y definitiva, les produce miedo cerval y por ello han de
adoptar la fuga o escape que es el “MOVIMIENTO”; y del que al cabo sólo
les queda lo mismo que deja una piedra lanzada, el vago recuerdo de una
trayectoria y la factura de los platos rotos, que alguien tendrá
forzosamente que pagar.
Pero donde cobra este asunto tintes
trágicos es en el terreno DOCTRINAL, y he aquí que aparecen ciertos
clérigos que tampoco quieren “ser” ni “no ser”, que pretenden
contentarse con un vago indeterminado “existir” de una espiritualidad
indeterminada, para acabar buscando ante ese mundo a sus ojos tan
preeminente una justificación aparentemente lógica, escamoteando
prácticamente toda su responsabilidad.
Y a esos clérigos los vemos lanzarse,
suavemente al principio, cuando pueden ser dañados, violentamente
después, cuando están seguros de poder dañar impunemente, a una
sistemática GUERRA IDEOLÓGICA contra todo cuanto se oponga al
desbordamiento de sus ansias de imponer su verdad, sin preocupación
alguna por “Ser” o “No ser”, en un existencialismo subjetivista que
derribaría, si fuera preciso, el Dogma, la Moral, la Revelación, la
TRADICIÓN y LA VERDAD ABSOLUTA puesta ya en cuarentena.
Y así llega uno a preguntarse: Si un
eclesiástico no reconoce Verdad, Revelación, Dogma, Moral y Tradición,
si con todo ello se derriban o escamotean las nociones de pecado,
SACRAMENTOS, Redención, Penitencia, si se deja de hablar de vida futura,
de vida interior y perfección cristiana, que es buscar la santidad,
para, yendo al día, vivir solo una vida existencial, viví y dejá vivir,
si ese eclesiástico busca tan sólo “la espiritualidad que se desprende
de la materia en que estamos bañados”, ¿“es” o “no es” un verdadero
clérigo?
“el pastor se volvió cabrito, y así andamos…”
Y lo que queda de ideas tan nebulosas en
esa especie de excursión bucólica y pastoril en la que los pastores y el
“Pastor por antonomasia” sólo quieren ser una oveja, más bien confundida con las otras, tanto en lo externo como en lo interno, por unas supuestas praderas comunales, sin vallas ni fronteras (NOM),
y en las que el sólo juego de las secreciones “internis” producidas por
las glándulas viscerales de la susodicha grey, por cierto hoy
autopastoralmente guiada, darán la pauta de cuanto se haya de hacer en
un “aquí me acuesto, allá como y acullá me levanto y retozo”.
¿Lo que quedará, pues, de tan nebulosos
propósitos podrá acaso “Ser” una religión? Más aún, ¿“Es” eso nuestra
religión? ¿Puede, acaso, “ser” eso la religión que nos enseñaron a
definir en el Credo de nuestro catecismo como la CATÓLICA, APOSTÓLICA y
ROMANA?
Porque aquí ya no se trata de existencialismos indeterminados; se trata taxativamente de “Ser” o “No ser”:
El mismo Cardenal Garrone, que dijo que
tan sólo un obispo había presentado la posibilidad de que se condenase
al comunismo, siendo que nosotros habíamos reunido 450 firmas, relataba
Monseñor Lefevbre, él mismo dijo: “los fieles deben oponerse a
los excesos de libertades litúrgicas y novadoras cuando sus párrocos
excedan las normas establecidas, ha sonado la hora de que los cristianos
empiecen a decir las verdades por encima de los tejados”.
“L’OSSERVATORE ROMANO” contribuyendo a la desacralización del Papado…
o mostrando la realidad: ¡un papado de caricatura!
Ha llegado el momento de enfrentarse con
el jovencito tradicionalista, caprichoso y díscolo para gritarle ¡Basta!
Hay que ponerle la espalda al muro y exigirle que defina “Es” o “No
es”, y al sacerdote habría que pedirle esa misma afirmación en estos
tiempos de tan grande confusión, recordándole que el “Sí, pero…” NO
SIRVE, porque Nuestro Señor Jesucristo lo dijo bien claro “Es, es, No
es, no es” (SÍ, sí, No, no), esto sí es Evangelio puro pronunciado por
la misma boca del Señor.
Porque, al fin y al cabo, como decía San
Bernardo a sus monjes, a Dios le importa lo que “Somos” y lo que “No
somos”, fríos o calientes, y en atención a esto actúa en su Divina
Justicia, la que hoy están DIFUMINANDO, dejando a un lado al Dios
Justiciero con aquello de la “misericordia kowalskana”.
La Misericordia misma de Dios es lógica
causa de su Justicia, si no fuera Justo no sería Bueno, no se olvide que
Aquél que administra Justicia “Es” Justiciero.
“El mayor atributo de Dios es su infinita misericordia”
Y para nosotros los simples laicos, que
no somos clérigos, ha llegado el momento de tomar precauciones en medio
de esta APOSTASÍA, en la que hemos de poner a prueba a los pastores para
descubrir a los que son lobos disfrazados o falsos profetas, porque nos
hallamos con que unos pastores sostienen lo de siempre, mientras otros
sostienen lo nunca visto y oído, (si es malicia o ignorancia, Dios lo sabe),
así también sabemos que lo de siempre sin corrupción alguna da buenos
resultados, y los dio durante veinte siglos, mientras lo nunca visto,
hoy se acompaña de un notable número de sacerdotes SECULARIZADOS y un NO
FLORECIMIENTO de vocaciones como en antaño.
LA SIMPLE OVEJA RASA NECESITA ALIMENTARSE
sin subirse por las ramas de la cautela y la especulación, tiene por
ello unos dictámenes muy sencillos, por ejemplo LA PUESTA EN PRÁCTICA DE
LA ENCÍCLICA PACENDI; y aunque no los grita todavía por los tejados,
porque suele ser BASTANTE DÓCIL, sí que dice entre la intimidad de los
suyos Este “Es” y Aquél “No es”, porque, lo quieran o no los
existencialistas de la religión el problema al fin, es de esencia, de lo
CATÓLICO y de lo NO CATÓLICO, como lo planteó Don William.
El problema hoy y siempre es de “Ser” o
“No ser”, mientras que lo más, según expresiones del mismo Don William
no son más que “palabras, palabras, palabras”… lo que hay que demostrar
es “Ser” virtuoso, “Ser” veraz, “Ser” limpios de corazón, “Ser”
enamorados de Dios, “Ser” CATÓLICOS….
No hay término medio, NO BUSCAR EN EL MODERNISMO ALIMENTAR NUESTRA FE.
Se trata de ortodoxia y de heterodoxia sin más paliativos, “Ser”
ortodoxia “No ser” heterodoxia, dejando de buscarle cuatro pies al gato,
si sabemos que anda cojeando.
Cuando “No Sea” ortodoxia, “Es” simple y llanamente heterodoxia, lo cual entraña RUPTURA, FRATERNALMENTE O NO, pero RUPTURA, el sarmiento separado de la vid ya no “Es” vid.
¡SÍ!.. Ser o No ser, esta seguirá siendo la cuestión.
“Ser o no ser, esa es la cuestión. ¿Qué
es más noble para el alma sufrir los golpes y las flechas de la injusta
fortuna o tomar las armas contra un mar de adversidades y oponiéndose a
ella, encontrar el fin? Morir, dormir… nada más; y con un sueño poder
decir que acabamos con el sufrimiento del corazón y los mil choques que
por naturaleza son herencia de la carne… Es un final piadosamente
deseable. Morir, dormir, dormir… quizá soñar. Ahí está la dificultad. Ya
que en ese sueño de muerte, los sueños que pueden venir cuando nos
hayamos despojado de la confusión de esta vida mortal, nos hace frenar
el impulso.
Ahí está el respeto que hace de tan larga
vida una calamidad. Pues quién soportaría los latigazos y los insultos
del tiempo, la injusticia del opresor, el desprecio del orgulloso, el
dolor penetrante de un amor despreciado, la tardanza de la ley, la
insolencia del poder y los insultos que el mérito paciente recibe del
indigno cuando él mismo podría desquitarse de ellos con un puñal.
Quejarse y sudar bajo una vida cansada,
por el temor a algo después de la muerte –el país sin descubrir, de cuya
frontera ningún viajero vuelve– aturde la voluntad y nos hace soportar
los males que sentimos, en vez de volar a otros que desconocemos.
La conciencia nos hace cobardes a todos. Y
así el nativo color de la resolución enferma por el hechizo pálido del
pensamiento y empresas de gran importancia y peso con lo que a esto se
refiere, sus corrientes se desbordan y pierden el nombre de acción”.
Shakespeare
Esteban P.Sanchez Malagon