LA PRIMAVERA NO ERA
"La Estación del Amor"
"La Estación del Amor"
A uno de los no mas que "imbécil" desconocidos, que de incógnitos pretenden refutar nuestra acción CATOLICA Y NACIONAL al adherirnos permanentemente al pensamiento de la "REVISTA CABILDO", dedicamos hoy un nuevo artículo publicado en el mes de Septiembre de 2000, que puede servir para "CARGAR SU ARSENAL" destinando un nuevo "bombazo" o "balazo" (conociendo en ellos la necesidad intrínseca que mantienen por dentro y fuera) destinado a quienes como él o ellos no piensan. Nos molestamos en escribir este prólogo, no solamente para recibir las groserías que acostumbran arrojar los ridículos y cipayos entreguistas de la patria, siempre prestos a invadirla junto a los poderosos de la tierra, sino esperanzados en que exista la posibilidad, de dejar tropezar "la misma piedra", como hace mas de 150 años lo hacen, y surja un reverso en tan intrínsecas asesina y "gansteril" manera de "operar" por la decadencia a la que han empujado este hermoso territorio que Dios nos regalara..... "Si así fuese, 45 millones de argentinos podrán vivir separados de estos fascinerosos.
El impostergable tratamiento de temas de actualidad hizo que en el número anterior no tuviéramos espacio para adherir a la conmemoración (sólo militar) del cuarto de siglo de la muerte —tras los peores suplicios infligidos durante más de un año (10/8/74-23/8/75)— del martirizado mayor Argentino Larrabure. Es tan creciente el aluvión de calamidades y miserias —a cuál más oprobiosa, ominosa e indignante— que debemos darle tratamiento prioritario, pues están tornando invivible el presente e inviable todo futuro digno.
Entre los asesinatos múltiples de la lista septembrina se destacan los 7 (siete) guardiacárceles inmolados el 6/9/71, para la fuga de 16 terroristas del PRT-ERP y 2 del "Ejército Libertador del Norte", presos en Villa Urquiza (Tucumán). La innecesaria sevicia de los "erpianos" al rescate quedó evidenciada al día siguiente, cuando hubo una fuga en masa de sus modelos "tupamaros" en el Penal de Punta Carretas (Montevideo), sin herir siquiera a ningún servidor público.
Otra matanza aún mayor fue la emboscada, voladura y ametrallamiento un ómnibus con policías santafesinos y de un automóvil con una familia que tuvo la fatídica coincidencia de pasar por la misma esquina de Junín y Rawson, en Rosario. No se trató de un enfrentamiento o represalia contra "represores" la carnicería reivindicada por los marxistas Montoneros, pues los 9 policías muertos y los 22 heridos regresaban ese 12/9/76 de cuidar el orden en un partido de fútbol de Rosario Central y, las ráfagas y granadas para acrecentar víctimas, asesinaron al matrimonio Ledesma en pleno paseo dominical, dejando herida y huérfana a su hija Andrea Fabiana. de 15 años, para quien nuestros ecuánimes legisladores no han previsto indemnización alguna.
El 20/9/74 fueron fusilados por una partida de "erpianos . ante los pobladores de Santa Lucia (Tucumán) arreados para presenciar la "ejecución", los policías provinciales cabo Eudoro Ibarra y el agente Héctor Osear Zaraspe, "condenados" por la muerte del terrorista Ramón Rosa Jiménez (a) "Zurdo" (a) "Ricardo". Además de ejercer la "justicia revolucionaria", el cobro de "peajes" y la "requisa" de provisiones el "PRT-ERP" robó armas, municiones, una máquina de escribir y $ 24.000 (moneda inflacionaria) del puesto policial a cargo de sus víctimas.
Entre los numerosos caídos en combate durante algún "septiembre negro" es revelador de la artería del enemigo el crimen de guerra (que ningún tribunal extranjero va a con-denar) de haber matado a traición al jefe vencedor, Tte. Cnel. Duarte Ardoy, cuando fue el primero en entrar al Comando de Sanidad el 6/9/73. tras haber asomado sus ocupantes del "PRT-ERP" una bandera blanca y vociferar que se rendían. El actual gobierno —consecuente con su partisanismo—. al asumir en diciembre, colocó como editorialista de los noticiarios del Canal 7 estatal (es decir, pagado por nosotros) al para nada arrepentido Eduardo Anguita (a) "Cacho", capturado entre los de aquella rendición "dubitativa", condenado por "jueces de la democracia" entonces atacada y liberado más de un decenio después cuando "el retorno" de ésta bajo la presidencia de un abogado defensor de su misma banda, todo lo cual rememora en su obra en tres volúmenes "La Voluntad" (T. II, págs. 158/163).
Y —en tren de reconocimientos expresos e impresos de subversivos— cabe recordar la extensa, detallada e indiscutida narración del asesinato antes de finalizar aquel mismo mes, el 25/9/73, de José Ignacio Rucci, consignada en el libro "Confesiones de un montonero" (págs, 39/87) por el periodista Eugenio Méndez, transcribiendo declaraciones nunca desmentidas y ratificadas ante la justicia por el ex integrante de la banda Carlos Muñoz (a) "Quique". Según el texto citado: "El Pelado Carlos y Lino comenzaron la ejecución. Con cinco itakazos y dos fusilazos lo liquidaron y se las tomaron" (pág. 54 y notas al pie).
Ya en páginas anteriores se había aclarado que el primero era Roberto Cirilo Perdía (abogado entonces y funcionario público en estos últimos años), autor de las cinco perdigonadas y, el de los balazos, era el maestro normal (*) cordobés Juan Julio Roque (a) "Iván Roquín" (rusificación cipaya) y luego "Lino", "Mateo" y "Segundo", el cual ya había usado un FAL para asesinar al Gral. Sánchez en Rosario (pág. 46), todo lo cual ratificó Muñoz ante un juez "de la democracia" retornada y lo publicó La Nación del 20/5/86 en su pág. 10. Su víctima largamente anunciada era un sindicalista al cual nunca se le reprochó corrupción y había sido domador de caballos, lavador de tripas y chocolatinero de cines antes de ingresar como obrero metalúrgico e ir escalando de delegado de sección y de planta hasta la Secretaría General de la UOM y de la CGT. Tras sufrir un atentado anterior declaró por TV "Sólo los inmundos bolches y trotzkistas pueden atentar contra José Rucci". Y así fue.»
Otra matanza aún mayor fue la emboscada, voladura y ametrallamiento un ómnibus con policías santafesinos y de un automóvil con una familia que tuvo la fatídica coincidencia de pasar por la misma esquina de Junín y Rawson, en Rosario. No se trató de un enfrentamiento o represalia contra "represores" la carnicería reivindicada por los marxistas Montoneros, pues los 9 policías muertos y los 22 heridos regresaban ese 12/9/76 de cuidar el orden en un partido de fútbol de Rosario Central y, las ráfagas y granadas para acrecentar víctimas, asesinaron al matrimonio Ledesma en pleno paseo dominical, dejando herida y huérfana a su hija Andrea Fabiana. de 15 años, para quien nuestros ecuánimes legisladores no han previsto indemnización alguna.
El 20/9/74 fueron fusilados por una partida de "erpianos . ante los pobladores de Santa Lucia (Tucumán) arreados para presenciar la "ejecución", los policías provinciales cabo Eudoro Ibarra y el agente Héctor Osear Zaraspe, "condenados" por la muerte del terrorista Ramón Rosa Jiménez (a) "Zurdo" (a) "Ricardo". Además de ejercer la "justicia revolucionaria", el cobro de "peajes" y la "requisa" de provisiones el "PRT-ERP" robó armas, municiones, una máquina de escribir y $ 24.000 (moneda inflacionaria) del puesto policial a cargo de sus víctimas.
Entre los numerosos caídos en combate durante algún "septiembre negro" es revelador de la artería del enemigo el crimen de guerra (que ningún tribunal extranjero va a con-denar) de haber matado a traición al jefe vencedor, Tte. Cnel. Duarte Ardoy, cuando fue el primero en entrar al Comando de Sanidad el 6/9/73. tras haber asomado sus ocupantes del "PRT-ERP" una bandera blanca y vociferar que se rendían. El actual gobierno —consecuente con su partisanismo—. al asumir en diciembre, colocó como editorialista de los noticiarios del Canal 7 estatal (es decir, pagado por nosotros) al para nada arrepentido Eduardo Anguita (a) "Cacho", capturado entre los de aquella rendición "dubitativa", condenado por "jueces de la democracia" entonces atacada y liberado más de un decenio después cuando "el retorno" de ésta bajo la presidencia de un abogado defensor de su misma banda, todo lo cual rememora en su obra en tres volúmenes "La Voluntad" (T. II, págs. 158/163).
Y —en tren de reconocimientos expresos e impresos de subversivos— cabe recordar la extensa, detallada e indiscutida narración del asesinato antes de finalizar aquel mismo mes, el 25/9/73, de José Ignacio Rucci, consignada en el libro "Confesiones de un montonero" (págs, 39/87) por el periodista Eugenio Méndez, transcribiendo declaraciones nunca desmentidas y ratificadas ante la justicia por el ex integrante de la banda Carlos Muñoz (a) "Quique". Según el texto citado: "El Pelado Carlos y Lino comenzaron la ejecución. Con cinco itakazos y dos fusilazos lo liquidaron y se las tomaron" (pág. 54 y notas al pie).
Ya en páginas anteriores se había aclarado que el primero era Roberto Cirilo Perdía (abogado entonces y funcionario público en estos últimos años), autor de las cinco perdigonadas y, el de los balazos, era el maestro normal (*) cordobés Juan Julio Roque (a) "Iván Roquín" (rusificación cipaya) y luego "Lino", "Mateo" y "Segundo", el cual ya había usado un FAL para asesinar al Gral. Sánchez en Rosario (pág. 46), todo lo cual ratificó Muñoz ante un juez "de la democracia" retornada y lo publicó La Nación del 20/5/86 en su pág. 10. Su víctima largamente anunciada era un sindicalista al cual nunca se le reprochó corrupción y había sido domador de caballos, lavador de tripas y chocolatinero de cines antes de ingresar como obrero metalúrgico e ir escalando de delegado de sección y de planta hasta la Secretaría General de la UOM y de la CGT. Tras sufrir un atentado anterior declaró por TV "Sólo los inmundos bolches y trotzkistas pueden atentar contra José Rucci". Y así fue.»
Un Gran Político, diputado de la nación, en 1890 predijo que podría resultar de nuestra Patria. Poco o nada fue tomado en cuenta, su pensamiento además de escasamente conocerse, pareciera haber quedado corto. Le faltó agregar la futura existencia de "hampones" que arrojan "misiles" a quienes bregan por el bien.
