Matete bergoglianos-hegelianos – CATAPULTA
Hace
ya tiempo que Francisco insiste en dos temas: la Iglesia “es un hospital de
campaña” para recoger a “los heridos” y que el “rigorismo” y “el legalismo” son
propios del “hipócrita”. Así contrapone la Iglesia de la misericordia a la
Iglesia rígida, como si hubiera un foso insalvable entre las dos. Van dos
últimas expresiones suyas:
“La
Iglesia es madre. Es nuestra ‘santa madre Iglesia, la que nos genera en el
Bautismo, nos hace crecer en su comunidad y tiene esas actitudes de maternidad,
mansedumbre, bondad: la Madre María y la madre Iglesia saben acariciar a sus
hijos, dan ternura. Pensar en la
Iglesia sin esta maternidad es pensar en una asociación rígida, una asociación
sin calor humano, huérfana”.
“Cuando falta esta maternidad sólo queda
la rigidez, aquella disciplina, y no se sabe sonreír”. Radiovaticana
“El
Señor nos ayude a no ser
sociedad-fortaleza, sino sociedad-familia, capaces de acoger, con
reglas adecuadas, pero acoger”. Aciprensa
Como
siempre, Bergoglio no aclara el sentido de sus palabras. ¿Qué será “asociación rígida” y “sin calor humano”? ¿A qué
“disciplina” se referirá? ¿Por qué enfrenta “la sociedad-fortaleza” a “la
sociedad-familia”?
Haré
un intento para desentrañar lo que quiso decir a partir de una hipótesis: su pensamiento y su lenguaje están
inficionados de hegelianismo, bagaje común del progresismo en todas sus
variantes.
(Y
conste que digo inficionado, nada más, porque a todas luces se trata de un
hombre sin mayor formación filosófica, como la de su antecesor Benedicto).
Por
eso la facilidad que Bergoglio lanza consignas hegelianas sin saberlo
mucho-como buen demagogo que es-planteando dos
polos dialécticos aptos para el inmediato consumo de los medios de comunicación:
la Iglesia dura, fría, aislada, alejada del pueblo, etc.etc. versus la Iglesia
misericordiosa, cálida, comprensiva, más humana en definitiva.
Es
probable que dentro de su mente esté bailoteando una salida no menos hegeliana
para la resolución de esas antinomias, bien falsas por cierto: la conciliación de los opuestos a través
de una salida seudosuperadora: la Iglesia bergogliana donde convivan
todos, duros y blandos, rígidos y flexibles, conservadores y populistas.(Aunque
a los primeros les quede poca vida, según la ley de las revoluciones).
Quizás
en el Sínodo no se altere, en apariencia, la buena doctrina. Pero es
probable-más que probable-que so pretexto de la misericordia bergogliana se
imponga una pastoral nociva para las almas.
Recomiendo
entonces leer la nota y desgastar las cuentas del Rosario.
Nota catapúltica
1)Comentario de Rorate
Caeli: “Las frecuentes quejas del
Papa contra los “legalismos”, incluyendo su homilía en la apertura del Sínodo
(4 de octubre, 2015), no ayudan a quienes quieren defender la doctrina actual.
Su homilía parece un anteproyecto de lo que espera lograr en el Sínodo. Por un lado, el Papa habla de reafirmar
la teoría, la doctrina: “para defender la sacralidad de la vida, de
toda vida; para defender la unidad y la indisolubilidad del vínculo conyugal
como signo de la gracia de Dios y de la capacidad del hombre de amar en serio.”
Por el otro, habla de la praxis que
debiera acompañar la doctrina de aquí en adelante: la Iglesia no
“señala con el dedo para juzgar”, sino que debe “buscar y curar a las parejas
heridas con el aceite de la acogida y de la misericordia” y “acoger y
acompañar”; no debe tener “puertas cerradas” sino ser un “puente” en lugar de
una “barrera”.
Al principio estas
palabras pueden parecer fantásticas — ¿pero acaso no implican que la disciplina actual de la Iglesia es
incompleta, que es poco misericordiosa y no acoge a las parejas “heridas”?
Dado el contexto y la atmósfera en la que se reúne el Sínodo, dados los
frecuentes ataques del Papa hacia el “legalismo” y sus repetidas invocaciones
al Dios de las sorpresas, las
indicaciones del Papa apuntan en una única dirección – conservar la doctrina
escrita, pero cambiar la disciplina. Justamente, el ver si esto es
posible ha sido el punto crucial de todos los debates sobre la familia que han
enfrentado “obispo contra obispo, cardenal contra cardenal” en los últimos 2
años; pero la posición del Papa ya debiera ser clara. No necesitamos especular
porque su reforma radical del
“proceso de nulidades” convirtiéndolo efectivamente en una máquina de divorcios
católicos de facto muestra lo que desea conseguir, siempre y cuando la doctrina
quede preservada en papel. (Durante la entrevista que dio en el vuelo
de regreso a Roma tras su visita a América, Francisco defendió su reforma
diciendo que la doctrina sobre la indisolubilidad permanece intacta y que sólo
quería encarar el proceso “interminable” de apelaciones. Su defensa se respaldó
en el hecho de que la doctrina se preserva en papel. Intencionalmente o no, no
respondió a ninguno de los argumentos presentados por muchos canonistas
respecto a que las reformas minan la doctrina en la práctica)
(El artículo traducido
completo en http://www.adelantelafe.com/la-cuadratura-del-circulo-resultado-probable-del-sinodo-a-menos-que-ocurra-un-milagro/)
2) Ver también “ALERTA
AMARILLA: FRANCISCO Y JORGE GUILLERMO FEDERICO” http://www.catapulta.com.ar/archivos/11515
Fuente: Catapulta
Nacionalismo Católico San Juan Bautista