Francisco: “Todos los divorciados que lo pidan serán admitidos” a los sacramentos
[Secretum Meum Mihi] Eugenio Scalfari, el creador de La Repubblica, el periódico favorito de Francisco, revela hoy en su editorial
en el mismo diario (págs. 1 y 27) que el pasado 28 de Octubre Francisco
lo llamó por teléfono y hablaron por cerca de quince minutos.
En un su editorial, y de la parte que de esa
conversación trató sobre las conclusiones del Sínodo sobre la familia
recientemente concluido, Scalfari cita (entrecomilla) a Francisco, quien
dijo que todos los divorciados que lo pidan serán admitidos a los
sacramentos (en la imágen hemos recortado y subrayado la frase textual
que Scalfari atribuye a Francisco).
Ello contradice lo que algunos de
los participantes han estado sosteniéndo desde que se conoció la Relatio Finalis
(nueve días después de publicada no conocemos una traducción al español
de la misma), a saber, que como en los puntos controversiales (del 84
al 86) no se menciona la palabra comunión, por ello no se debe entender
que el Sínodo ahora garantice el acceso de los divorciados vueltos a
casar a la Sagrada Comunión. El caso más reciente, y que nos viene muy
bien como ejemplo, es el del card. Jorge Urosa, quien en una entrevista
hoy a El Nacional de Caracas afirma lo que acabamos de decir. Ya en días pasados habíamos hecho notar
que al impulsor principal de la idea de garantizar a los divorciados
vueltos a casar el acceso a la Sagrada Comunión, el card. Walter Kasper,
le había gustado el resultado del Sínodo y también él, como lo hace
ahora Francisco, había interpretado que el Sínodo había abierto la
puerta para que los divorciados vueltos a casar tengan acceso a la
comunión.
Al momento de redactar esta entrada no sabemos si, el portavoz
vaticano o alguien de la Oficina de Prensa, al respecto haya salido en
la tarde o noche del Domingo a hacer uno de los tradicionales
desmentidos con reserva mental, pero es de esperarse uno. Como el que
ocurrió con la primera entrevista que Francisco concedió al mismo
Scalfari; la cual en principio el P. Lombardi salió a certificar como
veráz porque Scalfari, según él, era una persona confiable, para más
tarde, cuando la entrevista desapareció de la web del Vaticano, afirmar
que ya no lo era tanto, sin embargo la entrevista se rehabilitó dos
veces y sigue siendo consultable en el sitio de internet vaticano (ver aquí).
Por cuanto se entiende que, como ocurrió con ese caso, cuando Scalfari
entrecomilla a Francisco, o dice que Francisco dice lo que dijo, es así
como ocurrió.
Como nota adjunta, Francisco revela a Scalfari que en Marzo escribirá un ensayo sobre la Iglesia misionera y sus objetivos.
Esta es una traducción al español de Secretum Meum Mihi
de los pasajes del editorial de Scalfari referentes al intercambio que
este tuvo con Francisco sobre las conclusiones del Sínodo.
[…]
Hay una frase que el Papa ha pronunciado y ha subrayado escribiéndola en el texto de su discurso conclusivo y en su Audiencia del 28 [de Octubre] pasado. Justo ese día el papa Francisco ha tenido la bondad de telefonearme a las 18 de la tarde y hemos conversado por cerca de un cuarto de hora. Dejo a Uds. Imaginar mi felicidad de no creyente privilegiado de la amistad de Francisco. La frase es esta: “Dios quiere que todos los hombres se salven”.
[…] En la misma conversación telefónica del miércoles pasado, él se dijo muy interesado sobre el artículo dedicado a él que yo había escrito dos domingos antes. Me preguntó lo que yo pensaba de las conclusiones del Sínodo sobre la familia. Respondí —como he escrito— que el compromiso que el Sínodo había alcanzado no me parecía tuviera en cuenta los cambios tenidos por la familia en los últimos cincuenta años, por lo que apuntar a una recuperación de la familia tradicional era un objetivo del todo impensable. Añadí la Iglesia abierta por él se enfrenta a una familia igualmente abierta en su bien y en su mal y es esta a la cual la Iglesia se encuentra de frente.
“Es verdad —respondió Francisco— es una verdad y de resto la familia que es la base de cualquier sociedad cambia continuamente como todo cambia a nuestro alrededor. Nosotros no debemos pensar que la familia ya no existe más, siempre existirá porque la nuestra es una especie sociable y la familia es el pilar de la sociabilidad, pero definitivamente sabemos que la familia actual, abierta como dice usted, contiene algunos aspectos positivos y otros negativos. ¿Y cómo se manifiesta esta diversidad? Los aspectos negativos son la antipatía o incluso el odio entre los nuevos cónyuges y eso es lo que prima, si ha habido un divorcio; el escaso sentimiento de fraternidad especialmente entre los hijos de padres parcial o totalmente diferentes; un contenido diferente de la paternidad que oscila entre la indiferencia recíproca o recíproca amistad. La Iglesia debe operar de modo que los elementos positivos prevalezcan sobre los negativos. Esto es posible, y esto lo haremos. Los diferentes pareceres de los obispos hacen parte de la modernidad de la Iglesia y de las distintas sociedades en las que opera, pero el objetivo es común y por cuanto concierne a la admisión de los divorciados a los Sacramentos confirma que aquel principio ha sido aceptado por el Sínodo. Esto es el resultado de fondo, las valoraciones de hechos están confiadas a los confesores, pero al final de vías más rápidas o más lentas todos los divorciados que lo pidan serán admitidos”.
Este ha sido el contenido de nuestra llamada telefónica. Con otra información de Francisco que me dijo: en marzo escribiré un largo ensayo sobre la Iglesia misionera y sus objetivos. Después, telefónicamente, nos abrazamos.
Y si es cierto que el card. Parolin parece haber confirmado
que sí habrá una exhortación apostólica postsinodal, allí tienen un
adelanto de lo que dirá sobre el, ahora casi seguro, acceso a la Sagrada
Comunión para los divorciados vueltos a casar.