La mejor Biblia católica en español

Vaya aquí el texto de un sacerdote amigo con algunas notas introductorias sobre su vida.
P. Javier Olivera Ravasi
9.11.2015
a. Biblia de Straubinger (Antiguo y Nuevo Testamento).
b. Vida de Mons. Straubinger por Mons. Carlos Ruta y por el padre Néstor Sato
c. Libros de Straubinger:
La Iglesia y la Biblia; Los salmos (comentados)
El misterio del mal y de la muerte en Job
Espiritualidad bíblica
Cien Testigos
Ester y el Misterio del Pueblo Judío
Ensayo sobre Job
Los Fariseos
Revista Bíblica: 31 Artículos de Mons. Straubinger
Artículos relevantes de Revista Bíblica
Esta pregunta va de la mano con otra: ¿Cuál es la mejor Biblia en español?
Sabemos que la Biblia fue escrita
originalmente en los idiomas hebreo, arameo y griego, y luego traducida a
los distintos idiomas, existiendo, en la actualidad, muchísimas
versiones en español. Cabe, entonces, preguntarse: ¿Cuál será la mejor
versión de la Biblia en castellano?
Lo mismo se preguntaba el profesor
William Barclay: “¿Cuál versión nos convendría más?”, Y se respondía:
“No existe la traducción perfecta capaz de trasladar cabalmente las
palabras de un lenguaje a otro. Cada traducción tiene algo que ofrecer”.
Sin embargo, es necesario conocer cuáles
son las buenas traducciones de la Biblia al español y cuáles las menos
felices. ¿No habría que dejar ésta preocupación a los estudiosos y
conformarnos nosotros con cualquier Biblia Católica? No se puede. Santa
Teresita del Niño Jesús, que vivía de la espiritualidad bíblica, sufría
mucho a causa de la poca claridad de algunas traducciones: “Me contrista
ver la diferencia de las versiones. Si yo hubiera sido sacerdote,
habría aprendido el hebreo y el griego a fin de poder leer la Palabra de
Dios tal como Él se dignó hablarla en lengua humana”.
He aquí una de las características de la
Biblia de Monseñor Straubinger: traduce la Biblia al castellano desde
los mismos idiomas originales, gracias a su facilidad envidiable para
las lenguas y a su profundo conocimiento de la mentalidad oriental.
Por supuesto, esto sólo no basta para
afirmar que su Biblia sea ‘la mejor traducción’: no es nuestra
pretensión, ni nos corresponde a nosotros juzgarlo.
No olvidemos, por otro lado, ninguna
‘traducción’ alcanzará jamás la perfección de la versión original. Sin
embargo, debe la Iglesia “siempre” trabajar por acercar a los fieles
traducciones y comentarios cada vez más refinados. Por eso nos alegramos
de ofrecer la Palabra de Dios a través de la obra monumental de
Monseñor Straubinger: su traducción de la Biblia, las notas riquísimas
que la pueblan, y otras de sus muchas publicaciones.
Volvamos entonces a la pregunta: ¿Quién fue Straubinger?
1883: nace Juan Straubinger en Alemania.
1907: es ordenado
sacerdote. El mismo año, su Obispo lo envía a Roma, para que se
perfeccione en Ciencias Bíblicas. Luego estudia en Tierra Santa.
Terminada la guerra, vuelve a Alemania. El joven científico de 35 años,
piensa dedicarse a la cátedra universitaria y la investigación. Los
planes de Dios son otros. Su Obispo lo nombra director diocesano de
Cáritas.
Pero Straubinger no se olvida de la Escritura, y funda el Movimiento Bíblico Popular Católico.
1937: la policía nazi
acude a buscar y apresar a Straubinger. Este huye –a tiempo- a Suiza.
Una vez allí, obtiene del Obispo del lugar, la autorización para
permanecer sólo un año en la diócesis porque hay “demasiado clero”.
Proyecta dirigirse al Brasil, y comienza a estudiar portugués.
1938: Monseñor Enrique
Mühn, primer obispo de Jujuy, era hijo de alemanes. Viaja a la tierra
de sus padres, pasando por Suiza, y alojándose en la casa religiosa
donde vivía Straubinger, al que invita a venir a su Diócesis.
Straubinger tiene 55 años y no sabe castellano, pero acepta la
invitación y el desafío, comenzando a estudiar la lengua que será el
instrumento en su nuevo campo apostólico. Monseñor Mühn lo nombra
párroco de San Pedro de Jujuy.
1939: En Jujuy
Straubinger da a luz el Movimiento Bíblico Argentino. Desde allí, llega a
todos los centros católicos de Argentina una modesta publicación con el
título “Revista Bíblica”. ¿Quién es Straubinger?, se preguntan todos.
Se le tiene cierto recelo. Esto de ‘Apostolado Bíblico’ huele a
protestantismo. Pero la Revista continúa saliendo. En pocos años, tenía
suscriptores y corresponsales en todos los países de América.
1940: le ofrecen la
cátedra de Sagrada Escritura en el Seminario de La Plata, Buenos Aires.
Allí da sus clases a los seminaristas: Sagrada Escritura, Patrología,
Griego bíblico y Hebreo; además, atiende la capellanía del Hospital
Italiano, y trabaja sobre la versión castellana que de la Biblia hiciera
Felix Torres Amat (1825), preparando una edición de la misma. Y le
añade notas explicativas extensas y riquísimas.
1944: Straubinger tiene 61 años. Ha llegado el momento en que va a comenzar la obra para la que Dios lo ha ido preparando: la traducción directa de toda la Biblia y su comentario. Casi
‘sin querer’ comenzó esta edición. Después de haber publicado los cinco
tomos de la Biblia Vulgata, Straubinger pensaba descansar de sus tareas
de publicista.
Una gran editorial argentina, deseando
mostrar su adhesión al IV Congreso Eucarístico Nacional, quiso ofrecer
al público una traducción directa de los Evangelios según el texto
original griego. Straubinger rechazó la demanda por creerla superior a
sus fuerzas, pero hubo al fin de acceder ante la insistencia de los
editores. Septiembre de ese año vio la luz la 1° traducción argentina de
los Evangelios.
1945: El
éxito logrado por la bendición de Dios, impulsaba al autor y a los
editores a proseguir la obra emprendida. Se puso en venta una edición de
los ‘Hechos de los Apóstoles’.
1947: Le siguieron, en dos tomos, las Cartas de San Pablo.
1948: Se publica la traducción íntegra del ‘Nuevo Testamento’. Quedaba concluída así, la primera parte de la obra emprendida.
1949: Fueron primicias del Antiguo Testamento, los ‘Salmos’.
1951: se completa el
Antiguo Testamento, la “primer traducción Católica Americana según los
textos primitivos” (griego y hebreo). Se llamó ‘Biblia platense’.
Ese mismo año, Straubinger se despide de
los lectores de Revista Bíblica, y regresa a su Patria. Al dejar la
Argentina, había publicado 23 volúmenes en distintas editoriales.
Escribe todo a mano, con una caligrafía clara y pareja, que deja
adivinar, al igual que su trato personal, un espíritu sereno y
equilibrado, un corazón habitado por la paz bíblica.
1956: No volvería a la
Argentina. Resentida su salud, decidió quedarse en su amada Alemania. El
23 de marzo, víspera del Domingo de Ramos, concluía sus días sobre la
tierra, este infatigable sembrador de la Palabra.
¿Cómo mejor sintetizar la vida de éste
“Jerónimo de toda la América del Sur” (como la llamó la Facultad de
Teología de la Universidad de Münster), sino transcribiendo las palabras
con que se despedía de la Revista Bíblica, antes de partir hacia
Alemania?
“Doy gracias a Dios que en estos años me
ha confortado con el consuelo de las Sagradas Escrituras (Rom 15, 4) y
me ha dispensado no sólo el favor de dirigir esta Revista sino también
el privilegio de traducir la Biblia entera y difundir los santos
Evangelios y otros textos bíblicos en más de un millón de ejemplares”.
P. Leonardo López, IVE