viernes, 9 de octubre de 2015

Matete bergoglianos-hegelianos – CATAPULTA


Matete bergoglianos-hegelianos – CATAPULTA

Hace ya tiempo que Francisco insiste en dos temas: la Iglesia “es un hospital de campaña” para recoger a “los heridos” y que el “rigorismo” y “el legalismo” son propios del “hipócrita”. Así contrapone la Iglesia de la misericordia a la Iglesia rígida, como si hubiera un foso insalvable entre las dos. Van dos últimas expresiones suyas:
“La Iglesia es madre. Es nuestra ‘santa madre Iglesia, la que nos genera en el Bautismo, nos hace crecer en su comunidad y tiene esas actitudes de maternidad, mansedumbre, bondad: la Madre María y la madre Iglesia saben acariciar a sus hijos, dan ternura. Pensar en la Iglesia sin esta maternidad es pensar en una asociación rígida, una asociación sin calor humano, huérfana”.
 
Cuando falta esta maternidad sólo queda la rigidez, aquella disciplina, y no se sabe sonreír”. Radiovaticana
“El Señor nos ayude a no ser sociedad-fortaleza, sino sociedad-familia, capaces de acoger, con reglas adecuadas, pero acoger”. Aciprensa
Como siempre, Bergoglio no aclara el sentido de sus palabras. ¿Qué será “asociación rígida” y “sin calor humano”? ¿A qué “disciplina” se referirá? ¿Por qué enfrenta “la sociedad-fortaleza” a “la sociedad-familia”?
Haré un intento para desentrañar lo que quiso decir a partir de una hipótesis: su pensamiento y su lenguaje están inficionados de hegelianismo, bagaje común del progresismo en todas sus variantes.
(Y conste que digo inficionado, nada más, porque a todas luces se trata de un hombre sin mayor formación filosófica, como la de su antecesor Benedicto).
Por eso la facilidad que Bergoglio lanza consignas hegelianas sin saberlo mucho-como buen demagogo que es-planteando dos polos dialécticos aptos para el inmediato consumo de los medios de comunicación: la Iglesia dura, fría, aislada, alejada del pueblo, etc.etc. versus la Iglesia misericordiosa, cálida, comprensiva, más humana en definitiva.
Es probable que dentro de su mente esté bailoteando una salida no menos hegeliana para la resolución de esas antinomias, bien falsas por cierto: la conciliación de los opuestos a través de una salida seudosuperadora: la Iglesia bergogliana donde convivan todos, duros y blandos, rígidos y flexibles, conservadores y populistas.(Aunque a los primeros les quede poca vida, según la ley de las revoluciones).
Quizás en el Sínodo no se altere, en apariencia, la buena doctrina. Pero es probable-más que probable-que so pretexto de la misericordia bergogliana se imponga una pastoral nociva para las almas.
Recomiendo entonces leer la nota y desgastar las cuentas del Rosario.

Nota catapúltica

1)Comentario de Rorate Caeli: “Las frecuentes quejas del Papa contra los “legalismos”, incluyendo su homilía en la apertura del Sínodo (4 de octubre, 2015), no ayudan a quienes quieren defender la doctrina actual. Su homilía parece un anteproyecto de lo que espera lograr en el Sínodo. Por un lado, el Papa habla de reafirmar la teoría, la doctrina: “para defender la sacralidad de la vida, de toda vida; para defender la unidad y la indisolubilidad del vínculo conyugal como signo de la gracia de Dios y de la capacidad del hombre de amar en serio.” Por el otro, habla de la praxis que debiera acompañar la doctrina de aquí en adelante: la Iglesia no “señala con el dedo para juzgar”, sino que debe “buscar y curar a las parejas heridas con el aceite de la acogida y de la misericordia” y “acoger y acompañar”; no debe tener “puertas cerradas” sino ser un “puente” en lugar de una “barrera”.

Al principio estas palabras pueden parecer fantásticas — ¿pero acaso no implican que la disciplina actual de la Iglesia es incompleta, que es poco misericordiosa y no acoge a las parejas “heridas”? Dado el contexto y la atmósfera en la que se reúne el Sínodo, dados los frecuentes ataques del Papa hacia el “legalismo” y sus repetidas invocaciones al Dios de las sorpresas, las indicaciones del Papa apuntan en una única dirección – conservar la doctrina escrita, pero cambiar la disciplina. Justamente, el ver si esto es posible ha sido el punto crucial de todos los debates sobre la familia que han enfrentado “obispo contra obispo, cardenal contra cardenal” en los últimos 2 años; pero la posición del Papa ya debiera ser clara. No necesitamos especular porque su reforma radical del “proceso de nulidades” convirtiéndolo efectivamente en una máquina de divorcios católicos de facto muestra lo que desea conseguir, siempre y cuando la doctrina quede preservada en papel. (Durante la entrevista que dio en el vuelo de regreso a Roma tras su visita a América, Francisco defendió su reforma diciendo que la doctrina sobre la indisolubilidad permanece intacta y que sólo quería encarar el proceso “interminable” de apelaciones. Su defensa se respaldó en el hecho de que la doctrina se preserva en papel. Intencionalmente o no, no respondió a ninguno de los argumentos presentados por muchos canonistas respecto a que las reformas minan la doctrina en la práctica)



2) Ver también “ALERTA AMARILLA: FRANCISCO Y JORGE GUILLERMO FEDERICO” http://www.catapulta.com.ar/archivos/11515


Fuente: Catapulta
  

Nacionalismo Católico San Juan Bautista