Oberdan Rocamora para JorgeAsisDigital.com. Jueves, 12 mayo , 2016.
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El pecado de no robar
Derrocamiento constitucional de la señora Dilma Rousseff.
escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsísDigital
para JorgeAsísDigital
Proverbio:
“Si te echan como a una ladrona, sin haber robado, lo que se impone, desde el poder, es robar”.
Es una de las terribles lecciones que nos deja el derrocamiento constitucional de la señora Dilma Rousseff.
Al fin y al cabo, la “Peste de transparencia en Brasil” (cliquear) se lleva puesta a la Presidente que no tiene una inapelable habilidad política, pero es honesta y decente.
Es la estadista equivocada que decidió diferenciarse, y prefirió no robar. Entre una dirigencia surcada de ladrones, que también se encuentran, invariablemente, en los revolucionarios cansados del Partido de los Trabajadores, que se enriquecieron a lo largo de tres mandatos. Dos de Lula, el máximo líder (en adelante el jefe de la resistencia), uno entero de Dilma, con el segundo trunco.
Sin embargo los ladrones también abundan entre los opositores, instrumentadores del golpe anunciado. Junto a opositores bastante recientes, verdaderos paradigmas de la ingratitud, como Michel Temer, del PMSDB. Es el vicepresidente de Dilma que se dispone a asumir la presidencia.
Al fin y al cabo, la “Peste de transparencia en Brasil” (cliquear) se lleva puesta a la Presidente que no tiene una inapelable habilidad política, pero es honesta y decente.
Es la estadista equivocada que decidió diferenciarse, y prefirió no robar. Entre una dirigencia surcada de ladrones, que también se encuentran, invariablemente, en los revolucionarios cansados del Partido de los Trabajadores, que se enriquecieron a lo largo de tres mandatos. Dos de Lula, el máximo líder (en adelante el jefe de la resistencia), uno entero de Dilma, con el segundo trunco.
Sin embargo los ladrones también abundan entre los opositores, instrumentadores del golpe anunciado. Junto a opositores bastante recientes, verdaderos paradigmas de la ingratitud, como Michel Temer, del PMSDB. Es el vicepresidente de Dilma que se dispone a asumir la presidencia.
Como si lloviera en el Líbano y nada tuviera que ver con las culpas que se le atribuyen a la derrocada.
Otro ejemplo de hipocresía premiada, para la coherencia de un país que premia, para colmo, la delación.
Otro ejemplo de hipocresía premiada, para la coherencia de un país que premia, para colmo, la delación.
Golpe de estado popular
En Iberoamérica se registra otro golpe de estado inadmisiblemente
popular. Lo motorizaron los parlamentarios designados por el pueblo, en
elecciones democráticas. Para un sistema jurídico que admite el cadalso
numerológico del impeachment. La rebanada de cabeza legal.
Una kermesse semejante, en Brasil, ya transcurrió con la presidencia de Fernando Collor de Melo. Se fue enchastrado de fango por los mismos medios que colaboraron para ungirlo.
A propósito, Collor fue víctima de la máxima descalificación para un político. Dijo José Sarney:
“¿Collor? Ese no sabe ni robar”.
Una kermesse semejante, en Brasil, ya transcurrió con la presidencia de Fernando Collor de Melo. Se fue enchastrado de fango por los mismos medios que colaboraron para ungirlo.
A propósito, Collor fue víctima de la máxima descalificación para un político. Dijo José Sarney:
“¿Collor? Ese no sabe ni robar”.
Hubo
también ensayos previos de chirinadas institucionales. Primero en
Honduras, en 2009, contra Manuel Zelaya, aquel folklórico presidente de
sombrero. Y también en Paraguay, en 2012, contra Fernando Lugo, aquel
carismático sacerdote de hiperactividad física intima.
También debe registrarse, en cierto modo, la anterior chirinada parlamentaria de 2001. La que terminó con el argentino Fernando De la Rúa, presidente del Segundo Gobierno Radical. Pero no se trato de ningún impeachment. Fue apenas un “operativo raje”, consensuado entre el oficialismo, el suyo, con sectores de la oposición (tema muy bien tratado por Miguel Bonasso y Ceferino Reato).
También debe registrarse, en cierto modo, la anterior chirinada parlamentaria de 2001. La que terminó con el argentino Fernando De la Rúa, presidente del Segundo Gobierno Radical. Pero no se trato de ningún impeachment. Fue apenas un “operativo raje”, consensuado entre el oficialismo, el suyo, con sectores de la oposición (tema muy bien tratado por Miguel Bonasso y Ceferino Reato).
El membrillo de la corrupción
Ya no hacen falta los militares severos que se identifiquen con la
reserva moral. Hoy los grandes medios asumen la consistencia del poder
real. Emergen infinitamente más poderosos que aquellos cuarteles
melancólicos.
En
adelante basta con tentar, a los dirigentes, en principio, con el
membrillo de la corrupción. Para pulverizarlos después por haberse
pegoteado.
El resultado electoral ya es nada más que un dato. Un punto de partida que perfectamente puede no respetarse. Se impone el ritmo anímico de la calle.
Otra lección, acaso peor, que deja la caída anunciada de Dilma. La insignificancia geopolítica del Mercosur.
Junto a la irrelevancia, o lateral complicidad, de los líderes vecinos. Partidarios del nada inocente “no te metas”. Cualquier estadista puede recostarse sobre la facilidad argumental de la no injerencia.
Se asiste al llamativo contagio por las caídas de todas las patologías institucionales que se insinuaron como progresistas. De a una caen, inexorablemente.
Como si de pronto los países del subcontinente, que estaba tan desatendido, comenzaran a interesar.
Queda reducida a la sensibilidad de los alucinados aquella fotografía de Mar del Plata. Lo mostraba a Lula, Kirchner y Chávez.
El resultado electoral ya es nada más que un dato. Un punto de partida que perfectamente puede no respetarse. Se impone el ritmo anímico de la calle.
Otra lección, acaso peor, que deja la caída anunciada de Dilma. La insignificancia geopolítica del Mercosur.
Junto a la irrelevancia, o lateral complicidad, de los líderes vecinos. Partidarios del nada inocente “no te metas”. Cualquier estadista puede recostarse sobre la facilidad argumental de la no injerencia.
Se asiste al llamativo contagio por las caídas de todas las patologías institucionales que se insinuaron como progresistas. De a una caen, inexorablemente.
Como si de pronto los países del subcontinente, que estaba tan desatendido, comenzaran a interesar.
Queda reducida a la sensibilidad de los alucinados aquella fotografía de Mar del Plata. Lo mostraba a Lula, Kirchner y Chávez.
Como graves desbaratadores del ALCA que disfrutaban la publicitada humillación de George Bush.
De todos modos, sería una alucinación creer que el golpe de estado popular y democrático, registrado en Brasil, puede contar con alguna derivación tranquila. Antes que Michel Temer jure en la asamblea solemne ya comienza la resistencia, nada original. Las movilizaciones en la calle que acentúan la sensación de ingobernabilidad, resulta letal para el estancamiento, la recesión y la utopía del ajuste continuo que se viene. Como castigo para el país que se ufanó de ser BRIC (o sea par de Rusia, China e India). Y que ambicionaba también ser aceptado entre los grandes del Consejo de Seguridad.
Tiempos sombríos para un Brasil próximo. Para desgastarse entre encontronazos y denuncias. Y con elecciones probablemente anticipadas.
De todos modos, sería una alucinación creer que el golpe de estado popular y democrático, registrado en Brasil, puede contar con alguna derivación tranquila. Antes que Michel Temer jure en la asamblea solemne ya comienza la resistencia, nada original. Las movilizaciones en la calle que acentúan la sensación de ingobernabilidad, resulta letal para el estancamiento, la recesión y la utopía del ajuste continuo que se viene. Como castigo para el país que se ufanó de ser BRIC (o sea par de Rusia, China e India). Y que ambicionaba también ser aceptado entre los grandes del Consejo de Seguridad.
Tiempos sombríos para un Brasil próximo. Para desgastarse entre encontronazos y denuncias. Y con elecciones probablemente anticipadas.
Efectos locales
Presidente del Tercer Gobierno Radical, Macri puede aprovechar
lícitamente la instancia del retroceso de las administraciones
autodenominadas populares. A los efectos de ser promovido (muy distinto
de promoverse) como el referente ejemplar. Porque gana por elecciones al
kirchnerismo. Aunque no pudiera (el kirchnerismo) equipararse, en
materia de transformaciones, con los “travalhistas” de Brasil, o con los
bolivarianos de Chávez. Pero formaba parte de esa ronda. Junto al ya
acotado Evo Morales, de Bolivia. Y hasta con la recortada señora
Michelle Bachelet, de Chile, hoy también sospechada por salpicaduras del
membrillo familiar.
Para la Argentina, mirado con benevolencia, el estancamiento de Brasil le impone una situación límite.
Habrá que recurrir al talento para sortear los efectos negativos de la declinación del vecino. Aunque Brasil le brinda, para la mirada corta, un pretexto previsible.
En adelante, para justificar un eventual letargo, el Tercer Gobierno Radical podrá no basarse sólo en la “herencia recibida”. Sobreviene un argumento mucho más sólido: “la crisis en Brasil”.
Habrá que recurrir al talento para sortear los efectos negativos de la declinación del vecino. Aunque Brasil le brinda, para la mirada corta, un pretexto previsible.
En adelante, para justificar un eventual letargo, el Tercer Gobierno Radical podrá no basarse sólo en la “herencia recibida”. Sobreviene un argumento mucho más sólido: “la crisis en Brasil”.