EL OPUS DEI, CABALLO DE
TROYA DEL LIBERALISMO
R. P. Guillermo Devillers
Publicado en "Tradición Católica" nº 12 nov/1985, Madrid, España.
Tocará a historiadores mas documentados que
yo el juzgar con precisión la influencia liberal del Opus en la
evolución, o más bien, revolución política y religiosa de España en
estos últimos años, influencia que por lo visto, fue muy importante.
Lo que quiero aquí es, sin pasión ni
polémica, comparar la doctrina abiertamente liberal de la Obra y de su
fundador, con las enseñanzas eternas de la Iglesia.
a) UN CONCEPTO AMBIGUO DE LA LIBERTAD
Desde hace dos siglos la Iglesia multiplica
sus advertencias contra una idea falsa y demoledora de "libertad". No
hay libertad fuera de la dependencia de Dios. Estamos en una
dependencia total de Dios tanto en nuestro ser como en nuestro obrar.
(Basta leer por ejemplo la encíclica de S.S. León XIII, "Libertas".) A
nosotros criaturas nos toca obedecer a cada momento y en cada acción a
la voluntad amorosa de nuestro Creador, expresada por su ley natural,
por la ley evangélica y por las órdenes legítimas de nuestros
superiores. En esta obediencia y dependencia de Dios consiste nuestra
perfección: "Sed perfectos". Escuchemos la doctrina tradicional y eterna
de la Iglesia tan clara y hermosa referente a la libertad: "Si ha de
tener nombre verdadero de libertad en la sociedad misma, no ha de
consistir en hacer lo que a cada uno se le antoja, de donde
resultarían grandísima confusión y turbulencias opresoras, al cabo, de
la sociedad, sino en que, por medio de las leyes civiles, pueda cada
uno fácilmente vivir según los mandamientos de la ley eterna".
("Libertas" núm. 11).
Si leemos ahora los escritos del fundador de
"la Obra", ¡qué diferencia! ¡qué lenguaje tan distinto y no exento de
ambigüedad!
"Algunos de los que me escucháis me conocéis
desde muchos años atrás. Podéis atestiguar que llevo toda mi vida
predicando la libertad personal, con personal responsabilidad. La he
buscado y la busco, por toda la tierra, como Diógenes buscando un
hombre, y cada día la amo más, la amo sobre todas las cosas terrenas:
es un tesoro que no agradeceremos nunca bastante". (José Mª Escrivá de
Balaguer, Sermón de Cristo Rey del 22-11-1970). ¿De qué libertad se
trata? No lo sabemos.
Y estas expresiones tan peligrosas: "La
libertad personal que defiendo y defenderé siempre con todas mis
fuerzas" ("Amigos de Dios, núm. 26). "Libremente, sin coacción alguna,
porque me da la gana, me decido por Dios". ("A migos de Dios "núm.
35). "Soy muy amigo de la libertad, y precisamente por eso quiero
tanto esa virtud cristiana (la obediencia). Debemos sentirnos hijos de
Dios, y vivir con la ilusión de cumplir la voluntad de nuestro Padre.
Realizar las cosas según el querer de Dios porque nos da la gana(1),
que es la razón más sobrenatural. El espíritu del Opus Dei, que he
procurado practicar y enseñar desde hace mas de 35 años, me ha hecho
comprender y amar la libertad personal". ("Es Cristo que pasa" nº 17).
Podríamos multiplicar los textos. Digamos solamente que si bien "el
padre suele añadir a esta palabra: "libertad" esta otra:
"responsabilidad", si bien la libertad que nos alaba suele acabar bien
("Libremente. sin coacción alguna porque me da la gana, me decido por
Dios(2),
sin embargo, todo este lenguaje nos suena mal. nos suena a ambiguo,
nos deja una impresión desagradable. La libertad no con siste de
ninguna manera en hacer "lo que me da la gana", sino en obrar según la
recta razón. Por eso, dice Santo Tomás, el poder pecar no es
libertad, sino servidumbre. Nos gustaría que los hombres actuales de
la Iglesia y del Opus Dei nos hablaran más claro en vez de repetir
estas solemnes y enfáticas alabanzas de la libertad sin más
precisiones(3)
b) MONS. ESCRIVÁ DE BALAGUER Y LA LIBERTAD RELIGIOSA
Sobre este tema de la libertad religiosa "e1 padre habló bien claro. Refiere Salvador Bernal:
"En 1966 contó a un periodista,
Jacques Guillemé-Brûlon, de "Le Figaro", lo que una vez había
comentado -el padre Escrivá de Balaguer- al Santo Padre Juan XXIII,
movido por el encanto afable y paternal de su trato "Santo Padre, en
nuestra Obra siempre han encontrado todos los hombres, católicos o no,
un lugar amable: no he aprendido el ecumenismo de Vuestra Santidad".
El se rió emocionado porque sabía que, ya desde 1950, la Santa Sede
había autorizado al Opus Dei a recibir como asociados cooperadores a los
no católicos y aún a los no cristianos.
Poco antes, el periodista le había preguntado
sobre la "posición de la Obra" ante la Declaración del Concilio
Vaticano II acerca de la libertad religiosa. La respuesta surgió bien
clara: "En cuanto a la libertad religiosa, el Opus Dei, desde que se
fundó, no ha hecho nunc a discriminaciones: trabaja y convive con
todos, porque ve en cada persona un alma a la que hay que respetar y
amar. No son solo palabras, nuestra Obra es la primera organización
católica que, con la autorización de la Santa Sede, admite como
Cooperadores a los no católicos, cristianos o no. He defendido siempre
la libertad de las conciencias. No comprendo a violencia: no me
parece apta ni para convencer ni para vencer; el error se supera con
la oración, con la gracia de Dios, con el estudio, nunca con la
fuerza, siempre con la caridad. Comprenderá que siendo ese el espíritu
que desde el primer momento hemos vivido, sólo alegría puede
producirme las enseñanzas que sobre este tema ha promulgado el
Concilio". ("Mons. J. Escrivá de Balaguer" Salvador Bernal). El
lector habrá notado enseguida la contradicción de este texto con la
Encíclica "QUANTA CURA" de Pío IX que condena "esa
opinión errónea, la más fatal a la la Iglesia Católica y a la
salvación de las almas y que Gregorio XVI llamaba delirio, a saber:
que la libertad de conciencia y de cultos es un derecho libre de cada
hombre que debe ser proclamado y garantizado en toda sociedad bien
constituida..."
En "Amigos de Dios" núm. 171, el fundador de1
Opus Dei decía también: "Estamos obligados a defender la libertad
personal de todos, sabiendo que Jesucristo es quien nos ha adquirido
esa libertad; si no actuamos así, ¿con qué derecho reclamaremos la
nuestra?(4).
Esta idea, la vuelve a repetir muchas veces a lo largo de sus
sermones: "Nuestra fe cristiana además, nos lleva a asegurar a todos
un clima de libertad, comenzando por alejar cualquier tipo de
engañosas coacciones en la presentación de la fe". (id. nº 36). Esta
doctrina del fundador del Opus Dei es enorme en sus consecuencias. Es,
por supuesto, una condenación de la Inquisición católica, pero
también de las Cruzadas ("No comprendo la violencia"). Es la condenación
de los siglos de Reconquista. Es la condenación, incluso, de la
Cruzada nacional de 1936. Nuestros lectores saben cuánto esa doctrina
de libertad religiosa, que triunfó en el Concilio Vaticano II, se
aleja de la doctrina católica infalible. Esa doctrina es herética(5). Esa
libertad que defienden es la libertad de la perdición que Gregorio
XVI y Pío IX llamaban delirio y que está hoy día llevando a toda una
generación de jóvenes en el mundo entero a su perdición y
auodestrucción, por la in moralidad, las sectas, la droga y otros
venenos de venta libre.
c) RELACIONES ENTRE LA IGLESIA Y EL ESTADO:
UN LIBERALISMO DIGNO DE LA MASONERÍA.
UN LIBERALISMO DIGNO DE LA MASONERÍA.
A la masonería. no le molesta mucho que se
hable de Dios, de vida espiritual, de oración, de mandamientos, con
tal que todo esto se quede en un plan privado o en las Iglesias. Lo
que no puede soportar es que se saquen de la Religión consecuencias
públicas, sociales, deberes para los gobiernos, lucha de éstos contra
el vicio y el error. De ahí la separación de la Iglesia y el Estado,
el Estado oficialmente laico, sin religión, la liberad de cultos, de
prensa, de espectáculos, etc.
La Iglesia luchó con todas sus fuerzas contra esta rebelión del poder civil y de las acciones contra Jesucristo(6).
El Opus Dei no luchó. Su liberalismo en este
punto es asombroso. Que el lector me perdone si las citas se alargan
un poco, ¡pero este punto es de una trascendencia tan enorme!
"No escapan a Mons. Escrivá de Balaguer las
consecuencias prácticas de una espiritualidad verdaderamente
laical... Y he aquí, en este punto, la característica aversión de
Monseñor Escrivá de Balaguer por todo tipo de clericalismo: "Pero a
ese cristiano (sabio) jamás se le ocurre creer o decir que él baja del
templo al mundo para representar a la Iglesia y que sus soluciones
son las soluciones católicas a aquellos problemas. ¡Esto no puede ser,
hijos míos! Esto sería clericalismo, catolicismo oficial o como queráis
llamarlo. En cualquier caso es hacer violencia a la naturaleza de las
cosas". (Citado por el Cardenal Sebastiano Baggio en "Avenire", Milán
26-7-75).
En el librito de propaganda "¿Qué es el Opus
Dei?" (Edición 1972, 28), nos dice: "Como consecuencia del fin
exclusivamente divino de la Obra, su espíritu es un espíritu de
libertad, de amor a la libertad personal de todos los hombres; y como
ese amor a la libertad es sincero y no un mero enunciado teórico,
nosotros amamos la necesaria consecuencia de la libertad, es decir: el
pluralismo".
En el Opus Dei el pluralismo es querido y amado, no sencillamente tolerado y en modo alguno dificultado.
En 1964 le preguntaron en el teatro Gayarre de Pamplona:
"¿Qué posición tienen los socios del Opus Dei
en la vida pública de los pueblos? Mons. Escrivá inició su respuesta
con un rápido y rotundo: "la que les de la gana". En el abarrotado
teatro resonó una ovación cerrada...
¿Cómo puedo dar a entender a nuestros amigos,
se le preguntó en Buenos Aires, que tratar a Dios es mas importante
que hacer política? Bueno, contesta el "padre", es que no les puedes
decir que no se preocupen de política. Porque justamente, por amor de
Dios, algunas personas se ocupan de política: ¡yo, no! Yo no trato de
ese tema, pero comprendo que haya ahí gente llena de rectitud: unos
van por la derecha, otros por la izquierda, otros por allá, y ninguno
desacierta, todos tienen buena voluntad...
De modo que sí: que los buenos se preocupen
de política, si les da la gana..." (Monseñor Escrivá de Balaguer, por
Salvador Bernal pág. 269).
Al leer esto me quedo estupefacto y pienso:
pobre San Fernando, pobres Reyes Católicos que se equivocaron haciendo
política, y además, una política del peor clerica1ismo,
considerándose como los capitanes de Dios, representantes de la
Iglesia.
Pobre San Pío X que en Venecia hizo toda una
campaña electoral sobre el tema: ¡A la puerta todos los enemigos de
San Marcos, luchando con todas sus fuerzas contra el abstencionismo
político de los católicos y consiguiendo el rechazo total de los
masones y socialistas del gobierno. ¡Pero claro, esto era antes del
Concilio Vaticano II! Si estos Reyes, si San pío X hubieran conocido a
Monseñor Escrivá de Balaguer, no se habrían equivocado así y habrían
dejado a los católicos hacer la política "que les diese la gana", y
habrían dejado en paz a los musulmanes, judíos o masones...
CONCLUSIÓN
LOS CATÓLICOS DEBEMOS TENER
HORROR A ESTE LIBERALISMO TAL
COMO LO DEFIENDE EL OPUS DEI
COMO LO DEFIENDE EL OPUS DEI
Hoy día el liberalismo
triunfa no sólo en España con el Opus Dei, sino también en Roma. Este
liberalismo no es católico y no lo será nunca; Queremos Que Dios
reine en todo el mundo. ¿No lo decimos en el Padre Nuestro? Que
Jesucristo reine no sólo en los corazones, no sólo en la vida privada
sino también en la sociedad, en las empresas, en las escuelas.
Queremos que el crucifijo esté en las aulas. Queremos salvar nuestras
almas y las de nuestros niños y las de todos los hombres. Queremos
pues, que el gobierno luche contra el vicio y la corrupción en los
jóvenes, prohíba el aborto y el terrorismo. Y que remos luchar
nosotros mismos, en la medida de nuestra influencia social o política.
Que remos que los Estados nos "coaccionen" suave mente para ser buenos
católicos siguiendo el consejo de Jesús (Lc. 14-23): "Obligadles a
entrar para que se llene mi casa". Si esto es hacer política, haremos,
entonces, la política de los santos, la política de san Fernando y de
San Luis, y si Dios quiere hare mos otra nueva cruzada para salvar la
civilización cristiana de manos del comunismo, del judaísmo, y del
islamismo y, salvar a España. Y confiamos en que la Virgen victoriosa
de Lepanto nos dé la victoria otra vez.
No dudo de que hay
personas buenas y santas en el Opus Dei, pero quisiera que vie ran
cómo les pueden engañar. Y quiero terminar con estas palabras llenas
de fe y de piedad de un gran defensor de la fe (Monseñor Lefebvre,
13-13-1984): "Cuanto más se medita nuestra dependencia de Dios, más se
medita nuestra dependencia de Nuestro Señor Jesucristo, tanto más se
tiene el deseo de ponerse bajo el dulce reino de Cristo y de la
Santísima Virgen María; no se tiene más que un deseo: y es el de ver
reinar a Cristo y a la Santísima Virgen María. Cuanto más se piensa en
eso más horror se tiene, un horror visceral, un horror instintivo, al
liberalismo...".
En resumen: Las
"libertades" defendidas por Mons. Escrivá de Balaguer, desde San
Agustín han sido llamadas por la Iglesia: "libertades de perdición" o
"delirios".
El liberalismo del cual
hace alarde el fundado r del Op us Dei, ha sido condenado
infaliblemente como "el error más fatal a la Iglesia Católica y a la
salvación de las al mas". Y fatal lo ha sido para España, abriendo las
puertas al socialismo-comunismo y a una intensiva propaganda de
descristianización.
NOTA:
Lecturas aconsejadas:
Lecturas aconsejadas:
-
"EL LIBERALISMO ES PECA DO" por D. Felix Sardá y Salvany. Ediciones Stella C/ Ayala nº 21 MADRID. Este libro valió a su autor las aprobaciones más altas y expresas de la Iglesia y los en comios más preciados de sus Jerarcas en el siglo XIX.
-
"EL CRITERIO" de Jaime Balmes. Un libro siem pre actual sobre los fundamentos de la filo sofía del buen sentido, antídoto probado con tra los delirios de la filosofía moderna. (Ediciones Stella)
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(1) Subrayado en el texto original (volver)
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(2) "Amigos de Dios", nº 35.. (volver)
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(3) Sto. Tomás define la libertad: "Vis electiva me diorum servato ordine finis". Es el poder escoger los medios convenientes, conservando el orden hacia el fin. (volver)
-
(4) ¿Con qué derecho? ¡Hombre! pero con el derecho de la verdad que sólo tiene derechos. El error tiene ninguno. Ta1 es la doctrina tradicional de la Iglesia recordada por el Papa Pío XII: "Lo que no correspode a la verdad y a la norma moral, no tiene objetivamente derecho alguno a la existencia, ni a la propaganda, ni a la acción". (Pío XII Comunidad Internacional y Tolerancia. Doctrina Pontificia, Tomo I L BAC). La doctrina católica sólo aprueba la tolerancia del error y el mal, en la medida en que sea conveniente o necesario "para que no se impidan mayores bienes y en parte para que no se sigan mayores males". (volver)
-
(5) Ver los artículos de Michel Martín, a quien no se ha contestado nunca. (Trad.Cató. nº 28, 9, 10, 11). (volver)
-
(6) Ver, en especial, el SYLLABUS, de Pío IX y la Encíclica "QUAS PRIMAS" de Pío XI que instituyó la fiesta de Cristo Rey..(volver)